sábado, 16 de mayo de 2009

Lección 8: El reposo. Para el 23 de mayo de 2009

Sábado 16 de mayo.

Lee Para el Estudio de esta Semana: Génesis 2:2, 3; Deuteronomio 5:12-15; Isaías 58:12-14; Ezequiel 20:12; Hebreos 4:9-11.

Para Memorizar: “También les dijo: El día sábado fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del sábado” (Mar. 2:27, 28).

SI HAY ALGO RELEVANTE en la fe cristiana para la gente que vive a comienzos del siglo XXI, es el sábado. Es el remedio que necesitan con urgencia millones de personas en las sociedades afligidas por el estrés, los problemas del corazón y la depresión. Ofrece una salida de las presiones incesantes de la vida moderna. Proporciona una posibilidad de recargar nuestras baterías agotadas y reenfocar las prioridades reales de la vida. El sábado nos dice que hay un tiempo en que debemos cerrar las puertas de nuestro hogar y de nuestra mente a la confusión y el ruido del mundo, y llegarnos a la presencia de aquel que nos hizo y que sabe lo que necesitamos.

“Si hay un mandamiento que necesita la gente moderna tan apurada y ocupada, es el del sábado. Estamos tan ocupados tratando de darle sentido a nuestra vida y sirviéndonos a nosotros mismos que nos olvidamos de que Dios es el único que puede darle sentido a nuestra vida. Mostramos que ‘descansamos’ en él al reposar en su día”.–Jon L. Dybdahl, Éxodo, p. 195.

Un Vistazo a la Semana: ¿Por qué es tan importante el sábado para nosotros? ¿Por qué Dios instituyó el sábado? ¿Qué es tiempo santo? ¿Quién o qué hace que el sábado sea santo? ¿Cómo podemos hacer de la observancia del sábado una experiencia deliciosa y significativa?.

El Regalo de Dios para la Gente Ocupada.
Domingo 17 de mayo

Hay dos instituciones básicas para toda la humanidad desde la primera semana de la historia de la tierra: el matrimonio y el sábado. Son una parte intrínseca del programa divino para la felicidad humana. No resulta extraño que ambas, a lo largo de los siglos, hayan estado tanto bajo el ataque del Maligno. Dios sabía lo que la humanidad necesitaría y, por lo tanto, creó el tiempo con un ciclo perfecto de seis días “normales” más un día extraordinario: el sábado. Y, desde entonces, los que han respetado este ritmo instituido por Dios han sido bendecidos por él.

¿Por qué Dios mismo descansó el séptimo día después de la creación del mundo? Gén. 2:2, 3.

¿Con qué término se refiere el profeta Ezequiel al sábado? ¿Qué piensas que significa? Eze. 20:12.

“Después de descansar el séptimo día, Dios lo santificó; es decir, lo escogió y apartó como día de descanso para el hombre. Siguiendo el ejemplo del Creador, el hombre había de reposar durante este sagrado día para que, mientras contemplara los cielos y la tierra, pudiese reflexionar sobre la grandiosa obra de la creación de Dios; y para que, mientras mirara las evidencias de la sabiduría y la bondad de Dios, su corazón se llenara de amor y reverencia hacia su Creador. [...]

“Dios vio que el sábado era esencial para el hombre, aun en el paraíso. Necesitaba dejar a un lado sus propios intereses y actividades durante un día de cada siete para poder contemplar más de lleno las obras de Dios, y meditar en su poder y su bondad. Necesitaba el sábado para que le recordara más vivamente la existencia de Dios, y para que despertase su gratitud hacia él. Pues todo lo que disfrutaba y poseía procedía de la mano benéfica del Creador” (PP 28, 29).

¿Cuál es tu experiencia con el sábado? ¿Lo gozas? ¿Llegas a apreciar más profundamente a Dios al contemplar las maravillas de su creación? Si no, ¿qué cambios podrías hacer para ayudarte a tener una experiencia sabática más satisfactoria?

