Sábado 17 de abril
Lee Para el Estudio de esta Semana: Génesis 2:10; Isaías 40:31; Mateo 9:2-7; Juan 4:1-26; 9:1-11; Romanos 6:1-6.
Para Memorizar: “Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”. (Juan 4:14).
ES ASOMBROSO CÓMO NUESTROS SENTIDOS pueden engañarnos. La Tierra gira sobre su eje a 1.600 km/h, mientras da vuelta alrededor del sol a unos 30 km/seg. Sin embargo, nos parece perfectamente inmóvil. Entretanto, cosas como mesas, sillas, rocas y personas –por sólidas que nos parezcan– son mayormente espacio vacío. En todo momento, miles de millones de partículas subatómicas del sol están penetrando en nuestros cuerpos; sin embargo, no sentimos ni vemos ninguna de ellas. Y, a pesar de todas las apariencias externas, nuestros cuerpos están hechos mayormente de agua. ¿Agua? Sí, somos seres hechos de agua, en el sentido de que nuestros cuerpos están compuestos por casi un 60 por ciento de agua. Nuestros cerebros están compuestos casi en un 85 por ciento por agua. Aun nuestros duros huesos están compuestos, entre un 10 y un 15 por ciento, por agua.
Llena de maravillas y misterio, el agua es fundamental para la vida física. Sin ella, no podríamos existir. Esta semana consideraremos el aspecto espiritual y el aspecto físico de este líquido tan esencial.
Un vistazo a la semana: Dios es la Fuente de agua física y espiritual, esenciales para la vida.
El agua viva.
Domingo 18 de abril
Lee Juan 4:1 al 26. ¿Cuáles son las diferentes maneras en que se usa el agua en este incidente? ¿Qué significan las diferentes clases de agua? ¿Qué mensaje hay en esta historia para nosotros hoy?
Jesús se encontró con una mujer en Samaria, que había ido a buscar agua al pozo de Jacob. Le pidió agua para beber. En la conversación, le dijo que él le podía dar un tipo de agua que le quitaría la sed para siempre y se refirió a sí mismo como el “Agua viva”. Este concepto implica su capacidad para satisfacer la necesidad de paz, gozo, libertad de culpa, perdón y unión con Dios. Los cristianos encuentran esta solución en Jesucristo.
Él nos ha ofrecido a todos la oportunidad de ir y unirnos con él en servicio. Su oferta todavía es válida hoy, porque él no cambia nunca. Muchos han encontrado que su intranquilidad y sus inseguridades se transformaron al participar de su compasión, su amor y su aceptación.
Dios nos ha prometido abundante agua espiritual, mientras lo busquemos a él. En Apocalipsis 22:17, él nos invita a beber del agua de vida gratuitamente. Podemos experimentar una abundancia del Espíritu Santo mientras estemos cerca de Jesucristo, la Fuente de la vida. En su amor, él invita a todos a beber gratuitamente del Agua de vida (Juan 4:13, 14). Su invitación a recibir esta Agua viva se extiende a todos nosotros.
Así como Dios proveyó agua de la roca a los hijos de Israel, Jesús provee esta Agua de vida (1 Cor. 10:1-4) para nosotros hoy.
No importa quiénes seamos, no importa cuál haya sido nuestro pasado, no importa cuáles sean nuestros errores, e incluso no importa cuál sea nuestra situación actual, la oferta de esta Agua viva es para nosotros. Se nos indica que bebamos de ella libre y gratuitamente. Se nos ofrece a todos por medio de la gracia de Cristo.
No hay dudas, Jesús nos ofrece a todos esta Agua viviente. ¿Cuál ha sido tu experiencia con esta Agua? ¿Cómo conoces por ti mismo los beneficios y las promesas que se encuentran en ella? ¿La estás bebiendo libremente o te estás retrayendo un poco? Si es esto último, pregúntate por qué lo haces. Cualquiera que sea la “ganancia” que puedes pensar que estás recibiendo por retraerte, ¿de qué modo podría compararse eso con las promesas ofrecidas por Jesús?
Las aguas del bautismo.
