sábado, 28 de marzo de 2009

Lección 1: El amor. Para el 4 de abril de 2009

Sábado 28 de marzo.


Lee Para el Estudio de esta Semana: Isaías 53; Mateo 22:37-39; 1 Corintios 13; 1 Juan 3; 1 Juan 4.

Para Memorizar: “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Cor. 13:13).

ES MUY ADECUADO que una guía de estudio que trata de los conceptos clave de la fe cristiana comience con el tema del amor. El apóstol Pablo destaca que, por importante que sean la fe y la esperanza, y otros elementos del cristianismo, todo comienza con el amor. Él dijo que sin amor somos “nada” (1 Cor. 13:2).

Unos cinco siglos antes de que naciera Cristo, el poeta griego Sófocles declaró: “Una palabra nos libra de todo el peso y el dolor de la vida. Esa palabra es amor”. Aunque estas palabras son verdaderas, este sabio griego todavía ignoraba las profundidades del amor que sería proclamado y ejemplificado por nuestro Salvador.

Dios es amor. Cualquier otra cosa que sea Dios, y cualquier cosa que haya hecho, que hace o que hará, todo es una manifestación de su amor. Su amor es tan consolador como difícil de comprender. El amor de Dios excede por mucho lo que los seres humanos suelen llamar amor, que a veces es un mero sentimiento superficial o una pasión temporaria que a menudo está mezclada con egoísmo y codicia. Dios no solo tiene amor o muestra amor; él es amor.

Un Vistazo a la Semana: El amor de Dios por la humanidad se ha revelado de muchas maneras, la mayor de las cuales es la Cruz. Como seguidores de Jesús, respondemos a su amor al amar a otros así como Cristo nos amó a nosotros.


El Amor: La Tela de la Vida.
Domingo 29 de marzo

Necesitamos comer y beber a fin de mantenernos vivos. Sin líquidos para beber o comida para comer, pronto llegaremos al final. Pero, a fin de vivir en el sentido real de la palabra, también necesitamos amor. La vida sin amor es una clase subhumana de existencia. Hay una necesidad interna, en nosotros, de recibir amor. Necesitamos el amor de los padres. Necesitamos el amor de la familia y de los amigos. Necesitamos ser una parte de una comunidad amante. Pero tanto como necesitamos recibir amor, también necesitamos dar amor. No somos verdaderamente humanos si no podemos amar. Pero, que esto sea claro: el verdadero amor no comienza con nosotros. La capacidad de amar es creada en nosotros por nuestro Creador. (Ver Gén. 1:26; Juan 3:16).

¿Cuán totalmente importante es el amor en la vida del seguidor de Cristo? Mat. 22:37-39; 1 Cor. 13:1-3; 1 Juan 3:14.

El amor de Dios siempre es anterior a nuestro amor. El amor es vital. El verdadero “amor no es un impulso, sino un principio divino, un poder permanente. El corazón no consagrado no puede originarlo ni producirlo. Solo se encuentra en el corazón en el que reina Jesús. ‘Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero’ (1 Juan 4:19). En el corazón renovado por la gracia divina, el amor es el principio de acción dominante” (HAp 455).

El escritor británico C. S. Lewis usa los términos “amor de regalo” y “amor de necesidad” para diferenciar entre el amor de Dios y las formas humanas del amor. Mientras que Dios quiere nuestro amor más que ninguna otra cosa, él no necesita nuestro amor del mismo modo en el que nosotros necesitamos de él y de los demás seres humanos. “Nosotros [debemos] comenzar en el principio real, con el amor como una energía divina. Este amor fundamental es amor de regalo. En Dios no hay apetito que necesite ser calmado; solo abundancia que desea dar”.–C. S. Lewis, The Four Loves, p. 121. Nuestro amor humano necesita ser transformado por el amor divino, de modo que –mientras continuamos anhelando el amor de otros– seamos capaces de dar amor en una manera realmente cristiana.

Por tu propia experiencia, ¿cuál es la diferencia entre el amor humano y el amor de Dios? ¿Qué clase de amor humano ejemplifica mejor el amor de Dios? ¿De qué modo podemos manifestar mejor el amor de Dios en nuestras propias vidas?

El Dios del Antiguo Testamento - Un Dios de Amor.
Lunes 30 de marzo

Se dice a menudo que el amor de Dios se manifiesta claramente solo en el Nuevo Testamento, mientras que “el Dios del Antiguo Testamento” es un Dios de justicia e ira. Pero, un estudio cuidadoso de toda la Biblia muestra que Dios no tiene una personalidad dividida. Aunque el amor de Dios se manifestó en la medida más plena en Cristo (como se describe en el Nuevo Testamento), el Dios de los tiempos del Antiguo Testamento es igualmente un Dios de amor supremo. Dios no cambia (Sant. 1:17). Él no evoluciona gradualmente de un Dios de ira o un Dios de justicia a un Dios de amor. El amor de Dios es eterno. Las palabras a su pueblo del Antiguo Testamento se aplican siempre: “Con amor eterno te he amado” (Jer. 31:3).

Considera unas pocas evidencias importantes del amor de Dios en los tiempos del Antiguo Testamento como se enumeran abajo, y añade algunas otras evidencias claras de su amor que se encuentran en otras partes del Antiguo Testamento.

1. El amor de Dios en la Creación (Gén. 1:26-31; 2:21-25).
2. La provisión de una solución al problema del pecado (Gén. 3:15; 22:8; Isa. 53).
3. El don del sábado (Éxo. 31:12-17).
4. El continuo don de profecía (Amós 3:7).

Hay historias y declaraciones, en el Antiguo Testamento, que son, por lo menos superficialmente, difíciles de comprender. Es cierto lo que leemos acerca de derramamiento de sangre y de guerras. Pero nunca olvidemos que Dios se describe en forma consistente como el Dios del pacto, que atrae a la gente a sí mismo y no la abandona, a pesar del hecho de que ella le da la espalda una y otra vez. Debemos recordar, también, que la paciencia de Dios tiene un límite.

¿Qué respondes cuando te confrontan con preguntas acerca de la guerra y el derramamiento de sangre en el Antiguo Testamento? ¿Cómo concilias el mandato divino de eliminar naciones enteras (por ejemplo, cuando Israel tomó posesión de la tierra de Canaán) con el concepto de un Dios de amor?

El Dios del Nuevo Testamento - Un Dios de Amor.
Martes 31 de marzo

¿Por qué vino Jesucristo al mundo? ¿Por qué tuvo que sufrir, y fue necesario que él muriera en una cruz? Y ¿por qué volverá y restaurará este mundo a su condición inmaculada original? ¿No había otro camino? Y, si no lo había, ¿por qué pasa tanto tiempo antes de que el problema del pecado sea totalmente resuelto? No tenemos posibilidades de responder estas preguntas. En su sabiduría infinita, Dios “ideó” un plan para tratar con el problema del pecado de la mejor manera posible. Siendo un Dios santo, no podía pasar por alto la rebelión contra su Ley perfecta; siendo amor, no podía quedarse atrás y permitir que sus criaturas perecieran sin hacer lo máximo para salvarlas.

“La santidad de Dios es su majestuosa pureza, que no puede tolerar el mal moral. El amor de Dios es su abrazo expansivo y tierno al pecador. La santidad de Dios es su alejamiento de lo que es impuro y profano. El amor de Dios es su disposición a identificarse con los que son impuros, con el fin de ayudarlos”.–Donald G. Bloesch, God the Almighty: Power, Wisdom, Holiness, Love, pp. 140-143.

¿Qué nos enseñan los siguientes textos sobre el mensaje que da el Nuevo Testamento acerca del amor de Dios?

1. El don divino de su Hijo (Juan 3:16).
2. El Hijo, que se da a sí mismo (Fil. 2:5-8).
3. El don del Espíritu Santo (Juan 14:15-18; Hech. 2:1-4).
4. La disponibilidad de los dones espirituales (Efe. 4:11-13).
5. La certeza de la salvación (1 Juan 3:1-3).
6. Un futuro eterno en un ambiente de amor (2 Ped. 3:13).

¿De qué modo resumirías el mensaje del Nuevo Testamento acerca del amor de Dios?

¿De qué manera los mensajes de los tres ángeles, de Apocalipsis 14:6 al 12, se ajustan a este tema general del amor divino que presenta el Nuevo Testamento? Elena de White habla acerca del mensaje del tercer ángel como la buena nueva de la justificación por la fe, “en verdad”. ¿De qué modo todo eso se adecua al tema del amor de Dios por la humanidad?

Una Respuesta de Amor.
Miércoles 1 de abril

La realidad trágica de este mundo incluye amor propio, ambición ciega, odio, competencia, corrupción y guerra. Mientras los ciudadanos de este mundo se permitan, a sabiendas o no, ser guiados por los principios del príncipe de las tinieblas, el amor no tendrá posibilidad de florecer. La Madre Teresa de Calcuta dijo en cierta ocasión: “Si juzgas a la gente, no tendrás tiempo de amarla”.

Si realmente hemos sido convertidos y llegado a ser discípulos del Señor, el principio del amor reinará en nuestras vidas. Cualquiera que sea nuestra debilidad, nuestro amor a Dios y a los demás seres humanos crecerá firmemente. En un sentido muy real, la conversión es una reorientación: un cambio del amor propio al amor a Dios y el amor a los semejantes.

¿Qué principio subyacente deberíamos percibir al estudiar los mandamientos que Dios nos ha dado? ¿Ha operado este principio en forma diferente desde que Cristo vino a este mundo? Deut. 6:5, 6; Mat. 22:37-40.

Si realmente hemos sido cambiados por Jesucristo, su amor caracterizará nuestro trato con los demás. Aunque no nos gusten algunas personas, se nos llama a amar a todos, aun a nuestro mayor enemigo. Esto beneficiará no solo a la gente con la que nos asociamos, sino también demostrará ser una enorme bendición para nosotros mismos. Dales amor y aceptación incondicionales a aquellos con quienes te encuentres, y observa lo que sucede.

¿De qué modo debería el amor saturar lo que decimos y hacemos? Mat. 5:44; 25:31-46; 1 Ped. 1:22.

“Si los miembros de iglesia eliminan todo culto al yo y quieren recibir en su corazón el amor a Dios y el amor mutuo que llenaba el corazón de Cristo, nuestro Padre celestial manifestará constantemente su poder mediante ellos. Únanse los hijos de Dios con las cuerdas del amor divino. Entonces el mundo reconocerá el poder de Dios que obra milagros, y reconocerá que él es la Fortaleza y el Ayudador de su pueblo que guarda sus mandamientos”.–“Comentarios de Elena G. de White” (CBA 7: 951).

¿Eres tú naturalmente amante, o naturalmente egoísta y centrado en ti mismo? ¿Qué pasos prácticos puedes dar para alejarte del yo y manifestar amor a los demás?

