sábado, 30 de octubre de 2010

Lección 6: Urías: la fe de un extranjero / Para el 6 de noviembre de 2010


Sábado 30 de octubre

Lee Para el Estudio de esta Semana: 1 Samuel 26:5-11; 2 Samuel 11; Ester 8:17; Salmo 51; Isaías 56:3-7; Efesios 2:19.

Para memorizar: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deut. 6:5).

IMAGÍNATE QUE ESTÁS COMPRANDO un pasaje de tren. La fila es larga y estás impaciente porque podrías perder tu tren. Finalmente pagas, recibes tu boleto y corres al tren. En el camino, cuentas tu vuelto, y descubres que te han devuelto mucho de más. ¿Qué haces? ¿Vuelves a la fila para devolver el dinero sobrante y tal vez pierdes el tren o consideras que fue tu día de suerte y sigues adelante?

Lo que hagas depende de tu comprensión del bien y del mal. La ética es la manera de aplicar esta comprensión en la vida diaria. Hoy, la ética más popular es la situacional, que dice que no hay absolutos morales. A menudo, significa hacer lo que más te beneficia en una situación específica.

Esta semana veremos un contraste de ética entre la del rey David y la del soldado Urías. Aunque las acciones de David son horribles, parecen peores al contrastarlas con las del soldado. Si bien no se dice mucho sobre Urías, lo que vemos de él y de su lamentable suerte puede enseñarnos lo que significa vivir la fe, en oposición a solo hablar de ella.


LA CUESTA RESBALADIZA
Domingo 31 de octubre

Lee 2 Samuel 11. ¿Cómo puede alguien tan honrado por Dios caer tan bajo en el pecado? ¿Qué advertencia presenta esto para todos nosotros?

No podemos estudiar la historia de Urías sin considerar a David. Aquí vemos a David en su peor aspecto. El autor del libro de Samuel no alaba al héroe e ignora sus pecados. La historia de David, Betsabé y Urías es un punto de inflexión en la vida y el reinado de David. Hasta aquí, era descrito como alguien con fuerza creciente. En 2 Samuel 11 se habla del comienzo de su caída.

Algunos ven, en este pecado, una excusa para el suyo propio. Sin embargo, el pecado tiene consecuencias, y aquí se muestra cuántas vidas afectó. El primero en sufrir, como resultado del pecado de David, fue Urías; luego, el niño nacido de David y Betsabé. David pierde credibilidad en su familia, y las repercusiones se expanden y son un problema nacional. La reacción en cadena del pecado de David se amplía hasta incluir violación (2 Sam. 13:14), asesinato (2 Sam. 13:28, 29) y la pérdida de muchas vidas en una rebelión (2 Sam. 15). Si bien él se arrepintió y obtuvo la misericordia de Dios, el autor del relato claramente señala que el pecado tiene graves consecuencias (2 Sam. 12:13, 14).

Esta historia se narra en una forma bien estructurada. El autor bíblico usa palabras de acción (a menudo el verbo enviar), y contrasta las conductas de Urías y de David. Veamos la estructura del relato:

- David envía a Joab a pelear contra los amonitas (11:1).
- David pregunta acerca de Betsabé y la envía a llamar (vers. 3, 4). * David comete adulterio con Betsabé (vers. 4).
- Betsabé envía un mensaje acerca de su embarazo (vers. 5). * David manda a llamar a Urías (vers. 6).
- Urías rehúsa dormir con Betsabé (vers. 13).
- David envía la sentencia de muerte con Urías (vers. 14, 15).

Como se ve, “enviar” es una actividad muy importante en 2 Samuel 11. Cuando enviamos a alguien a alguna parte, tenemos poder sobre esa persona. Vemos que David es el personaje más poderoso de esta historia. Él es el que más envía y controla. Es capaz de destruir. Actúa como un monarca absoluto del Cercano Oriente. Sin embargo, hay algo que David no puede controlar: el pecado. Aunque parece que él domina las acciones externas, el pecado controla sus elecciones y sus motivaciones.


NINGUNO ES UNA ISLA
Lunes 1º de noviembre

La historia de David y de Urías es presentada en el marco de una guerra con los amonitas. Lee cuidadosamente 2 Samuel 11:1. ¿Qué sutil crítica a David incluye el autor?

David se queda en casa y envía a su ejército al mando de Joab. Este, por supuesto, es el primer error de David. De algún modo, había comenzado a creer que él realmente era más especial que sus hombres, y que no debía exponerse al peligro. No había aprendido, todavía, que los peligros mayores son casi siempre los de adentro, no los de afuera. El gran problema con el poder o la autoridad es cuán fácilmente distorsiona nuestra percepción propia. Pensamos que somos mejores y que estamos por sobre las leyes, o que las reglas existen para otros.

Compara las formas de liderazgo que ejerce David en la historia de 1 Samuel 26:5 al 11 y en 2 Samuel 11. ¿Qué diferencia observas?

Un relato describe cómo David protegió la vida de Saúl, dirigió con el ejemplo y pidió voluntarios. Pero el otro, 2 Samuel 11, muestra que, en lugar de haber ido con sus tropas y haberlas dirigido, dependiendo de Dios para su conducción y su seguridad personales, David estaba en el techo plano de su palacio, una tarde calurosa (probablemente, con el fin de captar la brisa vespertina).

Sin duda, su palacio estaba en una parte alta, desde donde se veía la mayor parte de Jerusalén. Mirando los techos de las casas, David vio a una mujer que se estaba bañando y preguntó cuál era su identidad. Luego, mandó a buscar a la mujer, aun sabiendo muy bien que era la esposa de Urías, el heteo. El verbo hebreo que se usa indica que la orden de David a Betsabé es muy fuerte, y en otros contextos se utiliza para expresar que algo es tomado por la fuerza (Gén. 14:11). David fue tras sus deseos, y archivó completamente su conocimiento del bien y del mal. Poco se imaginaba David, en ese momento, las consecuencias que seguirían a esta decisión personal. El ostentar deliberadamente su poder afectaría directamente las vidas de Betsabé, de Urías, de un niño no nacido y del curso de la historia de Israel.

Piensa en las decisiones que haces. ¿Están basadas mayormente en el pensamiento racional y en la lógica o están basadas en emociones y pasiones? ¿Qué motivaciones parecen dominarte? ¿Cómo puedes llegar a un equilibrio correcto entre ambos?


UN EXTRANJERO EN ISRAEL
Martes 2 de noviembre

En este capítulo, se menciona a Urías como “Urías heteo”. ¿Quiénes eran los heteos de Palestina? Eran un grupo étnico relacionado en forma incierta con los estados neohititas del norte. En la cultura del Antiguo Testamento, la nacionalidad, la raza y la religión estaban interconectadas. Por eso, se prohibía el casamiento entre los israelitas y las naciones circundantes, como se ve en Deuteronomio 7:3 y en cada reavivamiento de Israel. La prohibición del casamiento mixto tenía que ver con la religión. Pero, en el Antiguo Testamento hay ejemplos de extranjeros que aceptaron al Dios de Israel, como Urías, quien fue asimilado por medio del casamiento y la religión.

¿Cuáles son algunos ejemplos de extranjeros que fueron asimilados a Israel? Jos. 6:25; Rut 1:1-16; Est. 8:17; Isa. 56:3-7.

Rut, la moabita, dejó su tierra, su pueblo y su religión, y acompañó a su suegra de regreso a Israel. Sus famosas palabras subrayan que adoptaba no solo a otro pueblo, sino también a otro Dios: “Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios” (Rut. 1:16). La asimilación incluye a prostitutas mentirosas como Rahab, que protegió a los dos espías (Jos. 2:4). Ella respondió a la pequeña luz que tenía, y creyó que el Dios de Israel era poderoso y fiel. Tiempo después de la caída de Jericó, Rahab se casó con Salmón y, junto con Rut, está incluida en la genealogía de Cristo (Jos. 6:25; Mat. 1:5).

