sábado, 30 de enero de 2010

Lección 6: El fruto del Espíritu es benignidad / Edición para Maestros


El sábado enseñaré...

Texto Clave: "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo". Efesios 4:32.

Enseña a tu clase a:

Saber que la benignidad es una característica del cristiano genuino.
Sentir el deseo de respetar los sentimientos y la conducta de otros.
Hacer la decisión de mostrar benignidad a otros, en todas mis relaciones.

Bosquejo de la Lección

1. Saber: Benignidad, una señal de un corazón convertido

A. El respeto por otras personas era una característica distintiva de la vida de Jesús. ¿De qué manera esto también es cierto para nosotros?
B. ¿Cómo trató Jesús a quienes se oponían a él? ¿A Judas? ¿Al sumo sacerdote?
C. Aunque puede ser cierto que expresamos mejor la benignidad a otros cuando la experimentamos nosotros mismos, ¿por qué el tratamiento que otros nos dan no debe ser la base de cómo los tratamos a ellos?
D. ¿Cuán efectivos podrían ser el respeto y la benignidad en la testificación?

2. Sentir: Los efectos de la falta de benignidad de los otros

A. ¿Cómo el comprender que las palabras y acciones faltas de benignidad que hieren y disminuyen a las personas, nos ayudará en lo siguiente?:
a. a ser benignos.
b. a sentir dolor por nuestros actos rudos.

3. Hacer: Mostrar benignidad

A. El texto clave indica cómo la benignidad de Dios hacia nosotros debería motivarnos a conducirnos del mismo modo con otros.
a. ¿De qué manera nuestra benignidad es importante como cristianos?
b. ¿De qué modo el ser desagradables, rudos e hirientes afecta nuestra influencia?
c. Ser benignos ¿es una opción o una obligación?
d. ¿Cómo apoyarías tu opinión de la pregunta anterior?
e. ¿De qué manera los rasgos de carácter desarrollados con actos de benignidad tienen una influencia positiva en nuestra vida?

Resumen: La benignidad es esencial para la cultura cristiana. Ser rudo y áspero nos hiere a nosotros así como también a otros. La misericordia de Dios hacia nosotros nos motiva a practicar la misericordia hacia los demás. La benignidad de Cristo es nuestro modelo.


CICLO DE APRENDIZAJE

PASO 1: ¡Motiva!

Concepto clave para el crecimiento espiritual: La benignidad, como el tratamiento cortés, tierno y reflexivo hacia los demás sean que merezcan nuestro buen trato o no, es un rasgo que imita el tratamiento que Dios nos da a nosotros.

Solo para los maestros: Divide a tu clase en pequeños grupos y pide que piense en varios ejemplos de benignidad en la Biblia. Luego pide a cada grupo que elija una de las historias para actuarlas en silencio como un acertijo; que el resto de la clase adivine las historias que se actuaron; enumera estas historias en un pizarrón o papel grande.

Considera: ¿Cuáles serían algunas reacciones no benignas en estas mismas situaciones? ¿Qué hace la diferencia entre las reacciones reflexivas y las irreflexivas en una situación? ¿Has hecho alguna vez una elección consciente entre ser bondadoso o áspero en una respuesta? ¿Qué procesos de pensamiento precedieron tu elección?


PASO 2: ¡Explora!

Solo para los maestros: Al analizar las historias bíblicas que siguen, escribe el título para cada historia en un pizarrón o papel grande, y enumera los aspectos de la historia que son importantes como modelos de benignidad.

Comentario de la Biblia

I. Como Dios nos ha tratado mejor de lo que merecemos, debemos tratar a otros con la misma generosidad y bondad. (Repasa con tu clase Luc. 7:36-50).

Ni Judas ni Simón respondieron bondadosamente al regalo del perfume que hizo María o al hecho de que una persona de la reputación de María estuviera tocando a Jesús. Sin embargo, la respuesta de Jesús, en marcado contraste, fue de aprecio tan generoso que aseguró que se recordaría a María dondequiera que se predicara el evangelio. Al relacionar su historia con la de él, el tributo de Jesús al acto de bondad de María fue eterno.

