Sábado 4 de abril.
Lee Para el Estudio de esta Semana: Efesios 6:10-18; Hebreos 11; Santiago 2:18, 19; 1 Pedro 1:3-8.
Para Memorizar: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efe. 2:8, 9).
LA FE NO DEBE CONFUNDIRSE con una convicción racional. La fe en el sentido bíblico no está basada primariamente sobre nuestra razón (aun cuando no es irracional ni irrazonable), ni se basa en nuestras emociones (aunque las emociones desempeñan su parte). La fe es una seguridad profundamente arraigada, que afecta a la persona entera. La fe es un principio que gobierna la vida. La fe es el medio por el cual nos extendemos y nos aferramos a las promesas de un Dios a quien no podemos ver y, sin embargo, sabemos que existe.
Hebreos 11:1 habla acerca de la “sustancia” de nuestra fe. William G. Johnsson, un experto en la Epístola a los Hebreos, sugiere que una mejor traducción sería: “La fe es la escritura de propiedad de lo que esperamos, la certeza de lo que no vemos”.–Hebrews, p. 204.
Un Vistazo a la Semana: La fe es el principio guiador en la vida de un cristiano. Es la manera en que hemos de vivir y relacionarnos con Dios y los demás. Por importante que sea un asentimiento intelectual a las doctrinas, la fe es mucho más que solo eso. Esta semana consideraremos cuánto más es.
La Fe: Un Don de Dios.
Domingo 5 de abril
¿Qué es la fe?
Una definición sencilla podría decir algo así: “La fe es una confianza certera y obediente en la realidad, el poder y el amor de Dios, como lo reveló en sus actos y en sus promesas para nosotros”.
¡Qué don maravilloso para tener en un mundo terriblemente caído y quebrado como el nuestro! No sorprende que muchos crean que la fe es el don más maravilloso de todos los dones que los humanos podríamos tener. Ahora bien, la pregunta es: ¿Has procurado alguna vez descubrir dónde se originó tu fe? ¿Por qué es que tienes fe en Dios y otros que conoces no la tienen? ¿Fue tu crianza? ¿Tuviste padres creyentes? ¿Asististe siempre a la iglesia? Tu estudio de la Biblia y la lectura de libros acerca de la Biblia, ¿te convencieron de que hay un Dios que te ama? ¿Encontraste argumentos filosóficamente satisfactorios que te prepararon para dar el “salto” de fe? En último análisis, diremos: la fe es un milagro, un don de Dios.
¿De qué modo subraya el apóstol Pablo el carácter de don que tiene la fe? Efe. 2:8.
Una cosa es segura: Así como no podemos ser plenamente humanos sin amor, no podemos ser lo que debemos ser sin fe. “‘Sin fe es imposible agradar a Dios’. [...] Nota que Hebreos no enseña que sin fe es difícil agradar a Dios, o que sin fe tomará mucho tiempo satisfacerlo. Por lo contrario, afirma que es imposible. Es decir, la fe no tiene sustitutos. Por fe vivieron los héroes de Dios en lo pasado, y por fe su pueblo debe vivir hoy”.–George R. Knight, Exploring Hebrews, p. 198.
¿De qué modo podemos ubicarnos a fin de estar preparados para tener el don de la fe? Es decir, ¿qué cambios podemos hacer en nuestras vidas para que seamos más receptivos a ese don? Rom. 10:17; ver también, Heb. 11:6.
A veces escuchas que la gente dice que desearía tener fe. ¿Qué le aconsejarías? ¿Qué clase de cambios podría necesitar hacer para ser más receptiva y poder recibir ese don? Ver Mar. 9:24.
La Base de Nuestra Fe.