Urías no es el único heteo que sirvió a David: también se menciona a Ahimelec (1 Sam. 26:6); pero Urías era uno de los guerreros de elite de David (1 Crón. 11:41). Es interesante notar que si Eliam, el padre de Betsabé (2 Sam. 11:3), era Eliam hijo de Ahitofel gilonita (2 Sam. 23:34), entonces Urías se casó con alguien de una familia influyente. Su suegro era un guerrero elegido e hijo del estimado consejero de David. Esto podría explicar la proximidad de la casa de Urías al palacio y la deserción de Ahitofel (2 Sam. 15:31). Puede ser que este sintiera rencor por la forma en que David había tratado a su nieta Betsabé y por el asesinato de Urías.

Lee Efesios 2:19. ¿De qué modo la asimilación de Rut, de Rahab y de Urías a Israel puede ayudarnos a comprender que, no importa cuál sea nuestro trasfondo, por medio de Cristo podemos ser aceptados en “la familia de Dios”?


¿QUÉ HAY EN UN NOMBRE?
Miércoles 3 de noviembre

Los nombres eran muy importantes en el mundo bíblico. El nombre hablaba de la herencia cultural de una persona y de sus creencias, o señalaba los deseos de los padres para sus hijos. A menudo, un cambio de creencias o de circunstancias de la vida se indicaba con un cambio de nombre.

Nota los nuevos nombres de los siguientes personajes y señala la razón que se da para el cambio de nombre:

Abram (Gén. 17:5)
Jacob (Gén. 32:27, 28)
Daniel (Dan. 1:7)

Después de la noche de lucha de Jacob con su visitante celestial, experimentó tal vez uno de los cambios de nombre de mayores consecuencias en toda la historia sagrada. De “engañador” (Jacob), se convirtió en “que Dios ayude a” (Israel), y todos sus descendientes llegaron a ser conocidos como “israelitas”, o los hijos de Israel.

El cambio de nombre de Daniel tuvo un propósito diferente. El rey Nabucodonosor quería que los jóvenes exiliados supieran quién tenía el control. El nombre de Daniel (“Dios es mi juez”) fue cambiado a “Protege la vida del príncipe” (Beltsasar), en un intento de socavar la lealtad de Daniel hacia Dios.

El nombre Urías no es singular en la historia bíblica. Durante el tiempo del rey Ezequías, un profeta de nombre Urías comunicó el castigo de Dios sobre Jerusalén (Jer. 26:20-23). Es interesante que el nombre “Urías” es hebreo, y puede ser traducido como “mi luz es el Señor” o “llama del Señor”. Él pudo haber sido heteo de nacimiento, pero por elección pertenecía al Dios de Israel. La ascendencia hetea de Urías subraya el hecho de que Dios no mira el exterior, sino el corazón. Tener miembros de la familia en posiciones destacadas en la iglesia o piadosos antepasados no nos da una mejor posición ante Dios.

Al morir por toda la humanidad, Cristo derribó las barreras entre todos los pueblos (Gál. 3:28). La Cruz muestra que todos somos iguales ante Dios; Cristo murió por cada ser humano, y cada uno es de infinito valor ante sus ojos. Dios dio tareas y vocaciones especiales a diferentes grupos, pero eso no quiere decir que algunos pueblos son de más valor para Dios que otros. La Cruz demuestra que esto es algo equivocado.


UN HOMBRE DE PRINCIPIOS
Jueves 4 de noviembre

En la narración bíblica, Betsabé parece ser un personaje pasivo, y el autor bíblico se abstiene de comentar acerca de su responsabilidad o participación. Aun cuando ella aparece como pasiva en todo el informe, debe pagar un alto precio: su bebé muere. La única vez que Betsabé habla es cuando le envía un mensaje a David para decirle que está embarazada (2 Sam. 11:5). David calcula que si Urías vuelve a su casa, aunque más no sea por una noche, podría parecer que el bebé es de Urías, y su pecado pasaría inadvertido. David envía a buscar a Urías, que está a 65 km (40 millas) de Jerusalén. David habla con él y lo manda a su casa para dormir con su esposa (2 Sam. 11:8). En un esfuerzo por parecer generoso, envía un regalo al hogar de Urías, y piensa que la situación está atendida. Pero Urías es un hombre de principios, y no puede ser manipulado. Pasa la noche en la puerta con los siervos del Rey. La situación se escapa del control de David. A la mañana siguiente, David se entera y envía a buscar a Urías. Se siente frustrado y, aunque es un hombre íntegro, ahora no parece comprender la integridad de Urías.

¿Qué dice 2 Samuel 11:10 al 13 acerca de los motivos de Urías? ¿Qué otros ejemplos podemos encontrar en la Biblia de personas que actuaron con la misma clase de integridad?

La respuesta de Urías muestra que él no era un creyente nominal, sino que se había identificado con el Dios de Israel y con sus camaradas. Urías creyó que estaba mal usar su situación para su comodidad o su ventaja personal. El mismo David que una vez mostró su lealtad al rey Saúl ahora no podía comprender la lealtad y la fidelidad de Urías.

David recurrió a un plan repugnante: deliberadamente emborrachó a Urías, en un intento de quebrar sus principios. Es interesante notar que las dos hijas de Lot usaron el mismo plan, que dio origen a los amonitas (Gén. 19:30-38), precisamente el pueblo contra el cual el ejército de Israel está peleando. A pesar de su razonamiento debilitado, Urías rehusó comprometer sus valores, y otra vez pasó la noche con los siervos del Rey.

Lee el Salmo 51 en el contexto de 2 Samuel 11. ¿Qué podemos aprender acerca de la naturaleza del pecado, del arrepentimiento y de la gracia de Dios?


PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
Viernes 5 de noviembre

“La Biblia tiene poco que decir en alabanza de los hombres. Dedica poco espacio a relatar las virtudes hasta de los mejores hombres que jamás hayan vivido. Este silencio no deja de tener su propósito y su lección. Todas las buenas cualidades que poseen los hombres son dones de Dios; realizan sus buenas acciones por la gracia de Dios manifestada en Cristo. Como lo deben todo a Dios, la gloria de cuanto son y hacen le pertenece solo a él; ellos no son sino instrumentos en sus manos.

“Además, según todas las lecciones de la historia bíblica, es peligroso alabar o ensalzar a los hombres; pues, si uno llega a perder de vista su total dependencia de Dios, y a confiar en su propia fortaleza, caerá seguramente. [...] El tenor de la Biblia está destinado a inculcarnos desconfianza en el poder humano y a fomentar nuestra confianza en el poder divino.

“El espíritu de confianza y ensalzamiento de sí fue el que preparó la caída de David. La adulación y las sutiles seducciones del poder y del lujo no dejaron de tener su efecto sobre él. También las relaciones con las naciones vecinas ejercieron en él una influencia maléfica. Según las costumbres que prevalecían entre los soberanos orientales de aquel entonces, los crímenes que no se toleraban en los súbditos quedaban impunes cuando se trataba del rey; el monarca no estaba obligado a ejercer el mismo dominio de sí que el súbdito. Todo esto tendía a aminorar, en David, el sentido de la perversidad excesiva del pecado. Y, en vez de confiar humilde en el poder de Dios, comenzó a confiar en su propia fuerza y sabiduría” (PP 775, 776).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

1. En la clase, identifiquen cargos o posiciones en los cuales tuvieron poder o influencia. Analicen cómo hacer para no usar mal ese poder. ¿Cómo podemos ayudar a alguien que está por usar mal su autoridad o su influencia?

2. Considera la composición étnica, cultural y socioeconómica de tu clase. ¿Cómo se sentirían, en tu clase, personas de otros grupos o que no pertenecen a ninguna iglesia? ¿Qué podrían hacer, como clase, para extenderse hacia los “extranjeros”?

3. Urías -honesto, leal, de principios- es asesinado por su propio rey, a quien servía fielmente. David -deshonesto, traicionero, engañador-consigue la hermosa mujer como esposa y vive muchos años más. Analiza la situación.

4. Repasen el Salmo 51 y analicen qué enseña acerca del perdón. ¿Cómo aprenderemos a aceptar el perdón cuando podríamos ser culpables de pecados tan malos como los de David?


