sábado, 21 de febrero de 2009

Lección 9: La integridad del don profético Para el 28 de febrero de 2009

Sábado 21 de febrero.

Lee Para el Estudio de esta Semana: 2 Samuel 7:1-7; 1 Reyes 22:10-18; Jeremías 43:2-4; Daniel 8:27.
Para Memorizar: “Vive Jehová, que lo que mi Dios me dijere, eso hablaré” (2 Crón. 18:13).

SI HAS LEÍDO ALGO ACERCA DE LA CRÍTICA MODERNA a la Biblia, una cosa habrás notado: la misma clase de ataques dirigidos contra la Biblia son los que se dirigieron contra Elena de White. Y uno de los ataques contra Elena de White es que, por cuanto ella usaba otras fuentes, no es confiable ni honesta.

No obstante, Elena de White ha explicado por escrito cómo usó los escritos de otros, y por qué. Ella hasta recomendó que la gente leyera ciertos libros que ella usaba al escribir sus propias obras. Eso difícilmente suena como si estuviera tratando de esconder el uso que hacía de otras fuentes.

Esta semana, exploraremos un poco más la manera en que actúa la inspiración, tanto en los escritores bíblicos como en Elena de White.

Un Vistazo a la Semana: ¿Qué sabemos acerca de la integridad de los profetas bíblicos? Si la Escritura y los escritos de Elena G. de White son ambos inspirados por el mismo Espíritu, ¿cuál es la relación entre ellos? ¿Cuál es el peligro en considerar infalibles a los profetas como personas? ¿Pueden los profetas dar consejos equivocados?

La Integridad del Profeta.
Domingo 22 de febrero.

En el año 853 a.C., el rey Acab, de Israel, invitó al rey Josafat, de Judá, a ir con él a una batalla contra los arameos, y Josafat estuvo de acuerdo. Sin embargo, este dijo que antes de ir a la batalla pidieran un mensaje de Dios. Cuando Josafat rehusó aceptar la palabra de los cuatrocientos profetas de Acab, llamaron a Micaías, un profeta de Jehová.

Lee 1 Reyes 22:10 al 18. ¿De qué modo el oficial de Acab intentó influir sobre Micaías, y qué hizo el profeta, sin considerar las circunstancias?

El mensaje de Micaías fue impopular para el Rey, y por ello fue enviado a la prisión (1 Rey. 22:27). El rey Acab, a pesar de la advertencia del profeta, fue a la batalla, y allí murió; el rey Josafat, que en un momento de debilidad había acordado apoyar al rey Acab, apenas escapó con vida.

Aunque los profetas, como todos los seres humanos, han tenido momentos de debilidad, en este caso Micaías estaba decidido a decir la verdad, y no le importaba cuán impopular sería esto para las autoridades. A lo largo de toda la historia, los profetas de Dios han soportado dificultades por haber rehusado cambiar su testimonio para agradar a sus contemporáneos.

Durante la vida de Elena de White, los críticos cuestionaron su integridad, y han continuado haciéndolo después de su muerte. Ella fue acusada de engaño, falsedad y mentiras. Una de las razones principales para estas acusaciones fueron las presuposiciones acerca de cómo debería actuar un profeta. Por ejemplo, algunos críticos creen que “los profetas ‘deberían tener un conocimiento total’ desde el comienzo de su ministerio; sus predicciones deberían ser inalterables; sus escritos, exentos de todo error, discrepancias y equivocaciones; y nunca incluir fuentes no inspiradas. Para ellos, los profetas nunca debieran expresar opiniones meramente personales en sus escritos”.–Herbert E. Douglass, Messenger of the Lord, p. 468. Como hemos visto en nuestro estudio de los profetas bíblicos, estas presuposiciones suponen un concepto de inspiración verbal que los Adventistas del Séptimo Día no sostienen. Si no las sostenemos para la Biblia misma, ¿por qué deberíamos sostenerlas para Elena de White?

¿Has tenido alguna vez que entregar un mensaje impopular? ¿Qué clase de presiones afrontaste? ¿De qué modos trataste de tener excusas para ti mismo que podrían haberte permitido no entregar el mensaje? ¿Qué aprendiste de esa experiencia?

