sábado, 28 de febrero de 2009

Lección 10: El mensaje de los profetas. Para el 7 de marzo de 2009.

Sábado 28 de febrero.

Lee Para el Estudio de esta Semana: Éxodo 20:1-17; Levítico 16; Mateo 24:24-31; Romanos 3:21-28; Hebreos 8:1, 2; 9:23.
Para Memorizar: “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” (1 Tim. 4:16).
EL MARCO DOCTRINAL DE LA IGLESIA ADVENTISTA del Séptimo Día fue creado mayormente por un grupo pequeño y dedicado de pioneros adventistas. Sus reuniones se caracterizaron por un estudio serio de la Biblia y ferviente oración. Escribiendo en 1904, más de medio siglo después de los eventos, Elena de White todavía tenía recuerdos vívidos de esas reuniones. “Con frecuencia permanecíamos juntos hasta tarde en la noche, y a veces pasábamos toda la noche orando en procura de luz y estudiando la Palabra” (1 MS 241). A veces, cuando no podían avanzar más, Elena de White suministraba respuestas que le habían sido dadas en visión, aunque ella nunca inició la formulación doctrinal. Las visiones no fueron dadas para tomar el lugar de la fe, de la iniciativa, del trabajo duro o del estudio de la Biblia. El punto más importante para recordar es que las doctrinas de nuestra iglesia están basadas exclusivamente en la Biblia. No dependen de los escritos de Elena de White, por útil que ella haya sido para clarificar algunas de aquellas enseñanzas.
Un Vistazo a la Semana: ¿Por qué necesitamos guardar los mandamientos cuando somos salvados por la gracia? ¿Qué es la purificación del Santuario celestial? ¿De qué modo el mandamiento del sábado difiere de los otros Mandamientos? ¿Qué ocurre al morir, y por qué el conocimiento del estado de los muertos es importante? ¿Qué nos enseña la Biblia acerca de la forma de la segunda venida de Cristo?


La Justificación por la Fe.
Domingo 1 de marzo

¿Cuál es la suerte común a todos los seres humanos, y por qué? ¿Cuál es la única solución para la situación en que nos encontramos? 1 Rey. 8:46; Rom. 3:21-28; 5:12.

El pecado es el mayor problema que afrontamos. Los egipcios pensaban que la muerte era el mayor problema de la humanidad, y por ello desarrollaron el arte de la momificación y construyeron enormes pirámides para preservar las momias. Los filósofos griegos pensaban que la ignorancia era el principal enemigo de la verdadera felicidad, de modo que enfatizaron la educación. Pero el principal problema de la humanidad es el pecado. El pecado destruye la felicidad y la paz mental. El pecado mata, y ninguna medicina moderna lo cura. Desde el momento en que nacemos, comenzamos a morir. La única cura es Jesucristo y la Cruz. “No hay un punto que precisa ser considerado con más fervor, repetido con más frecuencia o establecido con más firmeza en la mente de todos, que la imposibilidad de que el hombre caído haga mérito alguno por sus propias obras, por buenas que estas sean. La salvación es solamente por fe en Cristo Jesús” (FO 16).

De acuerdo con el poeta griego Homero, los barcos que pasaban por el estrecho de Mesina corrían el peligro de chocar con la roca Escila de un lado, o el remolino de Caribdis por el otro. Los cristianos siempre están en peligro de caer ya sea en el legalismo o en la gracia barata. Los que temen que hablar de la seguridad de la salvación en Cristo los llevará a la gracia barata y a la tolerancia de la conducta pecaminosa enfatizan la importancia de la obediencia. Los que temen que hablar de la obediencia y la vida cristiana victoriosa aparta la atención de Cristo, y conduce al legalismo, enfatizan la parte de Dios en la salvación.

El cristiano equilibrado tendrá la seguridad de la salvación en Jesús y tendrá una vida victoriosa en Cristo al mismo tiempo. Las dos van juntas, como los dos lados de una moneda. A quienquiera que Dios justifica, él también lo santifica. No podemos tener lo uno sin lo otro. Somos salvados por la fe sola, pero la fe que salva no está sola; siguen las buenas obras, aun cuando estas buenas obras sean hechas bajo la dirección del Espíritu Santo.

El Santuario.
Lunes 2 de marzo

¿Cuáles eran las ceremonias del Tabernáculo del Antiguo Testamento y cómo ilustraban el plan de salvación? Heb. 9:1-8.

Con las ceremonias del Santuario, Dios proveyó una demostración visual que capacitó a los pecadores para comprender el gran plan de salvación. La confesión, el sacrificio, el perdón, la fe, la reconciliación, la santidad, todo fue gráficamente demostrado en las ceremonias diarias y las anuales del Santuario terrenal.

De acuerdo con Hebreos 8:1 y 2, Jesús ministra en el Santuario celestial. ¿En qué consiste este ministerio y por qué Hebreos 9:23 dice que el Santuario celestial necesita purificación?

En el Antiguo Testamento, el pecador recibía el perdón por medio de la fe en la sangre expiatoria de la simiente prometida (Gén. 3:15), la que fue prefigurada en el sacrificio animal de las ceremonias del Santuario. Y, así como en los ritos terrenales había un Día de Expiación, un día de Juicio, al final del año, durante el cual el Santuario era purificado, en los ritos del Santuario celestial hay un día de Juicio antes de la segunda venida de Cristo.

El Juicio previo al Advenimiento revela al universo que, con respecto a los que han profesado a Cristo y que son realmente sus seguidores, Dios, por decirlo así, abre los libros del cielo a fin de que todo el universo vea que, en cada caso, su decisión fue justa y equilibrada. En ese sentido, este juicio vindica la justicia de Dios al salvar a los que creen en Jesús (Rom. 3:4).

En Levítico 16, el elemento clave que aparece una y otra vez es la sangre. Y eso tiene sentido, porque ese es el Día de la Expiación, y solo la sangre puede hacer la expiación. Y ¿qué es la expiación, sino la obra de Dios que nos salva? Por eso, el juicio es una buena noticia; es la obra de Dios que nos salva porque no podemos salvarnos a nosotros mismos. El punto más importante es que, así como el sumo sacerdote nunca entraba en el Lugar Santísimo sin sangre, tampoco nosotros podemos hacerlo, porque entrar en el Lugar Santísimo sin sangre significa la muerte, no la expiación. Medita en estas ideas. ¿Qué esperanza y ánimo deberían darnos, siendo que vivimos en el gran Día antitípico de la Expiación?

El Sábado.
Martes 3 de marzo

El sábado y el matrimonio son las únicas instituciones terrenales que nos vienen del tiempo de antes que el pecado entrara en el mundo. Por esto, a veces se las llama los hermanos gemelos del Paraíso. Cuando miramos nuestro mundo hoy, es obvio que Satanás ha trabajado mucho para desfigurarlos y corromperlos.

Lee Éxodo 20:1 al 17. ¿Qué hay en el mandamiento del sábado que lo destaca de los demás Mandamientos?

En un sentido, el cuarto Mandamiento es un mandamiento probatorio. Prueba la espiritualidad de la humanidad, por cuanto trata con el tiempo, que es invisible, más bien que con objetos tangibles, y es bien adecuado para medir la actitud de la humanidad hacia Dios. Cómo nos sentimos hacia el sábado es un indicador de cómo nos sentimos hacia Dios. Es el único Mandamiento que una persona puede quebrantar y, sin embargo, ser plenamente aceptada como una buena persona en cualquier sociedad cristiana conservadora.

En cierto sentido, el sábado es arbitrario. ¿Por qué el séptimo día y no algún otro? Es porque Dios lo dijo. Hay mucho de obvio y de lógica aparente en no robar, no matar, no codiciar, etc. No hace falta ser cristiano para seguir esos preceptos; muchos no cristianos los cumplen.

Pero, obedecer el sábado del séptimo día, que no está basado en ningún fenómeno natural, es revelar una disposición de obedecer sencillamente porque Dios nos dice que lo hagamos. El guardar el sábado es un acto de fe; guardamos el sábado no porque es socialmente aceptable, no porque es popular, no porque es parte de algún ciclo natural. No, guardamos el sábado porque Dios nos lo manda, y como cristianos del Nuevo Testamento, salvados por gracia, revelamos nuestra fe mediante la obediencia a los mandamientos de Dios (Sant. 2:10, 11; 1 Juan 5:2, 3; Apoc. 14:12).

De hecho, al descansar en sábado, estamos revelando al mundo que toda esa conversación de descansar en Cristo no es solo hablar. Como guardadores del sábado, realmente descansamos en la obra de salvación de Cristo en nuestro favor, no solo diariamente, sino también, de una manera especial cada semana, revelamos la plenitud de nuestra seguridad en Cristo al descansar en sábado (ver Heb. 4:1-11). La observancia del sábado es una expresión externa de nuestro descanso en Cristo.

Aunque en un sentido el sábado es arbitrario, ¿cuáles son los beneficios prácticos y tangibles que obtenemos por guardar santo el sábado, como Dios ordenó? ¿Qué puedes hacer mejor para gozar de los beneficios de la observancia del sábado?

El Estado de los Muertos.
Miércoles 4 de marzo

¿Qué nos enseñen los siguientes textos acerca de la condición de la humanidad en la muerte? Sal. 146:4; Ecl. 9:5, 6; Juan 11:11-14; Hech. 2:34.

La inspiración nos enseña que solo Dios es inmortal (1 Tim. 6:16) y que los seres humanos, separados de Dios, están sujetos a la muerte. Jesús enseñó que la muerte es un sueño que termina en una de las dos resurrecciones: una resurrección para vida y una resurrección de condenación (Juan 5:28, 29). William Temple, arzobispo de Canterbury, reconoció esto cuando escribió: “El hombre no es inmortal por naturaleza o por derecho; pero es capaz de ser inmortal, y se le ha ofrecido la resurrección de los muertos y la vida eterna, si la recibe de Dios y en los términos de Dios”.–Nature, Man and God, p. 472.

¿De qué modo debemos entender textos como el de Mateo 25:46 y Apocalipsis 14:9 al 11? ¿Enseñan estos el tormento eterno en el infierno?

La idea de la inmortalidad humana se encuentra en todas las religiones primitivas, animistas y politeístas. También era un concepto importante en la filosofía griega, que concebía el Hades (el mundo de los muertos) como un mundo subterráneo, de fantasmas, en el cual el alma vivía una existencia crepuscular. Los griegos consideraban a los seres humanos como consistentes de materia y alma. A la muerte, ellos creían que la materia y el alma se separan, liberando el alma de la prisión de la materia, hacia una existencia independiente.

En Mateo 25 y Apocalipsis 14, las palabras traducidas como “eterno” y “para siempre” no significan necesariamente algo que no tiene fin. Las palabras griegas aión y aiónios expresan duración tan larga como lo permite el sujeto. Por ejemplo, en Judas 7 se nos dice que las ciudades de Sodoma y Gomorra estaban sufriendo el castigo del fuego eterno (aiónios). No obstante, en 2 Pedro 2:6 dice que se transformaron en cenizas. Cuando el sujeto de las palabras “eterno” o “para siempre” es la vida de los redimidos que han recibido la inmortalidad, la palabra significa un tiempo sin fin. Cuando se refiere al castigo de los malvados, que no reciben la inmortalidad, la palabra tiene el significado de un período limitado de tiempo.

Tanto los predicadores populares como las películas populares, el mundo, están inundados con el espiritismo (bajado en la idea de que los muertos viven ahora en otra existencia). ¿De qué modo nuestra comprensión del estado de los muertos nos da una protección poderosa contra este terrible engaño?

La Segunda Venida.
Jueves 5 de marzo

Desde comienzos de la década de 1970, Hal Lindsey, autor del libro The Late Great Planet Earth [El fallecido gran planeta Tierra], ha vendido más de quince millones de ejemplares. En los años más recientes, la serie Left Behind [Dejados atrás], por Tim LaHaye y Jerry B. Jenkins, también ha vendido millones de ejemplares. Estos hechos indican que hay una percepción general, entre muchos cristianos, de que estamos viviendo en el tiempo del fin.