Lunes 6 de abril
Un famoso himno británico, que ha sido traducido a numerosos idiomas, nos recuerda que “solo él rescata, sé; segura base es de mi fe” (Himnario Adventista, Nº 256). Es importante que nunca olvidemos esta verdad. Jesucristo es el fundamento último y la fuente definitiva de nuestra fe. Pero, aun cuando el don de la fe es un misterio que permanece más allá de nuestra comprensión, se nos han dado algunas vislumbres sobre cómo se despierta y fortalece la fe. Algunos hombres y algunas mujeres de los tiempos bíblicos tuvieron una experiencia repentina que los inició en el camino de la fe. Pablo es, probablemente, el ejemplo más destacado. Otros cuentan de una percepción más gradual de la forma en que Dios dirigió sus vidas, lo que les dio un centro y una dirección en su peregrinación de fe. Sin duda, la experiencia es un componente esencial y poderoso de nuestra vida espiritual. Pero la fe también debe tener contenido, y la revelación provista en las Escrituras desempeña un papel importante para establecer nuestra fe.
¿Qué lugar tienen las Escrituras en la experiencia de fe del creyente? Juan 5:39; 2 Tim. 3:15.
Claramente, las Escrituras son de extrema importancia, y si las descuidamos será para nuestro propio peligro. Pero, de qué manera las Escrituras ayudan a despertar y edificar nuestra fe no se puede expresar con ninguna fórmula humana. Ni siquiera la famosa definición de Hebreos 11 la proporciona. “Hebreos 11:1 no nos da una definición de pístis [la palabra griega para fe] sino una descripción de cómo opera la fe. Ciertamente el apóstol no está ofreciendo una explicación psicológica de la fe. Más bien, se propone exponer las dos capacidades cardinales que la fe hace posibles: hacer que la esperanza sea una realidad y que lo invisible se vea”.–Johnsson, Hebrews, p. 205.
¿Qué nos indica Santiago 2:18 y 19 acerca del carácter de la fe? ¿Por qué la fe es más que un asentimiento intelectual a creer en la existencia de Dios y otras doctrinas?
¿Por qué la lectura de la Biblia es una experiencia que cambia la vida de algunas personas, mientras que otras afirman que “no hace nada” por ellas? ¿Qué le aconsejarías a una persona que lee la Biblia y la goza como literatura pero afirma no escuchar la voz de Dios hablándole a través de ella?
Ejercer Fe.
Martes 7 de abril
Al contar las historias de los milagros sanadores de Jesús, los escritores de los evangelios destacaron que el factor subyacente no era la magia sino la fe. La gente que fue sanada recibió el desafío de ejercer su fe. “Conforme a vuestra fe os sea hecho” (Mat. 9:29), dijo Jesús. Sin embargo, experiencias extraordinarias que llevan un innegable sello de intervención milagrosa divina no siempre resultan en fe. La verdad es que muchas personas encuentran maneras para disculpar, con explicaciones, tales intervenciones divinas.
Lee Lucas 16:30 y 31. ¿Qué punto importante podemos encontrar aquí?
Nuestra fe será fortalecida por la experiencia de ver a Dios en acción en nuestras propias vidas y en las vidas de otros, pero nuestra fe a menudo precederá a las intervenciones divinas en nuestra vida. La fe esperará que Dios muestre su mano. Dios ha prometido que actuará a través de nosotros y en nuestro favor si tenemos fe en él. Debemos tomarle la palabra con esa fe que confía.
Lee Romanos 1:17; Gálatas 5:6; Santiago 2:17 y 18; y 1 Juan 5:4 y 5. ¿De qué modo reflejan estos versículos diversos aspectos de este “vivir por fe”?
Por otro lado, ¿cuál es el resultado trágico que sucede cuando la fe está ausente? Rom. 11:20; Heb. 3:19.
El contexto de Romanos 11:20 aclara muy bien que Pablo estaba hablando acerca de los antiguos hebreos, que habían recibido la promesa de la salvación en una relación de pacto con Dios. Podrían haber experimentado la vida abundante en Cristo que trae la fe a todos los que la ejercitan, pero su experiencia, y su fracaso son un claro recordativo para nosotros de que “sin fe es imposible agradar a Dios” (Heb. 11:6).
Aunque tu fe es un don, ¿qué buenas razones tienes para poseerla? También, y esto es aun más importante, ¿cuáles son maneras prácticas mediante las cuales puedes fortalecer tu fe? Al mismo tiempo, ¿cuáles son las maneras seguras de perderla?
Crecer en La Fe.
