Sábado 27 de junio
Lee Para el Estudio de esta Semana: Repasa las 3 epístolas de Juan.
Para Memorizar: “Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo” (1 Juan 4:14).
¿FALSOS MAESTROS ESPARCIENDO EL ERROR entre los santos? ¿Conceptos equivocados acerca de la naturaleza de Cristo? ¿Luchas por el poder en la iglesia? ¿Errores teológicos esparciéndose entre los bancos de la iglesia? ¿Personas que necesitan la certeza de la salvación? ¿Otros que necesitan saber que la fe debe guiar a la obediencia a la Ley?
Suena algo parecido a nuestra iglesia actual, ¿verdad?
Sin embargo, estos eran algunos de los problemas con los que luchó Juan hace casi dos mil años en sus tres cortas epístolas del Nuevo Testamento.
¡Cuán ciertas son las palabras de Salomón: “Nada hay nuevo debajo del sol” (Ecl. 1:9)!
No obstante, Juan no se concentra solamente en los problemas. Él señala a Dios el Padre y al Hijo; describe quiénes son y qué han hecho por nosotros, y por eso, qué debemos responderles.
Un Vistazo a la Semana: ¿Por qué crees que Juan escribió estas epístolas? ¿A quiénes les estaba escribiendo? ¿Cuáles eran sus preocupaciones? ¿De qué manera atiende esas preocupaciones? ¿Qué nos cuenta Juan acerca de Jesús? ¿Qué promesas puedes obtener de estos libros?
De quien y para quien: El Autor y sus lectores
Domingo 28 de junio
La primera Epístola de Juan comienza sin una introducción formal. Cualquiera que haya sido la razón, el autor no se presenta. La segunda y la tercera cartas mencionan como autor a una persona llamada “el anciano”. Ellas también nos informan a quién fueron dirigidas: a una señora elegida, y también a alguien llamado Gayo. Esta información no es extensa y deja planteadas muchas preguntas; sin embargo, de las cartas mismas podemos aprender algo acerca de quién las escribió.
El estilo y el vocabulario de las cartas parecen indicar que el autor de 1, 2 y 3 Juan fue el mismo. ¿Qué nos indican estas tres cartas acerca de él? Al leerlas, concéntrate, entre otras cosas, en algunos de los términos que usa para referirse a las personas a las que dirige las cartas. (Ver 1 Juan 1:1-3; 2:1, 18; 4:4; 2 Juan 1, 12; 3 Juan 1, 13, 14.)
Obviamente, el autor ha sido testigo presencial de Jesús. También parece haber tenido una relación íntima con los miembros de la iglesia a quienes les escribió, porque los llama “hijitos”, una expresión de cariño. Él mantenía una posición de liderazgo en la iglesia, y más de una vez dijo que esperaba visitarlos. La estrecha similitud de frases y temas con el Evangelio de Juan, así como el testimonio de los padres de la iglesia, revelan que él fue el apóstol Juan.
Todo esto trae a luz un punto muy importante. Cuán valioso es que procuremos desarrollar una relación bondadosa, amable y amante con quienes nos rodean. Por estas cartas, es muy claro que Juan amaba a estas personas y se interesaba vivamente por ellas, y que él quería verlas fortalecidas en el Señor. Puede haber muy pocas dudas de que el amor que él expresaba hacia ellos solo fortalecía el poder de sus palabras. ¡Qué lección importante para todos los que procuramos ser testigos de Jesús y de las verdades que él nos ha dado como iglesia!
Una cosa es tener conocimiento acerca de la naturaleza de Dios, el plan de salvación, la segunda venida de Cristo y el día de reposo correcto. Pero ¿qué le ocurre a nuestro testimonio si nuestras vidas no reflejan el amor y el carácter del Dios que creó estas verdades? Tal vez tengas verdades bien expresadas racionalmente. Eso es bueno, pero ¿cuánto amor y preocupación por otros acompañan tu expresión de esas verdades?