La palabra Adventista, que se encuentra en el nombre de nuestra iglesia, significa que creemos en la segunda venida de Cristo con tanta intensidad que es parte de nuestra identidad. No obstante, nuestra comprensión de la Segunda Venida es muy diferente de la defendida en la serie Dejados atrás o en el libro de Hal Lindsey Dejado atrás.

¿Qué enseña la Biblia acerca de la forma en que volverá Cristo, y por qué es de vital importancia saber esto? ¿Acerca de qué engaños nos advirtió Jesús con respecto a la forma en que volverá? Mat. 24:5, 24-31; Apoc. 1:7.

El concepto de que la venida de Cristo consistirá de dos etapas fue introducido por primera vez por John N. Darby en el siglo XIX, y ha capturado el pensamiento de muchos protestantes actuales. La supuesta primera etapa involucra un rapto secreto, en el que todos los verdaderos cristianos serán raptados o levantados por Cristo, y la segunda se concentra en la aparición de Cristo siete años más tarde, para gobernar la tierra durante mil años.

Los Adventistas del Séptimo Día no pueden encontrar apoyo bíblico para dividir la segunda venida de Cristo en un rapto y una aparición. De acuerdo con el Nuevo Testamento, el regreso de Jesús será un evento indivisible, único, literal, audible y visible (1 Tes. 4:16, 17; Apoc. 19:11-21). Igualmente importante es que Jesús nos advirtió contra falsas interpretaciones acerca de la manera de su venida. Jesús, evidentemente, sabía que el engaño sería feroz (Mat. 24:24), y por eso la Palabra de Dios es tan clara acerca de la manera en que retornará.

Aunque el transcurso de cada día nos lleva un día más cerca del regreso de Cristo, el paso de cada día también hace que su regreso parezca más y más demorado. ¿De qué modo podemos establecer un equilibrio entre vivir con la expectativa del regreso de Cristo y, no obstante, seguir con la rutina diaria de la vida?

Para Estudiar y Meditar
Viernes 6 de marzo.

Lee, en El conflicto de los siglos, los capítulos “¿Pueden hablarnos nuestros muertos?” (pp. 607-618) y “La liberación del pueblo de Dios” (pp. 693-710).

Durante los primeros años del movimiento adventista, muchos de nuestros pioneros llegaron a estar desequilibrados en su predicación de la Ley. Por eso, en 1890 Elena de White escribió: “Como pueblo, hemos predicado la Ley hasta que estamos tan secos como los montes de Gilboa, que no tenían lluvia ni rocío. Debemos predicar a Cristo en la Ley” (R&H, 11 de marzo de 1890). En la sesión de la Asociación General reunida en Minneapolis en 1888, E. J. Waggoner y A. T. Jones hicieron precisamente esto. El énfasis de su mensaje era “afirmar la verdad de que la única manera en que se puede obtener la justicia es por una fe viva en el Cordero de Dios, cuya sangre fue derramada en la cruz del Calvario como propiciación por los pecados del mundo. Ninguno puede entrar en el Reino de Dios sin estar vestido con el manto inmaculado de la justicia de Cristo. Este manto no puede ser comprado con plata u oro, ni ganado con buenas obras. Este mensaje fue un llamado de clarín para hacer de Cristo y su justicia el centro de toda nuestra vida y predicación. Puso énfasis especial en la justificación por la fe como una experiencia personal real en vez de una mera teoría” (A. V. Olson, Through Crisis to Victory, p. 35). Waggoner también enseñó que la obediencia de la humanidad nunca puede satisfacer la Ley de Dios, que sólo la justicia de Cristo imputada es la base de nuestra aceptación por Dios, y que constantemente necesitamos estar cubiertos con la justicia de Cristo, no solo por nuestros pecados pasados. Elena de White apoyó sólidamente a Waggoner. Ella calificó sus presentaciones como “un preciosísimo mensaje” (TM 91).

Preguntas Para Dialogar:

1. ¿Hay alguna enseñanza de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que se basa en cualquier otra cosa que no sea nuestra comprensión de la Biblia? Es decir, ¿hay alguna doctrina que proviene de Elenade White en vez de provenir de la Biblia? Aunque creemos en el don de profecía, ¿por qué debemos asegurarnos de saber que todas nuestras enseñanzas proceden de la Biblia, y de la Biblia sola? ¿Qué problemas surgen si nos apoyamos en Elena de White para crear nuestras doctrinas? Al mismo tiempo, ¿por qué sus escritos son tan útiles para nosotros al querer clarificar y comprender enseñanzas que hemos obtenido de la Biblia?
2. Medita en la idea de que la observancia del sábado es una expresión del reposo que tenemos en Cristo, de que nuestra salvación está basada en las obras de Cristo para nosotros, no en las nuestras. ¿De qué modo esto ayuda a responder a la acusación falsa de que guardando el sábado estamos negando el evangelio de la gracia de Dios?
3. Aun los críticos de Elena de White admiten que ella desempeñó un papel importante en pasar del legalismo a un concepto de la salvación más centrado en la cruz de Cristo, lo que es extraño que haga un profeta falso (como la llaman muchas de esas mismas personas), ¿verdad? ¿De qué modo la inconsistencia de estos críticos se revela por su propio concepto de que, aunque haya sido una profetisa falsa, no obstante guió a la iglesia para alejarse del legalismo?

Guía de Estudio de la Biblia: El don profético y la iglesia remanente de Dios. Edición de Adultos.
Periodo: Trimestre Enero-Marzo de 2009
Autor: Gerhard Pfandl, nacido en Austria, ha sido director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General desde 1999.
Editor: Clifford Goldstein

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Lección 10: El mensaje de los profetas / Edición para Maestros

El sábado enseñaré...
Texto Clave: 1 Timoteo 4:16.

Enseña a tu clase a:

Saber las doctrinas clave como las revelaron los profetas bíblicos y las afirmó Elena de White.
Sentir el deseo de comprender mejor las enseñanzas bíblicas.
Hacer que otros también obtengan este conocimiento.

Bosquejo de la Lección

1. Salvación (Rom. 3:21-28)
A. ¿Cómo podemos asegurarnos que la justificación por la fe permanezca en el corazón de la misión de nuestra iglesia?
B. Lee Hebreos 9:1 al 8. ¿Qué reveló Dios acerca de su plan de salvación a Moisés? ¿Qué revela Hebreos 8:1 y 2 acerca de la obra continua de la salvación? ¿Por qué podemos tener seguridad en el Juicio?


2. Distintivamente adventista (Juan 11:11-14)
A. ¿De qué modo la comprensión de la inmortalidad condicional (el alma duerme), con un énfasis en la resurrección, te trajo consuelo y esperanza?
B. Lee Apocalipsis 14:9 al 11. ¿Cómo te sientes acerca de que Dios queme a los malvados hasta que se consuman, en vez de dejarlos quemarse por la eternidad, como creen algunos cristianos?

3. La bendita esperanza (Mat. 24:4-31)
A. ¿De qué modo nuestra expectativa del regreso de Jesús debería influir sobre la forma en que vivimos?
B. ¿De qué manera podemos mantener viva esta esperanza a medida que pasa el tiempo? ¿Qué puedes hacer para compartir este conocimiento con otros?
C. ¿En qué formas la Biblia y los escritos de Elena de White nos ayudan a vivir en este “tiempo de espera”?

Resumen

Aunque los Adventistas nos hemos caracterizado por estas doctrinas importantes, siempre hemos afirmado que la Biblia es nuestro único credo y que somos un pueblo del Libro. Aunque los profetas no canónicos pueden darnos vislumbres útiles, la Biblia debería ser el único fundamento sobre el cual descansen nuestra fe y nuestras doctrinas.

CICLO DE APRENDIZAJE

PASO 1: ¡Motiva!

Concepto clave para el crecimiento espiritual: Dios nos llama para tomar una posición decidida con él en la gran controversia entre el bien y el mal.

Absalón, el enemistado hijo de David, tenía la intención de derrocar a su padre y establecerse como rey. La conspiración había avanzado, y Absalón había conseguido personas que lo apoyaban en todo el reino. Sus planes eran avanzar rápidamente, y parecía que estaba destinado a derrocar con éxito el gobierno de David. En este momento vital, un mensajero no identificado llegó a Jerusalén para avisar a David de la conspiración de Absalón. David actuó con decisión cuando oyó el mensaje de advertencia, y sus actos lo llevaron oportunamente a derrotar a Absalón y sus partidarios. (Ver 2 Sam. 14:25-18:18).

Los cristianos están involucrados en una batalla mucho mayor, una controversia cósmica entre Cristo y Satanás. Los profetas, a lo largo de los siglos, recibieron un mensaje no solo de advertencia sino también de esperanza. Este mensaje desenmascara la conspiración de Satanás y de sus rebeldes seguidores, y nos invita a tomar una acción decisiva. El mensaje profético que Dios ha puesto en nuestras manos ofrece salvación, libertad y liberación. Dios nos ofrece el privilegio de unirnos a sus filas mientras derrota al enemigo de la vida, pero nos deja a nosotros hacer la elección.

PASO 2: ¡Explora!

Comentario de la Biblia

I. Justificación por la fe (1 Rey. 8:46-51; Rom. 3:21-28; 4:1-11; 5:12)

En la oración de dedicación que pronunció Salomón, ofrecida en la inauguración del Templo, se refirió a la debilidad de la humanidad y la fortaleza del pecado arraigado en la raza humana. Como él lo expresó, nuestra única esperanza reside, no en el poder de nuestro esfuerzo humano para vencer la tentación, sino en el misericordioso perdón de Dios, que gratuitamente provee al pecador. El fundamento de este llamado no reside en una supuesta bondad natural del hombre sino en el hecho de que Dios nos ha elegido como su posesión especial.

Mil años más tarde, Pablo afirma lo mismo: al confiar en Dios y en el Sacrificio que Dios ofreció por el pecado mediante Jesús, nuestro pecado ha sido perdonado. Nuestra obediencia no es nada más que trapos de inmundicia comparada con el carácter inmaculado de Cristo. Aun Abraham, el padre del pueblo judío, fue aceptado por Dios antes de que adoptara obedientemente el símbolo de la obediencia, que en su tiempo era la circuncisión. Del mismo modo, nuestra obediencia está arraigada en la aceptación de Dios, como lo demuestra su perdón.

Considera: ¿Cuál de las siguientes declaraciones es la que más te motiva para obedecer a Dios?: 1) el temor de que Dios te castigue o te excluya por hacer el mal, o 2) el aprecio por el perdón que Dios te ofrece a costa de Dios mismo.

II. El Santuario (Heb. 9:1-8)

El Santuario del Antiguo Testamento no era un fin en sí mismo (Heb. 9:9), sino una ilustración que señalaba al ministerio de Cristo. La sangre de los animales sacrificados no podía realmente dar el perdón; ni tampoco podía proveer un escape del juicio que todos los seres humanos merecen (ver Rom. 6:23). Cuando Cristo entró en el Lugar Santísimo del Santuario celestial, aseguró nuestra salvación, no con la sangre de animales sino con su propia sangre. El juicio, la penalidad, la sentencia que con derecho nos correspondía, fueron, en cambio, pronunciados contra él. ¡Él murió, y nosotros somos liberados! (Ver Heb. 9:13-28).

Considera: Estamos viviendo en el tiempo del fin, la hora profética del Juicio que inmediatamente precede al glorioso regreso del Señor. Durante este tiempo, ¿en qué deberíamos concentrarnos principalmente? ¿El mejoramiento moral personal? ¿Contemplar la incomparable misericordia de Dios al tomar sobre sí mismo la condenación que merecidamente es nuestra? ¿Depender de mi herencia espiritual, de mis esfuerzos para mejorar mi vida, o de la muerte de Cristo en mi lugar? Explica la severidad de las advertencias dadas a los que no aprecian la magnitud de la misericordia de Dios. (Ver Heb. 10:26-29, 37-39).