Miércoles 8 de abril
La fe aumentará si, cuando es puesta en contacto con dudas y obstáculos, seguimos avanzando, reclamando las promesas de Dios, no importa cómo podamos sentirnos en algún momento dado, o sin tomar en cuenta cuán hostiles sean las circunstancias. La fe es más que un sentimiento; es un principio que trasciende la inconstancia de las emociones humanas. La fe es hacer lo que sabemos que Dios pide de nosotros aun cuando no nos sintamos con ánimo de hacerlo.
Si estás creciendo en la gracia y el conocimiento de Jesucristo, aprovecharás cada privilegio y cada oportunidad para obtener más conocimiento de la vida y el carácter de Cristo; es decir, harás todo lo que puedas para crecer en la gracia y aumentar tu fe.
La fe en Jesús crecerá cuando lo conozcas mejor. Esto puede suceder al meditar en su vida y en su amor. No puedes deshonrar más a Dios que profesando ser su discípulo mientras que te mantienes alejado de él.
¿Qué desafíos planteó Pedro a los creyentes? 2 Ped. 3:18.
¿De qué manera la iglesia en Tesalónica vivió a la altura de ese desafío? 2 Tes. 1:3.
Y ¿cómo te ayuda “el escudo de la fe” a crecer espiritualmente? ¿De qué manera se relaciona la fe con el resto de la “armadura de Dios” descrita en Efesios 6:10 al 18?
La meta del cristiano es llegar a ser “maduro” en la fe. Este es un proceso que dura toda la vida. Mientras experimentamos la bendición del crecimiento y el estar “firmes en la fe” (1 Cor. 16:13), podemos a veces preguntarnos por qué otros todavía son “débiles” (Rom. 14:1). A menudo hay una tendencia a olvidar que también a la mayoría de nosotros nos ha llevado un tiempo considerable antes de haber llegado a donde estamos espiritualmente hoy. Pero, cualquiera que sea nuestra reacción, nunca debería ser una actitud de orgullo y juicio a los demás (1 Cor. 10:12). Dios es aquel que hace que cada semilla de fe germine, y él también es el que produce el crecimiento que sucede en nuestra vida espiritual. No obstante, mientras eso es una verdad que nunca debe ser olvidada, también debemos recordar que por nuestras elecciones personales podemos ayudar a crear la clase correcta de ambiente en el que puede ocurrir el crecimiento espiritual.
¿Existen asociados que tienes, lugares que visitas o ciertas clases de medios a los que te expones, que impactan negativamente sobre tu fe? Si es así, ¿cuán dispuesto estás a abandonarlos? La respuesta depende de cuán importante es realmente tu fe para ti.
La Fe en una Persona.
Jueves 9 de abril
Las doctrinas son importantes. Cuando decimos que creemos en Dios, desearemos conocer más acerca de Dios y estaremos ansiosos de absorber lo que nos ha revelado. Es natural que deseemos tener un informe estructurado de lo que creemos acerca de nuestro Creador y su trato con nosotros, y desearemos estar seguros de que conocemos su voluntad. Pero, aunque creemos que las doctrinas de nuestra iglesia son verdaderas, nuestra fe no está anclada en un sistema doctrinal solo, sino en Jesús. Las doctrinas no son un fin en sí mismas ni por sí mismas. Las doctrinas nos ayudan a entender mejor a Jesús y lo que ha hecho por nosotros.
En un sentido, el papel de las doctrinas en la fe cristiana puede ser comparado con el papel de la gramática. Podemos comunicarnos por medio del lenguaje solo porque hay una estructura gramatical en las palabras que decimos y escribimos. En forma similar, damos una estructura al contenido de nuestra fe por medio de las doctrinas. Anselmo, un teólogo medieval, dijo las famosas palabras de que la teología es la fe que procura comprenderse a sí misma.
¿Qué nos enseña el Nuevo Testamento acerca de la importancia de una doctrina sana? 1 Tim. 4:16; Tito 2:1.
Una doctrina sana es esencial, pero la doctrina y la teología que permanecen como teoría sin vida no salvan a nadie. Hasta se puede ser un teólogo sin ser un creyente. La fe, en última instancia, no es solo sostener una cantidad de creencias bíblicamente correctas, sino confiar en la Persona de quien hablan estas doctrinas.