Que contienen la Epístolas
Lunes 29 de junio
En la primera carta de Juan, encontramos una cantidad de temas importantes, aunque el apóstol no parece avanzar en ninguna progresión lineal. Esta observación ha conducido a algunos eruditos a concluir que Juan presenta sus argumentos en una forma cíclica; es decir, él vuelve a tratar sus temas desde ángulos diferentes. De este modo, las mismas cosas se analizan desde diferentes perspectivas.
Lee 2 Juan 1 al 13. Sigue su línea de pensamiento: 2 Juan 1-3, 2 Juan 4, 2 Juan 5, 6, 2 Juan 7-11, 2 Juan 12, 13
En 2 Juan, el apóstol expresa su gratitud porque los hijos de la señora caminan en la verdad. También habla acerca del amor y la obediencia, y luego se concentra en los falsos maestros que ya mencionó en su primera carta. Emplea otra vez el término anticristo. En su conclusión, Juan expresa el deseo de visitar a sus oyentes. También les transmite sus saludos.
¿De qué modo 3 Juan se relaciona con las dos cartas anteriores, que tratan acerca de los falsos maestros que no se mencionan en la última carta de Juan? Es plausible la idea de que las tres cartas traten acerca de una situación similar pero desde perspectivas diferentes. Mientras 1 y 2 Juan advierten contra los falsos maestros, 3 Juan muestra cómo en un caso particular los dirigentes de la iglesia trataron de controlar el problema.
En muchas partes del mundo, la idea de una “doctrina ortodoxa” suena medieval; recuerda a la gente cosas tales como la Inquisición, cuando las personas fueron torturadas y muertas porque no eran lo suficientemente “ortodoxas” en su teología. De allí que muchos se alejen totalmente de la idea de ortodoxia, alegando en cambio que todo lo que hace falta es amar, sin tomar en cuenta la enseñanza. No obstante, Juan, cualquiera que sea su énfasis en el amor, no deja de ocuparse del error teológico. ¿Qué debiera indicarnos esto con respecto a cómo debemos actuar frente al error teológico en nuestra propia iglesia?
Por que: el proposito de estas Cartas
Martes 30 de junio
Repetidamente, Juan nos dice por qué escribió su primera carta. ¿Qué está señalando él? 1 Juan 1:4, 1 Juan 2:12-14, 1 Juan 5:13
Todas estas declaraciones son positivas y confirmadoras. Sin embargo, el contexto muestra que deben ser entendidas dentro del marco de problemas serios en las iglesias a las cuales se dirige 1 Juan. Esta carta hace declaraciones severas acerca de los falsos maestros. Se los llama anticristos. El término se encuentra cuatro veces en 1 Juan y una vez en 2 Juan. No se usa en ninguna otra parte de la Biblia.
Estos anticristos tenían ideas equivocadas acerca de Jesucristo, ideas que también afectaron su estilo de vida cristiano. Obviamente, Juan sentía la necesidad de hacer frente a estas enseñanzas, y lo hizo de una manera sólida e inflexible.
Sin embargo, el autor describe un cuadro positivo del verdadero cristianismo y se concentra en su naturaleza positiva. Al afrontar el error teológico y el error ético de los falsos maestros, Juan alega en favor de la unidad del Padre y del Hijo, la aceptación del perdón divino y una vida gobernada por el principio del amor.
Mientras anima a los feligreses y les advierte contra conceptos inadecuados de Cristo y de la conducta cristiana, espera ganar de regreso a algunos de los que habían abandonado la iglesia.
En 1 y 3 Juan, no se mencionan las razones por las que escribió las cartas, pero esas razones se pueden percibir. El propósito de 2 Juan es advertir a los feligreses contra las enseñanzas erróneas y la ética incorrecta de los falsos maestros mencionados en 1 Juan.
De acuerdo con 3 Juan, estaba ocurriendo una lucha por el poder. Diótrefes estaba tratando de usurpar toda la autoridad. Aparentemente, al usar el problema de esa herejía, estaba tratando de establecer su propia base de poder.