Tiempo Santo.
Lunes 18 de mayo

La palabra santo aparece en la Biblia en una variedad de lugares. A veces se hace referencia a que las personas son santas, lo mismo que objetos y períodos de tiempo. El significado básico es “poner aparte para un uso específico”. Los sacerdotes eran personas santas porque habían sido apartados para el servicio del Santuario. Ellos usaban vasos e instrumentos santos, que fueron retirados del servicio secular para un propósito ritual específico. Una vez que habían sido apartados como santos, ya no estaban disponibles para el uso común, porque habían sido destinados a un propósito más elevado. Las actividades en tales días santos debían corresponder con el propósito que Dios había asignado a esos días.

Debemos “acordarnos” de guardar santo el sábado. ¿Somos nosotros o es Dios quien hace santo el día? ¿Qué diferencia produce esto? Gén. 2:3; Isa. 58:13.

“El sábado es un testimonio poderoso de la soberanía de Dios. Solo él puede crear, y solo él puede hacer que algo sea santo. Por eso, los adventistas tienen una objeción muy fuerte al cambio del sábado al domingo como el día de descanso y adoración cristiano. Sin un mandato divino claro, ese cambio no es menos que una afrenta a Dios”.–Richard Rice, The Reign of God, p. 403.

¿De qué modo el santo sábado semanal impacta a quienes eligen obedecer el mandato de observar el sábado, el día de tiempo santo, designado por Dios? Éxo. 31:12, 13.

Guardar el sábado combina los aspectos interno y externo. Cuando nuestra observancia del sábado es solo una cuestión de conducta externa, de seguir una lista de reglas, hemos perdido de vista su verdadero significado. Pero, al mismo tiempo, nuestra observancia del sábado es visible para los demás. Les dice a otras personas que somos separados y diferentes. Es una señal de nuestra lealtad a nuestro Creador y Redentor.

Dios quiere que su pueblo sea “santo”; es decir, quiere personas que se hayan separado conscientemente de las cosas de este mundo. ¿De qué manera el guardar el sábado debería ayudarnos de una forma concreta a estar “separados” del mundo? ¿De qué modo la realidad de la proximidad del sábado, cada semana, debería servir como un recordativo para ti cuando afrontas tentaciones durante la semana, ya que se espera que seas una persona santa, un pueblo separado de las cosas que contaminan en el mundo?

Experimentar El Gozo del Sábado.
Martes 19 de mayo

Cuando hablamos acerca del mandamiento del sábado, generalmente nos referimos a la versión que encontramos en Éxodo 20. Allí, el mandamiento está vinculado con la creación del mundo. Cada sábado nos recuerda que Dios es nuestro Creador y que somos sus criaturas, con todo lo que esta gloriosa verdad implica. Pero, en la versión de los Diez Mandamientos en el libro de Deuteronomio descubrimos un aspecto adicional. El sábado semanal también es una conmemoración de la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud egipcia y, por ello, por extensión, de toda clase de esclavitud de la cual la gracia de Dios ha liberado a la humanidad.

Lee Deuteronomio 5:12 al 15 cuidadosamente y compara el pasaje con Éxodo 20:8 al 12. ¿Qué añaden el uno al otro? ¿De qué modo se complementan? ¿Podría haber posiblemente otras cosas que deberíamos “recordar” en nuestra observancia del sábado? Si es así, ¿cuáles podrían ser?

El sábado es una señal no solo de la creación sino también de la redención. Nos señala la salvación que tenemos en Jesús, quien no solo nos re-crea ahora (2 Cor. 5:17; Gál. 6:15) sino también nos ofrece la esperanza de una eternidad en un cielo nuevo y una tierra nueva (2 Ped. 3:13). De hecho, los judíos habían visto el sábado como un símbolo del “mundo por venir”; es decir, los cielos nuevos y la Tierra Nueva. Es un anticipo semanal de lo que tendremos por la eternidad y debería servir como un recordativo especial de lo que se nos ha dado en Jesús.

En un nivel más práctico, el sábado nos ayuda a librarnos de la esclavitud del reloj y del calendario. Muchos son, además, esclavos de las computadoras y los teléfonos móviles. Para muchas personas, ha llegado a ser increíblemente difícil separar el tiempo del trabajo del tiempo de ocio. Parece que la vida moderna demanda que siempre podamos ser alcanzados y siempre debemos estar listos para pasar a la modalidad de trabajo. El sábado es el antídoto perfecto para esta enfermedad, que amenaza a cada forma del reposo verdadero, tanto físico como espiritual.