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Comentario de Alejandro Bullón
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Mientras estudia la Lección o Guía de Estudio de la Biblia / Escuela Sabática, en Ojo Adventista, lo invitamos -para beneficio de todos- escribir sus comentarios y consideraciones sobre dicho estudio al pie de esta entrada.





Guía de Estudio de la Biblia: "Personajes Secundarios del Antiguo Testamento" / Edición para Adultos

Periodo: Trimestre 4 / octubre-diciembre de 2010
Autor: Gerald y Chantal Klingbeil, junto con sus tres hijas, Hanna, Sarah y Jemima, vivieron en África, Sudamérica, Europa y Asia. Actualmente, Gerald Klingbeil es un editor asociado de la Adventist Review (la Revista Adventista en inglés).
Dirección general: Clifford Goldstein
Dirección editorial: Marcos G. Blanco
Traducción y redacción editorial: Rolando A. Itin

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Lección 6: Urías: la fe de un extranjero / Notas de Elena G. de White


La fe de un extranjero
Sábado 30 de octubre

La obra de Dios requiere hombres de elevadas facultades morales que se ocupen en su proclamación. Se necesitan hombres cuyos cora­zones estén fortalecidos con un santo fervor, hombres de un propósito firme a los que no se mueva fácilmente, que puedan deponer cada inte­rés egoísta y darlo todo por la cruz y la corona. La causa de la verdad presente padece por falta de hombres que sean leales a un sentido de lo correcto y del deber, cuya integridad moral sea firme, y cuya energía esté a la altura de las oportunidades de la providencia de Dios. Tales cualidades son de más valor que riquezas incalculables invertidas en la obra y la causa de Dios. Energía, integridad moral y un propósito firme de parte de lo correcto son cualidades que no pueden suplirse con ninguna cantidad de oro. Los hombres que poseen estas cualidades ejer­cerán influencia por todas partes. Sus vidas serán más poderosas que la excelsa elocuencia. Dios llama a hombres de corazón, hombres de inte­lecto, hombres de integridad moral, a quienes pueda hacer depositarios de su verdad, y que representen correctamente los principios sagrados en su vida diaria (Testimonios para la iglesia, tomo 3, p. 30).


La cuesta resbaladiza
Domingo 31 de octubre

Ningún camino es seguro, salvo el que se torna cada vez más claro y más firme a medida que Ud. lo recorre. El pie a veces puede resbalar aun en el camino más seguro. A fin de andar sin temor, Ud. debe saber que su mano está firmemente sostenida por la mano de Cristo. No debe pensar ni por un momento que tal vez no haya peligro para Ud. Hasta los más sabios cometen errores. Aun los más fuertes desfallecen a veces. Los necios, los confiados en sí mismos, los testarudos y los altivos, que avanzan descuidadamente por senderos prohibidos, y que se jactan de poder cambiar su conducta cada vez que lo deseen, están recorriendo un camino lleno de trampas. Pueden recuperarse de una caída, de un error que cometan, pero son muchos los que dan un paso en falso que basta para determinar su ruina eterna (Mensajes selectos, tomo 2, p. 192).

Aquel cuyo corazón está henchido del amor que procede de Dios, no admite en su vida la exaltación del yo ni la falta de honradez. El que ha "nacido de nuevo" del Espíritu revela a Cristo en su vida diaria. Es recto en todo lo que emprende. No obra con maña, astucia, ni en secre­to. El buen fruto que revela su vida da fe de la situación de su corazón (Meditaciones matinales 1952, p. 341).

Las tentaciones que asaltaron a Cristo en el desierto: el apetito, el amor al mundo y la presunción, son las tres grandes seducciones que con más frecuencia vencen a los seres humanos (Consejos sobre la salud, p. 284).

La prosperidad de una nación depende de la virtud e inteligencia de sus ciudadanos. Para conseguir estas bendiciones, son indispensables hábitos de estricta temperancia. La historia de los reinos antiguos está llena de lecciones amonestadoras para nosotros. El lujo, la compla­cencia de los sentidos y la disipación prepararon su caída. Resta ver si nuestra república recibirá la advertencia de su ejemplo, y evitará su suerte (La temperancia, pp. 227, 228).

Nadie está en mayor peligro que el que considera segura su mon­taña. Entonces es cuando sus pies empezarán a resbalar. Vendrán las tentaciones una tras otra, y tan imperceptible será su influencia sobre la vida y el carácter, que a menos que sea guardado por el poder divino, será corrompido por el espíritu del mundo y no llevará a cabo el propósito de Dios (Joyas de los testimonios, tomo 1, p. 580).


Ninguno es una isla
Lunes 1 de noviembre

Antes que terminara la guerra con los amonitas, David regresó a Jerusalén, dejando la dirección del ejército a Joab. Los sirios ya se habían sometido a Israel, y la completa caída de los amonitas parecía segura. David se veía rodeado de los frutos de la victoria y de los honores de su gobierno sabio y hábil. Fue entonces, mientras vivía en holgura y desprevenido, cuando el tentador aprovechó la oportunidad de ocupar su mente. El hecho de que Dios había admitido a David en una relación tan estrecha consigo, y había manifestado tanto favor hacia David, debiera haber sido para él el mayor de los incentivos para conservar inmaculado su carácter. Pero cuando él estaba cómodo, tran­quilo y seguro de sí mismo, se separó de Dios, cedió a las tentaciones de Satanás, y atrajo sobre su alma la mancha de la culpabilidad. El hombre designado por el cielo como caudillo de la nación, el escogido por Dios para ejecutar su ley, violó sus preceptos. Por sus actos el que debía castigar a los malhechores, les fortaleció las manos (Patriarcas y profetas, p. 776).

Muchos de los dirigentes que ocupan posiciones de responsabili­dad tienen poca conciencia o nobleza de alma; pueden ejercer su poder aunque con eso destruyan a los que se encuentran bajo ellos, y lo hacen sin gran preocupación. Estos comandantes pueden abusar del poder que se les ha dado y hacer que sus subalternos ocupen posiciones peli­grosas en las que se encontrarán expuestos a terribles encuentros con los rebeldes sin tener la mínima esperanza de vencerlos. En esta forma pueden deshacerse de hombres audaces y cabales, tal como David se desembarazó de Urías (2 Samuel 11:14,15) (Testimonios para la igle­sia, tomo 1, p. 232).

El trabajo razonable es indispensable tanto para la felicidad como para la prosperidad de nuestra raza. Fortalece al débil, vuelve valiente al tímido, rico al pobre y feliz al desdichado. Nuestros diversos cometidos están en proporción directa con nuestras diversas capacidades, y Dios espera los réditos correspondientes de los talentos que les ha concedido a sus siervos. No es la grandeza de los talentos que se poseen lo que determina la recompensa, sino el modo como se los usa; el grado de lealtad que se aplica en el desempeño de los deberes de la vida, sean grandes o pequeños.

La ociosidad es una de las más grandes maldiciones que pueden recaer sobre el hombre, porque el vicio y el crimen siguen en su estela. Satanás está al acecho, listo para sorprender y destruir a los que no están en guardia, cuya ociosidad le da la oportunidad de insinuárselas bajo algún disfraz atractivo. Nunca tiene más éxito que cuando se acerca al hombre en sus momentos de ocio (Cada día con Dios, p. 133).

... Emplee cada momento que le quede libre en hacer algo. De esta manera se cerrará una puerta a miles de tentaciones. Si el rey David hubiese estado ocupado en algún empleo útil no habría sido culpable del asesinato de Urías. Satanás siempre está al acecho para emplear a aquél que no se emplea a sí mismo (Testimonios para la iglesia, tomo 4, p. 405).


Un extranjero en Israel
Martes 2 de noviembre

El propósito de Dios era impartir ricas bendiciones a todo el mundo mediante la nación judía. Por medio de Israel había de pre­pararse el camino para la difusión de su luz a todo el mundo. Las naciones de la tierra, al seguir prácticas corruptas, habían perdido el conocimiento de Dios. Sin embargo, en su misericordia, Dios no las rayó de la existencia. Se propuso darles la oportunidad de llegar a conocerlo mediante su iglesia. Quería que los principios revelados por medio de su pueblo fueran los medios de restaurar la imagen moral de Dios en el hombre...
Dios quería hacer de su pueblo Israel una alabanza y una gloria. Se dio a ellos toda ventaja espiritual. Dios no les negó nada favorable a la formación del carácter que había de hacerlos sus representantes.