El Amor Personificado.
Jueves 2 de abril

Jesucristo es nuestro modelo máximo. Si nos preguntamos cómo debería ser nuestro amor, solo necesitamos mirar a nuestro Salvador. En él vemos el ejemplo perfecto. Humanamente hablando, Cristo tenía todas las razones para que no le gustaran muchas personas, o aun podría haberlas odiado. Los líderes espirituales tenían tanta envidia por su éxito que constantemente lo molestaban y finalmente decidieron eliminarlo. ¿Por qué él debía haber amado a esa gente? Su propia familia, a veces tampoco lo apoyaba. Sus discípulos a menudo peleaban entre sí y estaban ausentes cuando su presencia hubiera sido muy importante. ¿Cómo podía amarlos en esos momentos cuando lo abandonaron completamente?

Además de todo esto, Jesús también manifestó su amor en particular hacia aquellos que no recibirían mucha atención positiva de los líderes espirituales de sus días: las mujeres (incluyendo prostitutas), los que sufrían de lepra, la gente de Samaria, los miembros de la fuerza invasora y los recolectores de impuestos.

Considera cuidadosamente algunos ejemplos concretos en los que Jesús mostró amor abnegado, en circunstancias en las que la mayoría de la gente hubiera encontrado difícil hacerlo.
1. Lucas 17:12-19
2. Juan 13:1-17
3. Juan 19:25-27

¿De qué modo debería impactar, en nuestro discipulado, la manifestación del amor divino del ministerio de Jesús? 2 Cor. 5:14; Fil. 2:2.

Pablo dice que el amor de Cristo nos constriñe (2 Cor. 5:14). La construcción del original griego puede traducirse como que el amor que viene de Cristo nos obliga o constriñe, o también lo hace el amor que tenemos por Cristo. Ambos significados son gramaticalmente justificados y, además, teológicamente correctos. Cuando captamos algo de la magnitud del amor de Cristo, esto creará en nosotros una respuesta amante, y esto nos dará el intenso deseo de compartir ese amor con otros.

Jesús también amó a los que eran despreciados por la mayoría de la gente y eran considerados más bien difíciles de amar. Él hizo esfuerzos especiales para mostrarles su amor. ¿De qué modo muestro mi amor hacia los desposeídos, a las personas que viven en la marginalidad de la sociedad y a los que de ninguna manera representan los valores que aprecio más?

Para Estudiar y Meditar.
Viernes 3 de abril

Lee, en El camino a Cristo, el capítulo “Amor supremo”, pp. 7-14. Lee también en El Deseado de todas las gentes, los capítulos “El Calvario”, pp. 690-705, y “Consumado es”, pp. 706-713.

Preguntas Para Dialogar:

1. No podemos escapar de la pregunta “por qué”: Si Dios es amor, ¿por qué hay tanto sufrimiento? No es solo la escala de sufrimiento lo que causa que la gente cuestione el amor de Dios sino también el hecho de que pareciera que tantas cosas afectan a las personas inocentes y tantas parecen totalmente sin sentido. ¿De qué modo nosotros, cristianos adventistas del séptimo día, tratamos esta realidad? ¿De qué modo nuestra comprensión del gran conflicto nos ayuda a comprender este tema tan difícil?
2. ¿Cómo podemos amar a un padre abusivo, a un homicida serial o a una persona totalmente egoísta? ¿Cómo amó Jesús a los que eran totalmente difíciles de amar?
3. ¿Cómo podemos amar continuamente si no hay respuesta a ese amor? ¿Cómo siguió amando Jesús a los que nunca responderían a su amor?
4. ¿Quiénes son los despreciados, los marginados, los que son rechazados por tu propia sociedad? ¿Qué clase de ministerio tiene tu iglesia en favor de tales personas? ¿Qué sería necesario para que tú mismo y tu iglesia se involucraran en ese trabajo?
5. En un sentido real, el verdadero amor demanda una muerte al yo, una disposición a poner a un lado el yo para el bien de otros. ¿Qué elecciones tenemos que hacer a fin de experimentar esa muerte al yo?
6. Además de la Cruz, ¿de qué otras maneras podemos ver el amor de Dios por la humanidad?

Resumen: Dios es amor. Esta característica es básica para todo lo que Dios es y hace. Este Dios amante ya fue revelado en el Antiguo Testamento, pero su forma máxima de amor se ve en el don de su Hijo, Jesucristo, para nuestra salvación. Este amor divino encuentra una respuesta en el amor del cristiano. Si profesamos ser discípulos de nuestro Señor Jesucristo, nuestra vida estará marcada por el amor incondicional hacia nuestro Hacedor y un amor abnegado hacia los demás.


Guía de Estudio de la Biblia: Caminar la vida cristiana. Edición de Adultos.
Periodo: Trimestre Abril-Junio de 2009
Autor: Reinder Bruinsma, nacido en Holanda, ha servido en distintas responsabilidades a lo largo de su larga carrera en la iglesia. Autor de casi veinte libros, algunos de los cuales han sido traducido s varios idiomas, y era presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Holanda cuando escribio esta guia de Estudio de La Biblia.
Editor: Clifford Goldstein

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sábado, 21 de marzo de 2009

Lección 13: La confianza en el don profético. Para el 28 de marzo de 2009

Sábado 21 de marzo.

Lee Para el Estudio de esta Semana: Salmo 41:9; Isaías 53:4-6; Mateo 23:28-31; Juan 5:39; Hechos 10:9-16, 44-48; 17:11.
Para Memorizar: “Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados” (2 Crón. 20:20).

ALGUNAS PERSONAS ESTABAN INTERESADAS en unirse a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Habían llegado a aceptar las enseñanzas de la iglesia por medio de su estudio de la Biblia, pero tenían preguntas acerca de Elena de White. Después de todo, con tantos profetas y maestros falsos por allí, ellos querían ser cuidadosos. Sabiendo de sus preocupaciones, y comprendiéndolas, el pastor les dijo: “Esto es algo que tendrán que decidir por ustedes mismos, por medio de una convicción personal dada por el Espíritu Santo. Tómense el tiempo de leer sus escritos. Algunas cosas les sonarán claras de inmediato; de otras cosas, podrán tener algunas preguntas. Al fin, sus escritos son realmente el testimonio mejor y final con respecto a su origen”.

Un Vistazo a la Semana: ¿Por qué debe ser la Biblia nuestra autoridad final en asuntos de doctrina? ¿Cuán importante es el estudio de la Biblia en nuestras vidas actualmente? ¿Qué sucede cuando las personas ignoran la palabra profética? ¿Qué lugar ocupan los milagros en el establecimiento de nuestra fe? ¿Por qué las personas se rebelan contra el don profético?

Autoridad Bíblica.
Domingo 22 de marzo

¿Qué similitudes ves entre la experiencia de los discípulos después de la crucifixión y la de los primeros creyentes adventistas después del Gran Chasco en 1844? Luc. 24:13-27; Hech. 10:9-16, 44-48.

Los discípulos experimentaron su gran chasco en la crucifixión. Habían esperado que Jesús redimiría a Israel; mientras lo observaban andar en el asno entrando en Jerusalén, en cumplimiento de la profecía de Zacarías, estaban seguros de que él se establecería como su Rey, expulsaría a los romanos e iniciaría el Reino de Dios sobre la tierra. Solo después de su muerte, cuando “les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras” (Luc. 24:45), vieron por primera vez que él había venido con un propósito diferente. En otras palabras, aun con todos esos años en que Jesús estuvo en medio de ellos, aun teniendo un testimonio directo, cometieron errores, todavía no comprendían lo que las Escrituras habían enseñado. Jesús les señaló la Biblia, y en ella debían basar sus creencias.

Lee Hechos 1:6. ¿Qué indica esto acerca de cómo, aun cuando Jesús estuvo con los discípulos después de la resurrección, ellos todavía tenían ideas falsas acerca de lo que significaba su venida?

Los primeros creyentes adventistas también experimentaron un gran chasco, por causa de la idea errónea de Guillermo Miller y otros de que el Santuario de Daniel 8:14 era la tierra. Y, así como el repasar lo dicho por Jesús, y estudiar la Biblia y las intervenciones sobrenaturales de Dios ayudó a los discípulos a abandonar sus conceptos equivocados, también los primeros adventistas llegaron a una nueva comprensión de la verdad del Santuario por medio del estudio de las Escrituras y por la conducción de Dios en el ministerio profético de Elena de White.

Al fin, por útil que fuera el don profético, nuestros pioneros estaban decididos a basar sus doctrinas en la Biblia, sin usar el don profético como una autoridad en lo doctrinal.

También hoy, la fortaleza y la seguridad de lo que creemos como Adventistas del Séptimo Día deben estar basadas en la Palabra de Dios sola. Una vez que estamos seguros de nuestras doctrinas a partir de la Biblia, y trabajando desde esa base firme, podemos tener verdaderamente confianza en el don profético.

Entrar en La Palabra.
Lunes 23 de marzo

¿Por qué estudiaron los bereanos las Escrituras cada día para ver si lo que decía Pablo era verdad? ¿Por qué no confiaron en sus palabras? Hech. 17:11.

Por cuanto Pablo predicaba a Cristo a partir de las Escrituras, mostrando que él era el Mesías prometido, los que lo oían con una mente abierta fueron impulsados a estudiar las Escrituras por sí mismos, para ver si estas cosas eran realmente así. En otras palabras, aun las palabras de Pablo no eran suficientemente buenas. Tenían que ser confirmadas por la Biblia.

¿Qué nos enseñan los textos siguientes acerca de la importancia de estudiar las Escrituras? Prov. 2:1-6; Isa. 34:16; Mat. 4:4; Apoc. 1:3.

Elena de White, en forma consistente, elevó la Palabra de Dios y animó a los feligreses a estudiarla. “Recomiendo al amable lector la Palabra de Dios como regla de fe y práctica” (PE 78). En la introducción a El conflicto de los siglos, ella escribió: “En su Palabra, Dios comunicó a los hombres el conocimiento necesario para la salvación. Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como dotadas de autoridad absoluta y como revelación infalible de su voluntad. Constituyen la regla del carácter, nos revelan doctrinas y son la piedra de toque de la experiencia religiosa” (CS 9).

¿Por qué los profetas, a lo largo de la historia, amonestaron al pueblo de Dios a leer y estudiar la Palabra de Dios? La razón es sencilla: Dios “dio su Palabra a los hombres como una revelación de sí mismo. Cada verdad que vamos descubriendo es una nueva revelación del carácter de su Autor. El estudio de las Sagradas Escrituras es el medio divinamente instituido para poner a los hombres en comunión más estrecha con su Creador y para darles a conocer más claramente su voluntad. Es el medio de comunicación entre Dios y el hombre” (CS 75).

Los escritos de Elena de White no deben ser usados nunca en lugar de la Biblia; por el contrario, ella pasó su vida tratando de lograr que los miembros de la iglesia leyeran la Biblia y la hicieran la regla de fe para sus vidas.

¿Cuáles son algunas maneras en que puedes obtener más provecho de tu propio estudio de la Biblia? ¿Cómo puedes hacer que el tiempo que pases con la Biblia sea más beneficioso de lo que es ahora?

Señalan a Jesús.
Martes 24 de marzo

Jesús dijo: “Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor” (Juan 5:39, NVI). ¿Qué nos dicen los siguientes textos del Antiguo Testamento acerca de Jesús? Sal. 16:9, 10; 41:9; Isa. 53:4-6; Miq. 5:2.

