sábado, 25 de septiembre de 2010

Lección 1: Relatos e historia / Para el 2 de Octubre de 2010


Sábado 25 de octubre

Lee Para el Estudio de esta Semana: Génesis 39:6-12; Josué 3:9-17; 1 Samuel 24:1-6; 1 Reyes 12:1-16; Job 1:1-12

Para memorizar: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Tim. 3:16, 17).

AUNQUE ALGUNAS PERSONAS no se interesan por la historia, a muchas les gustan los buenos relatos. Cada pueblo tiene narraciones que explican sus orígenes, valores, relaciones y cultura. Estas historias, repetidas, son buenos instrumentos de enseñanza.

En la Edad Moderna, el arte de contar historias fue despreciado: la gente buscaba explicaciones científicas sobre la vida, pero estas no pudieron responder las preguntas más importantes de la humanidad. Hoy, una generación nueva, la “posmoderna”, ha redescubierto el poder de los relatos.

La Biblia es muy contemporánea, pues está llena de relatos. No son leyendas, ni “fábulas artificiosas” (2 Ped. 1:16), sino narraciones históricas y personales que revelan la verdad divina y la relación de Dios con el hombre: describen a personas reales, con problemas, y cómo Dios les ofreció respuestas.

Cada relato se desarrolla en su ambiente específico. Exploraremos diferentes ambientes y sus contextos históricos, para comprender mejor los personajes que estudiaremos durante el trimestre.


PERSONAS Y ARGUMENTOS
Domingo 26 de septiembre

Un argumento es una sucesión de eventos que llevan a un desenlace. Cada uno nació, vive, y un día morirá. Estos son los parámetros del argumento de la vida. Entre los dos extremos, la vida está formada por argumentos menores, desencadenados por conflictos o tensiones. Buscar un argumento es tratar de conectar todas las partes del relato para ver el cuadro completo. En el libro de Job, por ejemplo, hay dos argumentos.

Identifica los dos argumentos en el relato de Job. Ver Job 1:1 al 12.

La historia de Job tiene un argumento de dos dimensiones, pues en la Biblia no hay argumentos de una sola dimensión: Dios siempre está activo en la historia y en las vidas humanas, aun cuando actúa detrás de escena. En los dos primeros capítulos de Job, podemos imaginar un cambio de canal, como en un televisor, al pasar del argumento terrenal al argumento celestial.

Los relatos, sin embargo, son más que argumentos. Las personas crean su historia.

Describe a la profetisa Hulda, como aparece en 2 Reyes 22:14.

Los personajes están muy vinculados con el argumento de la historia. Conocemos al personaje a través la información dada por el narrador, que a su vez puede ser uno de los personajes. Tomemos a Hulda como ejemplo: ¿Es ella el personaje principal en la historia? No. Este relato cuenta el descubrimiento del libro de la ley cuando Josías era rey. Hulda ¿tenía hijos? ¿Qué edad tenía? No sabemos las respuestas. Las narraciones bíblicas son muy concisas y, a menudo, abreviadas. Por eso, necesitamos prestar atención a cada información que se nos da. Hulda era una profetisa confiable de Dios. Tenemos datos de la familia del esposo, pues las mujeres, en los tiempos del Antiguo Testamento, eran identificadas por las familias de sus esposos. También se da su dirección. Como hoy, los documentos oficiales requieren un nombre y una dirección para demostrar que una persona es quien pretende ser.

¿Cuál es el argumento de tu vida? ¿Qué clase de personaje eres tú? si tu historia
fuera escrita como en las narraciones bíblicas, ¿qué diría o qué debería decir?


¿DÓNDE Y CÓMO?
Lunes 27 de septiembre

La ambientación transmite la realidad de la historia, y crea cierta atmósfera y estado de ánimo. Por ejemplo, ¿por qué, en Rut 4:1 y 2, Booz ubica su caso legal en la puerta y no en su casa o en la casa del alcalde de la ciudad de Belén? Obviamente, la puerta –que era el lugar más público en los tiempos antiguos– añade a la historia un elemento legal importante. El ambiente también puede darnos una idea acerca del tiempo en el que se desarrolla la narración. Si un relato se ubica dentro de un automóvil o en una terminal aérea, sabemos, sin pensar mucho, que la historia no proviene del tiempo de David o de Martín Lutero.

Compara la ambientación o el marco de las siguientes dos historias: 1 Samuel 24:1-6; Génesis 39:6-12. ¿De qué modo estos dos ambientes contribuyen al argumento de las historias?

El marco nos ayuda a comprender mejor la acción que transcurre en el relato. David y sus hombres están solos con Saúl, que está desprotegido y muy vulnerable. El ambiente destaca el carácter superlativo de David. Él no aprovecha esta oportunidad para deshacerse de Saúl antes de que este consiga matar a David, un hecho que revela el respeto de David por el líder ungido por Dios.

El ambiente de la historia de José presenta una oportunidad. José es atractivo y está en una posición de poder. La esposa de su amo está apasionada por él, y ellos están solos en la casa. José, como David, muestra su carácter puro al resistir esta tentación.

Pero, el ambiente no es el único elemento importante de una historia; también lo es el punto de vista del narrador. Vemos que la historia se desarrolla a través de los ojos del narrador, quien nos da información importante, pero a veces retiene ciertos datos que para nosotros serían relevantes; esto es típico de las historias seculares. Aunque en los registros bíblicos hay diversos puntos de vista, asumimos que son inspirados por el Espíritu Santo y que, por lo tanto, la verdad revelada es la verdad de Dios.

Piensa en David y José en esos ambientes específicos. Cuán fácilmente podrían haber racionalizado para actuar de un modo diferente. El que no lo hayan hecho dice mucho acerca de sus caracteres. ¿Cuán a menudo racionalizas tus acciones equivocadas?


DE LA VICTORIA A LA "EDAD OSCURA"
Martes 28 de septiembre

Veremos algunos períodos de Israel que son el telón de fondo de los personajes que estudiaremos. Comencemos con la entrada de Israel en la Tierra Prometida.

Después de la asombrosa actuación divina en el Éxodo y de la peregrinación por el desierto, Israel llegó otra vez a las fronteras de Canaán. Bajo su nuevo líder, Josué, cruzarían el Jordán en seco (Jos. 3:16, 17), algo similar al anterior cruce del Mar Rojo (Éxo. 14).

Lee Josué 3:9 al 17. ¿Cuál era el propósito de este milagro?

Israel no tomó Canaán por sus propias fuerzas o por el genio militar de Josué. Logró la victoria solamente por el poder de Dios. Cuando Israel obedecía, Dios le daba la victoria; pero cuando dependía de sus fuerzas, caía inevitablemente.

Después de la muerte de Josué, algunos sectores de la Tierra Prometida seguían dominados por los cananeos (Juec. 1:27, 28). La fe de los israelitas pareció disminuir cuando su visión se debilitó. En vez de poseer toda la Tierra Prometida, estaban más preocupados por su propio sustento, y perdieron la visión y el ideal que Dios tenía para ellos como pueblo. Muchos eruditos llaman la “edad oscura” a los siglos siguientes de la vida de Israel.

Lee Jueces 17:6. ¿Qué clase de clima moral revela este pasaje?

Cuando perdemos la visión global de lo que Dios quiere para nosotros, lo pequeño cobra mayor magnitud. Israel había perdido su perspectiva como nación, y dejó que predominara el tribalismo. En el libro de Jueces, vemos a las tribus dispuestas a pelearse entre sí. Las prácticas religiosas seguían la conveniencia personal, y las componendas con las culturas vecinas eran frecuentes. El casamiento de israelitas con cananeos (Juec. 3:3-7) favorecía esta situación. Como resultado de esta declinación espiritual, Israel cayó en un ciclo de dominación extranjera, liberación, idolatría, y otra vez dominación.

El peligro de las componendas es que vienen en forma apenas perceptible. ¿En qué es diferente tu vida ahora que en años anteriores? ¿Podrían algunos de estos cambios ser el resultado de alguna componenda?


DE REYES Y PRÍNCIPES
Miércoles 29 de septiembre

Aunque Dios le dio mucho a Israel y prometió aun más si ellos obedecían, la cultura que los rodeaba influyó negativamente sobre ellos. Por ejemplo, en los reinos vecinos vieron una estructura política diferente. Todas esas naciones tenían un rey. Esto, combinado con el hecho de que los hijos de Samuel no imitaron la conducta y el liderazgo de su padre, sino que estuvieron “aceptando sobornos y pervirtiendo la justicia” (1 Sam. 8:3, NVI), hizo que las tribus de Israel sintieran que era tiempo de nombrar un rey sobre Israel (1 Sam. 8:4, 5). Samuel no estaba feliz con esta decisión, pero Dios le dijo que la aceptara (1 Sam. 8:7).

Samuel ungió como rey a Saúl, de la tribu de Benjamín (1 Sam. 10:1), y este comenzó su reinado en Gabaa. Tal como Dios lo había previsto, las cosas no fueron fáciles para el nuevo rey. Las tensiones tribales continuaron y la misma existencia de Israel peligraba a causa de las presiones de los poderes circundantes. El nuevo rey no siguió los requerimientos de Dios (1 Sam. 15:3, 8, 9), quien finalmente rechazó a Saúl.

Luego, David fue ungido futuro rey de Israel. Como era de esperar, Saúl no deseaba traspasar el poder al nuevo campeón militar, y la siguiente década estuvo marcada por luchas internas, en las que David siempre estuvo huyendo.