Aunque sin disminuir la seriedad de estas falsas enseñanzas, Juan las enfrenta enfatizando lo positivo. Aquí hay un principio importante para nosotros. Cuán fácil es dejarse absorber por la lucha contra el error de tal manera que nos centramos en él en lugar de centrarnos en la verdad. ¿De qué manera enfrentas lo que consideras equivocado? ¿Te concentras en el error en lugar de hacerlo en la verdad? ¿De qué modo puedes comenzar a adiestrarte para tratar con los problemas de una manera más positiva?
Jesús en las Epístolas de Juan
Miércoles 1º de julio
Jesús aparece en toda 1 Juan. Él está en el centro de este libro. ¿Quién es él, de acuerdo con esta carta? 1 Juan 1:1, 1 Juan 1:2; 5:20, 1 Juan 1:3; 4:15, 1 Juan 2:1, 1 Juan 2:8, 1 Juan 2:22, 1 Juan 4:14, 1 Juan 5:20.
Aunque en 1 Juan Dios el Padre se menciona con más frecuencia que Jesús, el problema de los ex miembros, y tal vez de algunos feligreses todavía activos, es con el Hijo. Los miembros de la iglesia y los falsos maestros pudieron haber concordado mayormente sobre la naturaleza del Padre. Sin embargo, estaban en desacuerdo en lo que se refiere a Jesús, en cuanto a su humanidad y a su divinidad. El problema era si Jesús “ha venido en carne” (1 Juan 4:2) o no, y si “es el Cristo” (1 Juan 2:22).
En medio de todo esto, Juan claramente sostiene que es imposible separar al Padre del Hijo. Aun en nuestros días, algunas personas, incluso algunos cristianos, piensan que pueden tener una relación con Dios el Padre sin interesarse acerca de Jesús. Para ellos, Jesús es sencillamente un ser humano maravilloso. Juan, sin embargo, es claro: Si sabes acerca de Jesús pero no lo aceptas como el Mesías y el Hijo de Dios, no puedes tener una relación salvadora con Dios el Padre.
La primera carta de Juan contiene 105 versículos. Jesús aparece en unos 45 de ellos. ¿Qué te indica esto acerca del lugar que Jesús tiene en esta carta? ¿Cuán central es Jesús en tu propia comprensión de la verdad? Es decir, ¿podrías estar demasiado ocupado con fechas, diagramas y doctrinas, en vez de conocer por ti mismo a Jesús, y su perdón y su gracia? Si fuera así, ¿cómo podrías cambiar? ¿Por qué tienes que cambiar? (Ver Juan 17:3.)
El ministerio de Jesús en las Epístolas de Juan
Jueves 2 de julio
Las cartas de Juan no solo presentan a Jesús desde diferentes perspectivas, contándonos que él existe desde el principio (1 Juan 1:1), que ha venido en carne (1 Juan 4:2), y que permaneció justo, puro y sin pecado (1 Juan 2:1; 3:3, 5), sino también enfatizan su ministerio y su obra.
Quién es Jesús y qué ha hecho él están profundamente relacionados. Negar su divinidad o su humanidad significa también negar su ministerio como Salvador, como ejemplo y como Señor. La salvación por medio de Jesús depende de la naturaleza divino-humana de Jesús. Sin una comprensión adecuada de la naturaleza divino-humana de Jesús, puedes terminar con una comprensión diferente del plan de salvación y del problema del pecado. Se puede tomar livianamente el pecado y aun negarlo (1 Juan 1:6-10), una actitud que influirá seguramente, de una manera u otra, en la conducta y la ética cristianas.
¿Qué nos enseña Juan acerca del ministerio y la obra de Jesús? Es decir, ¿qué promesas se nos hacen gracias a lo que Jesús ha hecho o está haciendo por nosotros ahora? 1 Juan 1:7, 1 Juan 2:25, 1 Juan 2:28, 1 Juan 3:8, 1 Juan 3:16, 1 Juan 5:18, 2 Juan 3.