Jesús dijo: “Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día” (Juan 8:56), “Moisés [...] de mí escribió él” (Juan 5:46) y “David le [me] llama Señor” (Mat. 22:45). Él comenzó su ministerio en la sinagoga en Nazaret con las palabras de Isaías: “El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres” (Isa. 61:1, NVI). Jesús, entonces, dijo: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Luc. 4:21). Jesús sabía que el Antiguo Testamento estaba repleto con referencias a él. Él era el personaje central en la esperanza de Israel.

Los autores bíblicos, desde Moisés hasta el apóstol Juan, dirigieron a sus lectores a aquel que vendría la primera vez para salvar a su pueblo de sus pecados (Mat. 1:21) y una segunda vez para librarlos de la presencia del pecado (Apoc. 21:4).

Siguiendo en los pasos de los profetas bíblicos, Elena de White, en forma consistente, señaló a la gente a su Salvador Jesucristo. “No importa cuál hay sido la experiencia del pasado ni cuán desalentadoras sean las circunstancias del presente, si acudimos a Cristo en nuestra condición actual –débil, sin fuerza, desesperados–, nuestro compasivo Salvador saldrá a recibirnos mucho antes de que lleguemos, y nos rodeará con sus brazos amantes y con la capa de su propia justicia” (DMJ 13). Y ella amonesta a los pastores a hacer de Cristo el centro de todo. “Poned a Cristo en cada sermón. Espaciaos en las excelencias, la misericordia y la gloria de Jesucristo, hasta que Cristo se forme interiormente como la esperanza de gloria” (Ev 140).

Repetidamente ella enfatizó que Jesús era muy real para ella. “Yo sé que mi Salvador me ama, y yo amo a mi Jesús. Descanso en su amor, a pesar de mis imperfecciones” (4 MR 245). Jesús era el centro de su ministerio. “El objeto de todo ministerio”, dijo ella, “es mantener oculto el yo y hacer que aparezca Cristo. La exaltación de Cristo es la gran verdad que han de revelar todos los que trabajan en palabra y doctrina” (1 MS 182).

Olvidando por un momento las doctrinas y la teología, hazte esta pregunta básica: ¿Cuán bien conozco a Jesús? ¿Qué te dice tu respuesta acerca de ti mismo y de tu vida espiritual? ¿Qué cambios podría ser necesario que hagas?

La Sangre de los Profetas.
Miércoles 25 de marzo

“Así también ustedes, por fuera dan la impresión de ser justos pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad. ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Construyen sepulcros para los profetas y adornan los monumentos de los justos. Y dicen: Si hubiéramos vivido nosotros en los días de nuestros antepasados, no habríamos sido cómplices de ellos para derramar la sangre de los profetas. Pero así quedan implicados ustedes al declararse descendientes de los que asesinaron a los profetas” (Mat. 23:28-31, NVI).

¿Qué dicen las palabras de Jesús acerca de la actitud que muchos tienen hacia los profetas? ¿Qué lecciones podemos obtener de estas palabras para nosotros mismos?

A pesar de toda la evidencia en favor de la integridad y la validez del ministerio de Elena de White, aun entre nosotros hay quienes, en un sentido, están derramando “la sangre de los profetas”. Entre nosotros, como en el antiguo Israel, hay quienes de diversas maneras, sutiles y a veces no tan sutiles, están trabajando para destruir la confianza en el ministerio profético de Elena de White. Ha sido así desde el principio, y también podemos estar seguros de que será así hasta el fin. Casi cada acusación contra ella y sus obras es similar a las acusaciones hechas contra los profetas de la antigüedad y contra la misma Palabra de Dios.

Las razones para estas actitudes varían (ver la sección del viernes). Algunas personas han elevado sus escritos a un nivel que es inapropiado, y así otros han reaccionado ante esto, y algunas veces van demasiado lejos. Otros tienen una comprensión falsa de cómo actúa la inspiración, y como sus escritos no se adecuan a su comprensión, se han vuelto contra ellos. Algunos hablan, tal vez, por ignorancia; otros, tal vez, desde una hostilidad maliciosa. Afortunadamente, no hemos de juzgar los motivos o los corazones. Sencillamente, debemos ser capaces, como escribió Pedro: “[de] presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Ped. 3:15). Al fin, cada uno de nosotros tendrá que hacer una elección, por sí mismo, con respecto a las voces que escuchará y a las que creerá.

¿Cuál es tu propia actitud hacia los escritos de Elena de White? ¿Por qué tienes esa actitud? Piensa en razones para tenerla. ¿Estás abierto al cambio, si fuera necesario?

El Don y los Milagros.
Jueves 26 de marzo

“Y se difundió su fama [la de Cristo] por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó” (Mat. 4:24).

Piensa en el ministerio de Cristo cuando estuvo en la carne. Una y otra vez, Jesús realizó milagro tras milagro. Ya sea volver el agua en vino (Juan 2:1-11), la alimentación de los cinco mil (Mat. 14:14-21), la curación de los enfermos (Mat. 4:24) o la resurrección de la muerte (Juan 11:1-45), Jesús marcó su ministerio con milagros, un poderoso testimonio de su poder divino.

Lee Lucas 24:13 al 27, la historia de Jesús y de los dos discípulos en camino a Emaús. ¿Qué les señaló con el fin de persuadirlos de que Jesús de Nazaret era, en realidad, el Mesías? ¿Por qué es esa respuesta muy importante para nosotros, especialmente en el contexto del don profético?

A pesar de todas las cosas milagrosas que hizo Cristo mientras estuvo aquí, él les señaló a los dos discípulos la Palabra de Dios y la Biblia sola para enseñarles la verdad acerca de su muerte y su resurrección, y lo que ellas significaban.

Este punto no debería ser pasado por alto. A través de los años, ha habido numerosos informes de las formas milagrosas en las que Dios obró por medio del ministerio de Elena de White. Algunos de esos informes son más fáciles de verificar que otros. Como quiera que sea, al fin, nuestras creencias en la manifestación de este don no debería descansar sobre milagros y cosas así. Aunque puedan tener su lugar, la prueba máxima debe ser siempre la Palabra de Dios y de qué modo el don armoniza con la Biblia. Los milagros están bien, pero difícilmente puedan ser la prueba final, y no significan nada si las enseñanzas no son bíblicas.

Así como con la inspiración de la Biblia, también permanecen algunas preguntas acerca de la manifestación del don profético en la vida de Elena de White. No obstante, el don habla por sí mismo y da el mejor testimonio con respecto a sí mismo. Hay poco más que nosotros, por causa de los milagros, podríamos o deberíamos añadir. Se ha dado evidencia más que suficiente para que cualquiera pueda hacer una decisión informada con respecto al don, sin importar las preguntas no respondidas que nosotros, que “vemos por espejo, oscuramente” (1 Cor. 13:12), pudiéramos tener todavía.

Para Estudiar y Meditar.
Viernes 27 de marzo

Lee, en Mensajes selectos, tomo 1, “Actitudes acerca de los testimonios”, pp. 45-55.

La oposición o la indiferencia hacia los escritos de Elena de White generalmente son el resultado de: 1) no leer lo suficiente de sus escritos como para reconocer y comprender sus instrucciones generales y bien equilibradas; 2) no comprender la relación apropiada de sus escritos con las Escrituras; 3) no reconocer la verdadera naturaleza de la inspiración divina; 4) no reconocer el principio del tiempo y el lugar en relación con el consejo que ella ha dado; 5) no reconocer que sus consejos todavía son relevantes hoy; 6) no reconocer que, aunque hay evidencia suficiente para convencer a los honestos de corazón, Dios no elimina las oportunidades para dudar; 7) una falta de disposición de hacer un sacrificio personal de algún hábito o práctica acariciados que parece estar fuera de armonía con los consejos dados en los escritos de Elena de White.

La mayor parte de la oposición al espíritu de profecía desaparecería: 1) si la gente dejara de usar alguna frase o algún párrafo favorito como garrote para golpear a otra persona; 2) si todos aplicaran los consejos a sí mismos, en vez de tratar de aplicarlos a otra persona; 3) si no la citáramos sin saber dónde se encuentra la cita (hay, en existencia, demasiados dichos apócrifos); 4) si no discutiéramos algo que ella escribió sin haber estudiado todo lo que escribió sobre un tema en particular (un conocimiento parcial puede ser más peligroso que la ignorancia completa); 5) si reconociéramos que el fracaso de la gente en vivir a la altura de los consejos que dio Elena de White, o no cumplirlos, no tiene absolutamente nada que ver con la confiabilidad de sus visiones y sus instrucciones. (Basado en Dento E. Rebok, Believe His Prophet, pp. 309-312).

Preguntas Para Dialogar:

1. Como clase, hablen acerca de las bendiciones que la Iglesia Adventista ha recibido del ministerio de Elena de White. ¿Cuáles son algunas de las citas favoritas de los miembros de la clase? ¿De qué modo sus escritos han impactado personalmente en el crecimiento espiritual de cada miembro? Al mismo tiempo, ¿qué luchas ha tenido la gente, a veces, con sus escritos? ¿Cuál ha sido la causa de esos problemas, y cómo podemos ayudar a esas personas a superarlos?
2. Muchas personas nuevas que entran en la Iglesia Adventista tienen preguntas acerca de Elena de White. ¿Cuáles son algunas maneras en que podemos ayudarlas a tener una comprensión equilibrada del don profético?
3. ¿Qué has aprendido este trimestre que te ayudará a comprender mejor el papel del Espíritu de Profecía? ¿Qué posiciones has tenido que cambiar? ¿Qué nuevas vislumbres has obtenido? ¿Qué preguntas todavía quedan sin responder?


Guía de Estudio de la Biblia: El don profético y la iglesia remanente de Dios. Edición de Adultos.
Periodo: Trimestre Enero-Marzo de 2009
Autor: Gerhard Pfandl, nacido en Austria, ha sido director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General desde 1999.
Editor: Clifford Goldstein

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Lección 13: La confianza en el don profético / Edición para Maestros

El sábado enseñaré...

Texto Clave: 2 Crónicas 20:20.

Enseña a tu clase a:

Saber que se puede confiar en la Biblia para darnos entendimiento.
Sentir el deseo de estudiar con más intensidad y propósito la Palabra de Dios.
Hacer: Sostener y elevar la Biblia y los escritos de Elena de White.

Bosquejo de la Lección

I. Respuesta al chasco (Luc. 24:13-27)
A. ¿De qué manera este incidente es similar la experiencia de nuestros pioneros? ¿De qué manera la Biblia y la conducción profética ayudaron a la gente a avanzar en medio de la crisis?
B. ¿Qué papel desempeñaron las milagrosas apariciones de Jesús a los discípulos? ¿De qué modo esos milagros se relacionan con su exposición a las Escrituras?
C. ¿Por qué fueron tan importantes las Escrituras para los discípulos y nuestros pioneros? Lee Juan 5:39. ¿Cómo nos ayudó Elena de White a enfatizar a Jesús como el tema central de nuestra iglesia?