¿De qué modo están conectadas la salvación en esta vida, y en la vida venidera, con la fe en Jesús, la Fuente de la vida? Juan 3:36; 6:35.
¿Cuál es la convicción fundamental sobre la cual está edificada la iglesia? Mat. 16:13-19.
El pasaje de Mateo 16 a menudo ha sido usado como prueba de que el apóstol Pedro debe ser considerado el fundador de la iglesia cristiana. Esta idea no encuentra apoyo en la Biblia. Al contrario: Cristo es la Roca sobre la que está edificada la iglesia. (Ver 1 Ped. 2:4-8.) Y es la fe en esta Roca –la convicción inconmovible de que Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro Salvador– lo que hace que la iglesia sea lo que es: no una institución humana, sino la iglesia de Dios.
Alguien dice: “Yo creo en Jesús, creo en las enseñanzas, pero a veces no puedo evitar tener que luchar con la duda”. ¿Qué le dirías a esa persona? ¿Qué ayuda y consejo le darías?
Para Estudiar y Meditar.
Viernes 10 de abril.
“San Pedro exhorta a sus hermanos a crecer ‘en la gracia, y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo’ (2 Ped. 3:18). Cuando el pueblo de Dios crece en la gracia, obtiene constantemente un conocimiento más claro de su Palabra. Contempla nueva luz y belleza en sus sagradas verdades. Esto es lo que ha sucedido en la historia de la iglesia en todas las edades, y continuará sucediendo hasta el fin. [...]
“Por medio de la fe podemos mirar el futuro y aferrarnos del compromiso de Dios con respecto al desarrollo de la inteligencia, a la unión de las facultades humanas con las divinas y al contacto directo de todas las potencias del alma con la Fuente de la luz. Podemos regocijarnos en que todas las cosas que nos han confundido en las providencias de Dios serán entonces aclaradas” (CC 114, 115).
Preguntas Para Dialogar:
1. Hebreos 11 proporciona una galería de héroes de la fe. Nota, sin embargo, cuántas fallas de carácter y de acciones tuvieron casi cada uno de ellos. ¿Qué ánimo puedes obtener al notar sus errores y sus pecados cuando tú mismo eres tentado a abandonar la fe por causa de tus propios pecados y fallas?
2. Muchos de nosotros, una u otra vez, hemos pasado por una crisis de fe y hemos salido renovados de esta experiencia. Si esto te ha sucedido, ¿cómo sobreviviste a la crisis? ¿Qué puedes hacer cuando parezca que los miembros de tu familia o los de la iglesia local están en medio de una lucha similar? ¿Qué aprendiste de tu propia experiencia que podría ayudarlos a ellos?
3. ¿Cuáles son los desafíos a tu fe? ¿Son de naturaleza intelectual; por ejemplo, en el área de la ciencia versus la religión? ¿O están relacionados con el ambiente en el que vives y trabajas, o donde encuentras tu recreación? ¿O posiblemente en el área de las relaciones? ¿Por qué es importante afrontar estos desafíos de frente?
4. No necesitas fe para creer lo que puedes comprobar; necesitas fe para creer lo que no puedes verificar. ¿Por qué es importante darse cuenta de que no importan todas las evidencias que tengamos para nuestras creencias, ya que habrá cosas que sencillamente no comprenderemos?
Resumen: La fe es una experiencia. Tiene que ver con la certeza y con la confianza. Las Escrituras desempeñan un lugar importante en despertar, fortalecer y mantener la fe. Pero, la fe no es solo creencia; es un principio que guía
cómo vivir nuestras vidas ante Dios y los otros.
Guía de Estudio de la Biblia: Caminar la vida cristiana / Edición Adultos.
Periodo: Trimestre Abril-Junio de 2009
Autor: Reinder Bruinsma, nacido en Holanda, ha servido en distintas responsabilidades a lo largo de su larga carrera en la iglesia. Autor de casi veinte libros, algunos de los cuales han sido traducidos a varios idiomas, y era presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Holanda cuando escribió esta Guía de Estudio de La Biblia.