III. El sábado (Éxo. 20:1-17; Sant. 2:10, 11; 1 Juan 5:2, 3; Apoc. 14:12)

La importancia de guardar santo el sábado está arraigada en la Creación y la Redención, los dos actos supremos de Dios en la historia humana. El sábado es una parte de la historia de la Creación (ver Gén. 2:1-3) y del cuarto Mandamiento, como se registra en el Éxodo, y nos llama a adorar en el séptimo día porque Dios creó el mundo. Sin embargo, en Deuteronomio 5:12 al 15, el cuarto Mandamiento nos llama a adorar a Dios por cuanto Dios nos liberó de la esclavitud por su poder asombroso. Adorar cada sábado nos recuerda que fuimos creados con amor y no hemos evolucionado por azar de una masa de tejidos. También nos recuerda que Dios nos liberó de la esclavitud del pecado y que podemos descansar con toda seguridad en él.

Considera: Los observadores del sábado a veces guardan el sábado de maneras diferentes, despertando controversias dentro de la iglesia. ¿De qué modo los temas del descanso y de la conmemoración de la Creación y la Redención moldean nuestra práctica de guardar el sábado? (Nota Éxo. 16; Neh. 13:15-22; Isa. 58:13, 14; Luc. 4:16; Juan 5:1-18).

IV. El estado de los muertos (Sal. 146:4; Ecl. 9:5, 6; Juan 5:28, 29; 11:11-14; Hech. 2:34; 1 Tim. 6:16).

Considera: Primero, lee 1 Corintios 15:12 al 23; luego analiza lo siguiente: De acuerdo con Pablo, no hay resurrección de los muertos, ni vida eterna, fuera de Cristo. Él dice que si Jesús no hubiera resucitado de los muertos, seríamos responsables por nuestros pecados y del castigo por el pecado, que es la muerte (Rom. 6:23). Sin embargo, si Pablo está equivocado y hay alguna otra manera de llegar a la vida eterna (por ejemplo, la teoría del alma inmortal), ¿qué nos indica eso? ¿Hay necesidad de Cristo para la liberación de la muerte?

V. La segunda venida de Cristo (Mat. 24:5, 24-31; Apoc. 1:7; 19:11-21; 1 Tes. 4:16, 17)

“Los términos usuales en el NT para la 2ª venida de Cristo son parousía ‘presencia’, ‘manifestación esplendorosa’; epifanéia, ‘aparición’; y apokálupsis ‘revelación’. La palabra parousía aparece comúnmente en los papiros para referirse a la visita de un emperador o un rey. [...] Epifanéia se encuentra a menudo en las obras clásicas griegas para describir la gloriosa aparición de los dioses paganos. [...] Apokálupsis se usa para la ‘aparición’ o ‘revelación’ de Cristo en ocasión de su 2ª venida” (DBA 1.068, 1.069).

Considera: ¿Qué preparativos harías si el presidente de tu país te prometiera visitarte en tu casa, y llevarte a un hogar nuevo y permanente en un paraíso tropical? ¿De qué modo esa promesa afectaría tu actitud acerca de tu valor propio o de tu visión de los problemas que afrontas en la vida?

PASO 3: ¡Practica!

Desempeño de roles: Asigna a alguien de tu clase el papel de ser un ateo escéptico. Alguien que es analítico y tiene conocimiento de la posición atea sería un candidato ideal. El papel de los otros miembros de la clase sería presentar las enseñanzas repasadas en esta lección, para “presentar un sólido caso en favor de la fe” basado en ella. Considera los anhelos humanos de propósito, sentido, significado, redención, amor y longevidad. ¿De qué modo las enseñanzas acerca de la justificación, del Santuario, del sábado, la muerte y la venida de Cristo responden a nuestras necesidades humanas? Concédele a tu “ateo escéptico” suficiente tiempo para responder a las afirmaciones de la clase. Desafía a la clase a proveer respuestas válidas a las objeciones.

Testificación

Invita a los miembros de tu clase a compartir experiencias de la vida real sucedidas al compartir el mensaje estudiado en esta lección. Tómate el tiempo suficiente para orar acerca de los obstáculos que pueden estar estorbando a alguien que es atraído al mensaje de la fe en Cristo.

PASO 4: ¡Aplica!

Considera: Moisés registró la historia de Balaam en los capítulos 22 al 24 de Números. Balaam no quería realmente entregar el mensaje de esperanza de Dios para Israel, porque prefería lograr la recompensa por maldecir a Israel. Sin embargo, Dios solo ofrecía un mensaje de bendición.

Más tarde, Balaam fue muerto por los israelitas, y su epitafio permanente sería que él haría cualquier cosa por dinero. Dios nos ha confiado un mensaje profético de esperanza para nuestros tiempos. ¿Estamos tan involucrados en ganar dinero y en las cosas de esta vida que descuidamos nuestro llamado a compartir ese mensaje? Analiza lo que podrías hacer este mes para entregar fielmente el mensaje.

Guía de Estudio de la Biblia: El don profético y la iglesia remanente de Dios. Edición de Maestros.
Periodo: Trimestre Enero-Marzo de 2009
Autor: Gerhard Pfandl, nacido en Austria, ha sido director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General desde 1999.
Editor: Clifford Goldstein

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Lección 10: El mensaje de los profetas / Notas de Elena de White

Sábado 28

Si el transgresor fuera tratado de acuerdo con la letra de este pacto, no habría esperanza para la raza caída, pues todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios. La raza caída de Adán no puede contemplar en la letra de este pacto otra cosa sino la muerte, y la muerte será la retribución de todo el que procure vanamente idear una justicia propia que cumpla las demandas de la ley. Dios se ha comprometido mediante su Palabra a ejecutar el castigo de la ley sobre todos los transgresores. Los humanos cometen pecados vez tras vez, y sin embargo no parecen creer que deben sufrir el castigo por quebrantar la ley. Muestran sus buenas intenciones ante el Señor y suavizan sus conciencias rogándole que sea misericordioso. Pero la única esperanza para los caídos hijos e hijas de Adán es abandonar sus pecados y aceptar la justicia de Cristo. Deben dejar de lado cualquier esperanza de salvación basada en su propia justicia, porque el Señor no puede salvarlos por sus buenas obras.

En el evangelio de Jesucristo proclamado por los ángeles como buenas nuevas de gran gozo, los términos de la salvación fueron plenamente revelados: La ley mantiene su fuerza y pureza originales pues es el reflejo del carácter de Dios. Ni una jota ni un tilde pueden ser alterados. Pero el Señor hizo un pacto de gracia por medio del cual extiende su misericordia a los seres humanos caídos, haciendo una provisión tan amplia y poderosa que las almas arruinadas por el pecado pueden ser elevadas a la gloria, el honor y la inmortalidad. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (S. Juan 3: 16). El arco iris del pacto rodea el trono de Dios como símbolo de su promesa de recibir a todo pecador que abandona su esperanza de alcanzar la vida eterna por su propia justicia y acepta la justicia del Redentor del mundo. Promete recibir a todo aquel que lo acepta como su Salvador personal creyendo que él puede salvarlo del pecado y mantenerlo sin caer. Cristo es la única esperanza para heredar la vida eterna.

La provisión hecha para la salvación de los seres humanos mediante la justicia imputada de Cristo no destruye la ley ni disminuye sus santos reclamos; por el contrario, él vino a exaltar la ley y a engrandecerla mostrando su carácter inmutable. La gloria del evangelio de la gracia está en el hecho de que la salvación se obtiene por medio de la obediencia a la ley en la persona de Cristo, el divino sustituto. Tanto en la antigua dispensación como en la nueva, los creyentes eran salvados por la gracia de Cristo tal como se la presenta en el evangelio (Signs of the Times, septiembre 5, 1892).

La Justificación por la Fe.
Domingo 1ro.

La iniquidad que llena nuestro mundo es el resultado del rechazo de Adán a tomar la palabra de Dios como suprema. Desobedeció y cayó bajo la tentación del enemigo. "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron" (Romanos 5:12). Dios declaró: "El alma que pecare, esa morirá"(Ezequiel 18:20). Aparte del plan de redención los seres humanos están condenados a muerte. "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23). Pero Cristo dio su vida para salvar al pecador de la sentencia de muerte. Murió para que nosotros podamos vivir. Y a todos los que le reciben les da poder para separarse de todo aquello que los colocaría nuevamente bajo el castigo y la condena.

Cristo es la única esperanza del pecador. Por su muerte puso la salvación al alcance de todos, y mediante su gracia todos pueden llegar a ser súbditos leales del reino de Dios. Es su sacrificio lo que hace posible que hombres y mujeres puedan cumplir las condiciones establecidas en los concilios celestiales. Él vino a esta tierra y vivió una vida de perfecta obediencia a fin de que todos, mediante su gracia, puedan también vivir una vida de perfecta obediencia. Esto es necesario para la salvación, pues sin la santidad nadie verá al Señor.

Ante nosotros está la maravillosa posibilidad de ser obedientes como Cristo a todos los principios de la ley de Dios. Pero somos extremadamente incapaces de alcanzar por nosotros mismos esa condición. Todo lo que es bueno en el hombre le llega mediante Cristo. La santidad que la Palabra de Dios dice que debemos tener antes de poder ser salvados es el resultado de la obra de la gracia divina cuando nos sometemos a la disciplina y a la influencia moderadora del Espíritu de verdad.

La obediencia del hombre puede ser hecha perfecta sólo por el incienso de la justicia de Cristo que llena de fragancia divina cada acto de verdadera obediencia. La parte del cristiano consiste en perseverar en la tarea de vencer toda falta. Debe orar constantemente al Salvador para que sane las dolencias de su alma enferma. No tiene la sabiduría y la fuerza sin las cuales no puede vencer; éstas pertenecen al Señor quien las concede a aquellos que con humildad y contrición lo buscan pidiendo ayuda (Review and Herald, marzo 15, 1906; parcialmente en, Dios nos cuida, p. 172).

Mediante Cristo, se dan al hombre tanto restauración como reconciliación. El abismo abierto por el pecado ha sido salvado por la cruz del Calvario. Un rescate pleno y completo ha sido pagado por Jesús en virtud del cual es perdonado el pecador y es mantenida la justicia de la ley. Todos los que creen que Cristo es el sacrificio expiatorio pueden ir y recibir el perdón de sus pecados, pues mediante los méritos de Cristo se ha abierto la comunicación entre Dios y el hombre. Dios puede aceptarme como a su hijo y yo puedo tener derecho a él y puedo regocijarme en él como en mi Padre amante. Debemos centralizar nuestras esperanzas del Cielo únicamente en Cristo, pues él es nuestro sustituto y garantía.

Hemos transgredido la ley de Dios, y por las obras de la ley ninguna carne será justificada. Los mejores esfuerzos que pueda hacer el hombre con su propio poder son ineficaces para responder ante la ley santa y justa que ha transgredido; pero mediante la fe en Cristo puede demandar la justicia del Hijo de Dios como plenamente suficiente. Cristo satisfizo las demandas de la ley en su naturaleza humana. Llevó la maldición de la ley por el pecador, hizo expiación para él a fin de que cualquiera que cree en él, no se pierda sino tenga vida eterna. La fe genuina se apropia de la justicia de Cristo y el pecador es hecho vencedor con Cristo, pues se lo hace participante de la naturaleza divina, y así se combinan la divinidad y la humanidad. (Mensajes selectos, t. 1, p. 426).

El Santuario.
Lunes 2

¿Qué es la purificación del Santuario? En el Antiguo Testamento se hace mención de un servicio tal con referencia al santuario terrenal. ¿Pero puede haber algo que purificar en el Cielo? En el noveno capítulo de la Epístola a los Hebreos, se enseña a las claras la existencia de la purificación de ambos santuarios, el terrenal y el celestial ...
La purificación en ambos servicios, el simbólico y el real, debe efectuarse con sangre; en aquél con sangre de animales; en éste, con la sangre de Cristo.