Su obediencia a la ley de Dios había de hacerlos maravillas de prosperidad delante de las naciones del mundo. El que podía darles sabiduría y habilidad en todo artificio, continuaría siendo su maestro, y los ennoblecería y elevaría mediante la obediencia a sus leyes. Si eran obedientes, habían de ser preservados de las enfermedades que afligían a otras naciones, y habían de ser bendecidos con vigor inte­lectual. La gloria de Dios, su majestad y poder, habían de revelarse en toda su prosperidad. Habían de ser un reino de sacerdotes y príncipes. Dios les proveyó toda clase de facilidades para que llegaran a ser la más grande nación de la tierra (Palabras de vida del Gran Maestro, pp. 228-231).

Los hijos de Israel habían de ocupar todo el territorio que Dios les había señalado. Habían de ser desposeídas las naciones que rechazaran el culto y el servicio al verdadero Dios. Pero el propósito de Dios era que por la revelación de su carácter mediante Israel, los hombres fueran atraídos a él. A todo el mundo se le dio la invitación del evangelio. Por medio de la enseñanza del sistema de sacrificios, Cristo había de ser levantado delante de las naciones, y habían de vivir todos los que lo miraran. Todos los que, como Rahab la cananea, y Rut la moabita, se volvieran de la idolatría al culto del verdadero Dios, habían de unirse con el pueblo escogido. A medida que aumentara el número de los israelitas, éstos habían de ensanchar sus fronteras, hasta que su reino abarcara el mundo.

Dios deseaba colocar todas las naciones bajo su gobierno miseri­cordioso. Deseaba que la tierra se llenara de gozo y paz. Creó al hombre para la felicidad, y anhela llenar el corazón humano con la paz del cielo. Desea que las familias terrenales sean un símbolo de la gran familia celestial (Palabras de vida del Gran Maestro, pp. 232, 233).

Las maravillosas providencias relacionadas con la liberación de Israel cuando escapó al yugo egipcio y ocupó la tierra prometida, indu­jeron a muchos de los paganos a reconocer al Dios de Israel como el Gobernante supremo...

Mientras avanzaban, las huestes de Israel comprobaron que las había precedido el conocimiento de las obras poderosas del Dios de los hebreos, y que algunos de entre los paganos iban aprendiendo que él solo era el verdadero Dios...

Dios no reconoce distinción por causa de nacionalidad, raza o casta. Él es el Hacedor de toda la humanidad. Por la creación, todos los hombres pertenecen a una sola familia; y todos constituyen una por la redención. Cristo vino para derribar el muro de separación, para abrir todos los departamentos de los atrios del templo, a fin de que toda alma tuviese libre acceso a Dios. Su amor es tan amplio, tan profundo y completo, que lo compenetra todo. Arrebata de la influencia satánica a aquellos que fueron engañados por sus seducciones, y los coloca al alcance del trono de Dios, al que rodea el arco iris de la promesa. En Cristo no hay judío ni griego, ni esclavo ni hombre libre (Profetas y reyes, pp. 273, 274).


¿Qué hay en un nombre?
Miércoles 3 de noviembre

La vida de Cristo fundó una religión sin castas, en la que judíos y gentiles, libres y esclavos, unidos por los lazos de fraternidad, son igua­les ante Dios. Nada hubo de artificioso en sus procedimientos. Ninguna diferencia hacía entre vecinos y extraños, amigos y enemigos. Lo que conmovía el corazón de Jesús era el alma sedienta del agua de vida.

Nunca despreció a nadie por inútil, sino que procuraba aplicar a toda alma su remedio curativo. Cualesquiera que fueran las personas con quienes se encontrase, siempre sabía darles alguna lección adecua­da al tiempo y a las circunstancias. Cada descuido o insulto del hombre para con el hombre le hacía sentir tanto más la necesidad que la huma­nidad tenía de su simpatía divina y humana. Procuraba infundir espe­ranza en los más rudos y en los que menos prometían, presentándoles la seguridad de que podían llegar a ser sin tacha y sencillos, poseedores de un carácter que los diera a conocer como hijos de Dios (El ministerio de curación, p. 16).

Los nombres de Daniel y sus compañeros fueron cambiados por otros que conmemoraban divinidades caldeas. Los padres hebreos solían dar a sus hijos nombres que tenían gran significado. Con fre­cuencia expresaban en ellos los rasgos de carácter que deseaban ver desarrollarse en sus hijos. El príncipe encargado de los jóvenes cautivos "puso a Daniel, Beltsasar; y a Ananías, Sadrach; y a Misael, Mesach; y a Azarías, Abed-nego" (Profetas y reyes, p. 352).
Cuando hacía casi veinticinco años que Abrahán estaba en Canaán, el Señor se le apareció y le dijo: "Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto" (Véase Génesis 17:1-16). Con reverencia el patriarca se postró, y el mensaje continuó así: "Yo, he aquí mi pacto contigo: Serás padre de muchedumbre de gentes". Como garantía del cumplimiento de este pacto, su nombre, que hasta entonces era Abram, fue cambiado en "Abrahán", que significa: "padre de muchedumbre de gentes". El nombre de Sarai se cambió por el de Sara, "princesa"; pues, dijo la divina voz, "vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella" (Patriarcas y profetas, p. 132).

El ángel le preguntó a Jacob: "¿Cuál es tu nombre?" Y al recibir la respuesta le dijo: "No se dirá más tu nombre Jacob [suplantador], sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido". Jacob había recibido la bendición que su alma había deseado; su pecado como engañador había sido perdonado; la crisis de su vida había pasa­do. En su trato con Jacob, Dios mostró que no sancionará el más míni­mo pecado en sus hijos, pero, a la vez, que no desechará ni destruirá, ni dejará en la desesperación a quienes hayan sido engañados, tentados y llevados al pecado. La duda, la perplejidad y el remordimiento habían amargado la vida de Jacob; ahora todo había cambiado. ¡Cuán dulce fue el descanso y la paz con Dios al asegurársele nuevamente el favor divino! (Signs of the Times, 20 de noviembre, 1879).


Un hombre de principios
Jueves 4 de noviembre

En medio de los peligros de su juventud, David, consciente de su integridad, podía confiar su caso a Dios. La mano del Señor le había guiado y hecho pasar sano y salvo por infinidad de trampas tendidas a sus pies. Pero ahora, culpable y sin arrepentimiento, no pidió ayuda ni dirección al cielo, sino que buscó la manera de desenredarse de los peligros en que el pecado le había envuelto. Betsabé, cuya hermosura fatal había resultado ser una trampa para el rey, era la esposa de Urías el heteo, uno de los oficiales más valientes y más fieles de David. Nadie podía prever cuál sería el resultado si se llegase a descubrir el crimen...

Todo esfuerzo de David para ocultar su culpabilidad resultó fútil... En su desesperación se apresuró a agregar un asesinato a su adulterio. El que había logrado la destrucción de Saúl, trataba ahora de llevar a David también a la ruina. Aunque las tentaciones eran distintas, ambas se asemejaban en cuanto a conducir a la transgresión de la ley de Dios...

Urías fue hecho portador de su propia sentencia de muerte. El rey envió por su medio una carta a Joab, en la cual ordenaba: "Poned a Urías delante de la fuerza de la batalla, y desamparadle, para que sea herido y muera". Joab, ya manchado con la culpa de un asesinato injus­tificable, no vaciló en obedecer las instrucciones del rey, y Urías cayó herido por la espada de los hijos de Amón...

Aquel que antes tenía tan sensible la conciencia y tan alto el sen­timiento del honor que no le permitían, ni aun cuando corría peligro de perder su propia vida, levantar la mano contra el ungido del Señor, se había rebajado tanto que podía agraviar y asesinar a uno de sus más valientes y fieles soldados, y esperar gozar tranquilamente el premio de su pecado. ¡Ay! ¡Cuánto se había envilecido el oro fino! ¡Cómo había cambiado el oro más puro! (Conflicto y valor, p. 178).