Lo que Jesús hizo por nosotros como nuestro Salvador y lo que está haciendo por nosotros como nuestro Abogado requieren una respuesta de nuestra parte. El perdón de los pecados, la seguridad de la salvación, el don del Espíritu Santo, la esperanza de su segunda venida, y la promesa de que seremos como él y lo veremos como él es, no pueden dejar frío nuestro corazón. Creemos en él, lo amamos, lo seguimos, lo obedecemos, y permanecemos en él y en sus enseñanzas.
Considera algunas de las promesas enumeradas arriba. ¿Cuáles son las que significan más para ti, y por qué? ¿Cuáles no estás gozando, tal vez, en tu vida, como deberías? ¿Por qué podría ser esto así, y qué puedes hacer a fin de comprender aún más las riquezas de estas promesas?
Para Estudiar y Meditar
Viernes 3 de julio
Lee 1 Juan de una vez, para obtener un panorama de esta epístola importante.
“Con el paso de los años y el aumento del número de creyentes, Juan trabajaba con mayor fidelidad y fervor en favor de sus hermanos. Eran tiempos llenos de peligros para la iglesia. Los engaños satánicos se encontraban por doquier. [...] Algunos que profesaban creer en Cristo afirmaban que su amor los liberaba de obedecer la ley de Dios. Por otra parte, muchos enseñaban que era necesario amoldarse a las costumbres judías y llevar a cabo sus ceremonias; que la simple observancia de la ley, sin fe en la sangre de Cristo, bastaba para la salvación. Algunos sostenían que Cristo era un hombre bueno, pero negaban su divinidad. Otros, que pretendían ser fieles a la causa de Dios, eran engañadores que en la práctica negaban a Cristo y su evangelio. Puesto que ellos mismos vivían en pecado, introducían herejías en las iglesias. Por eso, muchos se extraviaban en los laberintos del escepticismo y el engaño.
“Juan se llenaba de tristeza cuando veía que esos errores ponzoñosos se introducían en la iglesia. Vio los peligros a los que estaba expuesta, y enfrentó la emergencia con rapidez y decisión. Las epístolas de Juan exhalan el espíritu del amor. Dan la impresión de haber sido escritas con la pluma sumergida en amor. Pero, cuando se relacionaba con los que pretendían vivir sin pecado, aunque estaban quebrantando la ley de Dios, no vacilaba en amonestarlos enérgicamente contra ese terrible engaño” (HAp 456, 457).
Preguntas para dialogar.
1. Lee la cita de Elena de White copiada arriba. Imagínate que ella estuviera escribiendo para la iglesia actual. ¿Qué podría escribir? Es decir, ¿cuáles son los desafíos teológicos que la iglesia afronta hoy? ¿De qué maneras son similares a los que Juan enfrentó en sus días? ¿Qué podemos aprender de Juan que podría ayudarnos a tratar con estos errores?
2. Como adventistas, creemos que se nos han dado muchas verdades, verdades que muchas otras iglesias no tienen. (Después de todo, si ellos tuvieran estas verdades, ¿con qué propósito existiríamos como adventistas?) Al mismo tiempo, ¿de qué modo podríamos nosotros, como iglesia, reflejar mejor el amor y la bondad que deben acompañar nuestro testimonio? ¿De qué modo, ya sea como clase o como personas, podrían ayudar a tu iglesia local a manifestar mejor el amor de Dios? Asusta pensar en cuántas personas, atraídas a nuestro mensaje, nunca lo aceptaron por la falta de bondad, gracia y amor expresados por la iglesia. Podemos y debemos hacer esto mucho mejor.
Guía de Estudio de la Biblia: Amadas y llenas de amor: Las Epístolas de Juan / Edición Adultos.
Periodo: Trimestre Julio-Septiembre de 2009
Autor: Ekkehardt Mueller, nacido en Alemania, doctor en Teología y Ministerio. Es uno de los directores asociados del Instituto de Investigaciones Bíblica (Biblical Research Institute) de la Asociación General. Sus especialidades son Nuevo Testamento, el libro de Apocalipsis, hermenéutica y teología aplicada. Es casado y tiene dos hijos adultos.
Editor: Clifford Goldstein
Lee Para el Estudio de esta Semana: Repasa las 3 epístolas de Juan.