Así como en la antigüedad los pecados del pueblo eran puestos por fe sobre el holocausto, y por la sangre de éste transferidos figurativamente al santuario terrenal, así también, en el nuevo pacto, los pecados de los que se arrepienten son puestos por fe sobre Cristo, y transferidos, de hecho, al Santuario celestial. Y así como la purificación simbólica de lo terrenal se efectuaba quitando los pecados con los cuales había sido contaminado, así también la purificación real de 10 celestial debe efectuarse quitando o borrando los pecados registrados en el Cielo. Pero, antes de que esto pueda cumplirse deben examinarse los registros para determinar quiénes son los que, por medio del arrepentimiento del pecado y de la fe en Cristo, tienen derecho a los beneficios de su expiación (La fe por la cual vivo, p. 208).

El servicio ceremonial era el vínculo de conexión entre Dios e Israel. Las ofrendas de sacrificio tenían como propósito prefigurar el sacrificio de Cristo y de esa manera preservar en los corazones de la gente de una fe inquebrantable en el Redentor que habría de venir (Signs of the Times, diciembre 1, 1881).

Cristo intercede por la raza perdida mediante su vida inmaculada, su obediencia y su muerte en la cruz del Calvario. Y ahora el Capitán de nuestra salvación intercede por nosotros no sólo como un solicitante, sino como un vencedor que exhibe su victoria. Su ofrenda es completa, y como nuestro intercesor ejecuta la obra que se ha impuesto a sí mismo, sosteniendo ante Dios el incensario que contiene sus propios méritos inmaculados y las oraciones, las confesiones y los agradecimientos de su pueblo. El incienso asciende a Dios como un olor grato, perfumado con la fragancia de su justicia. La ofrenda es plenamente aceptable, y el perdón cubre todas las transgresiones. Para el verdadero creyente Cristo es sin duda alguna el ministro del Santuario, que oficia para él, y que habla por los medios establecidos por Dios (Comentario bíblico adventista, t. 7, p. 942).

El Sábado.
Martes 3

Aquí no se presenta el sábado como una institución nueva, sino como establecido en el tiempo de la creación del mundo. Hay que recordar y observar el sábado como monumento de la obra del Creador. Al señalar a Dios como el Hacedor de los cielos y de la tierra, el sábado distingue al verdadero Dios de todos los falsos dioses. Todos los que guardan el séptimo día demuestran al hacerlo que son adoradores de Jehová. Así el sábado será la señal de lealtad del hombre hacia Dios mientras haya en la tierra quien le sirva.

El cuarto mandamiento es, entre todos los diez, el único que contiene tanto el nombre como el título del Legislador. Es el único que establece por autoridad de quién se dio la ley. Así, contiene el sello de Dios, puesto en su ley como prueba de su autenticidad y de su vigencia (Patriarcas y profetas, p. 315).

El sábado es un broche de oro que Une a Dios y su pueblo. Pero el mandamiento del sábado ha sido violado. El día santo de Dios ha sido profanado. El sábado ha sido sacado de su lugar por el hombre de pecado, y se ha ensalzado en su lugar un día de trabajo común. Se ha hecho una brecha en la ley, y esta brecha ha de ser reparada. El sábado debe ser ensalzado a la posición que merece como día de reposo de Dios. En el capítulo 58 de Isaías, se bosqueja la obra que el pueblo de Dios ha de hacer. Debe ensalzar la ley y hacerla honorable, edificar en los antiguos desiertos y levantar los fundamentos de muchas generaciones...

La cuestión del sábado será el punto culminante del gran conflicto final en el cual todo el mundo tomará parte. Los hombres han honrado los principios de Satanás por encima de los principios que rigen los cielos. Han aceptado el falso día de descanso que Satanás ha exaltado como señal de su autoridad. Pero Dios ha puesto su sello sobre su requerimiento real. Ambos días de reposo llevan el nombre de su autor, una marca imborrable que demuestra la autoridad de cada uno. Es nuestra obra inducir a la gente a comprender esto. Debemos mostrarle que es de consecuencia vital llevar la marca del reino de Dios o la marca de la rebelión, porque se reconocen súbditos del reino cuya marca llevan. Dios nos ha llamado a enarbolar el estandarte de su sábado pisoteado. ¡Cuán importante es, pues, que nuestro ejemplo sea correcto en la observancia del sábado! (Joyas de los testimonios, t. 3, pp. 18, 19).

Dios creó el mundo en seis días y descansó el séptimo. Él santificó el séptimo día y lo hizo su monumento sagrado. "Guardarán pues -declara él- el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo". Los que hacen esto, guardando todos los mandamientos de Dios, pueden reclamar las promesas descritas en Isaías 58:11-14. Las instrucciones que se dan en este capítulo son plenas y categóricas. Los que se abstienen de trabajar en el día sábado pueden pedir bienestar y consolación. ¿No creeremos a Dios? ¿No llamaremos santo el día que el Señor llama santo? El hombre no debe avergonzarse de llamar sagrado lo que el Señor llama sagrado. No debe temer hacer lo que Dios ha ordenado. La obediencia le proveerá un conocimiento de lo que constituye la santificación verdadera (El ministerio médico, p. 282).

El Estado de los Muertos.
Miércoles 4

En el error fundamental de la inmortalidad natural, descansa la doctrina del estado consciente de los muertos, doctrina que, como la de los tormentos eternos, está en pugna con las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, con los dictados de la razón y con nuestros sentimientos de humanidad. Según la creencia popular, los redimidos en el Cielo están al cabo de todo lo que pasa en la tierra, y especialmente de lo que les pasa a los amigos que dejaron atrás. ¿Pero cómo podría ser fuente de dicha para los muertos el tener conocimiento de las aflicciones y congojas de los vivos, el ver los pecados cometidos por aquellos a quienes aman y verlos sufrir todas las penas, desilusiones y angustias de la vida? ¿Cuánto podrían gozar de la bienaventuranza del Cielo los que revolotean alrededor de sus amigos en la tierra? ¡Y cuán repulsiva es la creencia de que, apenas exhalado el último suspiro, el alma del impenitente es arrojada a las llamas del infierno! ¡En qué abismos de dolor no deben sumirse los que ven a sus amigos bajar a la tumba sin preparación para entrar en una eternidad de pecado y de dolor! Muchos han sido arrastrados a la locura por este horrible pensamiento que los atormentara (El conflicto de los siglos, pp. 600, 601).

La Palabra de Dios, debidamente comprendida y aplicada, es una salvaguardia contra el espiritismo. La teoría de un infierno que arde eternamente, predicada desde el púlpito y presentada constantemente a la gente, representa una injusticia para el carácter benevolente de Dios. Lo presenta como el mayor tirano del universo. Este difundido dogma ha hecho volver a millares hacia el universalismo, la incredulidad y el ateísmo. La Palabra de Dios es clara. Es una recta cadena de verdad y resultará un ancla para aquellos que estén dispuestos a recibirla, aún cuando hayan de sacrificar sus apreciadas fábulas. Ella los salvará de los terribles engaños de estos tiempos peligrosos. Satanás ha inducido a los predicadores de las diferentes iglesias a aferrarse tenazmente a sus errores populares, como indujo a los judíos a aferrarse en su ceguera a sus sacrificios y a crucificar a Cristo. El rechazo de la luz y la verdad deja a los hombres cautivos, sujetos a los engaños de Satanás. Cuanto mayor sea la luz que rechazan, tanto mayor será el poder del engaño y de las tinieblas que los sobrecogerán (Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 308).

"Yo soy la resurrección y la vida". Sólo la Deidad puede usar este lenguaje. Todas las cosas creadas viven por la voluntad y el poder de Dios. Son recipientes que dependen de la vida del Hijo de Dios. No importa cuán capaces y talentosos sean, no importa cuán grandes sean sus aptitudes, reciben nuevamente la vida de la Fuente de toda vida. Sólo Aquel que es el único que tiene inmortalidad, que mora en luz y vida, podía decir: "Tengo poder para ponerla [su vida], y tengo poder para volverla a tomar". Todos los seres humanos de nuestro mundo toman de él su vida. Él es el origen, la fuente de vida (Comentario bíblico adventista, t. 5, p. 1088).

La Segunda Venida.
Jueves 5

El acto capital que coronará el gran drama del engaño será que el mismo Satanás se dará por el Cristo. Hace mucho que la iglesia profesa esperar el advenimiento del Salvador como consumación de sus esperanzas. Pues bien, el gran engañador simulará que Cristo habrá venido. En varias partes de la tierra, Satanás se manifestará a los hombres como ser majestuoso, de un brillo deslumbrador, parecido a la descripción que del Hijo de Dios da San Juan en el Apocalipsis (Apocalipsis 1: 13-15). La gloria que le rodee superará cuanto hayan visto los ojos de los mortales. El grito de triunfo repercutirá por los aires: "¡Cristo ha venido! ¡Cristo ha venido!" El pueblo se postrará en adoración ante él, mientras levanta sus manos y pronuncia una bendición sobre ellos como Cristo bendecía a sus discípulos cuando estaba en la tierra. Su voz es suave y acompasada aunque llena de melodía. En tono amable y compasivo, enuncia algunas de las verdades celestiales y llenas de gracia que pronunciaba el Salvador; cura las dolencias del pueblo, y luego, en su fementido carácter de Cristo, asegura haber mudado el día de reposo del sábado al domingo y manda a todos que santifiquen el día bendecido por él. Declara que aquellos que persisten en santificar el séptimo día blasfeman su nombre porque se niegan a oír a sus ángeles, que les fueron enviados con la luz de la verdad. Es el engaño más poderoso y resulta casi irresistible. Como los samaritanos fueron engañados por Simón el Mago, así también las multitudes, desde los más pequeños hasta los mayores, creen en ese sortilegio y dicen: "Este es el poder de Dios llamado grande".

Pero el pueblo de Dios no se extraviará. Las enseñanzas del falso Cristo no están de acuerdo con las Sagradas Escrituras. Su bendición va dirigida a los que adoran la bestia y su imagen, precisamente aquellos sobre quienes dice la Biblia que la ira de Dios será derramada sin mezcla.

Además, no se le permitirá a Satanás contrahacer la manera en que vendrá Jesús. El Salvador previno a su pueblo contra este engaño y predijo claramente cómo será su segundo advenimiento. "Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y darán señales grandes y prodigios; de tal manera que engañarán, si es posible, aun a los escogidos... Así que, si os dijeren: He aquí en el desierto está; no salgáis:

He aquí en las cámaras; no creáis. Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre" (S. Mateo 24:24-27, 31; 25:31; Apocalipsis 1:7; 1 Tesalonicenses 4: 16, 17). No se puede remedar semejante aparición. Todos la conocerán y el mundo entero la presenciará (El conflicto de los siglos, pp. 682,683).

Se la llama la gloriosa aparición del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo. Su venida sobrepasa en gloria a todo lo que el ojo ha contemplado alguna vez. Su revelación personal en las nubes de los cielos excederá por lejos a cuanto la imaginación haya concebido. Habrá un enorme contraste con la humildad que acompañó su primera venida. Entonces vino como el Hijo del Dios infinito, pero su gloria estaba oculta por el ropaje de la humanidad. Vino sin ninguna distinción mundana de realeza, sin ninguna manifestación visible de gloria; pero en su segunda venida desciende con su propia gloria y la gloria del Padre, y asistido por las huestes angélicas del Cielo. En lugar de la corona de espinas que desfiguró sus sienes, lleva una corona dentro de una corona. Ya no está vestido con los vestidos de humildad, con la vieja capa real que le pusieron encima los que se burlaron de él. No; viene vestido con un manto más blanco que la nieve más blanca. Sobre su vestidura y su muslo está escrito el nombre "Rey de reyes y Señor de señores" (En lugares celestiales, p. 357).

