sábado, 9 de mayo de 2009

Lección 7: La gracia. Para el 16 de mayo de 2009

Sábado 9 de mayo.

Lee Para el Estudio de esta Semana: Éxodo 25:8; Isaías 53; Romanos 5:18, 19; 2 Corintios 3:16-18; Efesios 2:4-10; Tito 2:11-14.

Para Memorizar: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom. 5:8).

“DURANTE UNA CONFERENCIA acerca de religiones comparadas realizada en Gran Bretaña, los expertos de todo el mundo debatían si había alguna creencia que fuera específicamente de la fe cristiana. Comenzaron a eliminar posibilidades. ¿La encarnación? Otras religiones tenían diferentes versiones de los dioses que aparecían en forma humana. ¿La resurrección? Otras religiones tenían informes de retorno de la muerte. El debate siguió por unos momentos, hasta que C. S. Lewis [un renombrado escritor cristiano] entró en la sala. ‘¿Por qué tanto alboroto?’, preguntó, y los colegas respondieron que estaban discutiendo cuál era la contribución singular del cristianismo entre las religiones mundiales. Lewis contestó: ‘Oh, es muy fácil. Es la gracia’”.–Philip Yancey, What’s So Amazing About Grace?, p. 45.

La semana pasada nos confrontamos con el temible fenómeno del pecado, el “misterio de la maldad” (2 Tes. 2:7, NVI). En la sección final vimos que por la intervención divina se había provisto una solución. Cuál fue esa intervención, y qué logró para nosotros, será el tema del estudio de esta semana.

Un Vistazo a la Semana: ¿Cuáles son algunas de las imágenes que usa Dios para enseñarnos el plan de salvación? ¿Qué es la expiación? ¿Cuán central es el concepto de la sustitución para nuestra comprensión de la Cruz?.

Dios Proporciona la Salvación.
Domingo 10 de mayo

La historia de cómo fue probada la lealtad de Abraham es bien conocida. Dios le pidió que sacrificara a su hijo Isaac. Sin saber lo que Dios le había pedido a su padre que hiciera, y pensando que era sencillamente ofrecer un sacrificio en alguna parte, Isaac le preguntó por qué no habían traído consigo un animal. Abraham le respondió con las palabras proféticas que resuenan como un eco en todo el Antiguo Testamento, así como en el Nuevo: “Dios se proveerá de cordero para el holocausto” (Gén. 22:8).

¿Cuál era la importancia profética de las palabras de Abraham a su hijo?

¿En qué otro lugar del Antiguo Testamento encontramos textos que señalan a la redención que vendría por medio de Cristo? ¿Cuáles son esos textos, y qué dicen? Ver, por ejemplo, Gén. 3:15; Éxo. 25:8; Isa. 53.

Jesucristo es el centro del Antiguo Testamento. De hecho, el propósito de los servicios del Santuario terrenal era señalar la venida del Mesías (ver Heb. 8, 9). Todo lo anterior a la entrada de Cristo al mundo era apenas un preludio de la Cruz. Dios esperó hasta el momento adecuado. Entonces, “cuando vino el cumplimiento del tiempo” (Gál. 4:4), Cristo vino para vivir entre nosotros.

“En toda época y en todo momento, el amor de Dios se había manifestado en favor de la especie caída. A pesar de la perversidad de los hombres, hubo siempre indicios de misericordia. Y, llegada la plenitud del tiempo, la Deidad se glorificó derramando sobre el mundo tal efusión de gracia sanadora que no se interrumpiría hasta que se cumpliese el plan de salvación” (DTG 28).

Piensa en cuántos siglos pasaron entre las promesas del Mesías venidero y su venida. ¿Qué nos debería decir eso –a nosotros, que vivimos generalmente solo unas pocas decenas de años– acerca de la paciencia, acerca de confiar en Dios aunque las cosas parezcan que llevan demasiado tiempo?