Para Memorizar: “Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo” (1 Juan 4:14).
¿FALSOS MAESTROS ESPARCIENDO EL ERROR entre los santos? ¿Conceptos equivocados acerca de la naturaleza de Cristo? ¿Luchas por el poder en la iglesia? ¿Errores teológicos esparciéndose entre los bancos de la iglesia? ¿Personas que necesitan la certeza de la salvación? ¿Otros que necesitan saber que la fe debe guiar a la obediencia a la Ley?
Suena algo parecido a nuestra iglesia actual, ¿verdad?
Sin embargo, estos eran algunos de los problemas con los que luchó Juan hace casi dos mil años en sus tres cortas epístolas del Nuevo Testamento.
¡Cuán ciertas son las palabras de Salomón: “Nada hay nuevo debajo del sol” (Ecl. 1:9)!
No obstante, Juan no se concentra solamente en los problemas. Él señala a Dios el Padre y al Hijo; describe quiénes son y qué han hecho por nosotros, y por eso, qué debemos responderles.
Un Vistazo a la Semana: ¿Por qué crees que Juan escribió estas epístolas? ¿A quiénes les estaba escribiendo? ¿Cuáles eran sus preocupaciones? ¿De qué manera atiende esas preocupaciones? ¿Qué nos cuenta Juan acerca de Jesús? ¿Qué promesas puedes obtener de estos libros?
De quien y para quien: El Autor y sus lectores
Domingo 28 de junio
La primera Epístola de Juan comienza sin una introducción formal. Cualquiera que haya sido la razón, el autor no se presenta. La segunda y la tercera cartas mencionan como autor a una persona llamada “el anciano”. Ellas también nos informan a quién fueron dirigidas: a una señora elegida, y también a alguien llamado Gayo. Esta información no es extensa y deja planteadas muchas preguntas; sin embargo, de las cartas mismas podemos aprender algo acerca de quién las escribió.
El estilo y el vocabulario de las cartas parecen indicar que el autor de 1, 2 y 3 Juan fue el mismo. ¿Qué nos indican estas tres cartas acerca de él? Al leerlas, concéntrate, entre otras cosas, en algunos de los términos que usa para referirse a las personas a las que dirige las cartas. (Ver 1 Juan 1:1-3; 2:1, 18; 4:4; 2 Juan 1, 12; 3 Juan 1, 13, 14.)
Obviamente, el autor ha sido testigo presencial de Jesús. También parece haber tenido una relación íntima con los miembros de la iglesia a quienes les escribió, porque los llama “hijitos”, una expresión de cariño. Él mantenía una posición de liderazgo en la iglesia, y más de una vez dijo que esperaba visitarlos. La estrecha similitud de frases y temas con el Evangelio de Juan, así como el testimonio de los padres de la iglesia, revelan que él fue el apóstol Juan.
Todo esto trae a luz un punto muy importante. Cuán valioso es que procuremos desarrollar una relación bondadosa, amable y amante con quienes nos rodean. Por estas cartas, es muy claro que Juan amaba a estas personas y se interesaba vivamente por ellas, y que él quería verlas fortalecidas en el Señor. Puede haber muy pocas dudas de que el amor que él expresaba hacia ellos solo fortalecía el poder de sus palabras. ¡Qué lección importante para todos los que procuramos ser testigos de Jesús y de las verdades que él nos ha dado como iglesia!
Una cosa es tener conocimiento acerca de la naturaleza de Dios, el plan de salvación, la segunda venida de Cristo y el día de reposo correcto. Pero ¿qué le ocurre a nuestro testimonio si nuestras vidas no reflejan el amor y el carácter del Dios que creó estas verdades? Tal vez tengas verdades bien expresadas racionalmente. Eso es bueno, pero ¿cuánto amor y preocupación por otros acompañan tu expresión de esas verdades?
Que contienen la Epístolas
Lunes 29 de junio
En la primera carta de Juan, encontramos una cantidad de temas importantes, aunque el apóstol no parece avanzar en ninguna progresión lineal. Esta observación ha conducido a algunos eruditos a concluir que Juan presenta sus argumentos en una forma cíclica; es decir, él vuelve a tratar sus temas desde ángulos diferentes. De este modo, las mismas cosas se analizan desde diferentes perspectivas.