Para Estudiar y Meditar
Viernes 6

El conflicto de los siglos, pp. 607-618.

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sábado, 21 de febrero de 2009

Lección 9: La integridad del don profético Para el 28 de febrero de 2009

Sábado 21 de febrero.

Lee Para el Estudio de esta Semana: 2 Samuel 7:1-7; 1 Reyes 22:10-18; Jeremías 43:2-4; Daniel 8:27.
Para Memorizar: “Vive Jehová, que lo que mi Dios me dijere, eso hablaré” (2 Crón. 18:13).

SI HAS LEÍDO ALGO ACERCA DE LA CRÍTICA MODERNA a la Biblia, una cosa habrás notado: la misma clase de ataques dirigidos contra la Biblia son los que se dirigieron contra Elena de White. Y uno de los ataques contra Elena de White es que, por cuanto ella usaba otras fuentes, no es confiable ni honesta.

No obstante, Elena de White ha explicado por escrito cómo usó los escritos de otros, y por qué. Ella hasta recomendó que la gente leyera ciertos libros que ella usaba al escribir sus propias obras. Eso difícilmente suena como si estuviera tratando de esconder el uso que hacía de otras fuentes.

Esta semana, exploraremos un poco más la manera en que actúa la inspiración, tanto en los escritores bíblicos como en Elena de White.

Un Vistazo a la Semana: ¿Qué sabemos acerca de la integridad de los profetas bíblicos? Si la Escritura y los escritos de Elena G. de White son ambos inspirados por el mismo Espíritu, ¿cuál es la relación entre ellos? ¿Cuál es el peligro en considerar infalibles a los profetas como personas? ¿Pueden los profetas dar consejos equivocados?

La Integridad del Profeta.
Domingo 22 de febrero.

En el año 853 a.C., el rey Acab, de Israel, invitó al rey Josafat, de Judá, a ir con él a una batalla contra los arameos, y Josafat estuvo de acuerdo. Sin embargo, este dijo que antes de ir a la batalla pidieran un mensaje de Dios. Cuando Josafat rehusó aceptar la palabra de los cuatrocientos profetas de Acab, llamaron a Micaías, un profeta de Jehová.

Lee 1 Reyes 22:10 al 18. ¿De qué modo el oficial de Acab intentó influir sobre Micaías, y qué hizo el profeta, sin considerar las circunstancias?

El mensaje de Micaías fue impopular para el Rey, y por ello fue enviado a la prisión (1 Rey. 22:27). El rey Acab, a pesar de la advertencia del profeta, fue a la batalla, y allí murió; el rey Josafat, que en un momento de debilidad había acordado apoyar al rey Acab, apenas escapó con vida.

Aunque los profetas, como todos los seres humanos, han tenido momentos de debilidad, en este caso Micaías estaba decidido a decir la verdad, y no le importaba cuán impopular sería esto para las autoridades. A lo largo de toda la historia, los profetas de Dios han soportado dificultades por haber rehusado cambiar su testimonio para agradar a sus contemporáneos.

Durante la vida de Elena de White, los críticos cuestionaron su integridad, y han continuado haciéndolo después de su muerte. Ella fue acusada de engaño, falsedad y mentiras. Una de las razones principales para estas acusaciones fueron las presuposiciones acerca de cómo debería actuar un profeta. Por ejemplo, algunos críticos creen que “los profetas ‘deberían tener un conocimiento total’ desde el comienzo de su ministerio; sus predicciones deberían ser inalterables; sus escritos, exentos de todo error, discrepancias y equivocaciones; y nunca incluir fuentes no inspiradas. Para ellos, los profetas nunca debieran expresar opiniones meramente personales en sus escritos”.–Herbert E. Douglass, Messenger of the Lord, p. 468. Como hemos visto en nuestro estudio de los profetas bíblicos, estas presuposiciones suponen un concepto de inspiración verbal que los Adventistas del Séptimo Día no sostienen. Si no las sostenemos para la Biblia misma, ¿por qué deberíamos sostenerlas para Elena de White?

¿Has tenido alguna vez que entregar un mensaje impopular? ¿Qué clase de presiones afrontaste? ¿De qué modos trataste de tener excusas para ti mismo que podrían haberte permitido no entregar el mensaje? ¿Qué aprendiste de esa experiencia?

La Integridad del Mensaje.
Lunes 23 de febrero

Unos pocos meses después de la caída de Babilonia en 586 a.C., Gedalías, el gobernador designado por Nabucodonosor, fue asesinado. Los líderes y el pueblo que habían quedado en la tierra tenían miedo de la represalia babilónica, y decidieron buscar seguridad en Egipto; pero querían asegurarse que Dios estuviera del lado de ellos. Así que le pidieron a Jeremías que consultara a Dios acerca de su plan.

¿Cuál fue el mensaje de Jeremías, y de qué modo respondió el pueblo a él? ¿De qué acusaron a Jeremías, y quién dijeron que era el originador del consejo que Jeremías dijo que era de Dios? Jer. 43:2-4.

Como a algunos no les gustaron las claras instrucciones que Dios les dio, afirmaron que el mensaje de Jeremías lo había originado Baruc, su asistente literario, y no Jehová.

Es interesante notar que, miles de años más tarde, la Sra. de White (al igual que Jeremías) ha sido a veces el centro de acusaciones que afirman que sus asistentes literarias escribieron sus libros, o que cometió plagio (copiar ilegalmente de otras fuentes) en la mayor parte de lo que ella escribió. No obstante, en el prefacio de El conflicto de los siglos, ella afirmó que había usado otros libros: “En algunos casos, cuando he encontrado que un historiador había reunido los hechos y presentado en pocas líneas un claro conjunto del asunto, o agrupado los detalles en forma conveniente, he reproducido sus palabras [...]. Y, al referir los casos y los puntos de vista de quienes siguen adelante con la obra de reforma en nuestro tiempo, me he valido en forma similar de las obras que han publicado” (CS 14).

¿Justifica esto la acusación de plagio? En 1981, la Asociación General pidió a un abogado especialista en derechos de autor que estudiara el asunto. Después de pasar más de trescientas horas investigando, llegó a la conclusión de que “Elena G. de White no fue plagiaria, y que sus obras no constituyen plagios ni violaciones de los derechos de autor”.–AR, 17 de septiembre de 1981. Entre las razones que dio, estaban: primero, el hecho de que los libros que usó Elena de White no estaban protegidos por derechos de autor; segundo, aun si hubieran estado cubiertos por derechos de autor, el tipo de uso que hizo de frases y oraciones no constituye una violación de los derechos de autor.

¿Por qué siempre hay hostilidad entre el profeso pueblo de Dios hacia los mensajes de los profetas? Considera tu propio corazón; ¿puedes encontrar algo que, por lo menos en parte, sea la respuesta? Explica tu pensamiento.

“Así Dice Jehová”.
Martes 24 de febrero

¿Cuál, decían con frecuencia los profetas, era la fuente de sus mensajes? Jer. 1:4; Eze.7:1; Ose. 1:1. ¿Por qué esto es tan importante en relación con lo que tenían para decir?

El profeta repetidamente señalaba que sus mensajes venían de Dios. Su posición puede compararse con la de los embajadores terrenales que son enviados por un gobernante terrenal y que son comisionados para representar a su soberano. En ese cargo deben adherirse estrechamente a las instrucciones que recibieron. La expresión “La palabra de Jehová vino a...” significa que: a) sus mensajes tienen autoridad divina; b) los recibieron por comunicación directa de Dios; y c) estos mensajes están en sus mentes, listos para ser presentados.

La expresión “Así dice Jehová” aparece más de cuatrocientas veces en el Antiguo Testamento, un testimonio poderoso del hecho de que Dios, en la Escritura, está hablando directamente al lector. La responsabilidad del profeta era presentar estos mensajes ante el pueblo y aplicarlos a la situación de la audiencia.

Elena de White enfatizó enérgicamente la inspiración de las Escrituras: “Tomo la Biblia tal como es, como la Palabra inspirada”, dijo ella (1 MS 19). Al mismo tiempo, también pretendía tener inspiración divina para sus escritos: “En estas cartas que escribo, en el testimonio dado, os presento lo que el Señor me ha presentado. [...] Esto es verdad en cuanto a los artículos en nuestras revistas y en los muchos tomos de mis libros” (1 MS 33).
Elena de White llamó a sus escritos “la luz menor” para guiar a los hombres y las mujeres a la “luz mayor”, la Biblia. (Ver CE 130.) Aunque ambas son luces, sus funciones son diferentes: 1. La Biblia es el mensaje de Dios para todos los tiempos y para todas las personas. Los escritos de Elena de White son el mensaje de Dios para un tiempo específico, el tiempo del fin, y para un pueblo específico, la iglesia remanente. 2. Los escritos de ella no son normas adicionales de nuevas doctrinas, sino una ayuda para la iglesia en el tiempo del fin. Sus escritos concentran la atención del lector en la Escritura. No reemplazan las Escrituras.

¿Cómo podemos evitar la trampa de poner los escritos de Elena de White al mismo nivel que la Biblia? ¿Por qué es tan fácil cometer un error tan grave?

Crecimiento en Comprensión.
Miércoles 25 de febrero

Los profetas no recibieron toda la luz de Dios de una sola vez. Mientras ministraban fielmente como siervos de Dios, recibían más luz y crecían en su comprensión.

¿Qué nos indican los siguientes textos acerca de la experiencia de crecimiento espiritual de los profetas bíblicos? Dan. 8:27; 9:2; Gál. 2:11-16; 1 Ped. 1:10.

La posesión del don profético en los tiempos bíblicos no implicaba un conocimiento completo, inmediato y pleno de los asuntos espirituales, y otros que hubiera. Los profetas recibían luz creciente a medida que se desarrollaba la historia y cuando eran capaces de comprenderla. También tenían que estudiar las Escrituras, como lo ilustra el caso de Daniel (Dan. 9:2). En Daniel 8:27, el profeta dijo: “Estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía”. Unos diez años más tarde, el ángel Gabriel vino y le explicó todo el significado de la visión (Dan. 9:20-23).

Los profetas sabían solo lo que Dios les había revelado, y solo eso se les permitía dar como un “Así dice Jehová”. Siendo que los mensajes de un profeta a menudo complementaban los dados a otros, llegó a ser necesario estudiar y comparar las diversas revelaciones a fin de obtener un concepto equilibrado y amplio de los mensajes del cielo.

Lo mismo sucedía con Elena de White: “Durante sesenta años he estado en comunicación con los mensajeros celestiales y aprendiendo constantemente con referencia a las cosas divinas, y con respecto a la manera en que Dios está trabajando continuamente para sacar a las almas del error de sus caminos y traerlas a la luz de Dios” (3 MS 79).

Por eso, cuando comparamos los primeros escritos de Elena de White con sus obras posteriores, a veces encontramos que sus escritos posteriores modifican, o expanden, sus escritos anteriores, reflejando una vislumbre más profunda de los mensajes de Dios.

Ella no era una teóloga sistemática, sino más bien una evangelista y comunicadora de lo que Dios le había mostrado. Su comprensión de la teología, aunque fundada en la Escritura e informada por sus visiones, creció con los años mientras continuaba estudiando la Escritura y los escritos de otros, y estaba abierta a la conducción del Espíritu Santo.

Debemos ser cuidadosos de no asignar los atributos de Dios, tales como la omnisciencia (conocer todas las cosas), a sus mensajeros. ¿Cuál es el peligro de considerar infalibles a los profetas y tener un conocimiento completo en todas las áreas de la vida?

Cuando los Profetas lo Entienden Mal.
Jueves 26 de febrero

Lee 2 Samuel 7:1 al 7. ¿Qué estaba mal en el consejo de Natán a David, y por qué Dios no permitió que David construyera el Templo para él? 1 Crón. 22:8.