Lunes 19 de abril
Lee Hechos 8:35 al 39. Felipe predicó de las Escrituras a un eunuco, dándole las buenas nuevas de Jesús. El eunuco aceptó a Jesucristo como el Hijo de Dios. Cuando vieron agua, le preguntó a Felipe: “¿Qué impide que yo sea bautizado?” Felipe lo bautizó, y el eunuco siguió su camino con alegría.
El agua, en sí misma, no produce el milagro; es un símbolo de purificación. El don del Espíritu Santo transforma la vida. El bautismo es una proclamación externa de la aceptación de Jesús. Lee Juan 3:5 al 8. Jesús le dijo a Nicodemo que “el que no naciere del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios”.
¿Qué sucede cuando alguien ha sido bautizado por inmersión? Rom. 6:1-6.
Una conversión genuina, simbolizada por el bautismo por inmersión, representa la limpieza interior de la persona. El Nuevo Testamento menciona el bautismo por inmersión muchas veces y enfatiza su importancia en nuestra experiencia cristiana. “Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hech. 2:38). Cuando somos salvos, estamos espiritualmente bautizados en Cristo (Gál. 3:26, 27) y recibidos en su cuerpo, la iglesia (1 Cor. 12:13). En el simbolismo bíblico, el bautismo representa la limpieza interior (Efe. 5:25, 26) y el nuevo nacimiento espiritual (Juan 3:5); ambos son el tema central de la salvación.
Muchas personas dan por sentado el bautismo, pero para otros este acto requiere mucho valor. En algunos países, el bautismo puede producir el alejamiento del cónyuge, de la familia, de la comunidad, y hasta la prisión o aun la muerte.
Entre las últimas palabras registradas de Jesús, se encuentran estas: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Mar. 16:16). Piensa en esto: el último llamado que hizo Jesús fue a creer en él, que es un llamado para ser bautizado. Si él lo dice, no podemos pasar por alto su importancia.
Lee otra vez Romanos 6:1 al 6. ¿Cómo has experimentado la realidad de este pasaje? ¿Cómo te ha cambiado tu “vida nueva” en Cristo? ¿De qué has sido librado? ¿En qué áreas necesitas todavía más cambios? ¿Qué puedes hacer por el Señor, quien ofreció lavarte tus pecados?
Los usos del agua.
Martes 20 de abril
Génesis 2:10 revela que en el Edén, antes del pecado, el agua estaba disponible para las criaturas de Dios. ¿Qué implica este hecho?
Como criaturas, todos necesitamos aire, agua y alimento para conservar nuestra existencia (Gén. 1:29). En el Edén había un río que originaba otros cuatro ríos; es decir, Dios proveyó agua para conservar las vidas de sus criaturas.
Como obra de Dios, no sobrevivimos sin agua. Cada célula, cada tejido y cada órgano del cuerpo necesitan agua para funcionar. El agua regula la temperatura del cuerpo, transporta nutrientes y oxígeno, elimina desechos, previene la constipación, humedece los tejidos, suaviza las articulaciones y mantiene la sangre en circulación por todo el cuerpo. Necesitamos beber más agua de lo que requiere nuestra sed. Muchos líquidos, tales como el agua, la leche, los jugos de frutas y de verduras, contribuyen a la hidratación; por el contrario, el alcohol y las bebidas cafeinadas, paradójicamente, aumentan la pérdida de líquido, que puede ser perjudicial. El agua pura es superior a muchas otras bebidas. Comienza tu día con uno o dos vasos de agua, y bebe agua abundantemente fuera de las comidas, para que estés bien hidratado.
El agua tiene también otras funciones saludables. Muchas enfermedades infecciosas se eliminarían si se lavaran las manos, especialmente antes de comer. El baño diario elimina la acumulación de suciedad, que también puede conducir a enfermedades.
Lee Levítico 11:40; 13:6, 34, 53, 54; y 15:3 al 13. ¿Qué punto se descubre en estos textos?
Hay cierto debate acerca de los ritos de purificación del Antiguo Testamento. Muchos alegan que eran solo rituales, sin ninguna referencia a la salud. Y, en algunos casos, eso parece ser obvio (como cuando los sacerdotes tenían que lavarse las manos y los pies antes de entrar al Tabernáculo, ver Éxo. 30:20, 21). Pero, con lo que sabemos hoy acerca de los gérmenes y la limpieza, el Señor pudo haber instituido esto por razones de salud, aun si los israelitas no tuvieran idea acerca de los gérmenes.