Lee 2 Juan 1 al 13. Sigue su línea de pensamiento: 2 Juan 1-3, 2 Juan 4, 2 Juan 5, 6, 2 Juan 7-11, 2 Juan 12, 13
En 2 Juan, el apóstol expresa su gratitud porque los hijos de la señora caminan en la verdad. También habla acerca del amor y la obediencia, y luego se concentra en los falsos maestros que ya mencionó en su primera carta. Emplea otra vez el término anticristo. En su conclusión, Juan expresa el deseo de visitar a sus oyentes. También les transmite sus saludos.
¿De qué modo 3 Juan se relaciona con las dos cartas anteriores, que tratan acerca de los falsos maestros que no se mencionan en la última carta de Juan? Es plausible la idea de que las tres cartas traten acerca de una situación similar pero desde perspectivas diferentes. Mientras 1 y 2 Juan advierten contra los falsos maestros, 3 Juan muestra cómo en un caso particular los dirigentes de la iglesia trataron de controlar el problema.
En muchas partes del mundo, la idea de una “doctrina ortodoxa” suena medieval; recuerda a la gente cosas tales como la Inquisición, cuando las personas fueron torturadas y muertas porque no eran lo suficientemente “ortodoxas” en su teología. De allí que muchos se alejen totalmente de la idea de ortodoxia, alegando en cambio que todo lo que hace falta es amar, sin tomar en cuenta la enseñanza. No obstante, Juan, cualquiera que sea su énfasis en el amor, no deja de ocuparse del error teológico. ¿Qué debiera indicarnos esto con respecto a cómo debemos actuar frente al error teológico en nuestra propia iglesia?
Por que: el proposito de estas Cartas
Martes 30 de junio
Repetidamente, Juan nos dice por qué escribió su primera carta. ¿Qué está señalando él? 1 Juan 1:4, 1 Juan 2:12-14, 1 Juan 5:13
Todas estas declaraciones son positivas y confirmadoras. Sin embargo, el contexto muestra que deben ser entendidas dentro del marco de problemas serios en las iglesias a las cuales se dirige 1 Juan. Esta carta hace declaraciones severas acerca de los falsos maestros. Se los llama anticristos. El término se encuentra cuatro veces en 1 Juan y una vez en 2 Juan. No se usa en ninguna otra parte de la Biblia.
Estos anticristos tenían ideas equivocadas acerca de Jesucristo, ideas que también afectaron su estilo de vida cristiano. Obviamente, Juan sentía la necesidad de hacer frente a estas enseñanzas, y lo hizo de una manera sólida e inflexible.
Sin embargo, el autor describe un cuadro positivo del verdadero cristianismo y se concentra en su naturaleza positiva. Al afrontar el error teológico y el error ético de los falsos maestros, Juan alega en favor de la unidad del Padre y del Hijo, la aceptación del perdón divino y una vida gobernada por el principio del amor.
Mientras anima a los feligreses y les advierte contra conceptos inadecuados de Cristo y de la conducta cristiana, espera ganar de regreso a algunos de los que habían abandonado la iglesia.
En 1 y 3 Juan, no se mencionan las razones por las que escribió las cartas, pero esas razones se pueden percibir. El propósito de 2 Juan es advertir a los feligreses contra las enseñanzas erróneas y la ética incorrecta de los falsos maestros mencionados en 1 Juan.
De acuerdo con 3 Juan, estaba ocurriendo una lucha por el poder. Diótrefes estaba tratando de usurpar toda la autoridad. Aparentemente, al usar el problema de esa herejía, estaba tratando de establecer su propia base de poder.
Aunque sin disminuir la seriedad de estas falsas enseñanzas, Juan las enfrenta enfatizando lo positivo. Aquí hay un principio importante para nosotros. Cuán fácil es dejarse absorber por la lucha contra el error de tal manera que nos centramos en él en lugar de centrarnos en la verdad. ¿De qué manera enfrentas lo que consideras equivocado? ¿Te concentras en el error en lugar de hacerlo en la verdad? ¿De qué modo puedes comenzar a adiestrarte para tratar con los problemas de una manera más positiva?