El profeta Natán era un hombre sabio, reflexivo y temeroso de Dios, pero no todo lo que dice o hace un profeta sucede bajo inspiración. Al dar su aprobación al plan de David, Natán había hablado como un amigo del Rey y no en su posición de profeta. Una morada permanente para el Dios de Israel probablemente era algo que la mayor parte de la gente piadosa quería. Sin embargo, en una visión nocturna (2 Sam. 7:4-17), Dios le dijo a Natán que lo que él le había dicho a David estaba equivocado y que tenía que ir a David para decírselo.

Elena de White no era infalible, y nunca pretendió la infalibilidad. Ella creció, cambió su pensamiento sobre diversos problemas y constantemente estaba abierta para recibir más luz.

En un caso específico, cuando la casa editora del sur estaba pasando por un momento difícil, ella apoyó la idea de hacerla meramente un depósito para la Review and Herald. “Sigan adelante”, dijo ella, “la causa de Dios no debe pasar vergüenza, no importa a quién le duela si se arreglan las cosas sobre una base correcta. Edson debería entregarse al ministerio y a escribir. [...] Las finanzas no son un punto fuerte de él” (17 MR 270). Pero, antes de que pasaran 24 horas, Elena de White recibió una visión que la hizo cambiar de idea: “Permitan que el campo del sur tenga sus libros publicados en la región”, le dijo a la Asociación General.–Arthur L. White, Ellen G. White: The Early Elmshaven Years, p. 193.
Debemos recordar que los profetas no están siempre de turno, es decir, no están hablando constantemente por Dios. “Hay oportunidades cuando deben declararse cosas comunes, pensamientos comunes deben ocupar la mente, deben escribirse cartas comunes y se debe dar información que ha pasado de un obrero a otro. Tales palabras, tal información, no son dadas bajo la inspiración especial del Espíritu de Dios” (3 MS 64).

Pero la historia ha mostrado que, si el profeta da consejos equivocados, Dios intervendrá para corregir el error.

A algunas personas les gusta concentrarse en todo error detectado ya sea en la Biblia o en la luz menor, es decir, en los escritos de Elena de White. ¿Por qué es peligrosa y enfermizo esa clase de actitud? ¿Cómo puedes protegerte de caer en esa trampa tú mismo?

Para Estudiar y Meditar.
Viernes 27 de febrero.

Lee “Cuestión de la influencia”, en Mensajes selectos, t. 3, pp. 68-74.

“Elena de White afirmó que su ministerio no dejaba lugar para componendas ni ambivalencia acerca de esas afirmaciones. Ella pretendía haber visto cosas que solo podían venir de una inspiración sobrenatural. O sus pretensiones eran verdaderas o ella era una lunática y/o una mentirosa vigorosa, que promulgaba sus desvaríos XIX hasta la segunda década del siglo XX.

“¿Qué opciones racionales hay para alguien que pretendía haber contemplado, en visión, lo que ella afirmaba haber visto? Ella afirmó haber visto a Jesús trayendo a los redimidos a la Santa Ciudad. Ella afirmó haber visto a gente que vivía en otros planetas y a los ángeles que protegían al pueblo de Dios. Ella afirmó haber visto, en visión, a Jesús en el Santuario celestial, o cómo se veía Satanás en el cielo antes de su pecado. Ella afirmó haber visto a ángeles que visitaron a Adán y a Eva en el Edén. Ella dijo que vio el rostro de Adán cuando se dio cuenta de que Eva había pecado. Ella pretendió haber visto a Jesús, en visión, y cómo se veía su rostro después del ayuno en el desierto. Ella dijo que había visto la resurrección de Jesús de la tumba, así como a un ángel que liberaba a Pablo y a Silas de la prisión. Ella afirmó haber visto a Satanás dirigiendo a las multitudes perdidas en la rebelión final contra Dios después de la segunda resurrección. Ella afirmó haber visto, en visión, la vida en la Tierra Nueva, etc., etc.

“¿Qué haremos con estas afirmaciones? Los que ponen su ministerio al mismo nivel, por ejemplo, de Martín Lutero, están viviendo en un mundo de fantasía lógico. O la aceptamos por lo que afirma ser (lo que, por supuesto, deja abierta toda una serie de preguntas que nosotros, como iglesia, no siempre hemos respondido de la manera más afortunada) o tenemos que rechazarla como una mentirosa, una lunática, o alguien inspirado por el diablo. Estas son las únicas opciones lógicas”.–Clifford Goldstein, Graffiti in the Holy of Holies, pp. 172, 173).

Preguntas Para Dialogar:

1. Lee otra vez la cita copiada arriba. El punto central es sencillo: Elena de White, por sus pretensiones, no nos deja muchas opciones lógicas con respecto a su ministerio. Por lo que sabemos de su vida, sus enseñanzas y su legado de escritos que nos dejó, ¿cuál es realmente la mejor explicación, y la más lógica, para su vida y su ministerio? Defiende tu respuesta.
2. Como sucede con la Biblia, quedan algunas preguntas con respecto al ministerio de Elena de White. El problema es: ¿Nos concentramos en estas pocas preguntas, y dejaremos de ver el cuadro grande de su obra, o nos concentramos en el cuadro grande, sabiendo que, como con cualquier otro tema, algunas preguntas quedarán pendientes?

Guía de Estudio de la Biblia: El don profético y la iglesia remanente de Dios. Edición de Adultos.
Periodo: Trimestre Enero-Marzo de 2009
Autor: Gerhard Pfandl, nacido en Austria, ha sido director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General desde 1999.
Editor: Clifford Goldstein

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Lección 9: La integridad del don profético / Edición para Maestros

Enseña a tu clase a:

Saber que los profetas no fueron perfectos.
Sentir generosidad y simpatía hacia las fallas y las deficiencias de los profetas.
Hacer una nueva lectura de los escritos de Elena de White, con un aprecio más profundo por su humanidad.

Bosquejo de la Lección

I. Integridad (1 Rey. 22:10-18)
A. ¿Qué presiones externas experimentaron los profetas?
B. Lee Jeremías 43:1 al 4. ¿Qué acusaciones afrontaron los profetas a lo largo de los siglos? El hecho de que Elena de White tuviera asistentes literarias ¿afectó la integridad de sus mensajes?

II. Así dice Jehová (Ose. 1:1)
A. ¿Cómo te sientes acerca de la gente que pretende hablar por Dios? ¿Cómo puedes evitar ser escéptico o cínico?
B. Lee Gálatas 2:11 al 16. ¿Por qué usó Dios la revelación progresiva? ¿Qué cosas contribuyen al crecimiento del carácter y la comprensión de un profeta? ¿Cómo es esta experiencia para el profeta?
C. ¿Cómo te sientes acerca del hecho de que, con el tiempo, Elena de White cambió sus puntos de vista acerca de ciertos asuntos?

III. Profetas equivocados (2 Sam. 7:1-7)
A. ¿Por qué algunas personas esperan más de Elena de White que de los profetas bíblicos? ¿Cómo podemos responder a expectativas no realistas o malos entendidos acerca de la inspiración?
B. ¿Cómo te sientes acerca de la posibilidad de que Dios conduzca a su iglesia más allá de la comprensión que tenía Elena de White en algunos puntos de creencia? ¿Por qué podría ser necesaria esa posibilidad? ¿Qué papel desempeñan los dones espirituales de la sabiduría y el conocimiento en esta progresión?

Resumen
Los profetas no son perfectos. Nuestras expectativas de Elena de White deberían reflejar la misma actitud con la que miramos a los profetas bíblicos. Dios es capaz, en cualquier momento, de corregir y desarrollar más la comprensión de lo que dijeron los profetas y la que siente su iglesia.

CICLO DE APRENDIZAJE

PASO 1: ¡Motiva!

Concepto clave para el crecimiento espiritual: Dios nos ha provisto de pautas bíblicas para determinar qué es verdadero y qué es falso.

¿De qué modo determinas si algo es verdadero? ¿Cómo puedes saber si la fuente en la que confías es creíble? Como estamos constantemente bombardeados por información de todas clases de fuentes, es básico que sepamos si esas fuentes son dignas de confianza o no.

Cada uno de nosotros está involucrado en una batalla eterna. ¿Cómo podemos estar seguros de que la información sobre la que basamos nuestras decisiones eternas es confiable? Lee la siguiente cita: “Los miembros de la Sociedad de Periodistas Profesionales creen que la iluminación del público es la antecesora de la justicia y el fundamento de la democracia. El deber del periodista es fomentar esos fines buscando la verdad, y proveyendo un informe justo y amplio de los eventos y los problemas. [...] La integridad profesional es la piedra angular de la credibilidad de un periodista”.–http://www.spj.org/ethicscode.asp.

Considera: En la búsqueda de la verdad y la justicia, ¿cuán importante es la integridad de los que pretenden hablar por Dios? ¿De qué modo la integridad se relaciona con la credibilidad? ¿Cómo separamos a los impostores de los que tienen un mensaje genuino de Dios?

PASO 2: ¡Explora!
Comentario de la Biblia

I. La integridad del profeta (1 Rey. 22:1-28)

La predicción inicial de victoria de Micaías (vers. 15) acerca de la victoria de las fuerzas unidas de Acab y Josafat seguramente fue presentada con un tono irónico, como lo indica la respuesta tajante de Acab (vers. 16). Nota que Micaías indica, en el versículo 28, que el cumplimiento de la profecía es una de las pruebas por medio de las cuales se puede determinar si un profeta es genuino. Aunque superado en número (cuatrocientos a uno; vers. 6) por los profetas de Acab, Micaías fue el único que dijo la verdad.

Considera: ¿Cuán sólida es nuestra integridad personal cuando sostenemos una opinión minoritaria? ¿Cuán inclinados estamos de aceptar la opinión popular por el bien de la “paz”? ¿Cuánta confianza tendrías en un profeta que es “pagado por el rey”?

Además, ¿crees que fue más fácil que Micaías se opusiera a cuatrocientos profetas que pretendían hablar por el Señor o le habrá sido más difícil, comparado con lo que fue para Elías oponerse a los ochocientos cincuenta profetas que admitían que no eran de Dios? (Ver también 1 Rey. 18:1-40).

II. La integridad del mensaje (Jer. 43:1-7)

Johanán había sido leal a Gedalías, el gobernador designado por los babilonios. Sin embargo, Ismael había asesinado a Gedalías, y Johanán y Osaías temían que los babilonios castigarían a todos los israelitas (ver Jer. 40:13-41:15). Le pidieron a Jeremías que buscara la conducción de Dios y se comprometieron a seguir el consejo de Dios. Cuando la indicación de Dios fue diferente de la que ellos esperaban, se volvieron contra Jeremías.

Considera: ¿Cómo respondemos cuando Dios nos dice que vayamos en contra de nuestras propias opiniones? ¿Qué papel desempeñó el temor por su propia seguridad personal en la acusación de Johanán y Osaías contra Jeremías? ¿Puede el temor al castigo por el pecado hacernos buscar excusas para desobedecer el mensaje de Dios?

III. “Así dice Jehová” (Jer. 1:4; Eze. 7:1; Ose. 1:1)

Considera: Lee 2 Pedro 1:20 y 21. ¿Qué dice esto acerca de la afirmación de que el asistente literario de Jeremías era la fuente de su inspiración? ¿En qué peligro nos encontramos cuando tratamos de encontrar excusas para no aceptar la voluntad de Dios?

IV. Crecimiento en comprensión (Dan. 8:27; 9:2; Gál. 2:1-16; 1 Ped. 1:10

Considera: Lee Hechos 10:9 al 17, 24, 28, 34 y 35. Pedro, un hombre condicionado por su cultura (como todos lo somos), tenía mucho que aprender. Si un apóstol/profeta, quien fue miembro del círculo íntimo de Cristo por más de tres años, no entendió todo, ¿cómo podemos esperar que los profetas de otras épocas repentinamente hayan tenido todas las respuestas correctas?