La Integridad del Mensaje.
Lunes 23 de febrero

Unos pocos meses después de la caída de Babilonia en 586 a.C., Gedalías, el gobernador designado por Nabucodonosor, fue asesinado. Los líderes y el pueblo que habían quedado en la tierra tenían miedo de la represalia babilónica, y decidieron buscar seguridad en Egipto; pero querían asegurarse que Dios estuviera del lado de ellos. Así que le pidieron a Jeremías que consultara a Dios acerca de su plan.

¿Cuál fue el mensaje de Jeremías, y de qué modo respondió el pueblo a él? ¿De qué acusaron a Jeremías, y quién dijeron que era el originador del consejo que Jeremías dijo que era de Dios? Jer. 43:2-4.

Como a algunos no les gustaron las claras instrucciones que Dios les dio, afirmaron que el mensaje de Jeremías lo había originado Baruc, su asistente literario, y no Jehová.

Es interesante notar que, miles de años más tarde, la Sra. de White (al igual que Jeremías) ha sido a veces el centro de acusaciones que afirman que sus asistentes literarias escribieron sus libros, o que cometió plagio (copiar ilegalmente de otras fuentes) en la mayor parte de lo que ella escribió. No obstante, en el prefacio de El conflicto de los siglos, ella afirmó que había usado otros libros: “En algunos casos, cuando he encontrado que un historiador había reunido los hechos y presentado en pocas líneas un claro conjunto del asunto, o agrupado los detalles en forma conveniente, he reproducido sus palabras [...]. Y, al referir los casos y los puntos de vista de quienes siguen adelante con la obra de reforma en nuestro tiempo, me he valido en forma similar de las obras que han publicado” (CS 14).

¿Justifica esto la acusación de plagio? En 1981, la Asociación General pidió a un abogado especialista en derechos de autor que estudiara el asunto. Después de pasar más de trescientas horas investigando, llegó a la conclusión de que “Elena G. de White no fue plagiaria, y que sus obras no constituyen plagios ni violaciones de los derechos de autor”.–AR, 17 de septiembre de 1981. Entre las razones que dio, estaban: primero, el hecho de que los libros que usó Elena de White no estaban protegidos por derechos de autor; segundo, aun si hubieran estado cubiertos por derechos de autor, el tipo de uso que hizo de frases y oraciones no constituye una violación de los derechos de autor.

¿Por qué siempre hay hostilidad entre el profeso pueblo de Dios hacia los mensajes de los profetas? Considera tu propio corazón; ¿puedes encontrar algo que, por lo menos en parte, sea la respuesta? Explica tu pensamiento.

“Así Dice Jehová”.
Martes 24 de febrero

¿Cuál, decían con frecuencia los profetas, era la fuente de sus mensajes? Jer. 1:4; Eze.7:1; Ose. 1:1. ¿Por qué esto es tan importante en relación con lo que tenían para decir?

El profeta repetidamente señalaba que sus mensajes venían de Dios. Su posición puede compararse con la de los embajadores terrenales que son enviados por un gobernante terrenal y que son comisionados para representar a su soberano. En ese cargo deben adherirse estrechamente a las instrucciones que recibieron. La expresión “La palabra de Jehová vino a...” significa que: a) sus mensajes tienen autoridad divina; b) los recibieron por comunicación directa de Dios; y c) estos mensajes están en sus mentes, listos para ser presentados.

La expresión “Así dice Jehová” aparece más de cuatrocientas veces en el Antiguo Testamento, un testimonio poderoso del hecho de que Dios, en la Escritura, está hablando directamente al lector. La responsabilidad del profeta era presentar estos mensajes ante el pueblo y aplicarlos a la situación de la audiencia.

Elena de White enfatizó enérgicamente la inspiración de las Escrituras: “Tomo la Biblia tal como es, como la Palabra inspirada”, dijo ella (1 MS 19). Al mismo tiempo, también pretendía tener inspiración divina para sus escritos: “En estas cartas que escribo, en el testimonio dado, os presento lo que el Señor me ha presentado. [...] Esto es verdad en cuanto a los artículos en nuestras revistas y en los muchos tomos de mis libros” (1 MS 33).
Elena de White llamó a sus escritos “la luz menor” para guiar a los hombres y las mujeres a la “luz mayor”, la Biblia. (Ver CE 130.) Aunque ambas son luces, sus funciones son diferentes: 1. La Biblia es el mensaje de Dios para todos los tiempos y para todas las personas. Los escritos de Elena de White son el mensaje de Dios para un tiempo específico, el tiempo del fin, y para un pueblo específico, la iglesia remanente. 2. Los escritos de ella no son normas adicionales de nuevas doctrinas, sino una ayuda para la iglesia en el tiempo del fin. Sus escritos concentran la atención del lector en la Escritura. No reemplazan las Escrituras.