El siguiente giro en la historia de Israel ocurrió cuando Saúl y sus hijos murieron en una batalla contra los filisteos (1 Sam. 31:1-6). David fue declarado rey de Judá y, siete años después, rey de todo Israel. David estableció su nueva capital en Jerusalén, sus campañas militares tuvieron éxito y extendió sus fronteras. David reinó cuarenta años y murió en Jerusalén (2 Sam. 5:4; 1 Rey. 2:10, 11). Al igual que en nuestras vidas, el reinado de David tuvo grandes victorias, algunas malas elecciones y mucha gracia de Dios. Lo sucedió su hijo Salomón, que también reinó por cuarenta años (1 Rey. 11:42).

Salomón no fue guerrero ni conquistador, pero recibió sabiduría divina (1 Rey. 3:3-13), construyó el Templo de Dios en Jerusalén, diseñó estructuras administrativas, y controló y organizó a Israel. Sin embrago, hacia el fin de su vida, se apartó de Dios y siguió las prácticas religiosas de sus muchas mujeres (1 Rey. 11:1-8).

Lee 1 samuel 8:7 al 20. ¿Cómo se muestra que los caminos de Dios son mejores que
los del hombre? ¿Cuán a menudo nos encontramos deseando hacer las cosas a nuestro modo, en lugar de hacerlas de la manera en que lo haría Dios?


LA LOCURA DE ROBOAM
Jueves 30 de septiembre

La muerte de Salomón marcó otro punto de inflexión en la historia de Israel. El enfoque administrativo de mano dura, las leyes de conscripción laboral, los experimentos del pluralismo religioso, todo contribuyó a una gran tensión al comienzo del reinado de Roboam, el hijo de Salomón.

Lee 1 Reyes 12:1 al 16, y trata de captar lo dramático de la situación. Considerando el liderazgo de Roboam, ¿qué podemos aprender acerca de nuestras propias actitudes hacia cualquier tipo de autoridad que ostentemos en las diversas situaciones de la vida? ¿Qué podemos aprender de su error?

Con la división de Judá e Israel, el que una vez fuera el pueblo unido de Dios comenzó a recorrer caminos diferentes. Viendo que el centro de adoración y de sacrificios estaba ubicado en Judá, el rey Jeroboam I de Israel hizo construir dos becerros de oro (1 Rey. 12:26-29) y erigió altares en dos lugares de adoración: uno en Bet-el y el otro en Dan. A Israel no le fue bien y, durante los siguientes doscientos años, los israelitas sufrieron marcados altibajos. Algunos reyes siguieron (en forma parcial) el llamado de Dios al arrepentimiento; otros rehusaron obstinadamente escuchar a los profetas. Cambiaron las dinastías y abundaron los asesinatos políticos. Veinte reyes gobernaron desde Jeroboam I hasta Oseas, el último rey de Israel en Samaria, y lo hicieron en condiciones inestables. Finalmente, en el año 722 a.C., Samaria fue capturada por los asirios e Israel fue llevado en cautiverio. En Judá, la situación no era mucho mejor. La dinastía de David se mantuvo, pero no todos los descendientes de David imitaron la fe de su antepasado. Algunos reyes, como Josafat, Ezequías y Josías, trataron de volver al Señor y llevar a todo Judá al arrepentimiento. Sus esfuerzos fueron apoyados por una veintena de profetas que hablaron, en situaciones específicas, de las necesidades espirituales y sociales particulares en Judá.

La destrucción y cautividad babilónica fue el fin del pueblo judío. ¿Qué nos dice su restauración, después de esta calamidad, acerca de la paciencia y la gracia de Dios? ¿De qué maneras has visto la misma paciencia y gracia en tu propia vida? ¿Cuál debería ser tu reacción frente a esta gracia?


PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
Viernes 1º de octubre

“El Señor llama a todos a estudiar la divina filosofía de la historia sagrada, escrita por Moisés bajo la inspiración del Espíritu Santo. La primera familia colocada sobre la tierra es una muestra de todas las familias que existirán hasta el fin del tiempo. Encontramos mucho que estudiar en esta historia a fin de entender el plan divino para la raza humana. Este plan está definido claramente, y el alma consagrada en oración llegará a ser un estudioso del pensamiento y el propósito de Dios desde el comienzo de la historia de este mundo hasta el final. Se dará cuenta de que Jesucristo, uno con el Padre, fue el gran impulsor en todo progreso, aquel que es la fuente de toda la purificación y elevación de la raza humana” (MR 3:184).

“Al recapacitar en nuestra historia pasada, habiendo recorrido cada paso de su progreso hasta nuestra situación actual, puedo decir: ¡Alabemos a Dios! Mientras contemplo lo que el Señor ha hecho, me siento llena de asombro y confianza en Cristo como nuestro líder. No tenemos nada que temer por el futuro, excepto que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido.
“Somos ahora un pueblo fuerte, si queremos poner nuestra confianza en el Señor; porque estamos manejando las grandiosas verdades de la Palabra de Dios” (MS 3:183).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR

1. La participación activa de Dios en la historia es un concepto muy importante en las Escrituras. Lee Daniel 2:21. ¿Qué se dice acerca de la relación de Dios con la historia humana? ¿Por qué es importante que quienes vivimos en el “fin de la historia” recordemos esta realidad?

2. ¿Por qué nos gustan los relatos? ¿Qué constituye un buen relato? ¿De qué modo las historias pueden ser efectivas para enseñar la verdad? ¿Quiénes son algunos de tus narradores favoritos y por qué?

3. Los israelitas fueron llamados a ser testigos, para todo el mundo, del verdadero Dios y de su
mensaje de salvación por la gracia, pero las peleas internas los debilitaron. ¿Qué lecciones podemos obtener de esta triste historia para nosotros hoy?

4. El ambiente es muy importante para comprender cualquier situación, pero muchas veces hay información de fondo que no conocemos. Por eso, ¿por qué es tan importante que no juzguemos a otros? ¿Cuán a menudo has juzgado a alguien antes de saber hechos importantes
de esa persona y de sus circunstancias? ¿Cuán a menudo has sido juzgado por los que no conocían todos los hechos relevantes acerca de ti?





Guía de Estudio de la Biblia: "Personajes Secundarios del Antiguo Testamento" / Edición para Adultos

Periodo: Trimestre 4 / octubre-diciembre de 2010
Autor: Gerald y Chantal Klingbeil, junto con sus tres hijas, Hanna, Sarah y Jemima, vivieron en África, Sudamérica, Europa y Asia. Actualmente, Gerald Klingbeil es un editor asociado de la Adventist Review (la Revista Adventista en inglés).
Dirección general: Clifford Goldstein
Dirección editorial: Marcos G. Blanco
Traducción y redacción editorial: Rolando A. Itin

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martes, 21 de septiembre de 2010

Lección 13: Todo el resto es comentario / Comentario de Alejandro Bullón



Comentario del Pr. Alejandro Bullón
Nació en Perú, estudió y se graduó de Teología en el Seminario de la Unión Peruana. Trabajó diez años en su país como consejero de jóvenes, y luego fue invitado a continuar el desarrollo de dicho ministerio en el Brasil. Actualmente es evangelista de la
Voz de la Esperanza. Ex secretario de la Asociación Ministerial de la División Sudamericana de los Adventistas del Séptimo Día, y evangelista para toda América del Sur. Ha escrito varios libros, tales como "Conocer a Jesús es todo", "La crisis existencial", "Tú eres mi vida" y "Vuelve a casa hijo".



Guía de Estudio de la Biblia: "La Redención en Romanos".

Periodo: Trimestre 3 / julio-setiembre de 2010
Autor: Don F. Neufeld
Dirección general: Clifford Goldstein
Dirección editorial: Marcos G. Blanco
Traducción y redacción editorial: Rolando A. Itin

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sábado, 18 de septiembre de 2010

Lección 13: Todo el resto es comentario / Para el 25 de septiembre de 2010


Sábado 18 de septiembre

Lee Para el Estudio de esta Semana: Romanos 14-16.

Para memorizar: “Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo” (Rom. 14:10).

PARA ALGUIEN PIDIÓ A UN RABINO de la antigüedad que explicara el significado de la Torah mientras se mantuviera parado en un solo pie. “No hagas a otro”, dijo el rabino, “lo que te parezca dañino; eso es toda la Torah. Todo el resto es comentario”.

Estés de acuerdo o no con su declaración, tiene su valor. Hay aspectos de la fe que son fundacionales y otros son“comentarios”. Consideraremos algunos de esos “comentarios”. Lo que Pablo presentó antes estaba concentrado en los principios fundamentales de la salvación. ¿Cuál es el rol de la ley –ya sea todo el sistema del Antiguo Testamento o solo los Diez Mandamientos– en la salvación? Pablo deseaba definir cuáles son los fundamentos por los cuales Dios acepta a una persona. Quizás eso podría resumirse en la pregunta del carcelero: “¿Qué debo hacer para ser salvo?” (Hech. 16:30).

Después de explicar esto, Pablo se ocupa de hacer algunos “comentarios”. Aunque es muy fuerte en algunos puntos, en otros toma una actitud más libre. Hay cosas no esenciales, como si fueran “comentarios”. Aunque había problemas que no eran vitales, la actitud mutua de los cristianos al tratar estos problemas sí lo era.


EL HERMANO DÉBIL
Domingo 19 de septiembre

En Romanos 14:1 al 3, la pregunta es sobre el comer carnes que habían sido sacrificadas a los ídolos. El Concilio de Jerusalén (Hech. 15) había determinado que los conversos gentiles debían abstenerse de tales comidas. Pero siempre estaba la pregunta acerca de si la carne que se vendía
en el mercado público procedía de animales sacrificados a los ídolos o no (ver 1 Cor. 10:25). A algunos cristianos no les preocupaba esto; otros, si estaban en duda, comían verduras. El problema no tenía nada que ver con el vegetarianismo ni la vida saludable. Pablo tampoco está insinuando que la distinción entre carnes limpias e inmundas se había abolido. Este no es el tema en consideración. Si las palabras “uno cree que se ha de comer de todo” (Rom. 14:2) se tomaran como que ahora podía comerse cualquier animal, limpio o no, se las estaría aplicando mal. La comparación con otros pasajes del Nuevo Testamento impide tal aplicación.

