sábado, 24 de abril de 2010

Lección 5: El medioambiente / Edición para Maestros


El sábado enseñaré...

Texto Clave: "De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan". Salmo 24:1.

Enseña a tu clase a:

Saber reconocer cómo todos los aspectos del medioambiente, al salir de la mano de Dios, estaban diseñados para impactar en forma positiva en nuestra salud.
Sentir aprecio por la sabiduría y el amor de Dios al proveer a nuestras necesidades en la creación de nuestro ambiente y del tiempo santo, el sábado.
Hacer que asuman la responsabilidad de usar y cuidar los recursos del medioambiente de tal manera que el Creador pueda aprobarlos.

Bosquejo de la Lección

1. Saber: Todas las cosas fueron creadas buenas

A. ¿De qué modo la luz, el aire, el agua, las plantas y la vida animal desempeñan un papel importante en sostener nuestra salud y felicidad?
B. ¿De qué modo pueden tú y tu familia llegar a tener más conocimiento acerca del estado de tu ambiente local, y cómo éste afecta tu salud y la de tu comunidad?

2. Sentir: Gozo por sus dones

A. ¿Qué aprecias más acerca de los dones de Dios en el ambiente? ¿De qué forma tu estilo de vida incluye estos promotores de la salud?
B. ¿De cuáles elementos del ambiente natural necesitas tener mayor presencia en tu vida?

3. Hacer: Usar y cuidar sus dones

A. Es claro que necesitamos apropiarnos sabiamente de los promotores naturales de la salud tiene nuestro medioambiente, pero ¿por qué también necesitamos ser mayordomos del mundo natural?
B. ¿De qué forma eres un mayordomo responsable del mundo de Dios y de los promotores naturales de la salud?
C. ¿Qué pasos puedes dar para ser más responsable?

Resumen: El medioambiente, como Dios lo hizo, tiene promotores naturales de la salud y felicidad que necesitamos usar, promover y proteger.


CICLO DE APRENDIZAJE

Concepto clave para el crecimiento espiritual: En esta lección, los miembros de la clase deberían aprender que cuidar la tierra no es simplemente una obligación política o social, sino también parte de la responsabilidad del cristiano de usar juiciosamente los recursos que Dios entregó a los hombres en la Creación.


PASO 1: ¡Motiva!

No estés “tan identificado con el cielo que no sirvas para nada en la tierra”, cantó Johnny Cash en su canción “No Earthly Good” [Ningún bien terrenal]. Aunque se refería a esparcir el evangelio por medio de las acciones, la idea también puede aplicarse a los cristianos y el ambiente.

Esta semana, descubrimos la base bíblica para proteger los recursos de la Tierra. En algunos círculos, cuidar el medio parece impulsado, principalmente, porque queda bien hacerlo, y la gente se apresura a comprar el auto más económico o a reciclar la mayor cantidad de periódicos. Si bien es triste, en ciertos círculos “el ambiente” parece poco más que una palabra de moda, con la que los políticos prometen disminuir las emisiones de anhídrido carbónico, proteger a los osos polares y triplicar la eficiencia de los combustibles. Pero la Biblia parece sugerir que nuestra conservación de los recursos de la Tierra debería basarse en algo más que la popularidad o la conveniencia política.

Considera: En toda la historia de la Creación en Génesis 1, la frase “vio Dios que era bueno” se usa repetidamente. Analiza con la clase el propósito de esta repetición. Generalmente, repetimos lo que queremos que otros perciban que es importante, o lo que nos preocupa que los demás olviden. ¿Podría Dios estar usando la repetición para trasmitirnos el valor intrínseco que él da a su creación? ¿Es ese un indicio que necesitamos, especialmente en nuestra cultura consumista, en la cual es fácil tratar los recursos de la Tierra como papel y plástico descartables, o para protegerlos solo cuando eso ofrece ventajas sociales o políticas?

¿Dónde deberían encontrar los cristianos su motivación para proteger la creación de Dios?


PASO 2: ¡Explora!

Solo para los maestros: El tema de que Dios es el dueño de la creación, establecido en el texto para memorizar de esta semana, puede parecer amplio y básico. Afirma una verdad fundamental sobre la cual podemos edificar y expandir los principios que guían nuestras acciones. En esta sección estudiamos otras partes de las Escrituras que iluminan nuestro accionar como cuidadores de la creación de Dios.

Comentario de la Biblia

I. La firma de Dios (Repasa, con tu clase, Sal. 19:1-4 y Rom. 1:20-23).

La Tierra no solo pertenece a Dios, sino también sirve como su firma a través de las galaxias. El salmista escribe: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Sal. 19:1). Continúa expresando que la creación de Dios “emite palabra” y “declara sabiduría” (ver el vers. 2). El salmista aclara que la creación existe fundamentalmente para reflejar al Creador. En el Nuevo Testamento, Pablo sigue el tema: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Rom. 1:20). Se nos dice que después de que Adán y Eva fueron expulsados del Jardín del Edén, Dios declaró: “maldita será la tierra por tu causa” (Gén. 3:17). Del mismo modo que el pecado arruinó la imagen de Dios en la humanidad, también arruinó su reflejo en la creación. No obstante, así como las características de Dios –su amor, compasión y perdón– aún son evidentes en las vidas de su pueblo, nuestra Tierra todavía sigue siendo un recordativo fuerte y visible del poder y de la gloria de Dios. ¡Qué responsabilidad tenemos de mantener la “firma” de Dios en el planeta Tierra!