“Guardar el sábado santo significa que podemos cesar de nuestras productividad y realizaciones durante un día de cada siete. Lo emocionante de esta práctica es que cambia nuestras actitudes para el resto de la semana. Nos libera de preocuparnos acerca de cuánto producimos los otros días. Además, cuando terminamos esa inútil carrera con el viento, podemos verdaderamente descansar y aprender a deleitarnos de maneras nuevas”.–Marva J. Dawn, Keeping the Sabbath Wholly, p. 19.

Un Modelo del Descanso Sabático para El Mundo.
Miércoles 20 de mayo

Lee Isaías 58:12 al 14. ¿Qué principios podemos obtener de estos versículos, acerca de la observancia del sábado, que nos ayudarán a experimentar mejor las bendiciones que Dios tiene para nosotros, si recordamos adecuadamente el sábado?

Es una realidad sumamente desafortunada: muchos adventistas no gozan verdaderamente del sábado de Dios. Algunos recuerdan con total frustración la forma en la que el sábado se guardaba en su hogar paterno. Aun en las instituciones adventistas, la observancia del sábado puede dejar mucho que desear. Las reglas y los reglamentos deberían asegurar que el sábado sea guardado “santo”. Algunas de estas reglas están basadas en principios bíblicos, pero otras, de hecho, tienen más que ver con la tradición y la cultura que con un “así dice Jehová”.

El sábado nunca debe ser un día principalmente asociado con prohibiciones y restricciones. Si estamos buscando un modelo para seguir, debemos dejarnos inspirar por el ejemplo de Jesús.

Considera cuidadosamente los siguientes pasajes y descubre cómo guardaba Jesús, nuestro Modelo máximo, el sábado como “santo”. Mar. 2:23-3:6; Luc. 4:16; 6:1-11.

“La obra del cielo no cesa nunca, y los hombres no debieran nunca descansar de hacer bien. El sábado no está destinado a ser un período de inactividad inútil. La Ley prohíbe el trabajo secular en el día de reposo del Señor; debe cesar el trabajo con el cual nos ganamos la vida; ninguna labor que tenga por fin el placer mundanal o el provecho es lícita en ese día; sino que, como Dios abandonó su trabajo de creación y descansó el sábado, y lo bendijo, el hombre ha de dejar las ocupaciones de su vida diaria y consagrar esas horas sagradas al descanso sano, al culto y a las obras santas. La obra que hacía Cristo al sanar a los enfermos estaba en perfecta armonía con la Ley. Honraba el sábado” (DTG 177).

Trata de imaginar cómo sería un “sábado perfecto”. ¿Cómo lo observarías? ¿Qué tendrías a tu disposición que no podrías tener durante la semana de trabajo? Lleva tu descripción a la clase el sábado.

La Señal del Reposo.
Jueves 21 de mayo

Como observadores del sábado, se nos acusa a menudo de tratar de ganar nuestro camino al cielo mediante la observancia del sábado. Escuchamos esto todo el tiempo. ¿Cómo deberíamos reaccionar?

Lee de nuevo el mandamiento del sábado en Éxodo 20. ¿Qué nos enseña que debemos hacer? Nos indica que debemos descansar: nuestros hijos, nuestras hijas, nuestros siervos, nuestros animales y aun los extranjeros entre nosotros. Todo tiene que ver con el descanso.

Ahora, una pregunta sencilla: ¿Cómo es que el Mandamiento dedicado al descanso, el Mandamiento que específicamente expresa reposo, el mandamiento que nos da una oportunidad especial para descansar, se ha convertido en el universal símbolo de obras del “Nuevo Pacto”? El único Mandamiento que, por su misma naturaleza, habla del descanso ha llegado a ser, para muchos que no lo comprenden correctamente, la metáfora de la salvación por obras. ¿Qué está mal en este cuadro?

De hecho, lejos de ser un símbolo de obras, el sábado es el símbolo bíblico eterno del descanso que el pueblo de Dios siempre ha tenido en Dios.

Lee Hebreos 4:9 al 11. ¿Cuál es el mensaje para nosotros aquí acerca del sábado?