“Recibir” al débil en la fe significaba otorgarle plena feligresía y estatus social. No se debía discutir con la persona, sino permitirle tener su opinión sobre este asunto.

¿Qué principio debemos tomar de Romanos 14:1 al 3?

Es importante notar que Pablo, en el versículo 3, no habla negativamente del hermano “débil en la fe”, ni le da consejos acerca de cómo llegar a ser fuerte. En lo que respecta a Dios, el cristiano excesivamente escrupuloso (aparentemente juzgado como muy escrupuloso, no por Dios, sino por los demás cristianos) es aceptado. “Dios le ha recibido”.

¿De qué modo Romanos 14:4 amplía lo que acabamos de considerar?

Aunque necesitamos recordar los principios que vimos hoy, ¿no hay acaso momentos y lugares en los que necesitamos juzgar, no el corazón de una persona, pero sí sus actos? ¿Hemos de hacernos a un lado y no decir ni hacer nada en toda situación? Isaías 56:10 describe a los atalayas como “perros mudos, no pueden ladrar”. ¿Cómo podemos saber cuándo hablar y cuándo mantener silencio? ¿Cómo logramos un equilibrio correcto?


CON LA MEDIDA CON QUE MEDÍS
Lunes 20 de septiembre

Lee Romanos 14:10. ¿Por qué debemos ser cuidadosos acerca de juzgar a otros?

A veces juzgamos a otros severamente, y a menudo por lo mismo que hacemos nosotros. Sin embargo, lo que hacemos no nos parece tan malo como cuando lo hacen otros. Nuestra hipocresía puede engañarnos, pero no a Dios. “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque [...] con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?” (Mat. 7:1-4).

¿Cuál es la importancia de la declaración del Antiguo Testamento que cita Pablo? Rom. 14:11.

Isaías 45:23 apoya la idea de que todos seremos juzgados. “Toda rodilla” y “toda lengua” individualizan la orden. Cada uno tendrá que responder por su propia vida y sus propias acciones (vers. 12). En este sentido, no somos guardas de nuestro hermano.

Recordando el contexto, ¿cómo entiendes lo que Pablo dice en el versículo 14?

Todavía habla de los alimentos sacrificados a los ídolos. El problema no es la distinción entre alimentos limpios e inmundos. Pablo está diciendo que no hay nada de malo, en sí mismo, en comer algo que fue ofrecido a los ídolos. ¿Qué es un ídolo? Nada (1 Cor. 8:4). ¿A quién le preocupa si algún pagano ofreció la comida a una estatua de una rana o un toro? Sin embargo, no se debería obligar a una persona a violar su conciencia, aunque su conciencia sea muy sensible. Aparentemente, los hermanos “fuertes” no entendían esto. Ellos despreciaban la escrupulosidad de los hermanos “débiles” y les ponían piedras de tropiezo.

¿Podrías, en tu celo, estar en el peligro que Pablo está denunciando? ¿Por qué debemos ser cuidadosos en no ser conciencia para otros, no importa cuán buenas sean nuestras intenciones?


NO OFENDER
Martes 21 de septiembre

Lee Romanos 14:15 al 23 (ver también 1 Cor. 8:12, 13). Resume lo que Pablo está diciendo. ¿Qué principio podemos obtener de este pasaje para aplicar a nuestra vida?

En los versículos 17 al 20, Pablo pone varios aspectos del cristianismo en su debida perspectiva. Aunque la dieta es importante, los cristianos no deberían pelear por la elección de comer verduras en vez de carne que podría haber sido sacrificada a los ídolos. En cambio, deberían concentrarse en la justicia, la paz y el gozo en el Espíritu Santo. ¿Cómo podríamos aplicar esta idea en nuestra iglesia hoy? Por más que el mensaje pro salud, y especialmente las enseñanzas sobre la dieta, pueden ser una bendición para nosotros, no todos ven el tema del mismo modo, y debemos respetar esas diferencias.

En el versículo 22, luego de decir que debemos permitir que la gente siga su propia conciencia, Pablo añade una advertencia muy interesante: “Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba”. ¿Cómo equilibra esto el resto de lo que dice en este contexto?

¿Has escuchado que alguien diga: “A nadie le importa lo que yo coma o lo que vista o en qué clase de entretenimiento participo”? ¿Es realmente así? Ninguno de nosotros vive en el vacío. Nuestros actos, palabras, acciones, y aun nuestra dieta pueden afectar a otros, para bien o para mal. No es difícil ver cómo. Si alguien que te admira te ve haciendo algo “malo”, podría ser influenciado por tu ejemplo a hacer lo mismo. Nos autoengañamos si pensamos de otro modo. Argumentar que no forzaste a la persona a hacerlo no viene al caso. Como cristianos, tenemos una responsabilidad mutua, y si nuestro ejemplo puede desviar a alguno, somos culpables.

¿Qué clase de ejemplo presentas tú? ¿Te sentirías cómodo si otros, especialmente gente joven o creyentes nuevos, siguieran tu ejemplo en todas las áreas? ¿Qué dice tu respuesta acerca de ti?


LA OBSERVANCIA DE DÍAS
Miércoles 22 de septiembre

En el análisis acerca de no juzgar a otros ni ser una piedra de tropiezo para los que ven tus acciones, Pablo plantea el problema de los días especiales que algunos querían observar y otros no.

Lee Romanos 14:4 al 10. ¿Cómo debemos entender lo que Pablo dice aquí? ¿Dice algo acerca del cuarto mandamiento?

¿Qué días está mencionando Pablo? ¿Había una controversia en la iglesia primitiva sobre la observancia o no de ciertos días? Aparentemente, sí. Tenemos un indicio de ello en Gálatas 4:9 y 10, donde Pablo reprende a los cristianos gálatas por observar “los días, los meses, los tiempos y los años”. Vimos en la Lección 2 que algunos habían persuadido a los cristianos gálatas a circuncidarse y a guardar la ley de Moisés. Pablo temía que estas ideas dañaran también a la iglesia de Roma. Pero tal vez a los judíos cristianos de Roma les podía ser difícil dejar de observar los festivales judíos. Pablo les dice: Hagan lo que gusten en este asunto; pero no juzguen a los que ven las cosas en forma diferente. Algunos cristianos, para estar seguros, observaban uno o más de los festivales judíos. El consejo de Pablo es: Dejen que lo hagan, si están convencidos de que deben hacerlo.

Ver el sábado semanal en Romanos 14:5, como algunos alegan, es injustificado. Pablo no pudo haber tomado esa actitud retrógrada hacia el cuarto mandamiento. Él enfatizó vigorosamente la obediencia a la ley, de modo que no pondría el mandamiento del sábado al mismo nivel que la preocupación por comer algo que podría haber sido ofrecido a los ídolos. Aunque algunos usan estos textos para mostrar que el sábado no está vigente, los textos no dicen nada de eso. Usarlos de este modo es un buen ejemplo de lo que Pedro advirtió que la gente hacía con los escritos de Pablo: “Casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (2 Ped. 3:16).

¿Cuál ha sido tu experiencia con el sábado? ¿Ha sido la bendición que debe ser? ¿Qué cambios puedes hacer para experimentar plenamente lo que Dios te ofrece el sábado?


BENDICIÓN FINAL APROPIADA
Jueves 23 de septiembre

Lee Romanos 15:1 al 3. ¿Qué importante verdad cristiana hay aquí?

¿Según estos textos ¿qué significa ser un seguidor de Jesús?

¿Qué otros versículos enseñan la misma idea? ¿Cómo puedes vivir estos principios?

Al finalizar la epístola, ¿qué bendiciones expresa Pablo? Rom. 15:5, 6, 13, 33.

El Dios de la paciencia es el Dios que ayuda a sus hijos a soportar con perseverancia. (“Paciencia”, hupomoné, significa “resistencia perseverante”). La palabra “consolación” puede ser traducida como “ánimo”. El Dios del ánimo es el que anima. El Dios de esperanza es el que da esperanza.
Del mismo modo, el Dios de paz es el que da paz.
¡Qué bendiciones apropiadas en una carta cuyo tema dominante es la justificación por la fe: resistencia, esperanza, paz! ¡Cuán urgentemente necesita estas cosas nuestro mundo actual!

Después de muchos saludos personales, ¿cómo concluye Pablo su epístola? Rom. 16:25-27.

Pablo concluye con una alabanza a Dios. Los cristianos romanos, y todos los demás, pueden confiar en Dios y confirmar su relación de hijos e hijas redimidos, justificados por fe y conducidos por el Espíritu de Dios.
Pablo se emociona al proclamar esas gloriosas noticias, y las llama “mi evangelio” porque él las anuncia. Él confirma lo que había sido establecido por Jesús y por los profetas. Fue guardado en secreto, no porque Dios quisiera esconderlo, sino porque los hombres, al rehusarlo, impidieron que Dios les diera luz adicional. Más aún, los hombres no habrían podido captar algunos aspectos hasta que el Mesías hubiera venido. Él mostró cómo es Dios, pero también lo que podemos llegar a ser si nos aferramos al poder divino. La nueva clase de vida sería una de “obediencia a la fe”; o sea, obediencia por fe en el Señor, quien por su gracia justifica a los pecadores que se lo piden.


PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
Viernes 24 de septiembre

Lee “El amor por los que yerran”, Joyas de los testimonios, t. 2, pp. 247-249; El ministerio de curación, p. 123; el Comentario bíblico adventista, t. 6, p. 715; y “La unidad y el amor en la iglesia”, Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 451-453.

“Se me mostró el peligro del pueblo de Dios cuando mira a los hermanos White y cree que deben acudir a ellos para llevarles sus cargas y pedirles consejo. Esto no debe ser así. El compasivo y amante Salvador los invita a acudir a él cuando están trabajados y cansados, y los hará descansar. [...] Muchos nos preguntan: ‘¿Puedo hacer esto?’ ‘¿Debo hacer o no este negocio?’ O, con respecto a la ropa: ‘¿Puedo usar este vestido o el otro?’ Les respondo: ‘Ustedes pretenden ser discípulos de Cristo. Estudien la Biblia. Lean cuidadosamente y con oración la vida de nuestro querido Salvador cuando moró entre los hombres sobre la tierra. Imiten su vida y así no se apartarán de la senda estrecha. Rehusamos enfáticamente ser conciencia para ustedes. Si les dijéramos exactamente lo que tienen que hacer, nos mirarían para que los condujéramos, en lugar de acudir directamente a Jesús por sí mismos’ ” (T 2:108).

“Pero no hemos de colocar la responsabilidad de nuestro deber en otros, y esperar que ellos nos digan lo que debemos hacer. No podemos depender de la humanidad para obtener consejos.[...] Los que decidan no hacer, en ningún ramo, algo que desagrade a Dios sabrán, luego de presentarle su caso, exactamente qué conducta seguir” (DTG 622).

“Siempre ha habido en la iglesia quienes tienden constantemente a la independencia individual. Parecen incapaces de comprender que la independencia de espíritu puede inducir al agente humano a tener demasiada confianza en sí mismo, y a confiar en su propio juicio más bien que respetar el consejo y estimar debidamente el juicio de sus hermanos” (HAp 135).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR

Por lo estudiado esta semana, ¿cómo encontraremos el equilibrio correcto como cristianos en:
a) ser fieles a lo que creemos, sin juzgar a otros que ven las cosas en forma diferente?
b) ser fieles a nuestra propia conciencia y no buscar ser conciencia para otros, y al mismo tiempo procurar ayudar a quienes creemos que están en el error?
c) ser libres en el Señor y, no obstante, darnos cuenta de nuestra responsabilidad de ser buenos ejemplos para quienes nos observen?





Guía de Estudio de la Biblia: "La Redención en Romanos" / Edición para Adultos

Periodo: Trimestre 3 / julio-setiembre de 2010
Autor: Don F. Neufeld
Dirección general: Clifford Goldstein
Dirección editorial: Marcos G. Blanco
Traducción y redacción editorial: Rolando A. Itin

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sábado, 11 de septiembre de 2010

Lección 12: El amor y la ley / Para el 18 de septiembre de 2010


Sábado 11 de septiembre

Lee Para el Estudio de esta Semana: Romanos 12-13

Para memorizar: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).

AUNQUE PABLO QUERÍA cambiarles a los romanos sus falsas ideas acerca de la ley, también llama a todos los cristianos a una obediencia más elevada, que viene solo por un cambio en el corazón y en la mente mediante el poder de Dios.

En Romanos no hay indicios de que esta obediencia sea automática. El cristiano necesita conocer cuáles son los requerimientos: debe desear obedecer esos requerimientos; y debe buscar el poder divino, sin el cual esa obediencia es imposible.

Esto significa que las obras son parte de la fe cristiana. Pablo nunca quiso menospreciar las obras; en los capítulos 13 al 15 les da un fuerte én­fasis. Sin embargo, no niega la justificación por la fe; al contrario, las obras son la verdadera expresión de una vida de fe. Se podría alegar que, por la revelación que trajo Jesús, los requerimientos del Nuevo Testamento son más difíciles que los del Antiguo. Los creyentes recibieron el ejemplo de Jesucristo. Él es el único modelo. “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en” –no en Moisés, o Daniel, o David, o Salomón, o Enoc, o Débora– sino “en Cristo Jesús” (Filipenses 2:5).

La norma no es –ni puede– ser más elevada que esa.


SACRIFICIO VIVO
Domingo 12 de septiembre

Con el capítulo 11 termina la parte doctrinal de Romanos. Los capí­tulos 12 al 16 presentan instrucciones prácticas y notas personales. Pero estos capítulos son sumamente importantes, porque muestran cómo ha de vivirse la vida de fe.

La fe no es un sustituto de la obediencia, como si la fe anulara nues­tra obligación de obedecer al Señor. Los preceptos morales son todavía válidos; en el Nuevo Testamento se los explica, y aun se los amplifica. Y tampoco hay indicación de que será fácil para el cristiano ajustar su vida a estos preceptos. Por el contrario, se nos dice que a veces podría ser difícil, ya que la batalla con el yo y con el pecado es siempre dura (1 Pedro 4:1). Al cristiano se le promete poder divino y se le asegura que la victoria es posible, pero todavía estamos en el mundo del enemigo y tendremos muchas batallas contra la tentación. La buena noticia es que si fallamos no somos desechados, porque tenemos un Sumo Sacerdote que intercede en nuestro favor (Hebreos 7:25).

Lee Romanos 12:1. ¿Cómo revela esta analogía la manera en que hemos de vivir como cristianos? ¿De qué modo Romanos 12:2 se adecua a esto?

En Romanos 12:1, Pablo alude a los sacrificios del Antiguo Testa­mento. Así como en la antigüedad los animales eran sacrificados a Dios, los cristianos ahora deben ceder sus cuerpos a Dios, no para ser muertos, sino como sacrificios vivos a su servicio.

En el antiguo Israel, cada ofrenda que se traía como sacrificio era cui­dadosamente examinada. Si se descubría cualquier defecto en el animal, era rechazado porque las ofrendas debían ser sin tacha. A los cristianos se les pide que presenten sus cuerpos como “un sacrificio vivo, santo, agrada­ble a Dios”. Para hacer esto, todos sus poderes deben ser conservados en la mejor condición posible. Aunque ninguno de nosotros está sin tacha, el punto es que debemos procurar vivir tan sin mancha y tan fielmente como podamos.

Siempre es fácil encontrar excusas para nuestros pecados y faltas, ¿verdad? ¿Cuál es tu excusa común para caer en lo mismo una y otra vez? ¿No será tiempo ya de dejar a un lado las excusas y pedir que Dios cumpla sus promesas porque el poder de Dios es mayor que el de tus excusas?


PENSAR EN SÍ MISMO
Lunes 13 de septiembre

Hemos hablado bastante este trimestre acerca de la perpetuidad de la ley moral de Dios, y hemos enfatizado que el mensaje de Pablo en el libro de Romanos no enseña que los Diez Mandamientos han sido anula­dos o invalidados por la fe.

No obstante, es fácil entusiasmarse tanto con la letra de la ley que nos olvidemos del espíritu que la respalda, y ese espíritu es el amor: amor a Dios y amor los unos a los otros. Aunque cualquiera puede profesar amor, revelar ese amor en la vida diaria es un asunto completamente diferente.

Lee Romanos 12:3 al 21. ¿Cómo debemos revelar el amor a los otros?

Como en 1 Corintios 12 y 13, después de tratar con los dones del Espíritu, Pablo exalta el amor. El amor (en griego, agápe) es el camino más excelente. “Dios es amor” (1 Juan 4:8). O sea, el amor describe el carácter de Dios. Amar es actuar hacia otros como Dios actúa, y tratarlos como Dios los trata.

Pablo aquí muestra cómo ese amor debe expresarse en una manera práctica. Surge un principio importante, y es la humildad personal, una disposición para que cada uno “no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener” (Romanos 12:3); en cuanto a honra, “prefiriéndose los unos a los otros” (vers. 10); y una disposición a no ser “sabios en vuestra propia opinión” (versículo 16). Las palabras de Cristo acerca de sí mismo, “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11:29), captan la esencia de esto.

De todas las personas, los cristianos deberían ser los más humildes. Después de todo, considera cuán impotentes somos, cuán caídos estamos, cuán dependientes somos, no solo de la justicia desde fuera de nosotros para la salvación, sino de un poder que obre en nosotros a fin de cambiar­nos de un modo que nunca podríamos hacerlo nosotros. ¿Qué tenemos para jactarnos y para estar orgullosos? Nada. Partiendo de esta humildad personal, no solo ante Dios, sino ante los demás, hemos de vivir como Pablo nos amonesta en estos versículos.

Lee Romanos 12:18. ¿Cuán bien estás aplicando esta amonestación a tu propia vida ahora mismo? ¿Podrías estar necesitando algunos ajustes de actitud a fin de hacer lo que la Palabra nos dice aquí?


RELACIÓN CON EL GOBIERNO
Martes 14 de septiembre

Lee Romanos 13:1 al 7. ¿Qué principios básicos ves en estos versículos acerca de cómo debemos relacionarnos con el poder del gobierno civil?

Las palabras de Pablo son interesantes porque las escribió mientras un imperio pagano regía el mundo; un imperio que podía ser increíble­mente brutal, que no conocía al verdadero Dios y que pronto perseguiría a los que adoraran a ese Dios. Pablo fue martirizado por este gobierno. A pesar de eso, Pablo abogaba que los cristianos fueran buenos ciudadanos, aun bajo un gobierno como ese.

La idea de que necesitamos un gobierno se encuentra en toda la Bi­blia. El principio del gobierno es ordenado por Dios. Los seres humanos necesitan vivir en una comunidad con reglas, leyes y normas. La anarquía no es un concepto bíblico.