Cuadros del Milagro de la Gracia.
Lunes 11 de mayo

¿Cómo explicas a un niño de 3 años qué es la electricidad? ¿Cómo explicas a los que viven en la selva africana, que nunca viajaron a más de cuarenta kilómetros de donde viven, para qué existen los semáforos y cómo funciona un ascensor? ¿Cómo puede un físico explicar la teoría de la relatividad de Einstein a una persona que solo terminó la escuela primaria? Dios afrontó una brecha de comunicación que va mucho más allá de los ejemplos de barreras a la comunicación humana. El amor divino demostrado en la vida y la muerte de Jesucristo no puede captarse plenamente con palabras humanas. No obstante, Dios quería que tuviésemos una idea adecuada de lo que involucra su plan de salvación. Dios inspiró a los autores de las Escrituras para que usaran numerosas imágenes con palabras, cada una de las cuales nos da una vislumbre adicional del misterio de su gracia. Ninguna de estas imágenes debe usarse aislada de las otras perspectivas. Sin embargo, tomadas en conjunto, nos dejarán un sentido de asombro y de inmensa gratitud.

¿Cuál es una de las imágenes verbales más destacada que Dios usó para ayudarnos a captar algunas vislumbres profundas del misterio de la gracia? Isa. 53:7; Juan 1:29.

¿Qué otros símbolos se usan para ilustrar una dimensión adicional de la verdad de la expiación? Mat. 20:28; Hech. 20:28; 1 Cor. 6:20.

Debemos ser cuidadosos de no usar un símbolo específico con exclusión de otras “imágenes verbales”. Cuando combinamos todo lo que se dice acerca de la expiación, llegamos a tener un cuadro tan completo como el que los seres humanos finitos podemos absorber.

No obstante, la imagen de un rescate, de un alto precio pagado por nosotros, es muy vigorosa. “Cristo nos redimió del pecado; es decir, nos compró de nuevo desde el pecado [...]. Lo que la metáfora trata de decir es que: a) los medios de nuestra salvación son costosos; y que b) hemos pasado de un estado a otro: del estado de esclavitud a un estado de cercanía a Dios. Una redención significa el traspaso de la propiedad con un costo”.–Edward W. H. Vick, Let Me Assure You, p. 33.

Medita en las implicaciones de la idea de que el Creador del universo, aquel que hizo todo lo que existe (Juan 1:1-3), voluntariamente fue a la cruz como el único medio de salvarnos de la ruina eterna. ¿Por qué la realidad de esta verdad influye poderosamente en nuestra manera de vivir? Piensa en cuán necio es permitir que cualquier cosa terrenal nos aparte de la Cruz.

¿Qué Sucedió en el Calvario?
Martes 12 de mayo

Hay mucha discusión entre los teólogos acerca de la doctrina de la expiación. Se promueven dos conceptos principales. Algunos eligen un concepto objetivo de la expiación, mientras que otros defienden un concepto subjetivo. ¿Qué significa esto? La primera corriente de pensamiento enfatiza que sucedió algo en el momento histórico en una colina en las afueras de Jerusalén, un evento histórico y concreto que proveyó la base para nuestra salvación. Otros teólogos subrayan que nuestra respuesta a la demostración de amor de Jesús y de su sacrificio propio en la cruz es el punto vital: somos transformados cuando contemplamos un amor tan grande. Ambas perspectivas tienen aspectos positivos y, cuando se las entiende juntas, cada una complementa la otra.

¿De qué manera explica la Biblia la relación entre lo que Cristo hizo por nosotros y lo que, como seres pecadores, de hecho, merecemos? Isa. 53:4, 5; Rom. 5:18, 19.

La idea de que Jesucristo murió en nuestro lugar, con el propósito de que no tengamos que sufrir la muerte eterna sino que lleguemos a ser participantes de la vida que él ofrece, generalmente se conoce con el nombre de sustitución. Para algunos, esta idea es repugnante. No les gusta el lenguaje legalista que a menudo se usa o el concepto de la ira divina contra el pecado. Pero, nos guste o no, la grandiosa verdad es que Dios ha tratado el problema del pecado de un modo que él decidió que era adecuado. Siendo justo, él no podía ignorar el pecado; siendo amor, él no podía abandonar al pecador. Nosotros debíamos pagar la penalidad de la muerte eterna porque somos los culpables. ¡Pero Jesús estuvo dispuesto a tomar nuestro lugar! Eso es lo que sucedió en la cruz. Este evento real, el de su sustitución en lugar de nosotros, llegó a ser la base de nuestra redención.

Luego, como resultado de lo que Cristo hizo por nosotros, como una respuesta a su sustitución en nuestro lugar, nosotros somos atraídos a él, respondemos a él, cambiamos nuestra actitud hacia él y también hacia los demás seres humanos. Esto es el lado complementario y subjetivo del plan de la salvación (Juan 12:32; Rom. 5:1).