Los hombres con principios no necesitan la restricción de los candados y las llaves, no es preciso que se los vigile y se los guarde. Sus tratos serán fieles y honorables en todo momento, tanto cuando están solos, sin que nadie los observe, como cuando están en público. No mancharán sus almas con ninguna ganancia o provecho egoísta. Menosprecian las malas acciones. Aun cuando nadie lo supiera, lo sabrían ellos y esto destruiría su respeto por sí mismos. Los que no son conscientes y fieles en lo pequeño no se reformarán aun cuando haya leyes, restricciones y penalizaciones al respecto (Testimonios para la iglesia, tomo 4, p. 567).

La experiencia de aquellos que trabajaron para Dios en genera­ciones pasadas, tiene lecciones que debemos aprender los que vivimos en este tiempo. Cuán poco conocemos los conflictos, las pruebas y las labores que soportaron estos hombres mientras se equipaban para hacer frente a los ejércitos de Satanás. Poniéndose toda la armadura de Dios, fueron capaces de hacer frente a las astucias de Satanás.

Estos hombres que en tiempo pasado se entregaron a Dios y al engrandecimiento de su causa eran tan firmes en los principios como el acero. Eran hombres que no decaían ni se desanimaban; hombres que, como Daniel, estaban llenos de reverencia y celo por Dios, llenos de propósitos y aspiraciones nobles. Eran tan débiles e impotentes como cualesquiera de los que hoy están ocupados en la obra, pero ponían toda su confianza en Dios. Tenían riqueza, pero consistía ésta en la cultura de la mente y el alma. Y puede tenerla cualquiera que dé a Dios el primero, el último y el mejor lugar en todas las cosas. Aunque estemos destituidos de sabiduría, conocimiento, virtud y poder, podemos recibir todo esto si queremos aprender de Cristo las lecciones que es nuestro privilegio aprender (Mensajes para los jóvenes, p. 30).




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Guía de Estudio de la Biblia: "Personajes Secundarios del Antiguo Testamento" / Notas de Elena G. de White

Periodo: Trimestre 4 / octubre-diciembre de 2010
Autor: Gerald y Chantal Klingbeil, junto con sus tres hijas, Hanna, Sarah y Jemima, vivieron en África, Sudamérica, Europa y Asia. Actualmente, Gerald Klingbeil es un editor asociado de la Adventist Review (la Revista Adventista en inglés).
Dirección general: Clifford Goldstein
Dirección editorial: Marcos G. Blanco
Traducción y redacción editorial: Rolando A. Itin

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Lección 6: Urías: la fe de un extranjero / Edición auxiliar para Maestros


Texto Clave: "Y Urías respondió a David: El arca e Israel y Judá están bajo tiendas, y mi señor Joab, y los siervos de mi señor, en el campo; ¿y había yo de entrar en mi casa para comer y beber, y a dormir con mi mujer? Por vida tuya, y por vida de tu alma, que yo no haré tal cosa" 2 Samuel 11:11.

Enseña a tu clase a :

Saber comparar y contrastar la fidelidad de Urías a Dios y a su país con el colapso de la moralidad del rey David.
Sentir que, sin la presencia constante de la gracia de Dios, podemos caer en la tentación.
Hacer que cada día confiemos en la misericordia y el poder salvador de Dios.


Bosquejo de la lección

Saber: Fe y deslealtad

A. Frente a la integridad de Urías, David cayó más y más en el pecado al tratar de tapar sus malos actos con Betsabé. ¿Qué evidencia tenemos de la fidelidad de Urías a Dios?
B. ¿Cómo llegó David a caer en una acción sin principios? C. ¿Qué resultados finales tuvo la fidelidad de Urías? ¿Cuáles fueron los resultados a largo plazo del pecado de David?

II. Sentir: Si no fuera por la gracia de Dios

A. Si David, un hombre según el corazón de Dios, cayó en ese pecado, ¿cuán vulnerables somos nosotros ante la tentación?
B. ¿Qué respondió David cuando Dios lo confrontó con su pecado? ¿Cuál es nuestra única esperanza?

III. Hacer: Entregarnos diariamente

Aunque David pecó, él reconoció el poder de Dios para perdonar y confió en la misericordia de Dios. ¿Cómo podemos hacer nuestra la oración de David?

Resumen: El centro de atención de Urías era su deber hacia Dios. Toda la persuasión del rey no lo movió a violar su conciencia, y por eso David mandó matarlo. David había perdido su integridad y cometió grandes pecados. Pero en humildad y arrepentimiento buscó el perdón de Dios, y Dios lo salvó.


Paso 1 ¡Motiva!

Ciclo de aprendizaje

Concepto clave para el crecimiento espiritual: Como Urías, deberíamos avanzar para lograr un carácter santo e igualar la santa causa por la cual luchamos.

Solo para los maestros: El estudio de Urías ofrece abundante material, pues los componentes de su carácter, sólidos como una roca, pueden ayudarnos a comprender nuestro propio carácter.

Introducción: Urías era un hitita, nativo de Canaán, y no obstante luchó codo a codo con la infantería de Israel en la guerra contra los amonitas. Chapman Schanandoah era un nativo norteamericano de la tribu oneida, cuyo país había sido invadido por europeos. Fue leal al gobierno norteamericano, y peleó lado a lado con sus soldados en la Guerra Española-Norteamericana (ver www.oneidaindiannation.com). De las 12 tribus de Jacob –ya sea en forma física o simbólica– somos nativos de este mundo caído. Al ser adoptados (Rom. 8:14, 15) peleamos junto al ejército de Dios en la gran controversia.

La historia del cambio de lealtad de Urías y su participación en el ejército de Israel no es única. Dadas las semejanzas en las narraciones de los guerreros citados, ¿por qué el relato de Urías, con su lealtad a un gobierno invasor, es tan interesante? ¿Qué aprendemos espiritualmente de Urías?

Considera: Medita en la “extranjería” de Urías. Geográficamente, era nativo de Canaán, pero residía en Israel. Espiritualmente, ya había sido adoptado por Dios antes de su cambio de ciudadanía (vers. 15, 16). Entonces, ¿era Urías un extranjero en cualquiera de los dos sentidos? ¿Por qué lo ponemos como uno “de afuera”?


Paso 2 ¡Explora!

Solo para los maestros: toma tiempo en la clase para visualizar el carácter de Urías, en particular los componentes que quisiéramos incorporar a nuestro carácter

Comentario de la Biblia

I. “Yo no haré tal cosa” (Repasa, con tu clase, 2 Sam. 11:11; 1 Sam. 1:26; 2 Rey. 2:2.)

La revelación máxima del carácter genuino de Urías es su declaración: “Por vida tuya, y por vida de tu alma, que yo no haré tal cosa” (2 Sam. 11:11). ¿La convicción de qué otra persona parecen reflejar estas palabras? (Ver Gén. 39:9.) Urías se niega a pasar la noche con su esposa, lo que ningún mandamiento prohibía. ¿Es la compasión leal por sus camaradas todo lo que está en juego? O, además del problema de que el arca estaba ubicada en una tienda, ¿hay algo más profundo aquí? ¡Sí! La tradición judía cuenta que para conservar las fuerzas, los soldados israelitas prestaban un juramento de no tener relaciones sexuales la noche anterior a una batalla, durante ella, o mientras su unidad peleaba. De este modo, Angus MacGregor, señala: Urías “honró su juramento de no tener sexo mientras su unidad estaba en batalla” (www.hidenwood.com).

Que Urías estaba cumpliendo un juramento es evidente por sus palabras: “Por vida tuya, y por vida de tu alma”. Era costumbre en Israel jurar por la persona con la que se hablaba (ver DBA 686). Vemos lo mismo en otros dos personajes bíblicos: Ana y Eliseo. (Ver 1 Sam. 1:28 y 2 Rey. 2:2.) Era algo serio guardar un juramento (Núm. 30:2 y Deut. 23:23), aun si hacerlo significaba sufrir una pérdida (Sal. 15:4). Tan profundamente guardaba Urías el juramento de honrar a Dios que, aunque David lo emborrachó (2 Sam. 11:13), Urías no lo quebrantó. El versículo 11 revela el compromiso del capitán Urías de volver a donde estaban sus hombres y completar la guerra. Él quería que el arca estuviera otra vez en su ubicación apropiada. Urías creía que estaba peleando por una causa santa. Pero un indicio sólido de que el carácter santo de Urías estuvo antes que la causa santa se trasluce en el significado del nombre que le habían puesto sus padres: “Mi luz es el Señor”. ¿Qué implica esto acerca del hogar en que Urías creció, lo cual podría explica su carácter puro?