Esto no significa que Dios apruebe todas las formas de gobierno o cómo actúan estos. En la historia y en el mundo actual se pueden ver algunos regímenes brutales. No obstante, aun en estas situaciones, los cristianos deberían, tanto como sea posible, obedecer las leyes del país. Los cristianos deben apoyar al gobierno mientras éste no esté en conflicto con lo que Dios manda. Se debe considerar cuidadosamente, con mucha oración y con el consejo de otros, antes de entrar en conflicto con los poderes existentes. Sabemos por las profecías que un día todos los fieles seguidores de Dios serán confrontados por los poderes políticos que con­trolan al mundo (Apocalipsis 13). Hasta entonces, deberíamos hacer todo lo que podamos para ser buenos ciudadanos en el país en que vivamos.

“Hemos de reconocer los gobiernos humanos como instituciones ordenadas por Dios mismo, y enseñar la obediencia a ellos como un deber sagrado, dentro de su legítima esfera. Pero cuando sus demandas estén en pugna con las de Dios, hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres. [...] “No se nos pide que desafiemos a las autoridades. Nuestras palabras, sean habladas o escritas, deben ser cuidadosamente examinadas, no sea que por nuestras declaraciones parezcamos estar en contra de la ley y el orden. No debemos decir ni hacer ninguna cosa que pudiera cerrarnos innecesariamente el camino” (Los hechos de los apóstoles, p. 58).


RELACIONES CON OTROS
Miércoles 15 de septiembre

“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley” (Romanos 13:8). ¿Cómo hemos de entender este texto? ¿Significa que, si amamos, no tenemos obligación de obedecer la ley de Dios?

Como Jesús en el Sermón del Monte, Pablo amplifica los preceptos de la ley: indica que el amor debe motivar todo lo que hacemos. Como la ley es una transcripción del carácter de Dios, y Dios es amor, amar es cumplir la ley. No obstante, Pablo no está sustituyendo los detallados preceptos de la ley por alguna vaga norma de amor, como algunos cris­tianos pretenden. La ley moral todavía es obligatoria, pues señala nuestro pecado: y ¿quién negará la realidad del pecado? Sin embargo, la ley se puede guardar solo en el contexto del amor. Recuerda: algunos de los que condenaron a Cristo, luego corrieron a su casa ¡para guardar la ley!

¿Qué mandamientos citó Pablo como ejemplo para ilustrar el prin­cipio del amor en la observancia de la ley? ¿Por qué esos mandamientos en particular? Romanos 13:9, 10.

El amor no fue un nuevo principio. Al citar Levítico 19:18, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, Pablo mostró que el principio ya era parte del Antiguo Testamento. Algunos alegan que Pablo enseña que solo los mandamientos que menciona están en vigencia. ¿Significa que los cris­tianos pueden deshonrar a sus padres, adorar ídolos y tener otros dioses delante de Dios? Por supuesto que no.

Considera el contexto aquí. Se refiere al modo en que nos relaciona­mos unos con otros. Su argumento no anula el resto de la ley. (Ver Hechos 15:20; 1 Tesalonicenses 1:9; 1 Juan 5:21.) Además, otros escritores del Nuevo Tes­tamento señalan que al amar a los otros mostramos que amamos a Dios (Mateo 25:40; 1 Juan 4:20, 21).

Piensa acerca de tu relación con Dios y cómo eso se refleja en tus relaciones con otros. ¿Cuán grande es el factor del amor en esas re­laciones? ¿Cómo puedes aprender a amar a otros del modo que Dios nos ama? ¿Qué te impide hacer precisamente eso?


MÁS CERCA QUE CUANDO CREÍMOS
Jueves 16 de septiembre

Lee Romanos 13:11.

Como dijimos todo el trimestre, Pablo tenía un propósito en esta carta: clarificar a la iglesia de Roma, especialmente a los creyentes judíos, el papel de la fe y las obras en el contexto del Nuevo Pacto. El problema era la salvación y cómo un pecador es considerado justo y santo ante el Señor. Para ayudar a aquellos cuyo énfasis había sido solo la ley, Pablo puso la ley en su lugar y su contexto apropiados. Aunque, idealmente, el judaísmo aun en los tiempos del Antiguo Testamento era una religión de gracia, el legalismo había hecho mucho daño. Cuán cuidadosos necesita­mos ser, como iglesia, para no cometer el mismo error.

Lee Romanos 13:11 al 14. ¿De qué evento habla Pablo aquí, y cómo deberíamos actuar en espera de ese evento?

Cuán fascinante es que Pablo les hablaba a los creyentes para desper­tarlos porque Jesús iba a regresar. No importa que esto haya sido escrito hace casi dos mil años. Siempre debemos vivir en espera de la cercana venida de Cristo. En nuestra experiencia personal, la segunda venida de Cristo está tan cercana como la posibilidad de nuestra muerte. Si la se­mana próxima o en cuarenta años cerramos nuestros ojos en la muerte, ya sea que durmamos solo cuatro días o 400 años, esto no producirá ninguna diferencia para nosotros. Lo siguiente que sabremos es la segunda veni­da de Jesús. Con la muerte siempre cerca para cada uno de nosotros, el tiempo es realmente corto, y nuestra salvación está más cerca que cuando primero creímos.

Aunque en el libro de Romanos Pablo no habla mucho de la Segun­da Venida, en las cartas a los tesalonicenses y a los corintios la presenta con mucho más detalle. Después de todo, es un tema vital en la Biblia, especialmente en el Nuevo Testamento. Sin él, y la esperanza que ofrece, nuestra fe no tendría sentido. ¿Qué significaría la “justificación por la fe” sin la Segunda Venida para concretar esa maravillosa verdad?

Si supieras con certeza que Jesús vendría el próximo mes, ¿qué cambiarías en tu vida y por qué? Ahora, si crees que necesitas cam­biar esas cosas un mes antes de la venida de Jesús, ¿por qué no las deberías cambiar ahora? ¿Cuál es la diferencia?


PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
Viernes 17 de septiembre

Lee “Una explicación de las primeras declaraciones”, Mensajes selectos, tomo 1, pp. 66-69; “La piedad práctica”, Jo­yas de los testimonios, tomo 2, pp. 211-213; “El tabernáculo y sus servicios”, Patriarcas y profetas, pp. 364, 365; “La espiritualidad de la ley”, El discurso maestro de Jesucristo, pp. 46-48; y “Nuestra actitud hacia las autoridades civiles”, Testimonios para la iglesia, tomo 6, pp. 394-397.

“En la Biblia se revela la voluntad de Dios. Las verdades de la Palabra de Dios son la expresión del Altísimo. El que convierte esas verdades en parte de su vida llega a ser en todo sentido una nueva criatura. No reci­be nuevas facultades mentales; en cambio, desaparecen las tinieblas que debido a la ignorancia y el pecado entenebrecían su entendimiento. [...] Al cambio de corazón acompaña siempre una clara convicción del deber cristiano y la comprensión de la verdad. El que con oración da atención estricta a las Escrituras tendrá conceptos claros y juicios sanos, como si al volverse hacia Dios hubiera alcanzado un plano superior de inteligencia” (Meditaciones Matinales (1953), p. 24).

“El Señor [...] va a venir pronto, y debemos estar listos y aguardar su aparición. ¡Oh, cuán glorioso será verle y recibir la bienvenida como sus redimidos! Largo tiempo hemos aguardado; pero nuestra esperanza no debe debilitarse. [...] Nos estamos acercando al tiempo en que Cristo vendrá con poder y grande gloria a llevar a sus redimidos a su hogar eter­no” (Joyas de los testimonios, tomo 3, p. 257).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR

1. En la clase, repasen la pregunta al final de la sección del jueves. ¿Cuáles fueron las respuestas que dieron los alumnos, y cómo las justifi­caron?
2. El tema de cómo hemos de ser buenos ciudadanos y buenos cris­tianos puede ser muy complicado. Si alguien viniera y pidiera tu consejo acerca de mantenerse firme por lo que cree que es la voluntad de Dios, aun cuando eso lo pondría en conflicto con el Gobierno, ¿qué le dirías? ¿Qué principios debería seguir? ¿Por qué deberíamos seguir esto solo con la máxima seriedad y consideración, y con mucha oración?
3. ¿Qué crees que es más difícil de hacer: adherirse estrictamente a la letra de la ley o amar a Dios y amar a los demás incondicionalmente? O ¿podrías alegar que esta pregunta presenta una falsa dicotomía? Si es así, ¿por qué?





Guía de Estudio de la Biblia: "La Redención en Romanos" / Edición para Adultos

Periodo: Trimestre 3 / julio-setiembre de 2010
Autor: Don F. Neufeld
Dirección general: Clifford Goldstein
Dirección editorial: Marcos G. Blanco
Traducción y redacción editorial: Rolando A. Itin

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Lección 12: El amor y la ley / Notas de Elena G. de White


Sábado 11 de septiembre

La santificación expuesta en las Santas Escrituras abarca todo el ser: espíritu, cuerpo y alma... Se pide a los cristianos que presenten sus cuerpos en "sacrificio vivo, santo, acepto a Dios" (Romanos 12: 1, VM). Para ello, todas sus facultades deben conservar-se en la mejor condición posible. Toda costumbre que tienda a debilitar la fuerza física o mental incapacita al hombre para el servicio de su Creador... Cristo dijo: "Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón" (Mateo 22:37). Los que aman a Dios de todo corazón desearán darle el mejor servicio de su vida y tratarán siempre de poner todas las facultades de su ser en armonía con las leyes que aumentarán su aptitud para hacer su voluntad. No debilitarán ni mancharán la ofrenda que presentan a su Padre celestial abandonándose a sus apetitos o pasiones.