Piensa en las cosas malas que has hecho y que (tal vez) sigues haciendo. Luego, date cuenta de que Jesús, en la cruz, sufrió el castigo que tú merecías por aquellas acciones. ¿Cómo te sientes, sabiendo que él sufrió en tu lugar? ¿Cuál debería ser tu respuesta, sabiendo lo que sufrió Jesús en tu favor?

Un Cambio de Corazón.
Miércoles 13 de mayo

La manifestación sin paralelo de la compasión divina y de la gracia en el Calvario ha cambiado millones de corazones. Desde el mismo momento en que moría colgado de la cruz, la gente fue transformada al contemplar el amor de Cristo. Uno de los criminales crucificados con él notó que Jesús era un ser especial, con un futuro más allá de esa muerte vergonzosa (Luc. 23:39-43). Y, aun el centurión romano notó que Jesús no era un criminal (vers. 47).

¿De qué modo nuestras vidas deberían ser transformadas por la contemplación de Jesús y de lo que hizo por nosotros? 2 Cor. 3:16-18; Heb. 12:2, 3.

“Fije el pecador arrepentido sus ojos en ‘el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo’ (Juan 1:29) y, contemplándolo, se transformará. Su temor se trueca en gozo, sus dudas en esperanza. Brota la gratitud. El corazón de piedra se quebranta. Una oleada de amor inunda el alma. Cristo es en él una fuente de agua que brota para vida eterna. Cuando [...] lo contemplamos en Getsemaní, sudando gruesas gotas de sangre, y muriendo en agonía sobre la cruz; cuando vemos eso, no podemos ya reconocer el clamor del yo. Mirando a Jesús, nos avergonzaremos de nuestra frialdad, de nuestro letargo, de nuestro egoísmo. Estaremos dispuestos a ser cualquier cosa, o nada, para servir de todo corazón al Maestro” (DTG 407, la cursiva fue añadida).

¿Cuán bien reflejan estas palabras tu propia experiencia con Cristo? ¿Qué te puede retener de lograr una experiencia más profunda con él? ¿Cuánto tiempo pasas contemplando el Calvario?

Los teólogos proponen diversas teorías de la expiación. Pero, cuando se dijo y se hizo todo lo posible, no hay ninguna teoría o combinación de teorías que hará justicia a la maravilla de la gracia de Dios (ver 1 Cor. 1:20-25). Es bueno hablar juntos acerca de los pasajes de las Escrituras que revelan diferentes aspectos del sacrificio de Jesús. Pero, lo que hizo Jesús por nosotros debería ser no solo un tema de debate sino de contemplación y de experiencia con oración. Aunque hay mucho que no podemos comprender, se nos ha dado lo suficiente para que podamos asombrarnos por lo que Dios hizo por nosotros en Cristo.

Cristo, Nuestra Salvación.
Jueves 14 de mayo

Es fácil que los cristianos sean desviados. Para algunos, el centro de su fe es la Biblia, o es la iglesia, o son las tradiciones o las doctrinas de su iglesia. Aunque todas estas cosas tienen su lugar, pueden ser muy problemáticas si nos alejan de Jesús, quien es la única Fuente de nuestra salvación.

Como adventistas del séptimo día, a menudo nos referimos a la “verdad” como el foco de nuestra fe. No hay nada de malo en esto, mientras no reduzca nuestro concepto de la verdad solamente a una lista de doctrinas a las cuales nos suscribimos intelectualmente. Las doctrinas son importantes, pero nuestra fe debería encontrar su centro en la verdad como la encontramos en Jesús. Creemos en una Persona que nos ha revelado a Dios, que vino para redimirnos, que actualmente es nuestro Mediador celestial y que retornará para llevarnos a casa. Esto debiera ser de importancia principal para nosotros.

¿Qué nos enseñan pasajes como Efesios 2:4 al 10 y Tito 2:11 al 14 acerca de la posición central de Cristo en nuestra fe?