Considera: ¿Qué tentaciones habrán pasado por la mente de Urías durante su comida con el rey?

Considera las siguientes respuestas:

- “Estoy casado”.
- “El rey mismo me dijo que fuera a casa”.
- “Claro, me siento mal por los soldados en el frente, pero su situación hoy no mejorará por lo que yo haga o no haga hoy aquí en Jerusalén”.
- “Mis camaradas nunca sabrán lo que pase hoy”.
- “Los soldados no entienden las presiones que sufre un capitán, y cuánto necesitamos un poco de consuelo”.

No obstante, la conclusión de Urías fue: “Esto no es correcto. Yo lo sé. El Señor lo sabrá”. ¿Cuál hubiera sido nuestra respuesta?


II. Urías fue valiente (Repasa, con tu clase, 2 Sam. 23:39.)

Urías era uno de los 37 militares más valientes y honrados, uno de los guardaespaldas del rey. ¿Con qué fuerza militar pueden compararse los 37 valientes? Cuando Joab puso la unidad de Urías frente a la puerta de entrada del muro enemigo, Urías supo que estaba en una situación de muerte inminente si no huía. Urías peleó hasta el fin.

Considera: ¿Por qué o por quién estás dispuesto a pelear hasta el fin, y por qué razón?


III. Se podía confiar en Urías (Repasa, con tu clase, 2 Sam. 11:7, 14.)

David mandó llamar a Urías como correo para que diera un informe del frente de guerra, aunque era solo un ardid para hacerlo volver a casa. Luego le ordenó llevar de regreso órdenes definidas para el campo de batalla: su propio decreto de muerte. Considera: Al saber que David había rehusado matar al rey Saúl, ¿podría Urías haber confiado que David ahora haría lo mismo? ¿Somos dignos de confianza o traidores de la confianza que otros ponen en nosotros? ¿Por qué? ¿Cuál es la única cura para nuestra traición?


IV. Urías fue humilde (Repasa, con tu clase, 2 Sam. 11:9, 13.)

Cualquier siervo del rey hubiera cumplido una orden del capitán Urías para reservarle una habitación en la posada. Pero en lugar de hacer valer su rango ante los siervos, él sencillamente se ubicó entre ellos para dormir. Además de su rango militar, ¿qué otra razón podría haber tenido Urías, si era inconverso, que podría habérsele “subido a la cabeza”? Estaba casado con alguien de la familia real:

- El abuelo de Betsabé, Ahitofel, era un consejero del rey (1 Crón. 27:33)
- El nombre de su suegro está en la misma lista de los guerreros escogidos (2 Sam. 23:34).
- Él podría haberse vanagloriado de su hermosa esposa, Betsabé.

Considera: Contrasta las acciones de David con las de Urías. ¿De qué modo la fortaleza y el compromiso de Urías también sugieren su humildad?


Paso 3 ¡Explora!

Solo para los maestros: Esta actividad aplica los peldaños de la escalera de crecimiento cristiano de 2 Pedro 1:5 al 7 al concepto clave de esta elección.

Si hemos de luchar para lograr un carácter santo como lo hizo Urías, ¿por qué es necesario evaluar ocasionalmente dónde estamos en la subida? ¿Podemos hacerlo si no estamos familiarizados con el orden de los peldaños?

Recordando este pensamiento, prepara una hoja con los peldaños en desorden de un lado, tal vez alfabéticamente, y del otro lado, la secuencia correcta, comenzando con la fe, abajo.

Actividad: Pide a la clase que ordene la lista desordenada en el orden en que ellos, con la percepción humana, supondrían que debe ser el orden ascendente. Como alternativa, haz una lista de los peldaños, y mézclalos. Léelos a la clase, y pídeles que los pongan en orden de prioridad en que piensan que los peldaños deberían estar en la escalera del crecimiento cristiano.
Luego pregúntales: ¿Les resulta una sorpresa el orden ascendente de la lista “real”? Lee Isaías 55:9 y 1 Samuel 16:7.

El ejercicio plantea preguntas que intrigan: ¿Son el afecto fraternal y el amor aun más difíciles que la piedad? ¿Por qué el conocimiento viene después de la fe? (Indicio: ¿Cuál es la diferencia entre a quién conocemos y qué conocemos, y por qué esta distinción es importante?) ¿En qué nivel viene el bautismo?

Para una comprensión más profunda de cómo el orden dado en 1 Pedro refleja el sentido “divino”, invita a la clase a leer en Meditaciones matinales (1953), si está disponible, las páginas 98 a 101 destacando la frase “no os dejéis abrumar”.

Los miembros de la clase también pueden sugerir, o escribir junto a cada componente del carácter, el nombre de un personaje bíblico que lo exhiba.


Paso 4 ¡Aplica!

Solo para los maestros: prepara una hoja para distribuir, escrita por ambos lados, con el título: “mi escalera espiritual para noviembre de 2010 del 1 al 5”. En un lado anotar, encolumnados, los ocho peldaños de la escalera, seguidos por una línea en blanco para escribir notas. del otro lado incluir los ejemplos de abajo a los que pueden referirse. otra alternativa (sin las hojas para distribuir): leer en voz alta los peleaños de la escalera, también conocieos como las gracias de la piedad, animando a los miembros a pensar cómo subir caea pedaño.

Actividad: Invita a la clase a realizar lo siguiente: que para cada componente del carácter se fijen una “meta”, para la próxima semana, que esperan lograr. Por ejemplo:

- Fe – Memorizaré un versículo destacado sobre la “fe” bíblica.
- Virtud – Arreglaré el siguiente error: ____________.
- Conocimiento – Estudiaré cuidadosamente mi lección de la Escuela Sabática cada día.
- Dominio propio – Limitaré mis comidas para que sean nutritivas.
- Paciencia – Finalmente haré esa llamada telefónica difícil.
- Piedad – Estudiaré un capítulo de la vida y el ejemplo de Jesús.
- Afecto fraternal – Enviaré un correo electrónico animador.
- Amor – Me acercaré a _____________, quien anhela tener un/una amigo(a).

Introspección posterior: ¿Qué espacio hay en los peldaños, por debajo y por encima del lugar en el que estás en esta escalera? ¿De qué modos ese espacio potencial es visible para otros?



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Guía de Estudio de la Biblia: "Personajes Secundarios del Antiguo Testamento" / Edición auxiliar para Maestros

Periodo: Trimestre 4 / octubre-diciembre de 2010
Autor: Gerald y Chantal Klingbeil, junto con sus tres hijas, Hanna, Sarah y Jemima, vivieron en África, Sudamérica, Europa y Asia. Actualmente, Gerald Klingbeil es un editor asociado de la Adventist Review (la Revista Adventista en inglés).
Dirección general: Clifford Goldstein
Dirección editorial: Marcos G. Blanco
Traducción y redacción editorial: Rolando A. Itin

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viernes, 29 de octubre de 2010

Lección 5: Abigail: no se permitió ser víctima de las circunstancias / Comentario de Doug Batchelor




Comentario del Pr. Doug Batchelor.

Director y principal orador del ministerio "Amazing Facts". Desde la Iglesia Central Adventista del Séptimo Día de Sacramento, California, de la cual es su senior pastor.