Dios quiere que comprendamos que él tiene derecho a nuestra mente, nuestra alma, nuestro cuerpo y nuestro espíritu; a todo lo que poseemos. Le pertenecemos por creación y redención. Como Creador nuestro, reclama la totalidad de nuestro servicio. Como nuestro Redentor, tiene una demanda de amor como asimismo de derecho; un amor sin paralelo... Nuestros cuerpos, nuestras almas, nuestras vidas son suyos no solo porque nos los ha concedido como un don gratuito, sino porque nos está supliendo constantemente de sus beneficios y nos da fuerza para usar nuestras facultades.

¿No le daremos entonces a Cristo aquello por cuya redención debió morir? Si lo hacéis, vivificará vuestra conciencia, renovará vuestro corazón, santificará vuestros afectos, purificará vuestros pensamientos y pondrá todas vuestras facultades a trabajar para él. Cada motivo, cada pensamiento, serán traídos a la cautividad de Jesucristo.

Los que son hijos de Dios lo representarán en carácter. Sus obras estarán perfumadas con la infinita ternura, la compasión, el amor y la pureza del Hijo de Dios. Y mientras más completamente estén sometidos al Espíritu Santo la mente y el cuerpo, mayor será la fragancia de nuestra ofrenda a él (La maravillosa gracia de Dios, p. 245).


Sacrificio vivo
Domingo 12 de septiembre

Consideremos la apelación que el apóstol Pablo hace a sus hermanos, por las misericordias de Dios, que presenten sus cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios... La santificación no es una mera teoría, una emoción, ni un conjunto de palabras, sino un principio viviente y activo, que se compenetra de la vida de cada día. La santificación requiere que los hábitos referentes a la comida, la bebida y la indumentaria sean de tal naturaleza que preserven la salud física, mental y moral, de modo que podamos presentar nuestros cuerpos al Señor –no como una ofrenda corrompida por los malos hábitos– sino como "un sacrificio vivo, santo, y agradable a Dios" (Romanos 12:1).

Que nadie que profesa piedad considere con indiferencia la salud del cuerpo haciéndose la ilusión de que la intemperancia no es pecado ni afectará su espiritualidad. Existe una relación estrecha entre la naturaleza física y la moral. Los hábitos físicos elevan o rebajan la norma de la virtud. El consumo excesivo de los mejores alimentos producirá una condición mórbida de los sentimientos morales. Y si esos alimentos no son de los más saludables, los efectos son todavía más detrimentales. Cualquier hábito que no promueva la salud del cuerpo humano, degrada las facultades elevadas y nobles del individuo. Los hábitos equivocados de comer y beber conducen a la comisión de errores de pensamiento y acción. La complacencia de los apetitos fortalece los instintos animales, dándoles la supremacía sobre las facultades mentales y espirituales (Consejos sobre la salud, pp. 66, 67).

En el servicio judaico antiguo se exigía que todo sacrificio fuera sin tacha. En el texto se nos dice que presentemos nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, aceptable a Dios, que es nuestro racional culto. Somos la obra de Dios. El salmista, al meditar en la obra maravillosa de Dios revelada en la estructura humana, exclamó: "Asombrosa y maravillosamente he sido formado" (Salmo 139:14, VM). Hay muchas personas que se educan en las ciencias y se familiarizan con la teoría de la verdad, pero no entienden las leyes que gobiernan su propio ser. Dios nos ha dado facultades y talentos; y es nuestro deber, como hijos e hijas de Dios, hacer el mejor uso de ellos. Si debilitamos estas facultades de la mente o del cuerpo por medio de hábitos erróneos o por la complacencia de un apetito pervertido, será imposible que honremos a Dios como debiéramos (Consejos sobre el régimen alimenticio, p. 22).

Debemos afirmar nuestros pies sobre la plataforma de la verdad eterna; la verdad, tal como es en Jesús, será nuestra salvación. Y si el Espíritu de verdad está en nuestro corazón, brillará a través de nuestras palabras y acciones. Cristo es el ejemplo, el alto ideal de la ley divina que debemos alcanzar. No debemos conformarnos al mundo sino ser transformados por la renovación de nuestra mente. Hemos sido tomados de la cantera del mundo, pero ahora debemos someternos al cincel para ser esculpidos y preparados para el edificio celestial. Tendremos pruebas y desilusiones, pero éstas no deben separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro. El amor de Dios es un amor infinito, y si estamos por desconfiar de ese amor, miremos a la cruz del Calvario; ¿No vemos allí la infinita compasión de nuestro Padre celestial? El que no escatimó ni a su propio Hijo sino que lo entregó por todos nosotros, ¿acaso nos negará algo que es para nuestros mejores intereses y para nuestro bien? "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16) (Review and Herald, 12 de junio, 1888).


Pensar en sí mismo
Lunes 13 de septiembre

El verdadero cristiano no tendrá un concepto de sí mismo más elevado del que debiera tener. No ambicionará el honor y la estima del mundo. El estudiante en la escuela de Cristo será gentil y desconfiado de sí mismo. Su vida simple será semejante a la de Cristo, sin que le atraiga el lujo, las riquezas y la vida fácil, porque tratará de seguir al Varón de dolores, experimentado en quebranto, quien fue herido por nuestras rebeliones y por su llaga fuimos nosotros curados. El adorno interior de un espíritu manso y apacible testificará por sí mismo en buenas obras. Esto es lo que distingue al pueblo de Dios de los mundanos; la simpatía, mansedumbre, ternura y humildad de corazón revelarán a los que llevan el yugo de Cristo y son recipientes de los dones del Espíritu Santo (The Youth's Instructor, 6 de diciembre, 1900).

La amabilidad no cuesta mucho, pero tiene poder para suavizar las naturalezas que se volverían duras y agresivas sin ella. La cortesía cristiana debería reinar en todo hogar. El cultivo de una cortesía constante y de una disposición a hacer por otros lo que nos gustaría que hicieran por nosotros, anularía la mitad de los males de la vida. El principio inculcado en el mandato: "Amaos los unos a los otros con amor fraternal" (Romanos 12:10), es la piedra angular del carácter cristiano.

Dios desea que seamos tolerantes los unos con los otros mientras nos asociamos con diferentes temperamentos. La consideración mutua debiera suavizar las peculiaridades, los prejuicios y los rasgos duros del carácter. A menudo en una misma familia se encuentran diferentes temperamentos y caracteres, lo que puede ser beneficioso si todos los miembros lo reconocen y viven en armonía. La cortesía cristiana es la cadena de oro que une a los miembros de la familia con vínculos de amor, haciéndolos más cercanos y más fuertes cada día (The Health Reformer, 1º de agosto, 1877).


Relación con el gobierno
Martes 14 de septiembre

Una de las cosas más deplorables que suceden en la tierra es el hecho de que hay gobernantes soberbios y jueces injustos. Se olvidan de que están bajo la autoridad del gran Gobernante, el Dios omnisciente, y que él está por sobre todo gobernante, príncipe, soberano o rey.

Los gobernantes son siervos de Dios, y deben actuar como quienes aprenden de él. Para bien de ellos deben seguir fielmente el claro "Así dice Jehová", conservando el camino del Señor para hacer justicia y juicio. Deben desempeñar su cargo sin parcialidad y sin hipocresía, no dejándose comprar ni vender, rechazando todo soborno y manteniendo su independencia moral y su dignidad ante Dios. No deben tolerar ningún acto de fraude o injusticia. No deben cometer ningún acto vil o injusto, ni apoyar los actos de opresión de otros. Los gobernantes sabios no permitirán que el pueblo sea oprimido debido a la envidia y celos de los que menosprecian la ley de Dios... Todos deben tener en cuenta la eternidad, y no deben proceder en una forma tal que Dios no pueda ratificar su proceder en los atrios celestiales (Comentario bíblico adventista, tomo 6, p. 1081).

No se nos pide que desafiemos a las autoridades. Nuestras palabras, sean habladas o escritas, deben ser consideradas cuidadosamente, no sea que por nuestras declaraciones parezcamos estar en contra de la ley y del orden y dejemos constancia de ello. No debemos decir ni hacer ninguna cosa que pudiera cerramos innecesariamente el camino. Debemos avanzar en el nombre de Cristo, defendiendo las verdades que se nos encomendaron. Si los hombres nos prohíben hacer esta obra, entonces podemos decir, como los apóstoles: "Juzgad si es justo delante de Dios obedecer antes a vosotros que a Dios; porque no podemos dejar de decir 10 que hemos visto y oído" (Los hechos de los apóstoles, pp. 56, 57).

Ví que en cada caso es nuestro deber obedecer las leyes de nuestro país, a menos que estén en conflicto con la ley superior que Dios pronunció con voz audible desde el Sinaí, y que grabó luego en piedra con su propio dedo. "Daré mi ley en sus entrañas, y escribiréla en sus corazones; y seré yo a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo" (Jeremías 31:33.) El que tiene la ley de Dios escrita en el corazón obedecerá a Dios antes que a los hombres, y desobedecerá a todos los hombres antes que desviarse en lo mínimo del mandamiento de Dios. Los hijos de Dios, enseñados por la inspiración de verdad e inducidos por una buena conciencia a vivir según toda Palabra de Dios, tendrán su ley escrita en el corazón como la única autoridad que puedan reconocer u obedecer. La sabiduría y la autoridad divina son supremas (Joyas de los testimonios, tomo 3, p. 49).


Relaciones con otros
Miércoles 15 de septiembre

Los primeros cuatro mandamientos del Decálogo están resumidos en el primer gran precepto: "Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón". Los últimos seis están incluidos en el otro: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Estos dos mandamientos son la expresión del principio del amor. No se puede guardar el primero y violar el segundo, ni se puede guardar el segundo mientras se viola el primero. Cuando Dios ocupe en el trono del corazón su lugar legítimo, nuestro prójimo recibirá el lugar que le corresponde. Le amaremos como a nosotros mismos. Únicamente cuando amemos a Dios en forma suprema, será posible amar a nuestro prójimo imparcialmente.