¿Cómo podemos evitar la trampa de poner los escritos de Elena de White al mismo nivel que la Biblia? ¿Por qué es tan fácil cometer un error tan grave?

Crecimiento en Comprensión.
Miércoles 25 de febrero

Los profetas no recibieron toda la luz de Dios de una sola vez. Mientras ministraban fielmente como siervos de Dios, recibían más luz y crecían en su comprensión.

¿Qué nos indican los siguientes textos acerca de la experiencia de crecimiento espiritual de los profetas bíblicos? Dan. 8:27; 9:2; Gál. 2:11-16; 1 Ped. 1:10.

La posesión del don profético en los tiempos bíblicos no implicaba un conocimiento completo, inmediato y pleno de los asuntos espirituales, y otros que hubiera. Los profetas recibían luz creciente a medida que se desarrollaba la historia y cuando eran capaces de comprenderla. También tenían que estudiar las Escrituras, como lo ilustra el caso de Daniel (Dan. 9:2). En Daniel 8:27, el profeta dijo: “Estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía”. Unos diez años más tarde, el ángel Gabriel vino y le explicó todo el significado de la visión (Dan. 9:20-23).

Los profetas sabían solo lo que Dios les había revelado, y solo eso se les permitía dar como un “Así dice Jehová”. Siendo que los mensajes de un profeta a menudo complementaban los dados a otros, llegó a ser necesario estudiar y comparar las diversas revelaciones a fin de obtener un concepto equilibrado y amplio de los mensajes del cielo.

Lo mismo sucedía con Elena de White: “Durante sesenta años he estado en comunicación con los mensajeros celestiales y aprendiendo constantemente con referencia a las cosas divinas, y con respecto a la manera en que Dios está trabajando continuamente para sacar a las almas del error de sus caminos y traerlas a la luz de Dios” (3 MS 79).

Por eso, cuando comparamos los primeros escritos de Elena de White con sus obras posteriores, a veces encontramos que sus escritos posteriores modifican, o expanden, sus escritos anteriores, reflejando una vislumbre más profunda de los mensajes de Dios.

Ella no era una teóloga sistemática, sino más bien una evangelista y comunicadora de lo que Dios le había mostrado. Su comprensión de la teología, aunque fundada en la Escritura e informada por sus visiones, creció con los años mientras continuaba estudiando la Escritura y los escritos de otros, y estaba abierta a la conducción del Espíritu Santo.

Debemos ser cuidadosos de no asignar los atributos de Dios, tales como la omnisciencia (conocer todas las cosas), a sus mensajeros. ¿Cuál es el peligro de considerar infalibles a los profetas y tener un conocimiento completo en todas las áreas de la vida?

Cuando los Profetas lo Entienden Mal.
Jueves 26 de febrero

Lee 2 Samuel 7:1 al 7. ¿Qué estaba mal en el consejo de Natán a David, y por qué Dios no permitió que David construyera el Templo para él? 1 Crón. 22:8.

El profeta Natán era un hombre sabio, reflexivo y temeroso de Dios, pero no todo lo que dice o hace un profeta sucede bajo inspiración. Al dar su aprobación al plan de David, Natán había hablado como un amigo del Rey y no en su posición de profeta. Una morada permanente para el Dios de Israel probablemente era algo que la mayor parte de la gente piadosa quería. Sin embargo, en una visión nocturna (2 Sam. 7:4-17), Dios le dijo a Natán que lo que él le había dicho a David estaba equivocado y que tenía que ir a David para decírselo.

Elena de White no era infalible, y nunca pretendió la infalibilidad. Ella creció, cambió su pensamiento sobre diversos problemas y constantemente estaba abierta para recibir más luz.