Hoy sabemos que usar el agua para mantenernos limpios nos da maravillosos beneficios en cuanto a salud.
El poder del agua.
Miércoles 21 de abril
“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isa. 40:31).
¿Qué promesas puedes encontrar en este texto para ti? ¿Cómo puedes aplicarlas?
Un experimento realizado por el Dr. Pitts, de la Universidad de Harvard, hizo que un grupo de atletas –mientras caminaban en un “caminador” mecánico, a cinco kilómetros por hora en un ambiente caluroso– consumieran tanta agua como la que perdían al transpirar. Al final del experimento, los atletas se sentían como si pudieran continuar caminando ¡después de siete horas!–G. C. Pitts y otros, “Work in the Heat”, American Journal of Physiology, Nº 142, p. 253. Otro día, los mismos atletas, privados de agua durante el experimento, se agotaron antes de las tres horas y media.
El agua nos da poder y energía, especialmente cuando estamos haciendo trabajo agotador. La ingestión inadecuada de agua puede resultar en deshidratación, que conduce a fatiga y agotamiento más rápido que si bebiéramos suficiente agua. Además, puede afectar nuestras funciones vitales. Aunque hay mecanismos compensatorios que intervienen, un déficit crónico de agua producirá mala salud.
Es posible que beber líquidos adecuados pueda limitar algunos síntomas tales como dolores de cabeza, disminuyendo la necesidad de calmantes, los que pueden tener efectos secundarios negativos, especialmente si se los usa a menudo. La mayoría de los atletas saben que durante el ejercicio prolongado la necesidad de agua aumenta significativamente.
También es posible beber demasiada agua, lo que resulta en una intoxicación por agua. La cantidad adecuada de ingestión de agua depende de muchos factores, tales como la temperatura, el tamaño del cuerpo y el funcionamiento de los riñones, pero debería ser suficiente como para que resulte en una orina clara, en circunstancias normales. En la mayoría de los casos, las personas deberían beber por lo menos 6 a 8 vasos (de unos 250 ml cada uno) de agua por día, especialmente cuando estén haciendo trabajos arduos en medioambientes calurosos.
¿Cuánta agua estás bebiendo cada día? Decide controlar cuánta agua estás bebiendo; y si no estás tomando suficiente, ¿qué te impide hacer algo tan sencillo y que te ofrece tantos beneficios?
El agua como terapia.
Jueves 22 de abril
“Respondió él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista” (Juan 9:11).
Lee Juan 9:1 al 11, la historia de la curación de un ciego. ¿Qué es diferente, en este milagro de curación, en comparación con algunos de los otros? Ver, por ejemplo, Mateo 8:8 al 13; 9:2 al 7; y Lucas 8:46 y 47. ¿Qué significado podría encontrarse para esta diferencia, si la hay?
Es esencial que el agua que se use tanto en forma interna como externa sea limpia. Muchas personas tienen dificultad para obtener agua pura y limpia. El agua recogida en fuentes contaminadas requiere un tratamiento químico o hervirla antes de usarla para consumo.
El agua es beneficiosa en forma externa. Puede ser usada en tratamientos conocidos como hidroterapia. El uso inteligente y cuidadoso de toallas calientes y frías, en este proceso de hidroterapia, puede traer alivio a numerosas situaciones. Debe usarse con mucha precaución en casos de escasa circulación, con personas diabéticas o con enfermedades neurológicas. Puede serte útil conseguir un buen entrenamiento en el uso de la hidroterapia.
“Pero son muchos los que no han experimentado nunca los benéficos efectos del uso adecuado del agua, y le tienen miedo. Los tratamientos por el agua no son tan apreciados como debieran serlo, y su acertada aplicación requiere cierto trabajo que muchos no están dispuestos a hacer. Sin embargo, nadie debería disculpar su ignorancia o su indiferencia en este asunto. Hay muchos modos de aplicar el agua para aliviar el dolor y acortar la enfermedad. Todos debieran hacerse entendidos en esa aplicación, para dar sencillos tratamientos caseros. Las madres, principalmente, deberían saber cuidar a sus familias en tiempos de salud y en tiempos de enfermedad” (MC 181).