Y puesto que todos los mandamientos están resumidos en el amor a Dios y al prójimo, se sigue que ningún precepto puede quebrantarse sin violar este principio. Así enseñó Cristo a sus oyentes que la ley de Dios no consiste en cierto número de preceptos separados, algunos de los cuales son de gran importancia, mientras otros tienen poca y pueden ignorarse con impunidad. Nuestro Señor presenta los primeros cuatro y los últimos seis mandamientos como un conjunto divino, y enseña que el amor a Dios se manifestará por la obediencia a todos sus mandamientos (El Deseado de todas las gentes, p. 559).

Cristo es nuestro ejemplo. Él anduvo haciendo bienes y vivió para bendecir a otros. El amor embelleció y ennobleció todas sus acciones, y se nos ordena que sigamos sus pisadas. Recordemos que Dios envió a su Hijo unigénito a este mundo de dolor para "redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras" (Tito 2:14). Sigamos los requerimientos de Dios y cumplamos su ley recordando que "el cumplimiento de la ley es el amor" (Romanos 13:10). El que murió para que nosotros podamos vivir, nos ha dado el mandamiento de amamos unos a otros como él nos ha amado para que el mundo sepa que somos sus discípulos (Review and Herald, 5 de junio, 1888).

"El cumplimiento de la ley es el amor". Dios es amor, y cuando amamos a Dios en forma suprema y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, reflejamos el carácter del Padre y del Hijo. Aquellos que verdaderamente aman a Dios obedecerán todos sus mandamientos, porque la obediencia es la prueba del amor (Signs of the Times, 22 de octubre, 1894).

El tener el nombre escrito en los libros de la iglesia y cumplir con las ceremonias externas de la religión, no hace a nadie un hijo de Dios, porque las formalidades no tienen valor. El de corazón puro verá a Dios en su verdadero carácter, como un Dios de amor, y reflejará la pureza y el amor divinos como lo hizo Cristo en el mundo. El que tiene el amor divino en el corazón no tendrá enemistad contra la ley de Dios sino que la obedecerá voluntariamente. Esto es verdadero cristianismo, y ese amor a Dios se revelará en amor hacia sus prójimos que han sido comprados por creación y redención. El cumplimiento de la ley es el amor y es el deber de cada hijo de Dios obedecer a sus mandamientos (The Youth's Instructor, 26 de julio, 1894).


Más cerca que cuando creímos
Jueves 16 de septiembre

Los cristianos sinceros no practican una piedad dudosa. Se han revestido del Señor Jesucristo, y no dan lugar a la carne para ceder ante sus concupiscencias. Acuden a Jesús constantemente en busca de sus órdenes, como un siervo acude a su amo o una sierva a su ama. Dondequiera que los conduzca la providencia de Dios, están listos para ir. No se atribuyen la gloria a sí mismos. No consideran como suyo nada que posean –conocimiento, talentos, propiedades– sino que se consideran solo como mayordomos de la multiforme gracia de Cristo y siervos de la iglesia por causa de Cristo. Son mensajeros del Señor, luz en medio de las tinieblas. Sus corazones laten al unísono con el gran corazón de Cristo (Comentario bíblico adventista, tomo 6, p. 1081).

Lo que Satanás ha llevado a muchos a hacer en el pasado, intentará que lo hagan nuevamente. La iglesia naciente fue engañada por el enemigo de Dios y de la humanidad, y la apostasía apareció en medio de los que profesaban amar a Dios. En nuestros días, a menos que el pueblo de Dios despierte de su sueño, será entrampado por los engaños satánicos. Entre los que dicen creer en la pronta venida de Cristo, hay muchos que han perdido su primer amor, han retrocedido, y pueden ser descritos como la iglesia de Laodicea: ni fríos ni calientes. Y Satanás hará todo lo posible por mantenerlos en ese estado de indiferencia y estupor. Que el Señor pueda revelarles los peligros que enfrentan para que puedan despertarse de su somnolencia espiritual y preparar sus lámparas, para que cuando el Esposo venga, los encuentre esperándole (Review and Herald, 22 de noviembre, 1892).

"Vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne" (Romanos 13:14).
Dios emplea diversos instrumentos para salvar a los hombres. Les habla por medio de su Palabra y de sus ministros, y por medio de su Espíritu les envía mensajes de amonestación, reprensión e instrucción. Estos medios tienen como propósito iluminar el entendimiento de la gente, para revelarle su deber, sus pecados, y las bendiciones que pueden recibir, para despertar en ellos una sensación de necesidad espiritual a fin de que puedan ir a Cristo y encontrar en él la gracia que necesitan...

Todo individuo, por decisión propia, se aparta de Cristo al no albergar su Espíritu y seguir su ejemplo, o entra en una unión personal con Cristo por la renuncia propia, la fe y la obediencia. Cada uno de nosotros debe elegir por sí mismo a Cristo, puesto que él nos eligió primero. Esta unión con Cristo debe ser realizada por aquellos que están naturalmente enemistados con él. Es ésta una relación de total dependencia en la que debe entrar un corazón orgulloso. Es una obra minuciosa y muchos de los que profesan ser seguidores de Cristo no saben nada de ella. Nominalmente aceptan al Salvador, pero no como el único conductor de sus corazones...

Renunciar a su propia voluntad, tal vez a los objetos preferidos de afecto y propósito, requiere un esfuerzo, y muchos vacilan, abandonan y retroceden. Pero esta batalla debe ser librada por cada corazón verdaderamente convertido. Debemos luchar con las tentaciones externas e internas. Debemos obtener la victoria sobre el yo, crucificando los afectos y las concupiscencias; y entonces comienza la unión del alma con Cristo... Después que esta unión se ha producido, se la puede conservar solo mediante esfuerzo permanente, ferviente y penoso. Cristo ejerce su poder para preservar y guardar este sagrado vínculo, y el pecador dependiente e indefenso debe hacer su parte con incansable energía, o en caso contrario, Satanás, mediante su poder cruel y astuto, lo separará de Cristo.

No basta creer acerca de él. Debéis descansar plenamente en su gracia salvadora (La maravillosa gracia de Dios, p. 321).


Para estudiar y meditar
Viernes 17 de septiembre

Mensajes selectos, tomo 1, pp. 66-69; Joyas de los testimonios, tomo 2, pp. 211-213; Patriarcas y profetas, pp. 364, 365; El discurso maestro de Jesucristo, pp. 46-48; Testimonios para la iglesia, tomo 6, pp. 394-397.






Guía de Estudio de la Biblia: "La Redención en Romanos" / Notas de Elena G. de White
Periodo: Trimestre 3 / julio-setiembre de 2010
Autor: Don Neufeld

Dirección general: Clifford Goldstein
Dirección editorial: Carlos A. Steger
Traducción: Rolando A. Itin

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Lección 12: El amor y la ley / Edición auxiliar para Maestros

Texto Clave: “El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor". Romanos 13:10

Enseña a tu clase a :

Saber describir los resultados de la fe en la vida, reflejados en cómo tratamos a otros.
Sentir y fomentar respeto y amor fraternal hacia los otros.
Hacer uso sabio de nuestros dones al servir al cuerpo de Cristo.


Bosquejo de la lección

Saber: Dones para el servicio

A. ¿Por qué nuestras vidas deben ser una ofrenda diaria de adoración y obediencia a Dios?
B. ¿Cómo se expresa esta ofrenda a Dios en nuestra conducta diaria?
C. ¿Por qué es tan importante para nosotros cuidar el cuerpo de creyentes en Cristo?
D. ¿Cómo la forma en que nos relacionamos mutuamente es un resultado de nuestra fe en lo que Dios hizo por nosotros?

II. Sentir: El amor cumple la ley

A. ¿Cómo el sentir amor hacia otros nos hace actuar con amor?
B. ¿De qué modo tratar a otros con amor cumple la ley?
C. ¿Cómo se relaciona el amor con la fe?

III. Hacer: Servir al cuerpo de Cristo

A. ¿De qué maneras cada uno de nosotros ha recibido algún don para servir y edificar el cuerpo de Cristo?
B. ¿Cuáles son los dones más necesarios en nuestra iglesia?
C. ¿Cómo puedes usar tus dones de una manera amante, mientras valoras las contribuciones de otros?

Resumen: La forma en que valoramos, nutrimos y servimos a otros es un acto espiritual de adoración. Por fe aceptamos la misericordia de Dios; pero debemos extender ese amor y misericordia a otros, y así cumpliremos los requerimientos de la ley de amarnos unos a otros.


Paso 1 ¡Motiva!

Ciclo de aprendizaje

Concepto clave para el crecimiento espiritual: Una relación apropiada con Dios resultará en una relación satisfactoria con la creación de Dios.

Al ver las divisiones en la iglesia de Roma, Pablo escribió su más completa exposición de la naturaleza de la redención. No hay ninguna base para el sentimiento de superioridad dentro de la iglesia porque todos, judíos y gentiles, reciben la salvación del mismo modo: confiando en la obra de Cristo en el Calvario para la expiación (perdón) de los pecados. No hay ruta alternativa al cielo. Ninguna bondad terrenal puede comprar la salvación. Esta comprensión de la redención es la base de la última porción del libro, donde Pablo bosqueja el resultado de la gracia de Dios en nuestras vidas. Analiza nuestra relación con otros creyentes, con los enemigos y con el gobierno terrenal. El amor es el factor decisivo de todas las elecciones acerca de las relaciones. El amor es la norma por la cual esas elecciones serán juzgadas. La ley define las conductas superficiales y visibles, pero solo el amor define lo que sale del corazón.