Desde el mundo anterior a la caída de Adán y Eva en el Edén hasta el descanso del Nuevo Pacto que los seguidores de Dios tienen en la obra de redención de Cristo para ellos, el sábado es una manifestación, en tiempo real, del descanso que Cristo ofrece a todos. En Mateo 11:28 al 30, Jesús nos llama a descansar en él. Él nos dará reposo, y ese reposo encuentra una expresión en su universal día de sábado. Cualquiera puede decir que está descansando en Cristo: cualquiera puede decir que es salvado por gracia. Pero, la observancia del sábado es una expresión visible de ese descanso, una parábola viviente de lo que significa estar cubierto por su gracia. Nuestro descanso semanal de nuestras obras seculares y mundanas es como un símbolo de nuestro reposo en la obra completada de Jesús en nuestro favor.

Nuestra obediencia a este Mandamiento es una manera de decir: “Estamos tan seguros de nuestra salvación en Jesús, estamos tan firmes y seguros en lo que Cristo hizo por nosotros, que podemos –de una manera especial– descansar de cualquiera de nuestras obras, porque sabemos lo que Cristo ha realizado en favor de la humanidad por medio de su muerte y su resurrección”.

El sábado es una expresión y una manifestación muy real, muy expresiva y muy visible del descanso que tenemos en Jesús y lo que él hizo por nosotros. No tenemos que decirlo; pero podemos expresarlo de una manera real, una manera que aquellos que no guardan el sábado no pueden expresar.

Para Estudiar y Meditar.
Viernes 22 de mayo

Lee los comentarios que hizo la señora de White acerca de cuando Dios dio la ley de los Diez Mandamientos, en Patriarcas y profetas, pp. 310-318, y sobre la historia de la observancia del sábado junto con los discípulos de Jesús, en El Deseado de todas las gentes, pp. 248-256.

Una rica fuente de información adicional es el artículo “The Sabbath in the New Testament”, en Kenneth A. Strand, ed. The Sabbath in Scripture and History, pp. 92-113.

Nota específicamente este pasaje: “En el informe de Marcos (cap. 2:27), Jesús planteó el tema del propósito del sábado. El sábado no era un fin en sí mismo. [...] Esta diseñado con el fin de ser una bendición para el hombre, un día de descanso físico, pero también un día dedicado a ejercicios espirituales. Los fariseos trataron el día como si el hombre hubiera sido creado para servir al sábado, en vez de que el sábado satisficiera las necesidades del hombre. El rabí Shim’on ben Menasya, alrededor del año 180 d.C., hizo una afirmación similar [a la declaración de Jesús]: ‘El sábado les fue dado a ustedes, pero ustedes no se han rendido al sábado’” (p. 96).

Preguntas Para Dialogar:

1. En la clase, comparen las descripciones de cómo sería un sábado “perfecto”. ¿Qué pueden hacer para acercarse lo más posible a ese ideal?
2. A comienzos de esta semana se sugirió que algunas de las reglas y las restricciones que aplicamos al sábado están arraigadas más en la tradición que en la Palabra de Dios. Como clase, analicen cuáles podrían ser estas reglas humanas, frente a lo que dice la Biblia. ¿Cómo podemos determinar la diferencia?
3. Medita más en la idea que se expresa en la sección del jueves. ¿Cómo podemos mostrar mejor al mundo que el descanso especial del que gozamos en Jesús por medio del sábado revela la realidad de la gracia de Cristo en nuestras vidas? ¿Qué cosas podríamos haber hecho para dar a otros una impresión equivocada?

Resumen: El sábado es el don de Dios para la humanidad. Es el antídoto perfecto para la inquietud y el estrés actual. Es una cantidad muy específica de tiempo en la semana, que Dios ha “hecho santa” para nosotros. Ese día puede ser, si lo enfocamos con la actitud correcta, una fuente de descanso físico y espiritual, y un tiempo de gran gozo. El ejemplo máximo de la verdadera observancia del sábado es Jesús, quien se refirió en forma muy significativa a sí mismo como el Señor del sábado.


Guía de Estudio de la Biblia: Caminar la vida cristiana / Edición Adultos.
Periodo: Trimestre Abril-Junio de 2009
Autor: Reinder Bruinsma, nacido en Holanda, ha servido en distintas responsabilidades a lo largo de su larga carrera en la iglesia. Autor de casi veinte libros, algunos de los cuales han sido traducidos a varios idiomas, y era presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Holanda cuando escribió esta Guía de Estudio de La Biblia.
Editor: Clifford Goldstein

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