Efesios 2:4 al 10 es un pasaje extraordinariamente rico. Subraya varias veces que somos salvados por la gracia. Se describe esta gracia como las “abundantes riquezas” (“incomparable riqueza”, vers. 7, NVI) que proceden del “gran amor con que nos amó” (vers. 4). Esta gracia es gratis. No se la puede ganar. Nuestras obras no nos ganan la vida eterna. Si eso fuera así, tendríamos razón para jactarnos acerca de nuestra propia bondad. Es la gracia de Dios la que produce cambios visibles en nuestras vidas diarias, y eso nos capacitará para hacer “buenas” obras (vers. 10). Pero, aun estas buenas acciones son, esencialmente, la obra de Dios en nosotros.

¿Qué magnífica descripción de la posición central de Jesucristo en nuestra fe encontramos en las palabras de Pablo que están registradas en Hechos 17:28? Ver también Gál. 2:16-20.

¿De qué modo las doctrinas que tenemos como Adventistas nos ayudan a comprender mejor lo que Cristo hizo por nosotros? Supongamos, por ejemplo, que creyeras en el tormento eterno en el infierno. ¿De qué manera esa enseñanza falsa, o alguna otra, impactaría tu comprensión de Cristo? ¿Por qué, entonces, son tan importantes las doctrinas correctas para ayudarnos a conocer mejor a Jesús?

Para Estudiar y Meditar.
Viernes 15 de mayo

Cuando a los adventistas se les pregunta acerca de la obra expiatoria de Cristo, casi automáticamente se refieren al El Deseado de todas las gentes, de Elena de White. Los capítulos 78 y 79 (pp. 690-713) son especialmente apropiados en el contexto del estudio de esta semana. Nota la afirmación en la página 699: “Como Jesús crucificado con los ladrones, fue puesto ‘en medio’, así su cruz fue puesta en medio de un mundo que yacía en el pecado. Y las palabras de perdón dirigidas al ladrón arrepentido encendieron una luz que brillará hasta los más remotos confines de la tierra”.

Preguntas Para Dialogar:

1. Algunas personas se ofenden por la idea de que Dios exigía la vida de su Hijo como “pago” por los pecados de la humanidad. Esa, sin embargo, es una imagen usada por la Biblia, y debemos aceptarla tal como está revelada. ¿Qué nos debería decir esa imagen acerca de la seriedad del pecado y cuán costosa fue nuestra redención?
2. Si hay una doctrina que objetan muchas personas contemporáneas es la de la expiación. Muchos no aceptan la idea de que nuestro problema debía ser resuelto por una intervención “de afuera”. ¿No debería cada persona aceptar la responsabilidad por lo que hizo? ¿Cómo explicas a tales personas la necesidad de la intervención divina? Además, pregúntales a esas personas acerca del problema de la muerte. ¿Cómo se puede resolver ese problema si no es por la intervención divina?
3. Los que son salvados por gracia deben también mostrar gracia a quienes los rodean. ¿De qué modo podemos mostrar, como individuos, que nuestras vidas están arraigadas en la gracia? ¿De qué manera una iglesia puede dar ejemplo de esta gracia divina?
4. ¿De qué modo nos cambia la vida el darnos cuenta de que Cristo murió por nosotros? ¿Qué nos debería enseñar acerca del perdón, la humildad, la paciencia, el amor por los que no son dignos de ser amados? ¿Cuáles son algunas maneras prácticas y concretas en que podemos revelar la realidad de lo que significa la Cruz para nosotros?

Resumen: Los teólogos han desarrollado muchas teorías acerca de la expiación. La mayoría son deficientes o, por lo menos, unilaterales. Pueden ser comparadas con fotografías tomadas de diferentes ángulos de las montañas del Himalaya. Todas muestran montañas, pero no ofrecen un cuadro completo. El milagro de la gracia no debe ser reducido a una fórmula a la que le damos nuestro asentimiento intelectual. Es el fundamento de nuestra fe. Cristo murió por nosotros con el objetivo de que podamos tener vida eterna. Sin él, estamos perdidos. Con Jesús, como nuestro Salvador, nuestro futuro está asegurado.


Guía de Estudio de la Biblia: Caminar la vida cristiana / Edición Adultos.
Periodo: Trimestre Abril-Junio de 2009
Autor: Reinder Bruinsma, nacido en Holanda, ha servido en distintas responsabilidades a lo largo de su larga carrera en la iglesia. Autor de casi veinte libros, algunos de los cuales han sido traducidos a varios idiomas, y era presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Holanda cuando escribió esta Guía de Estudio de La Biblia.
Editor: Clifford Goldstein

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