Actividad inicial: Lleva dos autitos de juguete a la clase. Uno debe tener ruedas que giren, pero no motor. El otro, que sea un auto con control remoto, si es posible del mismo tamaño. Primero, analiza las semejanzas entre ellos (por ejemplo, ruedas, chasis, parabrisas, parachoques, etc.). De afuera se parecen mucho. Segundo, analiza sus diferencias (uno tiene motor, el otro no; uno tiene una fuente de poder, el otro no; uno tiene control remoto, etc.). Pide a la clase que compare a un buen ciudadano con un cristiano controlado por el Espíritu; analicen las semejanzas de su apariencia y sus acciones. Luego, analicen sus diferencias.

Considera: Aunque apreciamos las buenas acciones de los no conversos, ¿qué tiene el cristiano que no tienen ellos? Cuando el camino es cuesta abajo, el auto sin motor avanza igual que el auto con control remoto, pero solo éste tiene poder para avanzar en el llano o en subidas. ¿Qué ventajas tiene el cristiano movido por el Espíritu sobre el buen ciudadano cuando el camino se vuelve difícil?


Paso 2 ¡Explora!

Solo para los maestros: A diferencia de la mitología del mundo antiguo, la enseñanza bíblica tiene propósitos prácticos. Existe para transformar en vez de entretener. La redención es el catalizador de vidas cambiadas. Las relaciones no son solo mejoradas: son inventadas de nuevo. Pablo establece normas hacia las cuales cadacristiano avanza. Logros imposibles sin el poder de Dios, ahora son logros alcanzados para el creyente sincero. ¡Cuán diferente sería el mundo si los cristianos aceptaran estas amonestaciones! ¡Cuán atrayente sería el cristianismo si cada uno reflejara estos valores!

Comentario de la Biblia

I. Sacrificios vivos (Repasa con tu clase Rom. 12:1, 2.)

Algunos ven algo del dualismo griego en los escritos de Pablo, y suponen que el castigo de la carne y la elevación del Espíritu indican desprecio por el aspecto físico del ser. No podrían estar más equivocados. Estos versículos subrayan la importancia de nuestros cuerpos. Este pasaje refleja los ritos de sacrificios del templo donde un animal era sacrificado y ofrecido al Señor. Pablo amonesta a sus lectores a ofrecer sus cuerpos como “sacrificios vivos”. El uso especializado que Pablo hace de la palabra carne, metáfora que representa la totalidad de la existencia humana sin Dios, no tiene la intención de disminuir la importancia espiritual del cuerpo. El cuerpo aloja nuestras facultades mentales, sociales, físicas, emocionales y espirituales, y debe estar completamente sometido a Dios, “sacrificado”. Sin embargo, se requiere de los cristianos sacrificios vivos, no ofrendas muertas.

Considera: ¿Cuáles son las implicaciones espirituales de llegar a ser “sacrificios vivos”? ¿De qué manera esta ofrenda del yo a Dios es nuestro servicio razonable? ¿Qué características de los sacrificios vivos bíblicos –Cristo e Isaac– podríamos imitar?


II. Pensar de sí mismo (Repasa con tu clase Rom. 12:3-21.)

Conociendo la razón de las divisiones en la iglesia, Pablo propone la solución: la humildad en el servicio. Comparando esta epístola con las cartas a los corintios, descubrimos énfasis similares: la unidad y la importancia de las diversas “partes del cuerpo”, y el otorgamiento de habilidades espirituales (jarísmata) a los creyentes por Dios, capacitándolos para un servicio amante (1 Cor. 12:12-31). Este servicio era más que ser hospitalario con los fieles; incluía bondad con sacrificio hacia sus perseguidores. Sin duda, Pablo recordaba su persecución a los creyentes y la bondad de estos hacia él. Estos dones no eran para glorificación personal, sino para edificación y ampliación del Reino de Dios. Considera: ¿Qué efecto tiene una actitud de servicio humilde y amante en las congregaciones divididas? ¿Dónde debería originarse esa actitud? ¿Cómo ve Dios a los creyentes que no usan sus habilidades espirituales?


III. Relaciones con los gobiernos (Repasa con tu clase Rom. 13:1-7.)

La responsabilidad cristiana se extiende a las relaciones con los gobiernos. ¿Recuerdas “dad a César” (Mat. 22:21)? Se cuenta que una vez un legislador exclamó: “¡Saquen al gobierno de nuestra actividad!” Esperamos que el predicador de ese legislador le haya presentado un sermón acerca de este texto para corregir su actitud rebelde. Los gobiernos son ordenados divinamente. Aun los gobiernos poco efectivos son preferibles antes que la anarquía. Cooperar con las autoridades gubernamentales (incluyendo el pago honesto de los impuestos) es parte del mandato ético del cristiano, sin comprometer los valores espirituales o violar los mandamientos divinos. Considera: ¿Cómo podemos determinar en qué circunstancias el consejo divino es incompatible con los intereses nacionales? ¿Cuál es el curso de acción adecuado bajo tales circunstancias?


IV. Más cerca que cuando creímos (Repasa con tu clase Rom. 13:11-14.)

Es interesante notar que, cuanto más cerca estamos de la autoridad, más obedientes somos. Todo conductor que cuida su dinero reduce su velocidad cuando ve un patrullero policial. También el estar cerca de quien nos ama resulta en una conducta obediente. Pablo cita “la proximidad” del retorno inminente de Cristo como motivación para una vida correcta. Por lo tanto, “vivamos decentemente, como a la luz del día, no en orgías y borracheras, ni en inmoralidad sexual y libertinaje, ni en disensiones y envidias” (vers. 13, NVI). Considera: ¿Qué nos motiva más para vivir la vida cristiana: la segunda venida de Cristo o su presencia diaria en nuestras vidas?


Paso 3 ¡Explora!

Solo para los maestros: La comisión de glorificar a Dios y vivir en armonía con las criaturas de Dios se resume en una palabra: amor. La conducta humana no siempre revela lo que hay en el corazón (ver Mat. 7:22, 23). “Realizaciones” espléndidas con frecuencia son motivadas por propósitos egoístas. La conducta de las apariencias debe ser sustituida por una religión genuina del corazón. A menos que nuestra devoción exceda la de los fariseos, nunca entraremos en el Reino de los cielos. Cualquier cosa que esté por debajo de la norma del amor genuino no es satisfactoria para Dios ni para nosotros.

Compara lo genuino y lo falsificado en el diálogo que sigue.

Actividad: Lee el diálogo imaginario entre un autito de control remoto (CR) y uno no motorizado (NM).

NM: Hola, última noticia: soy tan buen auto como tú. ¿Crees que eres el único auto que irá al museo de automóviles?
CR: Lo lamento... Creo que debo pedirte disculpas. Créeme, no tenía la intención de hacerte sentir mal.
NM: ¿Es cierto? Escuché tu conversación con el otro vehículo el jueves pasado... Algo acerca de un proceso de conversión y de instalar motores y antenas gratis.
CR: Correcto.
NM: Mira, estoy tan espléndido como tú sin equipaje psicológico extra... No necesito eso.
CR: Mira, llegué a un punto muy bajo cuando choqué. Estaba cansado de verme muy bien, pero estaba vacío por dentro. Era fácil moverme cuesta abajo, pero muy difícil cuesta arriba, o aun en el llano. Un día oí acerca de baterías recargables, antenas y motores gratuitos. Los probé y no he sido el mismo desde entonces.
NM: Eso no te hace mejor que yo. Tengo tu tamaño y soy más brillante.
CR: No discuto eso. ¡Pero los autos fuimos creados no solo para vernos bien, sino para movernos! Hasta que instalaron mi motor y batería nuevos; antes estaba vacío por dentro. Ahora el que me fabricó guía todos mis movimientos por medio de las señales de la antena. Nunca me sentí mejor que ahora.
NM: (deteniéndose un instante): ¿Piensas que hay esperanza para un modelo simple como yo?
CR: Recuerda, ¡gratis! Sí, ¡gratis! ¿Entiendes?
NM: Suena bien barato.
CR: En realidad, es muy costoso. . . pero el precio ha sido pagado. Pero sí, todo el poder dentro de mí es dirigido y manejado por el diseñador mismo. ¡Y él es bueno!

Preguntas para reflexionar:

1. ¿De qué modo se recarga el cristiano?
2. ¿Cómo recibe indicaciones del Diseñador?
3. ¿Qué experiencia remplaza la religión vacía, preocupada por las apariencias?


Paso 4 ¡Aplica!

Solo para los maestros: ¿De qué manera el amor cumple la ley de Dios en nuestra experiencia, de modo que nuestras vidas sean gratificantes para Dios y para nosotros? Analiza los dones espirituales en el contexto de la pregunta de arriba, para introducir la actividad final. ¿Cómo agradamos a Dios cuando usamos esos dones para su gloria? ¿Cómo el usar nuestras capacidades nos da satisfacción personal?

Actividad: Lee de nuevo Romanos 12:6 al 8; enumera los diversos dones mencionados. Invita a los miembros a tomar fotografías durante la semana próxima de actividades que ellos sientan que ilustran la lista de dones, y que las traigan a la clase siguiente.




Guía de Estudio de la Biblia: "La Redención en Romanos" / Edición Auxiliar para Maestros de Escuela Sabática.

Periodo: Trimestre 3 / julio-setiembre de 2010
Autor: Don F. Neufeld
Dirección general: Clifford Goldstein
Dirección editorial: Marcos G. Blanco
Traducción y redacción editorial: Rolando A. Itin

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