II. Respuesta a los críticos (Mat. 23:28-31)
A. ¿Cómo te sientes cuando la gente ataca la Biblia o los escritos de Elena de White? ¿Cómo deberíamos responder a los críticos?
B. ¿Cómo ha aumentado tu comprensión de la Biblia y los escritos de Elena de White? ¿Cómo fue ese camino? ¿De qué modo no podría beneficiar a otros?

III. Respuesta al futuro (Hech. 1:6)
A. ¿En qué áreas necesitas personalmente más comprensión? ¿De qué modo nuestra iglesia necesita crecer en comprensión?
B. ¿Por qué deberíamos ser como los bereanos (Hech. 17:11)? ¿Cómo podemos asegurarnos que la Biblia permanezca como el fundamento de nuestras doctrinas y prácticas?

Resumen

Siempre habrá críticos de la Biblia y de los escritos de Elena de White. Jesús mantuvo en alto las Escrituras, y las Escrituras lo señalan a él. Elena de White también dirige nuestra atención a Jesús. Podemos tener confianza en el futuro por causa de lo que la Biblia revela acerca de Dios.

CICLO DE APRENDIZAJE

PASO 1: ¡Motiva!

Concepto clave para el crecimiento espiritual: Dios nos asegura que podemos tener completa confianza y fe en las verdades proféticas de su Palabra.

El 20 de diciembre de 1995, 159 personas murieron cuando el vuelo de American Airlines 965 cayó cerca de Cali, Colombia. La causa fue una programación incorrecta de la computadora de manejo del vuelo. Es un pensamiento solemne saber que los instrumentos de un avión pueden conservar la vida o causar muerte. El piloto debe ser capaz de confiar en los instrumentos de su aeronave; de otro modo, puede resultar un desastre.

Cuando un avión entra en el centro de una tormenta, el piloto ya no ve el suelo ni el horizonte, y puede experimentar una “desorientación espacial”. Por cuanto los puntos de referencia que guían a nuestros sentidos ya no se pueden ver, la percepción se vuelve no confiable. Sin embargo, si el piloto confía plenamente en los instrumentos de su cabina de vuelo para revelar la ubicación del avión, estos pueden guiarlo con éxito a su destino. No sorprende que los instructores de vuelo enfaticen la importancia de confiar en los instrumentos y leerlos correctamente.

Considera: La vida es nuestro vehículo desde el nacimiento hasta la eternidad. Los escritos proféticos, registrados en las Escrituras, son nuestro instrumento de conducción. Al vivir, ¿ponemos más confianza en nuestros sentimientos o en nuestro instrumento guiador?

PASO 2: ¡Explora!

Comentario de la Biblia

I. La autoridad bíblica (Luc. 24:13-27, 45; Hech. 1:6; 10:9-16, 44-48)

Aunque los miembros de la iglesia primitiva recibieron los mensajes de los apóstoles como originados divinamente, no lo hicieron en forma incondicional. Los mensajes más nuevos eran fielmente comparados con los registros más antiguos de la revelación de Dios, las Escrituras que ahora llamamos el Antiguo Testamento. Había muchos falsos maestros que pretendían tener revelaciones nuevas por sueños. Si los primeros cristianos no hubieran probado esas pretensiones con la norma de la revelación aceptada (1 Juan 4:1), la iglesia probablemente se habría desintegrado antes del tercer siglo.

Considera: Lee los siguientes versículos y luego responde a las preguntas: Hechos 17:11; 1 Tesalonicenses 2:13; 2 Pedro 1:19-21; 3:15; Judas 8; Apocalipsis 1:1-3.

¿Quién originó los mensajes hablados por los profetas? ¿Cómo recibieron los primeros creyentes los mensajes entregados por los apóstoles? ¿Con qué compararon algunos cristianos los mensajes más nuevos presentados por los apóstoles? ¿Qué pretendían los falsos maestros del primer siglo acerca de cuál era la fuente de su mensaje y, con ello, de su autoridad?

II. En la Palabra (Prov. 2:1-6; Isa. 34:16; Mat. 4:4; Hech. 17:11; Apoc. 1:3)

El estudio bíblico adecuado es amplio, y toma en cuenta todo el consejo de Dios (Hech. 20:27). ¡Cuidado con el maestro que ama a Pablo, pero odia a Santiago! Dios no cometió errores en sus mensajes o en su elección de escritores. Jesús mismo fue un ejemplo en este enfoque de las Escrituras. Como Jesús, Timoteo fue educado en las Escrituras desde la infancia. Pablo, aprisionado y afrontando la muerte, todavía estudiaba. ¿Cuán importante es, entonces, un estudio sistemático de la Biblia a lo largo de toda la vida?

Considera: Lee también Luc. 24:27 y 32; Juan 5:39; 20:30 y 31; 2 Tim. 3:14 y 15; y 4:13. ¿Cuál es el mensaje central de las Escrituras? ¿Qué sugiere este mensaje acerca de la importancia de estudiar la Biblia? ¿Cuán temprano debería una persona comenzar a aprender el mensaje? ¿De qué modo la Biblia nos fortalece contra la tentación?

III. Señala a Jesús (Sal. 16:9, 10; 41:9; Isa. 53:4-6; Miq. 5:2; Mat. 1:21; 22:45; Luc. 4:18, 21; Juan 5:39, 46; 8:56; Apoc. 21:4)

Otros libros señalan cómo tener éxito en la vida. Algunos ofrecen paz y contentamiento. Algunos pretenden traer alivio de la culpa y la vergüenza. Otros aun prometen progreso personal y fama.

Considera: ¿Por qué supones que la Biblia sencillamente señala a Jesús?

IV. La sangre de los profetas (Mat. 23:28-31)

Considera: Mateo 21:33-39, 45. En la parábola, ¿a quién está representando el dueño del campo? ¿A quiénes representan los siervos? ¿A quién representa el hijo? ¿Qué revela el trato que le dieron a los siervos enviados por el dueño acerca de la actitud de los siervos inquilinos hacia el dueño del campo? ¿A qué condujo oportunamente el maltrato dado a los siervos del dueño? ¿Qué revela nuestro trato a los profetas con respecto a nuestra actitud hacia Dios y su Hijo?

V. El don y los milagros (Mat. 4:24; 14:14-21; Luc. 24:13-27; Juan 2:1-11; 11:1-45)

Lee también Éxodo 7:10 y 11; Isaías 8:20; y Hechos 12:21 al 24. El hacer milagros no es una evidencia segura de que se está hablando por Dios. El milagro de la vara de Aarón convertida en serpiente fue imitado con éxito por los magos del Faraón. Ni un discurso elocuente es el barómetro que mide la verdad. La elocuencia y el orgullo de Herodes lo llevaron a su muerte, pero la Palabra de Dios creció. Sin embargo, hay una vara de medir para las manifestaciones y las expresiones modernas: “A la ley y al testimonio”. Si una persona dice algo que contradice las Escrituras, es peor que un túnel sin salida.

Considera: ¿Qué pautas bíblicas nos ha dado Dios para interpretar las Escrituras? ¿Qué hacemos con los pasajes que son difíciles de comprender? ¿Qué conducción nos ofrece la Palabra de Dios en este caso?

PASO 3: ¡Practica!

Parábola dramatizada: Lee lo siguiente y luego analicen el párrafo.

Escéptico: ¡Ah! ¿Así que Ud. piensa que ha estado hablando con otro ser inteligente todo este tiempo?

Creyente: De hecho, sí.

Escéptico: ¿Así que Ud. habla, y mágicamente su voz se eleva a los cielos para ser enviada a alguien que ansiosamente está esperando su llamada?

Creyente: Exactamente.

Escéptico: Bien, su candidez es emocionante, pero, realmente, ¿no será tiempo de bajar a la realidad?

Creyente: Bueno, pero ¿cómo explica el hecho de que escucho una voz en el otro extremo cada vez que llamo?

Escéptico: ¿Cada vez?

Creyente: Bueno, frecuentemente, y en otros casos dejo el mensaje.

Escéptico: ¿Realmente? Bien, estoy seguro de que es consolador creer que hay realmente alguien allá afuera, que lo escucha y se interesa por usted, y le responde cuando llama; pero todo eso es una ilusión.

Creyente: ¡Ilusión!

Escéptico: No estoy diciendo que sea malo. Algunos de nosotros nunca hemos crecido lo suficiente para abandonar nuestros elementos preferidos de consuelo y seguridad. De modo que, si lo hace sentir mejor y más seguro, no tengo objeciones para su fantasía.

Creyente: Esto no es una fantasía.

Escéptico: Solo algo imaginario... Dígame, ¿ha visto, o tocado o sostenido...?

Creyente: ¿Tocado o sostenido? Usted sabe que la respuesta es no; pero allá, más allá de lo que nuestros ojos pueden ver, hay algo que es real. He leído acerca de esto por los que lo han visto y tocado realmente, por sí mismos, antes de perderlo de vista en su ascenso al cielo.

Escéptico: Cuentos de hadas, cuentos de hadas... ¿Dónde están las pruebas? Fuera de las afirmaciones de unos pocos soñadores visionarios, cuyas ideas no son dignas de confianza, usted no tiene nada. Su confianza está edificada sobre esperanzas falsas.

Creyente: Entonces, ¿cómo explica usted el libro? ¿Por qué tantas personas tienen sus nombres en el libro si, como usted dice, tal comunicación no existe?

Escéptico: Mentiras, mentiras, mentiras. Su mundo invisible desafía la razón. En cuanto a mí, si no lo puedo ver, tocar, sostener y explicar, no es real. Toda persona pensante está de acuerdo con esto. Usted ha estado haciendo descansar su cabeza en la pileta del lavado de cerebro por demasiado tiempo. ¡Tendría yo que ser un necio para creer en los teléfonos satelitales!

Analicen: Aunque no podamos ver los satélites, no vacilaríamos en usar un teléfono satelital. Así que, entonces, ¿por qué es tan difícil creer que existe un Dios invisible? Una vez se hizo visible en la persona de Jesús, quien ascendió al cielo. Él recibe nuestros mensajes y nos comunica esperanza. ¿No hay acaso evidencias abundantes, aunque sean invisibles?

PASO 4: ¡Aplica!

Actividad: Pide a la clase que haga una lista de los elementos de los que dependen regularmente. Las respuestas pueden incluir cosas como la familia, el banco, la compañía de teléfonos, el auto o el sistema de transportes, las fuentes de las noticias, la electricidad y otros servicios, las luces de tránsito, la predicción del tiempo, la salida y la puesta del sol. Pregunta a la clase por qué ponen su confianza en estas cosas. ¿Damos por sentadas algunas de ellas porque suceden con tal regularidad? ¿Cómo reaccionamos cuando algo falla, que ha sido normalmente confiable? Cuando hay una interrupción ocasional del servicio de nuestra electricidad o del teléfono, ¿nos enojamos y decidimos nunca más usar un teléfono o un aparato eléctrico? ¿Decimos, durante esas breves interrupciones: “Lo sabía. No hay tal cosa como la electricidad. Debería haberlo sabido mejor. Todo eso es simplemente fruto de mi imaginación”? Aplica estos principios a nuestra relación con Dios y con el don profético.

En conclusión: Si tienes una clase que gusta del canto, ¡termina con una nota alegre! Los siguientes himnos y estrofas destacados enfatizan el poner la confianza en la Palabra de Dios.