V. Cuando el profeta se equivoca (2 Sam. 7:1-7; 1 Crón. 22:8)

El curso de acción de David aquí es notable. Primero, antes de avanzar con sus planes, buscó el consejo divino. Al principio, su asesor profético, Natán, le aseguró que Dios estaba con él (David) en la ejecución de sus planes. Cuando Natán le dijo lo contrario, basado en un mensaje nuevo de Dios, David no cuestionó la inspiración de Natán. Tampoco se quejó de no poder seguir adelante con sus planes. En cambio, ¡ofreció una oración de gratitud!

Considera: Cuando mis planes y mis sueños van en contra de la voluntad de Dios, ¿acepto su dirección o busco faltas en el mensajero de Dios, a fin de que pueda justificar el hacer las cosas a mi manera?

PASO 3: ¡Practica!

Preguntas para reflexionar:

1.De acuerdo con 2 Timoteo 3:14 al 17, la voz profética de Dios como la expresan las Escrituras nos confrontará con cosas que están mal en nuestras vidas. Nos corregirá. ¿Cómo puedo evitar la inclinación natural de resistir esa voz correctiva y resistir la tentación de atacar al mensajero a quien Dios usa para entregar el mensaje?

2.Hoy hay muchas normas que pretenden ser la medida máxima de lo que es la verdad. Para algunas personas, el método científico es la medida final de la verdad. Para otras, la experiencia personal es la norma por la cual todo ha de ser juzgado. Aun hay otros que dirían que la pregunta en sí es irrelevante, que no hay tal cosa como la verdad. Hay cada vez menos personas, aun entre los profesos cristianos, para quienes la Biblia todavía es la autoridad máxima.¿Cuál de las opciones señaladas arriba es la más próxima a la que dirige tu vida, y por qué la elegiste en lugar de las otras opciones disponibles?

Pregunta de aplicación:

Tener un testigo creíble de la verdad no marca ninguna diferencia si no me tomo el tiempo de escucharlo (ver Rom. 10:13-17). ¿Qué pasos prácticos puedo dar esta semana para evitar las distracciones que hacen tan difícil que escuchemos?

Testificación

Para un corazón esclavizado por el pecado, el pensamiento de someterse a la autoridad de Dios es completamente ajeno. Sugerir que los mensajes de personas que ahora están muertas ya hace siglos deberían gobernar nuestras vidas actualmente es muy a menudo ajeno a la cultura contemporánea. Aun el pensamiento de contemporáneos proféticos se encuentra con cierto grado de hostilidad, porque la mente moderna a menudo se resiste aun a una sugerencia de sumisión de cualquier tipo a la autoridad moral. Dadas estas realidades, analiza con la clase lo que podrían compartir de la experiencia personal con respecto a qué los conduce a creer que Dios habla mediante mensajeros creíbles, aunque no infalibles. ¿Cómo les dirías a personas no creyentes que tú crees en un Dios a quien no puedes ver, y que crees que se comunica contigo por medio de seres humanos ordinarios y falibles como tú?

PASO 4: ¡Aplica!

1. Considera que creer en que Dios usará mensajeros creíbles y confiables para comunicarnos la verdad significa poco si no actuamos sobre la base del mensaje entregado, pues aun los demonios “creen” (ver Sant. 2:19-24). Analiza los pasos que podrías dar esta semana para actuar basado en alguna verdad que has descubierto en la Biblia.

2. La integridad del mensajero profético es vital para la credibilidad del mensaje. Mientras ninguno en la clase sea un profeta en el sentido bíblico, la integridad de cada miembro es una parte vital en la proclamación del mensaje de Dios. Invita a cada miembro a tomar tiempo la semana próxima para reflexionar sobre su integridad personal. Algunas áreas para considerar pueden incluir la responsabilidad financiera para con Dios y los demás, la pureza sexual, la caridad y el servicio cristianos, el cuidado de nuestros cuerpos como templos de Dios y la observancia del descanso sabático.

Guía de Estudio de la Biblia: El don profético y la iglesia remanente de Dios. Edición de Maestros.
Periodo: Trimestre Enero-Marzo de 2009
Autor: Gerhard Pfandl, nacido en Austria, ha sido director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General desde 1999.
Editor: Clifford Goldstein

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Lección 9: La integridad del don profético / Notas de Elena de White

Sábado 21

Dios nunca ha dejado a su iglesia sin un testigo. En todas las escenas de prueba, de oposición y persecución, en medio de las tinieblas morales por las cuales pasó la iglesia, Dios ha tenido hombres de oportunidad que han sido preparados para asumir su obra en diferentes etapas, y hacerla avanzar hacia adelante y hacia arriba. Por medio de los patriarcas y de los profetas él reveló su verdad a su pueblo. Cristo era el Maestro de su pueblo de antaño tan ciertamente como estaba vestido de los atavíos de la humanidad cuando vino al mundo. Escondiendo su gloria en la forma humana, a menudo apareció a su pueblo y habló con sus hijos "cara a cara, como habla cualquiera a su compañero". Él, el invisible Director, fue envuelto en la columna de fuego y en la columna de nube, y habló a su pueblo por medio de Moisés. La voz de Dios se escuchó por medio de los profetas a quienes señaló para una obra especial y para llevar un mensaje particular. Los envió a repetir las mismas palabras reiteradamente. Tenía un mensaje preparado para ellos que no era según los caminos y la voluntad de los hombres, y lo puso en sus bocas e hizo que lo proclamaran. Les aseguró que el Espíritu Santo les daría palabras y expresión. Aquel que conocía el corazón quería darles palabras con las cuales alcanzar a la gente.

El mensaje podría no agradar a aquellos a quienes era enviado. Ellos podrían no querer nada nuevo, sino desear continuar haciendo lo que hasta entonces habían hecho; pero el Señor los conmovió con reprensiones; reprochó su conducta. Infundió nueva vida en los que estaban durmiendo en su puesto de deber, en los que no eran centinelas fieles. Les mostró su responsabilidad, y que se los tendría por responsables de la seguridad del pueblo. Eran centinelas que no habían de dormir ni de día ni de noche. Habían de discernir al enemigo, y dar la alarma al pueblo, para que cada uno estuviera en su puesto, a fin de que el enemigo vigilante no lograra obtener la menor ventaja (Testimonios para los ministros, pp. 411, 412).

La Integridad del Profeta.
Domingo 22

Aunque en un momento de debilidad Josafat había prometido temerariamente unirse al rey de Israel en su guerra contra los sirios, su mejor criterio le indujo a procurar el conocimiento de la voluntad de Dios acerca de la empresa. Sugirió a Acab: "Ruégote que consultes hoy la palabra de Jehová. En respuesta, Acab convocó a cuatrocientos de los falsos profetas de Samaria y les preguntó: "¿Iremos a la guerra contra Ramoth de Galaad, o estaréme yo quieto?" Ellos contestaron: "Sube, que Dios los entregará en mano del rey" (2 Crónicas 18:4,5).

Como no estaba satisfecho con esto, Josafat intentó conocer con certidumbre la voluntad de Dios. Averiguó: "¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, para que por él preguntemos?" Contestó Acab: "Aún hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, Micheas, hijo de Imla: mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal". Josafat manifestó firmeza en su pedido de que se llamase al varón de Dios; y cuando éste compareció delante de ellos y Acab le abjuró que hablase "sino la verdad en el nombre de Jehová", Micheas dijo: "Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor: y Jehová dijo: Éstos no tienen señor: vuélvase cada uno a su casa en paz" (1 Reyes 22:8, 16, 17).

Las palabras del profeta debieran haber bastado para indicar a los reyes que su proyecto no tenía el favor del Cielo; pero ni uno ni otro de los gobernantes se sentían inclinados a escuchar la advertencia. Acab había trazado su conducta, y estaba resuelto a seguirla. Josafat había dado su palabra de honor: "Iremos contigo a la guerra" (2 Crónicas 18:3); y después de hacer una promesa tal, no quería retirar sus fuerzas. "Subió pues el rey de Israel con Josaphat rey de Judá a Ramoth de Galaad" (1 Reyes 22:29).

Durante la batalla que siguió, Acab fue alcanzado por una saeta, y murió al atardecer. "Y a puesta del sol salió un pregón por el campo, diciendo: ¡Cada uno a su ciudad, y cada cual a su tierra!". Así se cumplió la palabra del profeta.

Después de esta batalla desastrosa, Josafat volvió a Jerusalén. Cuando se acercaba a la ciudad, el profeta Jehú se le acercó' con este reproche: "¿Al impío das ayuda, y amas a los que aborrecen a Jehová? Pues la ira de la presencia de Jehová será sobre ti por ello. Empero se han hallado en ti buenas cosas, porque cortaste de la tierra los bosques, y has apercibido tu corazón a buscar a Dios" (2 Crónicas 19:2, 3) (Profetas y reyes, pp. 144, 145).

Se decidió que fuese a Roxbury y diera mi mensaje. Me encontré con una gran cantidad de personas que se habían reunido en una casa privada, y aunque me daba cuenta que estos hermanos y hermanas se oponían, de todas maneras declaré el impopular mensaje. Mientras estaba hablando, una hermana que se había opuesto a mis testimonios se levantó y me interrumpió; tomó mi mano y me dijo: "Yo había declarado que era el diablo quien la había enviado, pero ahora no tengo más dudas; usted realmente es una hija de Dios y él la ha enviado". Todos los presentes fueron grandemente bendecidos, confortados y consolados mediante la presencia del poder divino. El que dirigía la reunión se levantó, y con el rostro radiante de gozo, dijo: "El mismo poder que está presente aquí, estuvo con la verdad en 1844. No podemos pedir un campo más propicio que éste para nuestra liberación".

Después de esta visita fuimos a la casa del hermano Nichols en Dorchester, donde se había levantado un gran interés. El hermano que había dirigido la reunión en Roxbury dio nuevamente su testimonio diciendo que con las bendiciones y la fuerza espiritual que había recibido podía andar por cuarenta días. Sin embargo, otro hermano que se oponía, comenzó a ejercer su influencia diciendo mentiras acerca de mí y logró que el hermano que había dado su testimonio tan feliz comenzará a preocuparse, confundirse y desviarse de tal manera que finalmente aceptó la idea de que Cristo había aparecido espiritualmente en su segunda venida (Life Sketches, edición 1888, pp. 227,228)

La Integridad del Mensaje.
Lunes 23

Durante cuarenta años iba a destacarse Jeremías delante de la nación como testigo por la verdad y la justicia. En un tiempo de apostasía sin igual, iba a representar en su vida y carácter el culto del único Dios verdadero. Durante los terribles sitios que iba a sufrir Jerusalén, sería el portavoz de Jehová. Habría de predecir la caída de la casa de David, y la destrucción del hermoso templo construido por Salomón. y cuando fuese encarcelado por sus intrépidas declaraciones, seguiría hablando claramente contra el pecado de los encumbrados. Despreciado, odiado, rechazado por los hombres, iba a presenciar finalmente el cumplimiento literal de sus propias profecías de ruina inminente, y compartir el pesar y la desgracia que seguirían a la destrucción de la ciudad condenada.

Sin embargo, en medio de la ruina general en que iba cayendo rápidamente la nación, se le permitió a menudo a Jeremías mirar más allá de las escenas angustiadoras del presente y contemplar las gloriosas perspectivas que ofrecía el futuro, cuando el pueblo de Dios sería redimido de la tierra del enemigo y transplantado de nuevo a Sión. Previó el tiempo en que el Señor renovaría su pacto con ellos, y dijo: "Su alma será como huerto de riego, ni nunca más tendrán dolor" (Jeremías 31:12) (Profetas y reyes, pp. 299, 300).

Fue más o menos en aquel tiempo cuando el Señor ordenó a Jeremías que escribiera los mensajes que deseaba dar a aquellos por cuya salvación se conmovía de continuo su corazón compasivo. El Señor ordenó a su siervo: "Tómate un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las gentes, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy. Quizá oirá la casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, para volverse cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado" (Jeremías 36:2, 3). Obedeciendo a esta orden, Jeremías llamó en su auxilio a un amigo fiel, el escriba Baruc, y le dictó "todas las palabras que Jehová le había hablado". Estas palabras se escribieron cuidadosamente en un rollo de pergamino, y constituyeron una solemne reprensión del pecado, una advertencia del resultado seguro que tendría la continua apostasía, y una ferviente súplica a renunciar a todo mal (Patriarcas y profetas, p. 319).