En un caso específico, cuando la casa editora del sur estaba pasando por un momento difícil, ella apoyó la idea de hacerla meramente un depósito para la Review and Herald. “Sigan adelante”, dijo ella, “la causa de Dios no debe pasar vergüenza, no importa a quién le duela si se arreglan las cosas sobre una base correcta. Edson debería entregarse al ministerio y a escribir. [...] Las finanzas no son un punto fuerte de él” (17 MR 270). Pero, antes de que pasaran 24 horas, Elena de White recibió una visión que la hizo cambiar de idea: “Permitan que el campo del sur tenga sus libros publicados en la región”, le dijo a la Asociación General.–Arthur L. White, Ellen G. White: The Early Elmshaven Years, p. 193.
Debemos recordar que los profetas no están siempre de turno, es decir, no están hablando constantemente por Dios. “Hay oportunidades cuando deben declararse cosas comunes, pensamientos comunes deben ocupar la mente, deben escribirse cartas comunes y se debe dar información que ha pasado de un obrero a otro. Tales palabras, tal información, no son dadas bajo la inspiración especial del Espíritu de Dios” (3 MS 64).

Pero la historia ha mostrado que, si el profeta da consejos equivocados, Dios intervendrá para corregir el error.

A algunas personas les gusta concentrarse en todo error detectado ya sea en la Biblia o en la luz menor, es decir, en los escritos de Elena de White. ¿Por qué es peligrosa y enfermizo esa clase de actitud? ¿Cómo puedes protegerte de caer en esa trampa tú mismo?

Para Estudiar y Meditar.
Viernes 27 de febrero.

Lee “Cuestión de la influencia”, en Mensajes selectos, t. 3, pp. 68-74.

“Elena de White afirmó que su ministerio no dejaba lugar para componendas ni ambivalencia acerca de esas afirmaciones. Ella pretendía haber visto cosas que solo podían venir de una inspiración sobrenatural. O sus pretensiones eran verdaderas o ella era una lunática y/o una mentirosa vigorosa, que promulgaba sus desvaríos XIX hasta la segunda década del siglo XX.

“¿Qué opciones racionales hay para alguien que pretendía haber contemplado, en visión, lo que ella afirmaba haber visto? Ella afirmó haber visto a Jesús trayendo a los redimidos a la Santa Ciudad. Ella afirmó haber visto a gente que vivía en otros planetas y a los ángeles que protegían al pueblo de Dios. Ella afirmó haber visto, en visión, a Jesús en el Santuario celestial, o cómo se veía Satanás en el cielo antes de su pecado. Ella afirmó haber visto a ángeles que visitaron a Adán y a Eva en el Edén. Ella dijo que vio el rostro de Adán cuando se dio cuenta de que Eva había pecado. Ella pretendió haber visto a Jesús, en visión, y cómo se veía su rostro después del ayuno en el desierto. Ella dijo que había visto la resurrección de Jesús de la tumba, así como a un ángel que liberaba a Pablo y a Silas de la prisión. Ella afirmó haber visto a Satanás dirigiendo a las multitudes perdidas en la rebelión final contra Dios después de la segunda resurrección. Ella afirmó haber visto, en visión, la vida en la Tierra Nueva, etc., etc.

“¿Qué haremos con estas afirmaciones? Los que ponen su ministerio al mismo nivel, por ejemplo, de Martín Lutero, están viviendo en un mundo de fantasía lógico. O la aceptamos por lo que afirma ser (lo que, por supuesto, deja abierta toda una serie de preguntas que nosotros, como iglesia, no siempre hemos respondido de la manera más afortunada) o tenemos que rechazarla como una mentirosa, una lunática, o alguien inspirado por el diablo. Estas son las únicas opciones lógicas”.–Clifford Goldstein, Graffiti in the Holy of Holies, pp. 172, 173).

Preguntas Para Dialogar:

1. Lee otra vez la cita copiada arriba. El punto central es sencillo: Elena de White, por sus pretensiones, no nos deja muchas opciones lógicas con respecto a su ministerio. Por lo que sabemos de su vida, sus enseñanzas y su legado de escritos que nos dejó, ¿cuál es realmente la mejor explicación, y la más lógica, para su vida y su ministerio? Defiende tu respuesta.
2. Como sucede con la Biblia, quedan algunas preguntas con respecto al ministerio de Elena de White. El problema es: ¿Nos concentramos en estas pocas preguntas, y dejaremos de ver el cuadro grande de su obra, o nos concentramos en el cuadro grande, sabiendo que, como con cualquier otro tema, algunas preguntas quedarán pendientes?

Guía de Estudio de la Biblia: El don profético y la iglesia remanente de Dios. Edición de Adultos.
Periodo: Trimestre Enero-Marzo de 2009
Autor: Gerhard Pfandl, nacido en Austria, ha sido director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General desde 1999.
Editor: Clifford Goldstein

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