“Oh, cuán dulce es fiar en Cristo” (Himnario Adventista [HA], Nº 254), especialmente la primera estrofa.

“¡Cuán firme cimiento!” (HA, Nº 196), especialmente la primera estrofa.

“Castillo fuerte es nuestro Dios” (HA, Nº 255), especialmente las tercera y cuarta estrofas.

“La Biblia nos habla de Cristo” (HA, Nº 201), especialmente la primera estrofa.


Guía de Estudio de la Biblia: El don profético yla iglesia remanente de Dios. Edición de Maestros.
Periodo: Trimestre Enero-Marzo de 2009
Autor: Gerhard Pfandl, nacido en Austria, ha sido director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General desde 1999.
Editor: Clifford Goldstein

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Lección 13: La confianza en el don profético / Notas de Elena de White

Sábado 21

Cuando Jesús les habló a sus discípulos acerca de la obra que debían hacer cuando el Espíritu Santo descendiera sobre ellos, le preguntaron: "¿Restaurarás el reino a Israel en este tiempo?" Y él les dijo: " ... Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hechos 1 :6, 8). Los discípulos debían comenzar a trabajar donde él había sembrado las semillas de verdad. Multitudes habían escuchado sus palabras y las habían creído, pero no habían tenido el valor moral para reconocerlo como su Salvador porque temían ser expulsados de la sinagoga. Cuando el Espíritu Santo fue derramado, la simiente que Cristo había sembrado maduró y dio fruto. Los discípulos fueron inspirados con valor y esperanza y estuvieron listos para ir hasta los confines de la tierra a proclamar acerca del Salvador resucitado. En cada generación sucesiva hubo quienes recibieron nueva luz y se levantaron para llevar hacia adelante el evangelio. Hoy, cuando estamos más cerca del cumplimiento de la esperanza cristiana; cuando estamos más cerca que nunca del gran trono blanco, también tenemos una mayor revelación de Jesús que la que tuvieron nuestro antepasados (Signs of the Times, octubre 14, 1889).

Autoridad Bíblica.
Domingo 22

Después de la crucifixión y resurrección de Cristo, sus discípulos escucharon sus lecciones de verdad con admiración y asombro, pues les parecían como nuevas ideas para ellos. Pero él les dijo: "Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros... Entonces les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras" (S. Lucas 24: 44, 45). La verdad se está desplegando constantemente, y presenta nuevos aspectos a las diferentes mentes. Todos los que cavan en las minas de la verdad descubrirán constantemente ricas y preciosas gemas. Estamos ansiosos de que todos los que pretenden creer la verdad que ahora se presenta ante nosotros, y especialmente los que tienen la responsabilidad de enseñar la verdad a otros, posean un concepto más claro ellos mismos del importantísimo significado de los temas de la Biblia (Mensajes selectos, 1. 1, pp. 472, 473).

En los días de Cristo, sus oyentes estaban confundidos con sus propias enseñanzas y opiniones. Mezclaban sus ideas preconcebidas con las enseñanzas de Cristo, lo que impedía que comprendieran las elevadas verdades que él presentaba. En su ceguera no podían interpretar correctamente las escrituras del Antiguo Testamento. A los discípulos, él les abrió el entendimiento para revelarles la base práctica y espiritual de los mandamientos de Dios y su efecto en la vida y el carácter. Les prometió que después de su ascensión enviaría el Espíritu Santo para recordarles todo lo que les había dicho, porque dejaba en sus manos verdades cuyo valor en ese momento no comprendían. "Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras" (S. Lucas 24:44, 45). Los discípulos fueron aceptando lentamente todo lo que las Escrituras testificaban acerca de Cristo (Review and Herald, febrero 4, 1890).

"Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras". Antes de esto, los discípulos no habían entendido el significado espiritual de sus enseñanzas. También hoy, las mentes del pueblo de Dios deben ser abiertas para entender las Escrituras. Algunos dicen que no se le debe dar a un pasaje más que un solo significado, ni se debe modificar lo que hemos entendido en el pasado; pero eso significa no dar lugar al Espíritu de Dios. Cuanto más caminemos en la luz de la verdad, tanto más nos pareceremos a Cristo en espíritu y en carácter, y la verdad nos resultará más y más brillante. Cuanto más luz se nos revele, la valoraremos tanto más preciosa que cuando la examinamos por primera vez de manera casual. La verdad tal como es en Jesús puede expandirse y desarrollarse constantemente, y así como su divino Autor, nos resultará más apreciable y hermosa. Al revelársenos su significado más profundo aspiraremos a una más perfecta conformidad con sus enseñanzas. Tal comprensión de la verdad eleva la mente y transforma el carácter llevándolo hacia la perfección divina (Review and Herald, octubre 21, 1890).

Entrar en La Palabra.
Lunes 23

La Biblia es la revelación de Dios para nuestro mundo y tiene el propósito de decimos qué clase de carácter debemos tener para llegar al paraíso de Dios. Debemos considerarla la manifestación divina de las cosas eternas; asuntos que son de la mayor consecuencia para nosotros. El mundo la deja a un lado pensando que ya ha sido suficientemente investigada, pero mil años de investigación no agotarían la busque da de los tesoros escondidos que contiene. Sólo la eternidad agotará la sabiduría de este libro, porque es la sabiduría de una mente infinita.

En ninguna época el ser humano ha aprendido todo lo que se puede aprender de la Palabra de Dios. Siempre habrá nuevas facetas de la verdad y del carácter y los atributos de Dios que pueden comprenderse: su benevolencia, su misericordia, su paciencia, y el ejemplo de Cristo en su perfecta obediencia. "Aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad" (S. Juan 1:14). Su estudio eleva el intelecto y fortifica la habilidad mental. Cuando el que la investiga descubre tesoros escondidos, declara triunfante: "Indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria" (1 Timoteo 3:16). "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres" (Filipenses 2:5-7).

La Biblia, plenamente recibida y estudiada como la voz de Dios, le dice a la familia humana cómo alcanzar la felicidad eterna y asegurarse los tesoros celestiales. "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3: 16, 17). ¿Seremos tan necios como para no comprender su valor? ¿Cultivaremos las ansias de leer otros autores famosos antes que la Palabra de Dios? Este deseo irreprimible de buscar el conocimiento humano en lugar del divino no nos hace sabios para salvación (Fundamentals of Christian Education, pp. 444, 445).

Los testimonios de la Hna. White no deben ser presentados en primera línea. La Palabra de Dios es la norma infalible. Los testimonios no han de ocupar el lugar de la Palabra. Debe ejercerse gran cuidado por parte de todos los creyentes, para presentar cuidadosamente estas cuestiones, y siempre conviene detenerse cuando se ha dicho suficiente. Prueben todos su posición por medio de las Escrituras, y prueben por la Palabra revelada de Dios todo punto que sostienen como verdad.

Cuanto más miremos las promesas de la Palabra de Dios, más brillantes aparecen. Cuanto más las practiquemos, tanto más profunda será nuestra comprensión de ellas. Nuestra posición y fe se basan en la Biblia. Y nunca queremos que un alma presente los testimonios antes que la Biblia (El evangelismo, p. 190).

Señalan a Jesús.
Martes 24

Veo en Jesús todo lo que es hermoso, todo lo que es santo, todo lo que es elevador y puro. Entonces, ¿por qué he de querer abrir mis ojos para ver todo lo que es desagradable? Por la contemplación somos transformados. Contemplemos a Jesús y consideremos la hermosura de su carácter, y contemplándolo seremos transformados a su semejanza (Nuestra elevada vocación, p. 336).

Cristo es el vínculo de unión entre Dios y el hombre. Él prometió su intercesión personal. Coloca toda la virtud de su justicia de parte del suplicante. Intercede por el hombre, y el hombre, que necesita ayuda divina, intercede por sí mismo en presencia de Dios, usando la influencia de Aquel que dio su vida por la vida del mundo. Mientras reconocemos delante de Dios nuestro aprecio por los méritos de Cristo, nuestras intercesiones cobran fragancia. Mientras nos acercamos a Dios por la virtud de los méritos del Redentor, Cristo nos atrae cerca de sí, rodeándonos con su brazo humano, mientras que con su brazo divino traba del trono del Infinito. Pone sus méritos, como suave incienso, en el incensario que tenemos en la mano, a fin de alentar nuestras peticiones. Él promete oír y contestar nuestras súplicas (Joyas de los testimonios, 1. 3, pp. 93, 94).

Mediante Cristo, se dan al hombre tanto restauración como reconciliación. El abismo abierto por el pecado ha sido salvado por la cruz del Calvario. Un rescate pleno y completo ha sido pagado por Jesús en virtud del cual es perdonado el pecador y es mantenida la justicia de la ley. Todos los que creen que Cristo es el sacrificio expiatorio pueden ir y recibir el perdón de sus pecados, pues mediante los méritos de Cristo se ha abierto la comunicación entre Dios y el hombre. Dios puede aceptarme como a su hijo y yo puedo tener derecho a él y puedo regocijarme en él como en mi Padre amante. Debemos centralizar nuestras esperanzas del Cielo únicamente en Cristo, pues él es nuestro sustituto y garantía (La maravillosa gracia de Dios, p. 177).

Permitid que hable Daniel, haced que se exprese el Apocalipsis, y digan qué es verdad. Pero cualquiera sea el aspecto del tema que se presente, levantad a Jesús como el centro de toda esperanza, "la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente, y de la mañana" (Testimonios para los ministros, pp. 115, 116).

El mensaje del tercer ángel hace un llamado a presentar el cuarto mandamiento ante el mundo, pero el gran centro de atracción, Jesucristo, no debe ser dejado fuera de este mensaje. Muchos que han estado dedicados a la obra para este tiempo, han colocado a Cristo en un nivel secundario y las teorías y argumentos han tomado el primer lugar (Review and Herald, marzo 20, 1894).

El Don y los Milagros.
Miércoles 25

La nación judía está ante nosotros como un ejemplo del agotamiento de la vasta paciencia de Dios. Con la destrucción de Jerusalén se simboliza la destrucción del mundo. Los labios del que siempre pronunciaba bendiciones sobre los arrepentidos, animaba a los pobres y dolientes, y proporcionaba alegría a los humildes, pronunciaron una maldición sobre las personas a quienes él había presentado la luz pero que no quisieron apreciarla ni aceptarla. Él declaró a aquellos que pensaban evadir la clara y distinta Palabra de Dios, y albergaban tradiciones humanas, que serían hallados culpables de toda la sangre de los profetas que habían sido muertos desde el principio del mundo.

Vez tras vez Dios reprendió a los judíos por su conducta impía, mediante severos castigos; pero ellos lo provocaron con sus obras de impiedad al menospreciar la ley del Señor de los ejércitos, y finalmente, al negar reverencia a su Hijo unigénito. Cada siglo de transgresiones atesoró ira para el día de la ira. Jesús instó a la obstinada e impenitente nación a que llenara la medida de su iniquidad. Sus obras impías no fueron olvidadas ni pasadas por alto. Cuando el tiempo del juicio retributivo llegó a su plenitud, salió la orden desde el lugar sagrado del Altísimo para que se defendiera el honor de Dios y se magnificara su ley (Comentario bíblico adventista, 1. 3, p. 1151).