Jesús en las Epístolas de Juan
Miércoles 1º de julio
Jesús aparece en toda 1 Juan. Él está en el centro de este libro. ¿Quién es él, de acuerdo con esta carta? 1 Juan 1:1, 1 Juan 1:2; 5:20, 1 Juan 1:3; 4:15, 1 Juan 2:1, 1 Juan 2:8, 1 Juan 2:22, 1 Juan 4:14, 1 Juan 5:20.
Aunque en 1 Juan Dios el Padre se menciona con más frecuencia que Jesús, el problema de los ex miembros, y tal vez de algunos feligreses todavía activos, es con el Hijo. Los miembros de la iglesia y los falsos maestros pudieron haber concordado mayormente sobre la naturaleza del Padre. Sin embargo, estaban en desacuerdo en lo que se refiere a Jesús, en cuanto a su humanidad y a su divinidad. El problema era si Jesús “ha venido en carne” (1 Juan 4:2) o no, y si “es el Cristo” (1 Juan 2:22).
En medio de todo esto, Juan claramente sostiene que es imposible separar al Padre del Hijo. Aun en nuestros días, algunas personas, incluso algunos cristianos, piensan que pueden tener una relación con Dios el Padre sin interesarse acerca de Jesús. Para ellos, Jesús es sencillamente un ser humano maravilloso. Juan, sin embargo, es claro: Si sabes acerca de Jesús pero no lo aceptas como el Mesías y el Hijo de Dios, no puedes tener una relación salvadora con Dios el Padre.
La primera carta de Juan contiene 105 versículos. Jesús aparece en unos 45 de ellos. ¿Qué te indica esto acerca del lugar que Jesús tiene en esta carta? ¿Cuán central es Jesús en tu propia comprensión de la verdad? Es decir, ¿podrías estar demasiado ocupado con fechas, diagramas y doctrinas, en vez de conocer por ti mismo a Jesús, y su perdón y su gracia? Si fuera así, ¿cómo podrías cambiar? ¿Por qué tienes que cambiar? (Ver Juan 17:3.)
El ministerio de Jesús en las Epístolas de Juan
Jueves 2 de julio
Las cartas de Juan no solo presentan a Jesús desde diferentes perspectivas, contándonos que él existe desde el principio (1 Juan 1:1), que ha venido en carne (1 Juan 4:2), y que permaneció justo, puro y sin pecado (1 Juan 2:1; 3:3, 5), sino también enfatizan su ministerio y su obra.
Quién es Jesús y qué ha hecho él están profundamente relacionados. Negar su divinidad o su humanidad significa también negar su ministerio como Salvador, como ejemplo y como Señor. La salvación por medio de Jesús depende de la naturaleza divino-humana de Jesús. Sin una comprensión adecuada de la naturaleza divino-humana de Jesús, puedes terminar con una comprensión diferente del plan de salvación y del problema del pecado. Se puede tomar livianamente el pecado y aun negarlo (1 Juan 1:6-10), una actitud que influirá seguramente, de una manera u otra, en la conducta y la ética cristianas.
¿Qué nos enseña Juan acerca del ministerio y la obra de Jesús? Es decir, ¿qué promesas se nos hacen gracias a lo que Jesús ha hecho o está haciendo por nosotros ahora? 1 Juan 1:7, 1 Juan 2:25, 1 Juan 2:28, 1 Juan 3:8, 1 Juan 3:16, 1 Juan 5:18, 2 Juan 3.
Lo que Jesús hizo por nosotros como nuestro Salvador y lo que está haciendo por nosotros como nuestro Abogado requieren una respuesta de nuestra parte. El perdón de los pecados, la seguridad de la salvación, el don del Espíritu Santo, la esperanza de su segunda venida, y la promesa de que seremos como él y lo veremos como él es, no pueden dejar frío nuestro corazón. Creemos en él, lo amamos, lo seguimos, lo obedecemos, y permanecemos en él y en sus enseñanzas.