Se ha decidido en concilio que yo escriba sobre la vida de Cristo; ¿pero cómo podré hacer mejor que en lo pasado? Se me presentan preguntas, y la verdadera condición de las cosas aquí y allá, y esto me preocupa...

Apenas he escrito algo sobre la vida de Cristo, y a menudo me he visto obligada a pedirle ayuda a Marian, a pesar de la tarea sobre la vida de Cristo que a ella le toca compaginar bajo grandes dificultades, reuniendo pasajes de todos mis escritos, un poco aquí y un poco allá, para organizar el tema lo mejor que ella puede. Pero ella tiene buena disposición de trabajar, si sólo yo pudiera sentirme libre de conceder mi atención completa al trabajo. Ella tiene una mente educada y preparada para este trabajo; y ahora yo creo, como he pensado ya cientos de veces, que podré, después de que despache este correo [a los Estados Unidos], abordar la vida de Cristo y seguir adelante con la tarea, si el Señor lo quiere.

Marian está trabajando con gran desventaja. Encuentro sólo poco tiempo para dedicarlo a escribir sobre la vida de Cristo. Continuamente estoy recibiendo cartas que requieren respuesta, y no me atrevo a descuidar los importantes asuntos que se me presentan. Además, hay iglesias que visitar, testimonios privados que escribir y muchas otras cosas que deben ser atendidas, que me apremian y consumen mi tiempo. Marian lee atentamente todas las cartas que escribo a otros para encontrar frases que ella pueda usar acerca de la vida de Cristo. Ella ha estado reuniendo de todas las fuentes posibles, todo lo que tiene relación con las lecciones que Cristo dio a los discípulos. Después de que termine el congreso campestre, el cual es una reunión muy importante, me quedaré en algún lugar donde pueda consagrarme a la tarea de escribir sobre la vida de Cristo (Mensajes selectos, t. 3, pp. 131, 132).

“Así Dice Jehová”.
Martes 24

Dondequiera se llevaba a cabo en Israel el plan educativo de Dios, se veía, por sus resultados, que él era su Autor. Sin embargo, en muchas casas, la educación indicada por el Cielo y los caracteres según ella desarrollados, eran igualmente raros. Se llevaba a cabo parcial e imperfectamente el plan de Dios. A causa de la incredulidad y el descuido de las instrucciones dadas por el Señor, los israelitas se rodearon de tentaciones que pocos tenían el poder de resistir. Cuando se establecieron en Canaán, "no destruyeron a los pueblos que Jehová les dijo; antes se mezclaron, con las naciones, y aprendieron sus obras, y sirvieron a sus ídolos, los cuales fueron causa de su ruina". Su corazón no era recto con Dios, "ni estuvieron firmes en su pacto. Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; y apartó muchas veces su irá...

Se acordó de que eran carne, soplo que va y no vuelve". Los padres y las madres israelitas llegaron a ser indiferentes a su obligación hacia Dios y sus hijos. A causa de la infidelidad observada en el hogar, y las influencias idólatras del exterior, muchos jóvenes hebreos recibieron una educación que difería grandemente de la que Dios había ideado para ellos, y siguieron los caminos de los paganos.

A fin de contrarrestar este creciente mal, Dios proveyó otros instrumentos que ayudaran a los padres en la obra de la educación. Desde los tiempos más remotos se había considerado a los profetas como maestros divinamente designados. El profeta era, en el sentido más elevado, una persona que hablaba por inspiración directa, y comunicaba al pueblo los mensajes que recibía de Dios. Pero también se daba este nombre a los que, aunque no eran tan directamente inspirados, eran divinamente llamados a instruir al pueblo en las obras y los caminos de Dios. Para preparar esa clase de maestros, Samuel fundó, de acuerdo con la instrucción del Señor, las escuelas de los profetas (La educación, pp. 45, 46).

Recomiendo al amable lector la Palabra de Dios como regla de fe y práctica. Por esa Palabra hemos de ser juzgados. En ella Dios ha prometido dar visiones en los "postreros días", no para tener una nueva norma de fe, sino para consolar a su pueblo y para corregir a los que se apartan de la verdad bíblica. Así obró Dios con Pedro cuando estaba por enviado a predicar a los gentiles.

El Señor desea que estudiéis vuestras Biblias. Él no ha dado ninguna luz adicional para tomar el lugar de la Palabra. Esta luz se da con el propósito de concentrar en su Palabra las mentes confundidas, y si se asimila y digiere es la sangre y la vida del alma. Entonces se verán buenas obras cuando la luz brilla en las tinieblas (Mensajes selectos, 1. 3, p. 31).

Dios me ha dado una notable y solemne experiencia en relación con su obra; podéis tener la seguridad de que mientras tenga vida, no cesaré de elevar una voz de amonestación según sea impresionada por el Espíritu de Dios, quieran o no los hombres oída o tolerada. No tengo sabiduría especial en mí misma; soy tan sólo un instrumento en las manos del Señor para hacer la obra que él me ha asignado. Las instrucciones que he dado por pluma o voz han sido una expresión de la luz que Dios me ha dado. He presentado los principios que el Espíritu de Dios ha estado grabando durante años en mi mente y escribiendo en mi corazón (Joyas de los testimonios, 1. 2, pp. 301, 302).

Crecimiento en Comprensión.
Miércoles 25

Con fervor [Daniel] solicitó que se le permitiera conocer el significado de la visión. No podía comprender la relación que pudiera haber entre los setenta años de cautiverio, predichos por Jeremías, y los dos mil trescientos años que, según oyó en visión, el visitante celestial anunciaba como habiendo de transcurrir antes de la purificación del santuario. El ángel Gabriel le dio una interpretación parcial; pero cuando el profeta oyó las palabras: "La visión... es para muchos días", se desmayó. Anota al respecto: "Yo Daniel fui quebrantado, y estuve enfermo algunos días: y cuando convalecí, hice el negocio del rey; mas estaba espantado acerca de la visión, y no había quien la entendiese" (Daniel 8:26, 27).

Todavía preocupado acerca de Israel, Daniel estudió nuevamente las profecías de Jeremías. Éstas eran muy claras, tan claras, en realidad, que por los testimonios registrados en los libros entendió "el número de los años, del cual habló Jehová al profeta Jeremías, que había de concluir la asolación de Jerusalén en setenta años." (Daniel 9:2).

Con una fe fundada en la segura palabra profética, Daniel rogó al Señor que estas promesas se cumpliesen prestamente. Rogó que el honor de Dios fuese preservado. En su petición se identificó plenamente con aquellos que no habían cumplido el propósito divino, y confesó los pecados de ellos como propios...

El Cielo se inclina para oír la ferviente súplica del profeta. Aun antes que haya terminado su ruego por perdón y restauración, se le aparece de nuevo el poderoso Gabriel y le llama la atención a la visión que había visto antes de la caída de Babilonia y la muerte de Belsasar. Y luego le esboza en detalle el período de las setenta semanas, que había de empezar cuando fuese dada "la palabra para restaurar y edificar a Jerusalén" (Profetas y reyes, pp. 406, 407).

Los mismos discípulos manifestaban aprecio por la ley ceremonial y estaban dispuestos a hacer concesiones para ganarse la confianza del pueblo, remover sus prejuicios y ganados a la fe en Cristo como el Redentor del mundo. El gran objetivo de Pablo al visitar Jerusalén era buscar un consenso con la iglesia en Palestina. Sabía que mientras los líderes estuviesen prejuiciados contra él, ejercerían una influencia negativa. Si podía llevados a ellos a comprender la verdadera doctrina, aunque tuviese que hacer algunas concesiones que no afectaban la verdad, removería un gran obstáculo para el éxito del evangelio en otros lugares. Pero él no estaba autorizado por Dios para aceptar todo lo que ellos pedían; algunas de las leyes ceremoniales que ellos querían preservar no estaban en armonía con las enseñanzas del evangelio. Sus consejeros no eran infalibles. Aunque algunos de ellos escribían bajo la inspiración del Espíritu de Dios, cuando no estaban bajo su influencia, podían errar. Debe recordarse que, en una ocasión, Pablo debió enfrentar a Pedro directamente, pues actuaba de una manera incorrecta (Sketch es From the Life ofPaul, pp. 213, 214).

Cuando los Profetas lo Entienden Mal.
Jueves 26

El tabernáculo construido por Moisés, con todo lo que pertenecía al servicio del santuario, a excepción del arca, estaba aún en Gabaa. David quería hacer de Jerusalén el centro religioso de la nación. Había construido un palacio para sí, y consideraba que no era apropiado que el arca de Dios reposara en una tienda. Resolvió construirle un templo de tal suntuosidad que expresara cuánto apreciaba Israel el honor otorgado a la nación con la presencia permanente de su Rey Jehová. Cuando comunicó su propósito al profeta Natán, recibió esta respuesta alentadora: "Anda, y haz todo lo que está en tu corazón, que Jehová es contigo".

Pero esa noche llegó a Natán la palabra de Jehová y le dio un mensaje para el rey. David no había de tener el privilegio de construir una casa para Dios, pero le fue asegurado el favor divino, a él, a su posteridad y al reino de Israel: "Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé de la majada, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel; y he sido contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he talado todos tus enemigos, y te he hecho nombre grande, como el nombre de los grandes que son en la tierra. Además yo fijaré lugar a mi pueblo Israel, yo lo plantaré, para que habite en su lugar, y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan mas, como antes" (Véase 2 Samuel 7) ...

Aunque le fue negado el permiso para ejecutar el propósito que había en su corazón, David recibió el mensaje con gratitud "Señor Jehová -exclamó- ¿quién soy yo, y qué es mi casa, para que tú me traigas hasta aquí? Y aun te ha parecido poco esto, Señor Jehová, pues que también has hablado de la casa de tu siervo en lo por venir", y renovó su pacto con Dios.

David sabía que sería un honor para él, y que reportaría gloria a su gobierno, el llevar a cabo la obra que se había propuesto en su corazón; pero estaba dispuesto a someterse a la voluntad de Dios.

Muy raras veces se ve aun entre los cristianos la resignación agradecida que él manifestó. ¡Cuán a menudo los que sobrepasaron los años de más vigor en la vida se aferran a la esperanza de realizar alguna gran obra a la que aspiran de todo corazón, pero para la cual no están capacitados! Es posible que la providencia de Dios les hable, tal como le habló su profeta a David y les advierta que la obra que tanto desean no les ha sido encomendada. Les toca preparar el camino para que otro realice la obra. Pero en vez de someterse con agradecimiento a la dirección divina, muchos retroceden como si fueran menospreciados y rechazados, y deciden que si no pueden hacer lo que desean, no harán nada. Muchos se aferran con energía desesperada a responsabilidades que son incapaces de llevar y en vano procuran hacer algo imposible para ellos, mientras descuidan lo que pudieran hacer. Y por falta de cooperación, la obra mayor es estorbada o se frustra (Profetas y reyes, pp. 769, 770).

Tenemos muchas lecciones que aprender y muchísimas que desaprender. Sólo Dios y el Cielo son infalibles. Quedarán chasqueados los que piensan que nunca tendrán que abandonar un punto de vista favorito, que nunca tendrán la ocasión de cambiar una opinión. Mientras nos aferremos a nuestras propias ideas y opiniones con persistencia determinada, no podremos tener la unidad por la cual oró Cristo.

Acerca de la infalibilidad, nunca pretendí tenerla. Sólo Dios es infalible. Su palabra es verdad y en él no hay cambio ni sombra de variación (Mensajes selectos, t. 1, p. 42).

Para Estudiar y Meditar.
Viernes 37
Mensajes selectos, t. 3, pp. 68-74.

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