Cristo advirtió a sus discípulos que en el mundo tendrían aflicción; serían traídos ante reyes y gobernantes por causa de su nombre; dirían todo mal contra ellos, mintiendo, y los que destruyeran sus vidas pensarían que estaban haciendo un servicio a Dios. En cada época, aquellos que han vivido piadosamente han sufrido alguna forma de persecución. Muchos profetas y apóstoles fueron perseguidos, puestos en prisión y condenados a muerte por causa de su nombre. Sufrieron toda forma de crueldad, odio y venganza que Satanás llevaba a las mentes impías a inventar.

Hoy en día, el mundo está tan opuesto a la religión genuina como lo estuvo en el pasado. El mismo odio y hostilidad que llevó al rechazo y la crucifixión de Cristo y a la persecución de sus fieles testigos, todavía se enciende en los corazones de los hijos de la desobediencia, y brotará nuevamente con energía maligna (The Youth 's Instructor, mayo 28, 1884).

Satanás está... constantemente haciendo fuerza por introducir lo espurio a fin de apartar de la verdad. Precisamente, el último engaño de Satanás se hará para que no tenga efecto el testimonio del Espíritu de Dios. "Sin profecía el pueblo será disipado" (Prov. 29: 18). Satanás trabajará hábilmente en diferentes formas y mediante diferentes instrumentos para perturbar la confianza del pueblo remanente de Dios en el testimonio verdadero.

Se encenderá un odio satánico contra los testimonios. La obra de Satanás será perturbar la fe de las iglesias en ellos por esta razón: Satanás no puede disponer de una senda tan clara para introducir sus engaños y atar a las almas con sus errores si se obedecen las amonestaciones y reproches del Espíritu de Dios.

Hay algunos que piensan que pueden medir el carácter y estimar la importancia de la obra que el Señor me ha dado. Su propia mentalidad y juicio son la norma por la cual quieren pesar los testimonios.

Mi Instructor me dijo: Di a esos hombres que Dios no les ha confiado la obra de medir, clasificar y definir el carácter de los testimonios. Los que intentan esto seguramente errarán en sus conclusiones. El Señor quiere que los hombres se apliquen a su obra señalada. Si observan el camino del Señor, podrán discernir claramente que la obra que Dios me ha señalado para hacer no es de invención humana.

Los que cuidadosamente leen los testimonios así como aparecieron desde los primeros días, no necesitan estar perplejos en cuanto a su origen. Los muchos libros escritos con la ayuda del Espíritu de Dios dan un claro testimonio en cuanto al carácter de los testimonios (Mensajes selectos, 1. 1, pp. 54, 55).

El Don y los Milagros.
Jueves 26

Empezando con Moisés, alfa de la historia bíblica, Cristo expuso en todas las Escrituras las cosas concernientes a él. Si se hubiese dado a conocer primero, el corazón de ellos habría quedado satisfecho. En la plenitud de su gozo, no habrían deseado más. Pero era necesario que comprendiesen el testimonio que le daban los símbolos y las profecías del Antiguo Testamento. Su fe debía establecerse sobre éstas. Cristo no realizó ningún milagro para convencerlos, sino que su primera obra consistió en explicar las Escrituras. Ellos habían considerado su muerte como la destrucción de todas sus esperanzas. Ahora les demostró por los profetas que era la evidencia más categórica para su fe.

Al enseñar a estos discípulos, Jesús demostró la importancia del Antiguo Testamento como testimonio de su misión. Muchos de los que profesan ser cristianos ahora, descartan el Antiguo Testamento y aseveran que ya no tiene utilidad. Pero tal no fue la enseñanza de Cristo. Tan altamente lo apreciaba que en una oportunidad dijo: "Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se levantare de los muertos".

Es la voz de Cristo que habla por los patriarcas y los profetas, desde los días de Adán hasta las escenas finales del tiempo. El Salvador se revela en el Antiguo Testamento tan claramente como en el Nuevo. Es la luz del pasado profético lo que presenta la vida de Cristo y las enseñanzas del Nuevo Testamento con claridad y belleza. Los milagros de Cristo son una prueba de su divinidad; pero una prueba aun más categórica de que él es el Redentor del mundo se halla al comparar las profecías del Antiguo Testamento con la historia del Nuevo.

Razonando sobre la base de la profecía, Cristo dio a sus discípulos una idea correcta de lo que había de ser en la humanidad. Su expectativa de un Mesías que había de asumir el trono y el poder real de acuerdo con los deseos de los hombres, había sido engañosa. Les había impedido comprender correctamente su descenso de la posición más sublime a la más humilde que pudiese ocupar. Cristo deseaba que las ideas de sus discípulos fuesen puras y veraces en toda especificación. Debían comprender, en la medida de lo posible, la copa de sufrimiento que le había sido dada. Les demostró que el terrible conflicto que todavía no podían comprender era el cumplimiento del pacto hecho antes de la fundación del mundo. Cristo debía morir, como todo transgresor de la ley debe morir si continúa en el pecado. Todo esto había de suceder, pero no terminaba en derrota, sino en una victoria gloriosa y eterna. Jesús les dijo que debía hacerse todo esfuerzo posible para salvar al mundo del pecado. Sus seguidores deberían vivir como él había vivido y obrar como él había obrado, esforzándose y perseverando.

Así discurrió Cristo con sus discípulos, abriendo su entendimiento para que comprendiesen las Escrituras (El Deseado de todas las gentes, pp. 739-741).

Estudiar y Meditar
Viernes 27

Mensajes selectos, tomo 1, “Actitudes acerca de los testimonios”, pp. 45-55.

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sábado, 14 de marzo de 2009

Lección 12: Las bendiciones del don profético. Para el 21 de marzo de 2009

Sábado 14 de marzo.

Lee Para el Estudio de esta Semana: Éxodo 17:14; 34:27; Levítico 11:1-8; Deuteronomio 6:4-7; Isaías 44:8; 49:6.
Para Memorizar: “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas” (Amós 3:7).

A LO LARGO DE TODA LA HISTORIA BÍBLICA, Dios ha trabajado por medio de profetas (incluyendo los que no escribieron ningún libro de la Biblia) con el fin de animar, elevar y advertir al pueblo de Dios. Por impopular que hayan sido sus mensajes a veces, o por más que sus motivos hayan sido mal comprendidos, todas estas personas tenían una meta en mente: bendecir y beneficiar a la iglesia de Dios. Y, ciertamente, no fue diferente con Elena de White y su don profético.

Esta semana consideraremos algunas de las bendiciones que ha recibido el pueblo de Dios por medio del don profético. La Iglesia Adventista del Séptimo Día, ciertamente como la conocemos hoy, probablemente no existiría si no hubiera sido por la conducción que Dios dio a este movimiento mediante el Espíritu de Profecía.

Un Vistazo a la Semana: ¿Por qué y con qué propósito eligió Dios a Israel como su pueblo especial? ¿De qué modo eran educados los jóvenes de Israel en los tiempos del Antiguo Testamento? ¿Cuáles eran algunos de los consejos de salud que Dios dio a los israelitas? ¿Por qué los israelitas escribían la Palabra de Dios en los marcos de las puertas de sus casas? ¿De qué manera usó Dios el don de profecía para beneficiar a la iglesia?

Misión.
Domingo 15 de marzo

¿Por qué eligió Dios a Israel como su pueblo especial? Deut. 7:7, 8; Isa. 44:8; 49:6.

Dios eligió a Israel para ser su testigo. Todas las naciones de la tierra habían de compartir las bendiciones que él otorgaría a su pueblo. Israel debía mostrar la alabanza a Dios (Isa. 43:21), declarar su gloria entre las naciones (Isa. 66:19) y ser una luz para los gentiles.

¿Cuál es la misión de la iglesia cristiana, y cuán bien está llevando a cabo esta misión? Mat. 28:19, 20.

La iglesia cristiana experimentó dos grandes períodos de expansión en su historia. El primer período fue en ocasión de su establecimiento en los siglos primero y segundo; el segundo ocurrió durante el siglo XIX, también llamado el siglo de las misiones. Siguiendo los grandes reavivamientos del siglo XVIII y comienzos del XIX, la iglesia cristiana estableció muchas sociedades bíblicas y misioneras en Europa y América del Norte, y en el transcurso de 100 años aumentó del 18% de la población del mundo en el año 1800 al 34% en 1900.

En las primeras décadas de la historia adventista del séptimo día, se creyó que la iglesia estaba cumpliendo el mandato de Dios de enseñar a todas las naciones al predicar a los inmigrantes de América del Norte. Sin embargo, Elena de White escribió en 1871: “Los jóvenes deben estar adquiriendo las calificaciones para este trabajo y familiarizarse con otros idiomas, para que Dios los use como medios de comunicar su verdad salvadora a los habitantes de otras naciones” (NB 225, 226).

Luego, en 1874, tuvo un sueño impresionante en cuanto a dar el mensaje del tercer ángel al mundo. En el sueño, se le dijo: “Estáis concibiendo ideas demasiado limitadas de la obra para este tiempo. [...] El mensaje avanzará con poder a todas partes del mundo, a Oregon, a Europa, a Australia, a las islas del mar, a todas las naciones, lenguas y pueblos. [...] Vuestra fe es limitada, muy pequeña. Vuestro concepto de la obra necesita ampliarse grandemente” (NB 231).

Ese mismo año, J. N. Andrews llegó a ser el primer misionero oficial adventista del séptimo día al extranjero. Él y sus hijos fueron a Suiza y, tres años más tarde, la familia de John G. Matteson fue enviada a Escandinavia. Hoy, de los 229 países del mundo reconocidos por las Naciones Unidas, los Adventistas del Séptimo Día tienen obra establecida en más de doscientos de ellos.

¿De qué manera logramos el equilibro entre trabajar por las almas allende los mares mientras, al mismo tiempo, no descuidamos el campo misionero en nuestro propio vecindario?

Educación.
Lunes 16 de marzo

¿De qué modo eran educados los jóvenes de Israel en tiempos del Antiguo Testamento? ¿Qué principios importantes podemos obtener de estos textos con respecto al aspecto espiritual de toda educación apropiada? Gén. 18:19; Deut. 6:4-7, 20-25.

Por medio de las instrucciones del padre, los niños hebreos aprendían lo que Dios había hecho por su pueblo en el pasado, cómo debían vivir en su presencia y cuáles eran las promesas de Dios para el futuro. También se les enseñaban habilidades que necesitarían para ser miembros de éxito en su comunidad. Por consiguiente, era tanto una educación en las habilidades prácticas como una instrucción espiritual y religiosa.

En los primeros días del movimiento adventista, iniciativas privadas entre nuestros pioneros condujeron a varios intentos de establecer una escuela para los niños adventistas, pero ninguna de ellas duró mucho.

Entonces, a comienzos de 1872, Elena de White recibió una visión acerca de los principios apropiados de educación. Sobre la base de esa visión, escribió treinta páginas sobre esos principios. Entre otras cosas, escribió: “Necesitamos una escuela donde los que acaban de entrar en el ministerio puedan recibir por lo menos la enseñanza de los ramos comunes de la educación, y puedan también aprender más perfectamente las verdades de la Palabra de Dios para este tiempo” (FCE 45, 46).