Analiza: ¿Por qué es correcto decir que nuestros esfuerzos para proteger nuestro ambiente sirven, en última instancia, para conservar oportunidades a fin de que los demás seres humanos vean evidencias de la existencia de Dios y de su poder creador? ¿Por qué el asegurarse de que nuestra Tierra refleje su origen divino tanto como sea posible, aun en un ambiente pecaminoso, es un componente importante de nuestro testimonio cristiano?


PASO 3: ¡Aplica!

Preguntas para reflexionar:

1. La Biblia aclara que nuestros débiles esfuerzos nunca podrán salvarnos; es solo nuestra fe en la justicia de Cristo lo que nos redime (Efe. 2:8, 9). Así como nuestros propios esfuerzos para mejorar nuestros caracteres son inútiles sin Cristo, nuestros esfuerzos para proteger la tierra que Dios nos ha dado son de poco valor final, a menos que fluyan de nuestro reconocimiento y adoración del Dios creador. Analiza, con la clase, la influencia que tienen las creencias de la Nueva Era sobre el medioambiente. ¿Cómo podemos asegurarnos de que nuestro cuidado de la creación no reemplace nuestra adoración al Creador?

2. Los psicólogos debaten si la “naturaleza” o la “crianza” es lo más importante para dar forma al crecimiento y el desarrollo de una persona. Analiza con la clase cómo un ambiente dañino puede impactar negativamente más que solo a nuestra salud física. ¿Cómo puede una atmósfera llena de smog (niebla mezclada con humo y polvo) ocultar más que nuestra visión de las estrellas? ¿De qué maneras podría también nublar nuestro reconocimiento del poder creativo de Dios?

Preguntas de aplicación:

1. ¿De qué forma tratas propiedades prestadas? Cuando un amigo te presta un libro o una prenda de ropa, probablemente los cuidas como si fueran tuyos, o aún mejor. Tú sabes que si usas mal lo que tu amigo te prestó, probablemente no te prestará nada más. Si consideramos la Tierra como propiedad “prestada”, ¿de qué manera influiría eso sobre cómo la tratamos? ¿En qué estado crees que Dios espera que le “devolvamos” esa propiedad?

2. Un amigo solía conducir un automóvil viejo, pero intacto. Lo limpiaba, lo lavaba y enceraba habitualmente. Lijaba los puntos donde aparecía oxidación y, con mucho cuidado, aplicaba pintura para impedir que se extendiera. Siempre que alguien le preguntaba por qué cuidaba tanto este vehículo tan viejo, él decía: “Algún día conduciré un BMW nuevo”. Su punto era claro: cuidaba el automóvil antiguo de la misma manera en que tenía planes de cuidar uno nuevo y costoso en el futuro. Él no quería iniciar el hábito de una falta de respeto y descuido. Aun cuando Dios ha prometido que nos dará “un modelo nuevo” de nuestro planeta –la Tierra Nueva– deberíamos practicar ahora cómo la trataremos. ¿De qué formas específicas podemos tratar nuestro planeta como un día trataremos nuestro Hogar celestial?


PASO 4: ¡Crea!

Solo para los maestros: Esta semana aprendimos que la preocupación del cristiano por el ambiente está basada en que Dios es el propietario de toda su creación y en el valor que él le concede. Anima a los miembros de tu clase a aplicar ese principio fundamental en forma práctica. ¿De qué forma las sugerencias que siguen nos harán mejores cuidadores de la posesión de Dios? Pide a tu clase que añada sus propias ideas a la lista.

1. Dios pasó su primer sábado en el Edén admirando la belleza, la perfección y el orden de su creación. Haz una lista de maneras en que puedes pasar un sábado de tarde, reflexionando sobre la obra de sus manos.

2. Pregunta a tu pastor o a un líder de tu iglesia qué posibilidades hay de hacer que tu iglesia sea “verde” (ecológica). Ofrece tu tiempo como voluntario para limpiar los terrenos que rodean la iglesia y la comunidad inmediata, o instala secadores de manos en los baños en lugar de toallas de papel. Busquen con la clase otras ideas adicionales.

3. Cuando apreciamos a alguien o algo, generalmente estamos ansiosos de mostrar nuestra gratitud. Si consideramos la creación como un don de Dios para nosotros, ¿cómo podemos mostrar nuestro agradecimiento? Escribe una nota de “Gracias” a Dios con los miembros de la clase. Anima a cada uno a contribuir por lo menos con una acción que ilustre la gratitud en forma práctica. Dios aprecia nuestras palabras, pero él también quiere ver acciones.




Guía de Estudio de la Biblia: "SALUD y SANIDAD" / Edición para Maestros.
Periodo: Trimestre 2 / abril-junio de 2010.

Autor: Alian Handysides, Kathleen Kuntaraf, Peter Landless, Stoy Proctor y Thomas Zirkle (Departamento de Salud y Temperancia de la Asociación General).
Colaboradores: Cheryl Des Jarlais, Dan Solís, John C. Cress, Elizabeth Lechleitner.
Dirección general: Clifford Goldstein
Dirección editorial: Carlos A. Steger
Traducción: Rolando A. Itin

No hay comentarios:

Publicar un comentario





Mientras estudia la Lección o Guía de Estudio de la Biblia / Escuela Sabática, en Ojo Adventista, lo invitamos -para beneficio de todos- escribir sus comentarios y consideraciones sobre dicho estudio al pie de cada entrada.