Guía de Estudio de la Biblia: "Personajes Secundarios del Antiguo Testamento"

Periodo: Trimestre 4 / octubre-diciembre de 2010
Autor: Gerald y Chantal Klingbeil, junto con sus tres hijas, Hanna, Sarah y Jemima, vivieron en África, Sudamérica, Europa y Asia. Actualmente, Gerald Klingbeil es un editor asociado de la Adventist Review (la Revista Adventista en inglés).
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Traducción y redacción editorial: Rolando A. Itin


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sábado, 23 de octubre de 2010

Lección 5: Abigail: no se permitió ser víctima de las circunstancias / Para el 30 de octubre de 2010


Sábado 23 octubre

Lee Para el Estudio de esta Semana: 1 Samuel 25; Isaías 28:23; 53:12; Daniel 9:15-19; Mateo 15:10; Romanos 8:34

Para memorizar: “En el corazón del prudente reposa la sabiduría; pero no es conocida en medio de los necios” (Prov. 14:33).

¿TE HAS SENTIDO ALGUNA VEZ VÍCTIMA de las circunstancias? ¿Has deseado alguna vez poder estar en otra parte? ¿O ser otra persona? Considera, entonces, al personaje de esta semana: Abigail.

Ella era una mujer inteligente y hermosa pero, desagraciadamente, estaba casada con Nabal, un hombre egoísta, de visión muy corta y malvado; un descendiente de Caleb, pero de ningún modo parecido a su estimado antepasado. Nabal pudo haber sido rico, pero su nombre, o sobrenombre, que significa “necio”, refleja con exactitud su carácter.En el tiempo de Abigail y Nabal, los casamientos eran arreglados de antemano, y probablemente Abigail no haya tenido otra opción que aceptar las circunstancias, que parecían estar contra ella en un casamiento como este.

Las condiciones no eran favorables, pero la vislumbre que se nos da de la vida de Abigail nos anima a no ser víctimas de las circunstancias. Ella no trató de escapar de la realidad; veía su situación en forma realista (1 Sam. 25:25), pero no permitió que las circunstancias la arruinaran. Decidió crecer donde había sido plantada.


ALGUIEN ESCUCHARÁ
Domingo 24 de octubre

La mayor parte de las personas no tienen problemas para hablar, y muchos hablamos demasiado. Cuánto mejor sería aprender a ser buenos oyentes. Mucho sucede a nuestro alrededor y es importante que escuchemos.

Lee Isaías 28:23; - Mateo 15:10; y - Santiago 1:19. ¿Qué nos enseñan estos textos que debemos hacer, y por qué?

David y sus hombres estaban escapando de Saúl. Mientras vivían en el desierto de Parán, se encontraron con los pastores y los rebaños del rico ganadero Nabal. En lugar de tomar para sí algunos animales, David y sus hombres protegieron a los pastores y el ganado. Cuando llegó la esquila, había un espíritu festivo. Este era el tiempo para agradecer y dar regalos. Sabiendo esto, David envió a diez de sus hombres a pedir provisiones.

Lee 1 Samuel 25:1 al 11. ¿Por qué David se sintió tan insultado con la respuesta de Nabal? ¿Qué oyó David?

Nabal actuó como su nombre lo indica. Despectivamente, llamó a David y a sus hombres “esclavos escapados” y los envió de vuelta con las manos vacías. Nabal pensaba que David era tan insignificante que no valía la pena preguntar lo que estaba haciendo. David había demostrado mucho control propio con el rey Saúl, pero ahora se sintió profundamente herido cuando se le dijo que él era un don nadie. Esto se complicó por el hecho de que él había mostrado bondad, y ahora era recompensado con insultos y humillación.Nabal no sabía con quién estaba tratando. Parece que conocía algunos hechos. Sabía quién era el padre de David, y que David estaba escapando de Saúl, pero Nabal estaba centrado en sí mismo y no estuvo dispuesto a escuchar a sus siervos. Estos habían vivido cerca de David y sabían que era militarmente fuerte. Los siervos reconocieron que su amo era “un hombre tan perverso, que no hay quien pueda hablarle” (1 Sam. 25:17). Y se dirigieron a alguien que los escucharía: Abigail.

¿Cuándo fue la última vez que tuviste o provocaste problemas por no escuchar con atención? ¿Cómo puedes aprender de tus errores?


LAS ACCIONES HABLAN MÁS FUERTE QUE LAS PALABRAS
Lunes 25 de octubre

Lee 1 Samuel 25 . ¿Cuál es la esencia de la historia? ¿Qué lecciones puedes obtener inmediatamente de ella? ¿Qué preguntas quedan sin responder?

Al oír el informe del siervo, Abigail inmediatamente comenzó a prepararse. Hizo más que escuchar: actuó. En 1 Samuel 25:18 y 19 se detalla lo que preparó: pasas de uva, higos secos, ovejas listas para guisar, grano tostado, pan y vino. Estas provisiones eran un lujo y más de lo que los diez hombres de David esperaban. La siguiente parte de la historia está llena de movimiento y acción. Hay diferentes escenas, creando cierta tensión, esperando el momento del contacto. David y sus hombres, sin detenerse a escuchar a Dios o a razonar, marchan para vengarse del insulto. David está llevando dos tercios de su fuerza de combate, lo que refleja su enojo. Cuando reaccionamos con ira, es muy difícil dar una respuesta apropiada, y nos excedemos.

Abigail no envía los regalos con sus criados, sino que ensilla su asno y va al encuentro de David. A pesar de estar casada con un hombre arrogante y temerario, ella no se permite el sentirse víctima. Todavía mantiene su autoestima y está lista para arriesgar su vida a fin de proteger su hogar. Sus posibilidades son algo parecidas a las del joven David cuando enfrentó a Goliat: una mujer con asnos cargados de comida y unos pocos siervos yendo a afrontar a cuatrocientos hombres armados y enojados. Nabal, el necio, está en casa gozando un banquete suntuoso y emborrachándose, mientras su valiente mujer va a enfrentar a un ejército enojado.

¿Qué nos enseñan los siguientes versículos? ¿Por qué son importantes nuestras acciones? Mat. 7:21; - Mat. 25:31 -46; - Sam. 2:14-17 .

Hablar no cuesta mucho, pero nuestras acciones confirman o contradicen nuestras palabras. Las acciones de Abigail, David y Nabal muestran qué era importante para ellos y qué espíritu motivaba sus acciones.

Si alguien elaborara conclusiones acerca de la clase de persona que eres basado solamente en tus acciones, ¿cuáles serían esas conclusiones, y por qué?


TIEMPO DE HABLAR
Martes 26 de Octubre

En un valle o una quebrada entre las montañas, Abigail se encuentra con David. Ella se postra sobre su rostro y lo trata como si ya fuera rey.

Lee cuidadosamente el discurso de Abigail en 1 Samuel 25:23 al 31. Contrasta esto con la respuesta de Nabal (vers. 10, 11). ¿Qué nos indica esto acerca de la diferencia entre ambos?

Abigail se dirigió a David como “señor mío”. Tal vez esto, en sí mismo, fue para David un recordatorio de que él debía comportarse como es digno de un rey ungido por Dios y no como el líder de una banda de merodeadores. Abigail fue capaz de promover la nobleza en David porque no había perdido su propio sentido de estima propia. Por eso, ella podía ver lo mejor en David y estimular una conducta piadosa en él.

¿Qué es lo primero que Abigail le dice a David? ¿A qué te hacen recordar sus palabras? ¿Qué trata ella de hacer? Éxo. 32:32 ; Ester 7:2-4; Isa. 53:12; Dan. 9:15-19; Rom. 8:34.

La intercesión tiene un denominador común: la persona que intercede se identifica con la persona por la cual intercede. Debe estar dispuesta a poner a un lado sus intereses egoístas y pedir lo que sea mejor para la otra persona. Abigail podría haber visto esta amenaza a Nabal como una manera de deshacerse de su esposo y recuperar su libertad; pero ella se identificó con él y suplicó por su vida inmerecida. Tal vez la mejor forma de intercesión sea la oración. Oramos por personas que son incapaces o no están dispuestas a orar por sí mismas. Ponemos nuestros deseos y necesidades a un lado, y hablamos a Dios en favor de esas personas. Nuestras oraciones dan a Dios la “excusa” de penetrar profundamente en el territorio de Satanás. Al orar por otros nos damos cuenta de la inmensa compasión que Dios tiene por nosotros. Podemos aprender cómo bendecir a aquellos que nos maldicen y orar por los que nos calumnian (Luc. 6:28).