Editor: Clifford Goldstein
Lee Para el Estudio de esta Semana: Efesios 6:10-18; Hebreos 11; Santiago 2:18, 19; 1 Pedro 1:3-8.
Para Memorizar: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efe. 2:8, 9).
LA FE NO DEBE CONFUNDIRSE con una convicción racional. La fe en el sentido bíblico no está basada primariamente sobre nuestra razón (aun cuando no es irracional ni irrazonable), ni se basa en nuestras emociones (aunque las emociones desempeñan su parte). La fe es una seguridad profundamente arraigada, que afecta a la persona entera. La fe es un principio que gobierna la vida. La fe es el medio por el cual nos extendemos y nos aferramos a las promesas de un Dios a quien no podemos ver y, sin embargo, sabemos que existe.
Hebreos 11:1 habla acerca de la “sustancia” de nuestra fe. William G. Johnsson, un experto en la Epístola a los Hebreos, sugiere que una mejor traducción sería: “La fe es la escritura de propiedad de lo que esperamos, la certeza de lo que no vemos”.–Hebrews, p. 204.
Un Vistazo a la Semana: La fe es el principio guiador en la vida de un cristiano. Es la manera en que hemos de vivir y relacionarnos con Dios y los demás. Por importante que sea un asentimiento intelectual a las doctrinas, la fe es mucho más que solo eso. Esta semana consideraremos cuánto más es.
La Fe: Un Don de Dios.
Domingo 5 de abril
¿Qué es la fe?
Una definición sencilla podría decir algo así: “La fe es una confianza certera y obediente en la realidad, el poder y el amor de Dios, como lo reveló en sus actos y en sus promesas para nosotros”.
¡Qué don maravilloso para tener en un mundo terriblemente caído y quebrado como el nuestro! No sorprende que muchos crean que la fe es el don más maravilloso de todos los dones que los humanos podríamos tener. Ahora bien, la pregunta es: ¿Has procurado alguna vez descubrir dónde se originó tu fe? ¿Por qué es que tienes fe en Dios y otros que conoces no la tienen? ¿Fue tu crianza? ¿Tuviste padres creyentes? ¿Asististe siempre a la iglesia? Tu estudio de la Biblia y la lectura de libros acerca de la Biblia, ¿te convencieron de que hay un Dios que te ama? ¿Encontraste argumentos filosóficamente satisfactorios que te prepararon para dar el “salto” de fe? En último análisis, diremos: la fe es un milagro, un don de Dios.
¿De qué modo subraya el apóstol Pablo el carácter de don que tiene la fe? Efe. 2:8.
Una cosa es segura: Así como no podemos ser plenamente humanos sin amor, no podemos ser lo que debemos ser sin fe. “‘Sin fe es imposible agradar a Dios’. [...] Nota que Hebreos no enseña que sin fe es difícil agradar a Dios, o que sin fe tomará mucho tiempo satisfacerlo. Por lo contrario, afirma que es imposible. Es decir, la fe no tiene sustitutos. Por fe vivieron los héroes de Dios en lo pasado, y por fe su pueblo debe vivir hoy”.–George R. Knight, Exploring Hebrews, p. 198.
¿De qué modo podemos ubicarnos a fin de estar preparados para tener el don de la fe? Es decir, ¿qué cambios podemos hacer en nuestras vidas para que seamos más receptivos a ese don? Rom. 10:17; ver también, Heb. 11:6.
A veces escuchas que la gente dice que desearía tener fe. ¿Qué le aconsejarías? ¿Qué clase de cambios podría necesitar hacer para ser más receptiva y poder recibir ese don? Ver Mar. 9:24.
La Base de Nuestra Fe.