¿Cuán concienzudo eres en tus hábitos de salud, en general? ¿Cómo podrías cuidarte mejor? ¿Por qué esperar hasta que los malos hábitos te enfermen? Cuánto mejor sería comenzar a seguir los principios de la buena salud ahora y prevenir enfermedades, en vez de tener la preocupación de buscar después la curación.
Para Estudiar y Meditar.
Viernes 23 de abril
Lee “El agua como bebida”, en El ministerio de curación, páginas 503 al 505; y “Baños frecuentes”, en Consejos sobre la salud, página 103.
“Los que tratan a los enfermos deben realizar su trabajo ejerciendo poderosa confianza en Dios, para que su bendición acompañe los medios que él ha provisto generosamente y a los cuales, en su misericordia, ha llamado nuestra atención como pueblo, tales como el aire, la higiene, el régimen alimenticio saludable, los debidos períodos de trabajo y reposo, y el uso del agua” (CRA 358).
“El sacerdote había cumplido esa mañana la ceremonia que conmemoraba la acción de golpear la roca en el desierto. Esa roca era un símbolo de aquel que por su muerte haría fluir raudales de salvación a todos los sedientos. Las palabras de Cristo eran el agua de vida. Allí, en presencia de la congregada muchedumbre, se puso aparte para ser herido, a fin de que el agua de la vida pudiese fluir al mundo. Al herir a Cristo, Satanás pensaba destruir al Príncipe de la vida; pero de la Roca herida fluía agua viva. Mientras Jesús hablaba al pueblo, los corazones se conmovían con una extraña reverencia y muchos estaban dispuestos a exclamar, como la mujer de Samaria: ‘Dame esta agua, para que no tenga sed’” (DTG 417).
Preguntas Para Dialogar:
1. En algunas partes del mundo, la gente puede entrar en un almacén y encontrar varios tipos de agua embotellada. En otras partes, la gente tiene que luchar a fin de encontrar suficiente agua limpia para beber. ¿Qué puedes hacer a fin de ayudar a los que no tienen suficiente agua para las necesidades básicas de la vida? ¿Cuál es la situación del agua en el lugar en que vives? ¿Cómo podemos mejorar la mayordomía del agua en nuestras comunidades?
2. Si tienes acceso a un profesional de la salud o a alguien que conozca el tema del agua, pídele que venga a la clase y pase unos momentos dando más detalles acerca del uso y los beneficios del agua. Pregúntale también, acerca de las cosas diarias que podemos hacer con el fin de obtener tantos beneficios para la salud, con el uso del agua, como sea posible.
3. Jesús nos dice que comamos y bebamos gratuitamente del agua de la vida (Apoc. 22:17). ¿Qué significa esto? ¿Cómo lo hacemos? ¿Qué requisitos se nos exigen, si los hay, a fin de beber de esta agua?
Guía de Estudio de la Biblia: "SALUD y SANIDAD" / Edición para Adultos.
Periodo: Trimestre 2 / abril-junio de 2010
Periodo: Trimestre 2 / abril-junio de 2010
Autor: Alian Handysides, Kathleen Kuntaraf, Peter Landless, Stoy Proctor y Thomas Zirkle (Departamento de Salud y Temperancia de la Asociación General).
Colaboradores: Cheryl Des Jarlais, Dan Solís, John C. Cress, Elizabeth Lechleitner.
Dirección general: Clifford Goldstein
Dirección editorial: Carlos A. Steger
Traducción: Rolando A. Itin
Es muy bueno que los adventistas nos estamos acordando del régimen pro salud
ResponderEliminarjejeje claro, hace poco fue el dia mundial del agua, pronto sera el dia de la tierra, cuanto nos gusta inventar dias pa' todo, en fin siempre me he preguntado si el agua q tenemos hoy en dia es la misma q fue creada en los inicios (obvio q esta mas contaminada)pensando en los ciclos
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