En mayo de 1872, la Junta de la Asociación General acordó asumir la responsabilidad de operar localmente una escuela de iglesia en Battle Creek, Michigan, y el 3 de junio abrió la primera escuela adventista del séptimo día oficial (hubo doce alumnos). Dos años más tarde, cien alumnos se matricularon en el Colegio de Battle Creek recientemente establecido.

Hoy, más de seis mil escuelas, colegios superiores y universidades adventistas sirven a más de un millón de estudiantes alrededor del mundo.

¿Cómo debería ser una escuela adventista actual? ¿De qué modo debería ser diferente de otras escuelas? Haz una lista de características específicas, y análizalas en la clase.

Salud.
Martes 17 de marzo

Dios les dijo a los israelitas: “Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos [...] ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador” (Éxo. 15:26). ¿Cuáles son algunos consejos sobre la salud que Dios les dio? Lev. 7:22-26; 11:1-8; 13:46.

Durante siglos, la lepra y la peste negra esparcieron temor y terror entre la humanidad medieval. Solo cuando los líderes religiosos recordaron que la gente afligida con lepra en la Biblia era separada y excluida de la comunidad, y aplicó este principio a las víctimas de la lepra y de la peste bubónica, se detuvieron estas plagas.

La mayoría de los pioneros adventistas del séptimo día no fueron reformadores de salud. En la conferencia del sábado de 1848, probablemente estuvieron sentados juntos comiendo costillas de cerdo para el almuerzo. En una visión en 1848, Elena de White vio que el tabaco, el té y el café son dañinos, pero llevó varios años convencer de ello a los feligreses.

El 6 de junio de 1863, Elena de White recibió una visión en la que le fue mostrada la necesidad de una reforma en pro de la salud. “Vi que era un deber sagrado atender nuestra salud, y despertar a otros ante su deber en este sentido” (3 MS 318). Dos años más tarde, el 25 de diciembre de 1865, se le mostró que los Adventistas del Séptimo Día deberían establecer un instituto de salud. El Instituto de Reforma de la Salud del Oeste fue establecido en Battle Creek, abrió sus puertas en 1866 y fue el primero de una red de más de trescientos hospitales, clínicas y dispensarios que opera la iglesia actualmente.

¿Qué podemos decir a aquellos que pretenden que Elena de White copió el mensaje de salud de otros reformadores de salud de su tiempo?

Investigaciones recientes acerca del mensaje de salud de Elena de White han revelado que hay una gran diferencia de calidad entre los principios de salud que dio Elena de White y los que defendían los reformadores de la salud de su tiempo. “La ciencia médica moderna ha verificado un alto porcentaje de sus principios de salud [...] mientras que las fuentes de las que supuestamente copió tuvieron un bajo porcentaje de principios de salud que han sido verificados. Esta diferencia indica que la Sra. de White tenía información que no podría haber venido de ninguna fuente humana disponible en ninguna parte en el tiempo en que ella vivía”.–Leonard Brand y Don S. McMahon, The Prophet and Her Critics, pp. 87, 88.

El mensaje de salud es un don maravilloso que Dios nos dio. Como todos sus dones, puede ser abusado, y así ha sido realmente. ¿Cómo podemos evitar transformar este don en una maldición?

Publicaciones.
Miércoles 18 de marzo

De acuerdo con las Escrituras, Moisés fue el primero que escribió las palabras de Dios (Éxo. 17:14; 34:27; Deut. 31:24). Hoy, la Biblia es el libro de mayor circulación en la historia, y el más leído.

¿Dónde debían escribir los israelitas las palabras de la ley? ¿Por qué crees que se dio esta orden? Deut. 6:1-9; 11:18-20.

Inscribir dichos o declaraciones importantes en lugares bien visibles en sus casas era una costumbre ampliamente difundida en el antiguo Cercano Oriente. Esto es evidente aun hoy en los países musulmanes y aun entre las naciones occidentales. En las Islas Británicas así como en Alemania, Austria y Suiza, se pueden ver inscripciones en las casas.

En Israel, el propósito de escribir la Palabra de Dios en el marco de las puertas de sus casas era para mantener a la vista y en sus mentes constantemente las instrucciones de Dios, y con ello recordar continuamente guardar los mandamientos de Dios.

¿Qué papel desempeñaron las publicaciones en la historia temprana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día?

La obra de publicaciones de nuestra iglesia no se originó por sabiduría humana. En 1848, Elena de White tuvo una visión en el hogar de Otis Nichols, en Dorchester, Massachusetts. Cuando salió de ella, le dijo a Jaime: “Tengo un mensaje para ti. Debes imprimir un pequeño periódico y repartirlo entre la gente. Aunque al principio será pequeño, cuando la gente lo lea te enviará recursos para imprimirlo y tendrá éxito desde el principio. Se me ha mostrado que de este modesto comienzo brotarán raudales de luz que han de circuir el globo” (NB 137).

¡“Raudales de luz que han de circuir el globo”! ¿Cómo podría ser eso? Jesús estaba por venir. El número de los adventistas era pequeño. No había personas ricas o grandes eruditos entre ellos. El mundo era incrédulo. Y, sin embargo, aquí había una mujer joven que predijo que una obra de publicaciones, que debía ser comenzada por su esposo, que no tenía un centavo, crecería hasta que rodearía el globo? Pasaron más de seis meses antes de que Jaime pudiera hacer un muy pequeño comienzo, haciendo arreglos para la impresión de mil ejemplares de un periódico de ocho páginas, por pagar en cuenta corriente. Hoy, la Iglesia Adventista del Séptimo Día posee más de 50 casas editoras, y el mensaje se imprime y proclama en más de 220 idiomas.

¿Cuál ha sido el impacto de la página impresa en tu propia experiencia espiritual?

Teología.
Jueves 19 de marzo

A lo largo de toda la historia bíblica, Dios ha usado el don profético para proteger a su pueblo de errores teológicos. No fue diferente con el ministerio de Elena de White. En los primeros días de nuestra iglesia, ella tuvo que combatir el fanatismo de diversos tipos. Algunas personas pretendían ser perfectas, otras afirmaban que no se debía trabajar más y algunos seguían poniendo fechas para el regreso de Cristo. Durante la crisis provocada por el Dr. Kellogg a comienzos del siglo XX, el consejo de ella salvó a la iglesia del panteísmo. Al mismo tiempo, casi por sí sola, condujo a la iglesia de una posición semiarriana (creencia de que Jesús no era Dios) a la posición trinitaria. Cuando A. F. Ballenger trató de cambiar la enseñanza sobre el Santuario, ella tomó una posición firme contra ese cambio. Elena de White también tuvo un papel importante en guardar a la iglesia de sus días de caer profundamente en el legalismo; junto con A. T. Jones y E. J. Waggoner, fue una gran proponente de la salvación por la sola fe en Cristo, sin las obras de la Ley.

Después de su muerte, sus escritos continúan dando conducción a la iglesia. En tiempos más recientes, sus escritos proveyeron una clara dirección acerca del problema de la Creación, que se estaba atacando desde dentro de nuestras filas.

¿Qué enseña el Antiguo Testamento acerca de los orígenes de la vida humana? Gén. 1:1-3; Éxo. 20:8-11; Sal. 33:6; Isa. 42:5.

De acuerdo con el Antiguo Testamento, Dios creó la vida sobre nuestra tierra en seis días. La palabra hebrea traducida como día, en Génesis 1, es yom. Siempre que esta palabra, en los libros históricos de la Biblia, está acompañada por un número, se refiere a un período literal de 24 horas (ver p. ej., Gén. 7:11, Éxo. 16:1). Al descansar en el séptimo día de la semana de la Creación, Dios estableció el sábado como un monumento perpetuo de su obra creadora completada. En resumen, estamos sobre un terreno bíblico firme e inamovible al adherirnos a una Creación literal en seis días, a pesar de las voces, aun entre nosotros, que alegan otra cosa.

Y, aunque Elena de White murió hace casi un siglo, también aquí sus palabras nos dan una sólida afirmación de esta gran verdad bíblica: “Fui llevada atrás, a la Creación, y se me mostró que la primera semana, en la que Dios realizó la obra de creación en seis días y descansó el séptimo, fue exactamente igual a todas las demás semanas” (3 SG 90).

A pesar del claro testimonio de la Biblia, a pesar de la sólida afirmación de Elena de White, algunos entre nosotros todavía insisten en que Dios usó millones de años de evolución para crear la vida humana. ¿Qué ejemplos puedes encontrar en la Biblia de personas que se entusiasmaron tanto con las tendencias de su tiempo que perdieron de vista verdades importantes? ¿Cómo podemos protegernos de caer en esa antigua trampa?

Para Estudiar y Meditar.
Viernes 20 de marzo

Lee, en El ministerio de curación, el capítulo “Enseñar y curar”, pp. 99-118; y, en el libro La educación, los capítulos “La fuente de la verdadera educación y su propósito”, pp. 13-19; y “La relación de la educación con la redención”, pp. 28-30.

Muchos de los principios de la vida saludable que se encuentran en los escritos de Elena de White ya los enseñaban, en una forma limitada, otros reformadores de la salud de sus días. Pero en sus enseñanzas encontramos muchos errores y extremos que Elena de White evitó por causa de las instrucciones que recibió de Dios. Por ejemplo, Sylvester Graham y James Jackson, dos destacados reformadores de la salud en los días de Elena de White, ambos enseñaban: “No coman sal”. Sin embargo, Elena de White escribió: “Yo hago uso de un poco de sal y siempre lo he hecho, porque la sal, lejos de ser nociva, es indispensable para la sangre” (3 JT 362).

Otros errores que enseñaban los reformadores de la salud en el siglo XIX y que Elena de White evitó incluían: no se corten el cabello; no beban agua, sino obtengan sus líquidos solo de las frutas; cuando coman carne, coman mayormente la grasa; las personas con sobrepeso son personas sanas; no usen jabón; etc. (Ver Leonard Brand y Don S. McMahon, The Prophet and Her Critics”, pp. 77, 78).

Preguntas Para Dialogar:

1. Como clase, repasen sus respuestas a la pregunta final de la sección del lunes.

2. Vivimos ahora en el día y la era de la ciencia, en los que, para muchas personas, la ciencia es el único camino para conocer la verdad. Cuán interesante es que, de todas las cosas que enseñamos (la segunda venida de Cristo, la salvación por la fe, el estado de los muertos, etc.), solo una puede ser verificada científicamente: nuestro mensaje de salud. Medita en las implicaciones de este pensamiento.

3. Como Adventistas del Séptimo Día insistimos, correctamente, en que todas nuestras doctrinas necesitan provenir de la Biblia, y de la Biblia sola. Al mismo tiempo, si creemos que Elena de White manifestó el don de profecía, ¿no se debería dar también autoridad y crédito a sus escritos sobre doctrinas? ¿Cómo podemos encontrar el equilibrio apropiado acerca de cómo usar sus escritos para tratar problemas teológicos?