Considera algunas de las promesas enumeradas arriba. ¿Cuáles son las que significan más para ti, y por qué? ¿Cuáles no estás gozando, tal vez, en tu vida, como deberías? ¿Por qué podría ser esto así, y qué puedes hacer a fin de comprender aún más las riquezas de estas promesas?
Para Estudiar y Meditar
Viernes 3 de julio
Lee 1 Juan de una vez, para obtener un panorama de esta epístola importante.
“Con el paso de los años y el aumento del número de creyentes, Juan trabajaba con mayor fidelidad y fervor en favor de sus hermanos. Eran tiempos llenos de peligros para la iglesia. Los engaños satánicos se encontraban por doquier. [...] Algunos que profesaban creer en Cristo afirmaban que su amor los liberaba de obedecer la ley de Dios. Por otra parte, muchos enseñaban que era necesario amoldarse a las costumbres judías y llevar a cabo sus ceremonias; que la simple observancia de la ley, sin fe en la sangre de Cristo, bastaba para la salvación. Algunos sostenían que Cristo era un hombre bueno, pero negaban su divinidad. Otros, que pretendían ser fieles a la causa de Dios, eran engañadores que en la práctica negaban a Cristo y su evangelio. Puesto que ellos mismos vivían en pecado, introducían herejías en las iglesias. Por eso, muchos se extraviaban en los laberintos del escepticismo y el engaño.
“Juan se llenaba de tristeza cuando veía que esos errores ponzoñosos se introducían en la iglesia. Vio los peligros a los que estaba expuesta, y enfrentó la emergencia con rapidez y decisión. Las epístolas de Juan exhalan el espíritu del amor. Dan la impresión de haber sido escritas con la pluma sumergida en amor. Pero, cuando se relacionaba con los que pretendían vivir sin pecado, aunque estaban quebrantando la ley de Dios, no vacilaba en amonestarlos enérgicamente contra ese terrible engaño” (HAp 456, 457).
Preguntas para dialogar.
1. Lee la cita de Elena de White copiada arriba. Imagínate que ella estuviera escribiendo para la iglesia actual. ¿Qué podría escribir? Es decir, ¿cuáles son los desafíos teológicos que la iglesia afronta hoy? ¿De qué maneras son similares a los que Juan enfrentó en sus días? ¿Qué podemos aprender de Juan que podría ayudarnos a tratar con estos errores?
2. Como adventistas, creemos que se nos han dado muchas verdades, verdades que muchas otras iglesias no tienen. (Después de todo, si ellos tuvieran estas verdades, ¿con qué propósito existiríamos como adventistas?) Al mismo tiempo, ¿de qué modo podríamos nosotros, como iglesia, reflejar mejor el amor y la bondad que deben acompañar nuestro testimonio? ¿De qué modo, ya sea como clase o como personas, podrían ayudar a tu iglesia local a manifestar mejor el amor de Dios? Asusta pensar en cuántas personas, atraídas a nuestro mensaje, nunca lo aceptaron por la falta de bondad, gracia y amor expresados por la iglesia. Podemos y debemos hacer esto mucho mejor.
Guía de Estudio de la Biblia: Amadas y llenas de amor: Las Epístolas de Juan / Edición Adultos.
Periodo: Trimestre Julio-Septiembre de 2009
Autor: Ekkehardt Mueller, nacido en Alemania, doctor en Teología y Ministerio. Es uno de los directores asociados del Instituto de Investigaciones Bíblica (Biblical Research Institute) de la Asociación General. Sus especialidades son Nuevo Testamento, el libro de Apocalipsis, hermenéutica y teología aplicada. Es casado y tiene dos hijos adultos.
Editor: Clifford Goldstein
Me parece una pagina exelente, no entiendo porque no hay participacion, tal vez le falta darse a conocer mas, yo recien la voy descubriendo y me ha encantado que ya la puse de mi pagina principal.
ResponderEliminarSALUDOS.