Lunes 6 de abril
Un famoso himno británico, que ha sido traducido a numerosos idiomas, nos recuerda que “solo él rescata, sé; segura base es de mi fe” (Himnario Adventista, Nº 256). Es importante que nunca olvidemos esta verdad. Jesucristo es el fundamento último y la fuente definitiva de nuestra fe. Pero, aun cuando el don de la fe es un misterio que permanece más allá de nuestra comprensión, se nos han dado algunas vislumbres sobre cómo se despierta y fortalece la fe. Algunos hombres y algunas mujeres de los tiempos bíblicos tuvieron una experiencia repentina que los inició en el camino de la fe. Pablo es, probablemente, el ejemplo más destacado. Otros cuentan de una percepción más gradual de la forma en que Dios dirigió sus vidas, lo que les dio un centro y una dirección en su peregrinación de fe. Sin duda, la experiencia es un componente esencial y poderoso de nuestra vida espiritual. Pero la fe también debe tener contenido, y la revelación provista en las Escrituras desempeña un papel importante para establecer nuestra fe.
¿Qué lugar tienen las Escrituras en la experiencia de fe del creyente? Juan 5:39; 2 Tim. 3:15.
Claramente, las Escrituras son de extrema importancia, y si las descuidamos será para nuestro propio peligro. Pero, de qué manera las Escrituras ayudan a despertar y edificar nuestra fe no se puede expresar con ninguna fórmula humana. Ni siquiera la famosa definición de Hebreos 11 la proporciona. “Hebreos 11:1 no nos da una definición de pístis [la palabra griega para fe] sino una descripción de cómo opera la fe. Ciertamente el apóstol no está ofreciendo una explicación psicológica de la fe. Más bien, se propone exponer las dos capacidades cardinales que la fe hace posibles: hacer que la esperanza sea una realidad y que lo invisible se vea”.–Johnsson, Hebrews, p. 205.
¿Qué nos indica Santiago 2:18 y 19 acerca del carácter de la fe? ¿Por qué la fe es más que un asentimiento intelectual a creer en la existencia de Dios y otras doctrinas?
¿Por qué la lectura de la Biblia es una experiencia que cambia la vida de algunas personas, mientras que otras afirman que “no hace nada” por ellas? ¿Qué le aconsejarías a una persona que lee la Biblia y la goza como literatura pero afirma no escuchar la voz de Dios hablándole a través de ella?
Ejercer Fe.
Martes 7 de abril
Al contar las historias de los milagros sanadores de Jesús, los escritores de los evangelios destacaron que el factor subyacente no era la magia sino la fe. La gente que fue sanada recibió el desafío de ejercer su fe. “Conforme a vuestra fe os sea hecho” (Mat. 9:29), dijo Jesús. Sin embargo, experiencias extraordinarias que llevan un innegable sello de intervención milagrosa divina no siempre resultan en fe. La verdad es que muchas personas encuentran maneras para disculpar, con explicaciones, tales intervenciones divinas.
Lee Lucas 16:30 y 31. ¿Qué punto importante podemos encontrar aquí?
Nuestra fe será fortalecida por la experiencia de ver a Dios en acción en nuestras propias vidas y en las vidas de otros, pero nuestra fe a menudo precederá a las intervenciones divinas en nuestra vida. La fe esperará que Dios muestre su mano. Dios ha prometido que actuará a través de nosotros y en nuestro favor si tenemos fe en él. Debemos tomarle la palabra con esa fe que confía.
Lee Romanos 1:17; Gálatas 5:6; Santiago 2:17 y 18; y 1 Juan 5:4 y 5. ¿De qué modo reflejan estos versículos diversos aspectos de este “vivir por fe”?
Por otro lado, ¿cuál es el resultado trágico que sucede cuando la fe está ausente? Rom. 11:20; Heb. 3:19.
El contexto de Romanos 11:20 aclara muy bien que Pablo estaba hablando acerca de los antiguos hebreos, que habían recibido la promesa de la salvación en una relación de pacto con Dios. Podrían haber experimentado la vida abundante en Cristo que trae la fe a todos los que la ejercitan, pero su experiencia, y su fracaso son un claro recordativo para nosotros de que “sin fe es imposible agradar a Dios” (Heb. 11:6).
Aunque tu fe es un don, ¿qué buenas razones tienes para poseerla? También, y esto es aun más importante, ¿cuáles son maneras prácticas mediante las cuales puedes fortalecer tu fe? Al mismo tiempo, ¿cuáles son las maneras seguras de perderla?
Crecer en La Fe.