4. Como sucede con la Biblia, hay cosas acerca de los escritos de Elena de White que no comprendemos. ¿Cómo podemos protegernos del error fatal de concentrarnos solo en los problemas o las preocupaciones, y dejar de ver el cuadro general?


Guía de Estudio de la Biblia: El don profético y la iglesia remanente de Dios. Edición de Adultos.
Periodo: Trimestre Enero-Marzo de 2009
Autor: Gerhard Pfandl, nacido en Austria, ha sido director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General desde 1999.
Editor: Clifford Goldstein

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Lección 12: Las bendiciones del don profético / Edición para Maestros

El sábado enseñaré...
Texto Clave: Amós 3:7.

Enseña a tu clase a:

Saber de qué modo el don profético ha enriquecido a la Iglesia Adventista, así como lo hizo al pueblo de Dios en la antigüedad.
Sentir gratitud y sano orgullo por la manera en que Dios ha dirigido a la iglesia.
Hacer tu parte en el progreso y el desarrollo de nuestra iglesia.

Bosquejo de la Lección

I. Misión (Mat. 28:19, 20)
A. ¿Hasta qué punto se le puede acreditar a Elena de White nuestro crecimiento como confesión religiosa?
B. Lee Deuteronomio 6:4 al 9. ¿De qué modos han beneficiado a nuestra iglesia la educación cristiana y las publicaciones?

II. Salud (Lev. 13:46)
A. ¿Cuál fue el beneficio práctico de las leyes de higiene y alimentación para los israelitas? ¿De qué modo nos ha beneficiado la conducción profética en tales asuntos?
B. ¿Por qué crees que las prácticas saludables están declinando entre los adventistas? ¿De qué manera te hace sentir esto? ¿Qué puedes hacer, como persona individual, para revertir esta declinación?
C. ¿Qué puedes hacer para promover prácticas médicas y de estilo de vida innovadoras, que sean relevantes actualmente?

III. Teología (Sal. 33:6)
A. ¿Cuál debería ser la relación de los escritos de Elena de White con las nuevas percepciones en teología, medicina o ciencia? ¿Limita, de alguna manera, Elena de White la expansión de nuestra comprensión? Explica tu respuesta.
B. ¿De qué modo podemos estar más involucrados en hacer avanzar la obra de la iglesia al bendecir a otros?

Resumen

Mediante el don de profecía, trabajando en armonía con los otros dones espirituales, Dios ha bendecido con su gracia a nuestra iglesia. Nuestro compromiso con la misión mundial, la educación, las publicaciones, la salud y la obra médica, y los descubrimientos científicos y teológicos que afirman la Palabra de Dios, encuentran su iniciación en los escritos de Elena de White. Podemos estar agradecidos por la conducción divina.

CICLO DE APRENDIZAJE

PASO 1: ¡Motiva!

Concepto clave para el crecimiento espiritual: Dios nos ha dado bendiciones y dones con el fin de que podamos ser una bendición para otros.

En el motín, que tal vez fue el más famoso de todos los tiempos, el barco Bounty fue arrebatado al capitán William Bligh, mientras navegaban por el Pacífico Sur. Nueve de los amotinados y un grupo de tahitianas huyeron a la desolada Isla Pitcairn, para escapar de ser capturados y castigados. Sigue luego una sórdida historia de tragedias. “Por 1800, por causa de la bebida y las peleas, todos los hombres estaban muertos excepto Alexander Smith. [...] Con él había 11 mujeres y 23 niños. Poco después de esto, él se convirtió al leer la Biblia que habían traído del Bounty, e inmediatamente comenzó a enseñar a los niños con la Biblia” (SDAE, 355). La atmósfera social de la isla cambió de la noche a la mañana. Donde había habido violencia, ahora había paz. Donde reinaba la ebriedad, regía ahora la sobriedad. La pasión fogosa fue reemplazada por la pasión por el Espíritu. ¿Por qué? Porque una persona encontró una Biblia, fue cambiada y bendecida por el don profético, y luego compartió esas bendiciones con todos los que lo rodeaban. ¡Cuántos hogares, familias, ciudades y aun naciones pueden testificar de las bendiciones recibidas por seguir los consejos de Dios!

Considera: ¿Cómo son las cosas donde vives? Como Alexander Smith, ¿qué puedes hacer tú para influir positivamente en quienes te rodean? ¿Cómo puedes ayudar a cambiar la situación de ellos para mejor?

PASO 2: ¡Explora!

Comentario de la Biblia

I. Misión (Deut. 7:7, 8; Isa. 43:21; 44:8; 49:6; 66:19; Mat. 28:19, 20)

Lee Hechos 16:6 al 10. Pablo y Silas estaban ampliando su obra, para incluir áreas no alcanzadas en el Asia Menor. Muchos lugares dentro de esa región no habían sido tocados por el evangelio. Consideraríamos a Pablo y Silas como visionarios; pero su visión, aparentemente, no era suficientemente amplia. Dios los estaba llamando a Europa. Las circunstancias preparadas por el Espíritu Santo impidieron que ejecutaran sus planes de viaje. Sin embargo, a Pablo se le mostró en visión cuáles eran las directivas de Dios.

Considera: Analiza la conducción divina de la iglesia en su comprensión ampliada de su misión, o comparte cómo Dios ha guiado a los miembros de la clase con el fin de encontrar oportunidades inesperadas para testificar.

II. Educación (Gén. 18:19; Deut. 6:4-7, 20-25)

Lee 2 Reyes 6:1 y 2; Proverbios 22:6; y 2 Timoteo 1:5 y 6. Aunque en Israel el hogar tenía la responsabilidad final para educar a los niños y los jóvenes en los caminos de Dios, la comunidad más amplia también compartía esa responsabilidad. Se establecieron las escuelas de los profetas a fin de que los profetas pudieran educar líderes en los consejos de Dios. Samuel, Eliseo y otros son considerados los “fundadores” de estas “instituciones” educativas tempranas.

Considera: Invita a los miembros de tu clase a compartir cómo Dios usó la educación cristiana para bendecirlos a ellos o a sus familias. Analicen la importancia de pasar la antorcha de la fe a las generaciones futuras.

III. Salud (Éxo. 15:26; Lev. 7:22-26; 11:1-8; 13:46)

Lee Proverbios 17:22, Juan 5:1 al 9; 1 Corintios 6:18 al 20; Tito 1:12; y 3 Juan 2. La Biblia muestra una asociación clara entre la salud espiritual y la física. No es accidental ni incidental que la deshonestidad y la crueldad estuvieran asociadas con la glotonería. El abuso sexual del cuerpo tenía consecuencias espirituales, porque el cuerpo es templo de Dios. Jesús sanó primero al hombre que estaba junto al estanque de Betesda y más tarde lo instruyó para que dejara de pecar. Mira el lado positivo: la salud espiritual contribuye a la salud física. Una vida sin preocupaciones, un “corazón” libre de culpa, es una “medicina” poderosa.

Considera: Analiza la relación entre la salud física y la espiritual. ¿Por qué una persona con mentalidad espiritual estaría interesada en un estilo de vida saludable? ¿De qué modo el interés en la salud puede conducir a una persona hacia la búsqueda de integridad espiritual?

IV. Publicaciones (Éxo. 17:14; 34:27; Deut. 6:1-9; 31:24)

Lee 1 Corintios 10:11̀; Juan 21:24 y 25; y Lucas 1:1 al 4 con Hechos 1:1 y Apocalipsis 1:1 y 2. Dios sabe el poder de una revelación escrita en la obra de difundir el evangelio. Muchos profetas no sólo hablaron el mensaje, sino también lo escribieron, proveyendo un registro duradero de la interacción de Dios con la humanidad que pudiera ser compartido de generación en generación.

Considera: En esta era de explosión tecnológica, la publicación de las buenas nuevas puede ir mucho más allá de la página impresa. Analiza qué tecnologías podrían incluirse actualmente en las “publicaciones”.

V. Teología (Gén. 1:1-3; Éxo. 20:8-11; Sal. 33:6; Isa. 42:5)

Lee 2 Timoteo 3:14 al 17; 4:3 y 4; y 2 Pedro 1:19 a 2:3. Las Escrituras nos llevan a la salvación que viene por medio de confiar en Cristo. Nos muestran lo que es correcto y verdadero, y nos preparan para una vida completa en él. Una teología llena de errores, como pensamientos llenos de errores, conduce a una vida llena de pecado. ¿Debería sorprendernos que Dios considere tan importante la verdad?

Considera: Analiza el concepto de que la verdad es relativa: lo que es verdad para ti puede no ser verdad para mí. Si todo es verdadero, aun las ideas opuestas, ¿puede algo ser verdadero? ¿Qué se quiere decir con la frase “la verdad es excluyente”?

PASO 3: ¡Practica!

Si el espacio que tienes, el tamaño de la clase y la personalidad de tu clase lo permite, divídela en grupos de cinco a siete personas. Permite que cada grupo se concentre en una o dos de las bendiciones estudiadas en la lección. Una variación sería permitir que los grupos se elijan a sí mismos. Los que tienen una historia sobre “educación” podrían formar el grupo uno, los que tienen una historia sobre “salud”, el grupo dos; etc. Luego pide a estos grupos menores que exploren respuestas a las siguientes preguntas:

1. ¿Cuán diferente sería mi vida si Dios no hubiera usado las publicaciones, la educación, la curación, etc., para producir una diferencia en mi familia o en mi vida personal?
2. ¿Qué beneficios he recibido yo o los que me rodean mediante la bendición especial provista por la conducción divina al usar los medios compartidos en la pregunta anterior?
3. ¿Qué creo que Dios puede llamarme a hacer para extender a otros la bendición que me ha dado?

PASO 4: ¡Aplica!

Comienza un proyecto continuo, ya sea personal o de la clase, que surja de esta lección. No es suficiente recibir las bendiciones provistas por el don profético. Se nos dan los dones de Dios solo para que podamos compartirlos. Estas sugerencias no son exhaustivas, pero pueden iniciar el análisis:

Misión: Elige un misionero de otro país y ponte en contacto con él o ella. Ora por ellos, y aun puedes dar apoyo financiero mediante grupos aceptados como Gospel Outreach [Difusión del Evangelio] y Adventist Frontier Mission [Misión Adventista a las Fronteras]. Otras maneras de ayudar podrían incluir el envío de publicaciones. Busca, localmente, grupos que han sido descuidados, tales como los presos.

Educación: Encuentra a un joven de tu iglesia que no puede pagarse una educación cristiana. Provee finanzas y oportunidades de ganar dinero, a fin de que pueda asistir a una escuela cristiana.

Salud: Comienza un ministerio basado en la salud para alcanzar a tu comunidad. La oficina de tu Asociación u organizaciones nacionales de ayuda pueden orientarte.

Publicaciones: Distribuye publicaciones puerta a puerta o comienza un programa para repartir revistas misioneras.

Teología: Estimula a tu vecino a tomar estudios bíblicos.


Guía de Estudio de la Biblia: El don profético yla iglesia remanente de Dios. Edición de Maestros.
Periodo: Trimestre Enero-Marzo de 2009
Autor: Gerhard Pfandl, nacido en Austria, ha sido director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General desde 1999.
Editor: Clifford Goldstein

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