¿Intercedió alguien por ti, alguna vez, en una situación que no podías manejar por ti mismo? ¿De qué modo te ayudó a comprender mejor lo que significa tener a Jesús intercediendo por nosotros?


LO QUE ABIGAIL NO HARÁ
Miércoles 27 de octubre

La gente a menudo tiene miedo de una persona abusiva. Está lista para cubrir al abusador, y mentir y decir que todo está bien, para apaciguar al abusador.

Lee 1 Samuel 25:25 y 26. ¿Qué dice acerca de Abigail el que haya sido tan abierta acerca de las faltas de su esposo? ¿De qué modo esto hace que su intercesión en favor de él sea más notable? Si alguien estuviera intercediendo por ti ahora mismo, ¿qué podría decir acerca de ti?

Aunque Abigail estaba lista para arriesgar su vida por salvar su hogar, ella también era íntegra, y no mintió acerca de Nabal. Ella sabía que él tenía problemas, y no tuvo miedo de decirlo en público.Alguien que está en una relación de abuso a menudo comienza a sentirse responsable por los actos del abusador, y se siente culpable. Pero este no era el caso de Abigail; ella tenía un sólido sentido de valor personal, basado en su sentido de misión.

Ella se veía como el instrumento de Dios para cambiar la decisión de David, y no se otorgó a sí misma el crédito por interceptar a David y llevarle regalos. Como Abigail sabía quién era, pudo animar a David y recordarle que debía pelear las batallas del Señor, y no perder tiempo y energía en vengarse por insultos personales. La observación de Abigail de que “mal no se ha hallado” en David (1 Sam. 25:28) era tanto una afirmación como una advertencia de que David no había sido descalificado (todavía) para ocupar el cargo de rey. Abigail también le recordó a David que, si su vida estaba unida a Dios, él no tenía necesidad de defenderse o de defender su honor. Dios lo haría por él. En el tiempo de Abigail, el divorcio o la separación no eran opciones para una mujer.

Ella “pertenecía” a su esposo hasta el día de su muerte. Sin embargo, Abigail no veía su vida como inútil o como una prisión permanente. Ella creía que Dios se ocuparía de su esposo cuando fuera el momento.El discurso de Abigail muestra que la sabiduría puede encontrarse en cualquier situación de la vida, si nos hemos entregado a Dios. La sabiduría no es una teoría, sino una forma práctica de vivir y de reaccionar con la gente que nos rodea.

¿Qué significa entregarse completamente a Dios? ¿Cómo se hace? si alguien te dijera: “Yo quiero entregarme al señor, pero no sé cómo hacerlo”, ¿qué le dirías?


ADENTRO Y AFUERA
Jueves 28 de octubre

A diferencia de muchos de nosotros, David aceptó las críticas constructivas y notó, en las palabras de Abigail, la actuación de Dios. Vio las consecuencias de sus acciones y estuvo agradecido por que Dios hubiera intervenido para evitarle derramar sangre. En cuanto a Abigail, volvió a su casa y esperó hasta la mañana siguiente para informarle a su esposo de lo sucedido. Nabal quedó aterrorizado, y probablemente haya sufrido un ataque de apoplejía. Diez días más tarde, murió. David no olvidó a Abigail, y envió a algunos de sus hombres con una propuesta de matrimonio de su parte.

Considera las últimas palabras registradas de Abigail (1 Sam. 25:41). ¿Qué nos señalan ellas acerca de Abigail? ¿Qué otros ejemplos bíblicos puedes encontrar con el mismo principio en acción?

Abigail era una mujer influyente. Tenía cinco criadas, pero estaba dispuesta a servir. Más tarde, Jesús dijo: “El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir” (Mat. 20:28).La vida de Abigail no fue muy tranquila, aun después de su casamiento con David. Como era costumbre en esos días, David tuvo varias esposas, y la vida de familia estaba lejos del ideal de Dios. Abigail era la segunda esposa de David, quien tenía que escapar continuamente de Saúl. En Siclag, junto con las otras familias, ella fue capturada por los amalecitas y luego rescatada. Aquí desaparece de la narración bíblica. Esperaríamos ver a esta sabia y hermosa mujer junto a David, en un papel importante en la vida de este, pero solo hay silencio. Sabemos que tuvo un hijo llamado Daniel (1 Crón. 3:1) o Quileab (2 Sam. 3:3), segundo en la línea hacia el trono, pero tanto Abigail como su hijo desaparecieron del cuadro. Algunos piensan que murieron en forma violenta.

Considerando lo agitada que fue la vida de los hijos mayores de David, una muerte temprana tal vez no fue lo peor que les pudo ocurrir.Como seguidores de Jesús, nuestras vidas tampoco son fáciles de llevar. Sin embargo, Dios sabe el fin desde el principio y, por eso, debemos confiar en su bondad.

La sumisión a otros no siempre es fácil, puesto que requiere un sentido de humildad y dependencia. ¿Cómo puedes aprender a someterte a otros cuando es necesario? ¿Cómo podemos aprender del increíble ejemplo de sumisión de Cristo?


PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
Viernes 29 de Octubre

“Estas palabras [de Abigail] solo pudieron brotar de los labios de una persona que participaba de la sabiduría de lo Alto. La piedad de Abigail, como la fragancia de una flor, se expresaba inconscientemente en su semblante, sus palabras y sus acciones. El Espíritu del Hijo de Dios moraba en su alma. Su palabra, sazonada de gracia, y henchida de bondad y de paz, derramaba una influencia celestial. Impulsos mejores se apoderaron de David, y tembló al pensar en lo que pudiera haber resultado de su propósito temerario.

‘Bienaventurados los pacificadores: porque ellos serán llamados hijos de Dios’ (Mat. 5:9). ¡Ojalá que hubiera muchas personas como esta mujer de Israel, que suavizaran los sentimientos irritados y sofocaran los impulsos temerarios, y evitaran grandes males por medio de palabras impregnadas de una sabiduría serena y bien dirigida!“Una vida cristiana consagrada derrama siempre luz, consuelo y paz. Se caracteriza por la pureza, el tino, la sencillez y el deseo de servir a los semejantes. Está [...] henchida del Espíritu de Cristo y doquiera que vaya, quien la posee, deja una huella de luz.

“Abigail era sabia para aconsejar y reprender. La ira de David se disipó bajo el poder de su influencia y razonamiento. Quedó convencido de que había tomado un camino malo, y que había perdido el dominio de su propio espíritu. Con corazón humilde, recibió la reprensión, en armonía con sus propias palabras: ‘Que el justo me castigue, será un favor, y que me reprenda será un excelente bálsamo” (Sal. 141:5).

Le dio las gracias y la bendijo por haberlo aconsejado tan rectamente. Son muchos los que, cuando se les reprende, se creen dignos de alabanza si reciben el reproche sin impacientarse; pero ¡cuán pocos aceptan la reprensión con gratitud de corazón, y bendicen a los que tratan de evitarle que sigan un sendero malo!” (PP 724, 725).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

1. El abuso del cónyuge es un gran problema. Como iglesia, tenemos la responsabilidad de ayudar. Por eso, tenemos un sábado que es el “Día de la Prevención de Abusos”, para educar a nuestros feligreses y crear conciencia sobre este problema. ¿Qué podemos hacer para ayudar a los que sufren esta terrible plaga?

2. “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mat. 5:9). Basado en el estudio de esta semana, ¿cuáles son las características de los pacificadores? ¿Cómo podemos procurar la paz sin comprometer los principios?


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Guía de Estudio de la Biblia: "Personajes Secundarios del Antiguo Testamento" / Edición para Adultos

Periodo: Trimestre 4 / octubre-diciembre de 2010
Autor: Gerald y Chantal Klingbeil, junto con sus tres hijas, Hanna, Sarah y Jemima, vivieron en África, Sudamérica, Europa y Asia. Actualmente, Gerald Klingbeil es un editor asociado de la Adventist Review (la Revista Adventista en inglés).
Dirección general: Clifford Goldstein
Dirección editorial: Marcos G. Blanco
Traducción y redacción editorial: Rolando A. Itin

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