Miércoles 8 de abril
La fe aumentará si, cuando es puesta en contacto con dudas y obstáculos, seguimos avanzando, reclamando las promesas de Dios, no importa cómo podamos sentirnos en algún momento dado, o sin tomar en cuenta cuán hostiles sean las circunstancias. La fe es más que un sentimiento; es un principio que trasciende la inconstancia de las emociones humanas. La fe es hacer lo que sabemos que Dios pide de nosotros aun cuando no nos sintamos con ánimo de hacerlo.
Si estás creciendo en la gracia y el conocimiento de Jesucristo, aprovecharás cada privilegio y cada oportunidad para obtener más conocimiento de la vida y el carácter de Cristo; es decir, harás todo lo que puedas para crecer en la gracia y aumentar tu fe.
La fe en Jesús crecerá cuando lo conozcas mejor. Esto puede suceder al meditar en su vida y en su amor. No puedes deshonrar más a Dios que profesando ser su discípulo mientras que te mantienes alejado de él.
¿Qué desafíos planteó Pedro a los creyentes? 2 Ped. 3:18.
¿De qué manera la iglesia en Tesalónica vivió a la altura de ese desafío? 2 Tes. 1:3.
Y ¿cómo te ayuda “el escudo de la fe” a crecer espiritualmente? ¿De qué manera se relaciona la fe con el resto de la “armadura de Dios” descrita en Efesios 6:10 al 18?
La meta del cristiano es llegar a ser “maduro” en la fe. Este es un proceso que dura toda la vida. Mientras experimentamos la bendición del crecimiento y el estar “firmes en la fe” (1 Cor. 16:13), podemos a veces preguntarnos por qué otros todavía son “débiles” (Rom. 14:1). A menudo hay una tendencia a olvidar que también a la mayoría de nosotros nos ha llevado un tiempo considerable antes de haber llegado a donde estamos espiritualmente hoy. Pero, cualquiera que sea nuestra reacción, nunca debería ser una actitud de orgullo y juicio a los demás (1 Cor. 10:12). Dios es aquel que hace que cada semilla de fe germine, y él también es el que produce el crecimiento que sucede en nuestra vida espiritual. No obstante, mientras eso es una verdad que nunca debe ser olvidada, también debemos recordar que por nuestras elecciones personales podemos ayudar a crear la clase correcta de ambiente en el que puede ocurrir el crecimiento espiritual.
¿Existen asociados que tienes, lugares que visitas o ciertas clases de medios a los que te expones, que impactan negativamente sobre tu fe? Si es así, ¿cuán dispuesto estás a abandonarlos? La respuesta depende de cuán importante es realmente tu fe para ti.
La Fe en una Persona.
Jueves 9 de abril
Las doctrinas son importantes. Cuando decimos que creemos en Dios, desearemos conocer más acerca de Dios y estaremos ansiosos de absorber lo que nos ha revelado. Es natural que deseemos tener un informe estructurado de lo que creemos acerca de nuestro Creador y su trato con nosotros, y desearemos estar seguros de que conocemos su voluntad. Pero, aunque creemos que las doctrinas de nuestra iglesia son verdaderas, nuestra fe no está anclada en un sistema doctrinal solo, sino en Jesús. Las doctrinas no son un fin en sí mismas ni por sí mismas. Las doctrinas nos ayudan a entender mejor a Jesús y lo que ha hecho por nosotros.
En un sentido, el papel de las doctrinas en la fe cristiana puede ser comparado con el papel de la gramática. Podemos comunicarnos por medio del lenguaje solo porque hay una estructura gramatical en las palabras que decimos y escribimos. En forma similar, damos una estructura al contenido de nuestra fe por medio de las doctrinas. Anselmo, un teólogo medieval, dijo las famosas palabras de que la teología es la fe que procura comprenderse a sí misma.
¿Qué nos enseña el Nuevo Testamento acerca de la importancia de una doctrina sana? 1 Tim. 4:16; Tito 2:1.
Una doctrina sana es esencial, pero la doctrina y la teología que permanecen como teoría sin vida no salvan a nadie. Hasta se puede ser un teólogo sin ser un creyente. La fe, en última instancia, no es solo sostener una cantidad de creencias bíblicamente correctas, sino confiar en la Persona de quien hablan estas doctrinas.
¿De qué modo están conectadas la salvación en esta vida, y en la vida venidera, con la fe en Jesús, la Fuente de la vida? Juan 3:36; 6:35.
¿Cuál es la convicción fundamental sobre la cual está edificada la iglesia? Mat. 16:13-19.
El pasaje de Mateo 16 a menudo ha sido usado como prueba de que el apóstol Pedro debe ser considerado el fundador de la iglesia cristiana. Esta idea no encuentra apoyo en la Biblia. Al contrario: Cristo es la Roca sobre la que está edificada la iglesia. (Ver 1 Ped. 2:4-8.) Y es la fe en esta Roca –la convicción inconmovible de que Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro Salvador– lo que hace que la iglesia sea lo que es: no una institución humana, sino la iglesia de Dios.
Alguien dice: “Yo creo en Jesús, creo en las enseñanzas, pero a veces no puedo evitar tener que luchar con la duda”. ¿Qué le dirías a esa persona? ¿Qué ayuda y consejo le darías?
Para Estudiar y Meditar.
Viernes 10 de abril.
“San Pedro exhorta a sus hermanos a crecer ‘en la gracia, y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo’ (2 Ped. 3:18). Cuando el pueblo de Dios crece en la gracia, obtiene constantemente un conocimiento más claro de su Palabra. Contempla nueva luz y belleza en sus sagradas verdades. Esto es lo que ha sucedido en la historia de la iglesia en todas las edades, y continuará sucediendo hasta el fin. [...]
“Por medio de la fe podemos mirar el futuro y aferrarnos del compromiso de Dios con respecto al desarrollo de la inteligencia, a la unión de las facultades humanas con las divinas y al contacto directo de todas las potencias del alma con la Fuente de la luz. Podemos regocijarnos en que todas las cosas que nos han confundido en las providencias de Dios serán entonces aclaradas” (CC 114, 115).
Preguntas Para Dialogar:
1. Hebreos 11 proporciona una galería de héroes de la fe. Nota, sin embargo, cuántas fallas de carácter y de acciones tuvieron casi cada uno de ellos. ¿Qué ánimo puedes obtener al notar sus errores y sus pecados cuando tú mismo eres tentado a abandonar la fe por causa de tus propios pecados y fallas?
2. Muchos de nosotros, una u otra vez, hemos pasado por una crisis de fe y hemos salido renovados de esta experiencia. Si esto te ha sucedido, ¿cómo sobreviviste a la crisis? ¿Qué puedes hacer cuando parezca que los miembros de tu familia o los de la iglesia local están en medio de una lucha similar? ¿Qué aprendiste de tu propia experiencia que podría ayudarlos a ellos?
3. ¿Cuáles son los desafíos a tu fe? ¿Son de naturaleza intelectual; por ejemplo, en el área de la ciencia versus la religión? ¿O están relacionados con el ambiente en el que vives y trabajas, o donde encuentras tu recreación? ¿O posiblemente en el área de las relaciones? ¿Por qué es importante afrontar estos desafíos de frente?
4. No necesitas fe para creer lo que puedes comprobar; necesitas fe para creer lo que no puedes verificar. ¿Por qué es importante darse cuenta de que no importan todas las evidencias que tengamos para nuestras creencias, ya que habrá cosas que sencillamente no comprenderemos?
Resumen: La fe es una experiencia. Tiene que ver con la certeza y con la confianza. Las Escrituras desempeñan un lugar importante en despertar, fortalecer y mantener la fe. Pero, la fe no es solo creencia; es un principio que guía
cómo vivir nuestras vidas ante Dios y los otros.
Guía de Estudio de la Biblia: Caminar la vida cristiana / Edición Adultos.
Periodo: Trimestre Abril-Junio de 2009
Autor: Reinder Bruinsma, nacido en Holanda, ha servido en distintas responsabilidades a lo largo de su larga carrera en la iglesia. Autor de casi veinte libros, algunos de los cuales han sido traducidos a varios idiomas, y era presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Holanda cuando escribió esta Guía de Estudio de La Biblia.
Editor: Clifford Goldstein
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