El tratamiento de Jesús a María provino de un corazón rebosante de amor, y Jesús atribuyó el agradecimiento manifestado por ella, al hecho de que se le había perdonado mucho. Jesús está dispuesto a perdonarnos a todos, incluyendo a Judas y Simón. Pero ni Judas ni Simón reconocieron o apreciaron la profundidad de la paciencia y ternura del Salvador para con sus faltas, y cuánto estaba dispuesto a perdonar Jesús. Si lo hubieran hecho, ellos también habrían ofrecido algún don de gratitud en vez de protestar por el don de María. Sin embargo, sus reacciones ante las declaraciones de Jesús fueron muy diferentes. Judas tomó los comentarios de Jesús como un insulto y se endureció en su determinación de traicionarlo. Simón, en cambio por más egoísta y estrecho de mente que haya sido, cuando vio cuán bien lo conocía Jesús y que no obstante se abstenía de avergonzarlo en público, respondió al don de amor. “Simón fue conmovido por la bondad de Jesús al no censurarlo abiertamente delante de los huéspedes. Él no había sido tratado como deseaba que María lo fuese. Vio que Jesús no quiso exponer a otros su culpa, sino que, por una correcta exposición del caso, trató de convencer su mente, y subyugar su corazón manifestando benevolencia” (DTG 521).

Considera: ¿Qué hace que nuestros corazones se endurezcan o se enternezcan por la bondad de Dios para con nosotros? ¿De qué modo la forma en que Dios nos ama se traduce en cómo amamos a otros?

II. La importancia de palabras bondadosas (Repasa con tu clase 1 Sam. 25).

Habían insultado a David, y él apresuradamente prometió pagar el insulto con violencia. Abigail le salió al encuentro. Ella se inclinó ante él, tratándolo como a un rey, y sus palabras benignas y humildes cambiaron la ira del hombre. “La piedad de Abigail, como la fragancia de una flor, se expresaba inconscientemente en su semblante, sus palabras y sus acciones. El Espíritu del Hijo de Dios moraba en su alma. Su palabra, sazonada con gracia, y henchida de bondad y de paz, derramaba una influencia celestial” (PP 724).

Con sus palabras bondadosas y respetuosas, Abigail pudo hacerle ver a David cuán necia e impulsiva era su pasión por venganza, y David tembló cuando se dio cuenta de cuán cerca había estado de realizar acciones apresuradas contra alguien que lo había insultado. Sin embargo, estas no fueron solo las palabras de una mujer sabia. Eran la evidencia de que el Espíritu de Dios moraba en su corazón, y daba forma y expresión a sus palabras.

Considera: ¿Qué situaciones afrontamos en las que nuestras palabras serenas y benignas pueden intervenir en una situación riesgosa, y tal vez evitar dificultades? ¿De qué modo nuestras palabras arrojan una influencia celestial?

III. Bondad en el hogar y fuera de él (Repasa con tu clase Rut 1; 2).

Noemí había sido extranjera en Moab, y Rut era extranjera en Belén. Rut no necesitaba ir a la tierra de su suegra, pero una vez allí, llevó la carga de proveer a las necesidades de Noemí y de ella misma en campos extraños donde fácilmente podría encontrarse con abusos. Cuán aliviada debe haberse sentido cuando halló la benignidad de Booz. Y él, que era tan generoso, fue rápido en reconocer esa benignidad en la mujer que estaba espigando en sus campos.

Hay muchas otras historias de hospitalidad en las Escrituras. Está la historia de la pareja que abrigó y alimentó a Eliseo, gestos que el profeta apreció mucho y Dios recompensó (2 Rey. 4:8-37). Abrahán, Lot y tal vez otros, al atender a extranjeros, “sin saberlo, hospedaron ángeles” (Heb. 13:2). A nosotros se nos aconseja actuar igual.

Jesús mismo, aunque estaba en las garras de la crisis más violenta que el universo haya conocido, reflexivamente hizo provisión para el bienestar de su madre (Juan 19:25-27). Los actos de benignidad deben engrasar las ruedas de todas nuestras interacciones con otros, pero especialmente en el hogar. “Quienes cultiven el espíritu de Cristo manifestarán cortesía en la casa y un espíritu de benevolencia aun en las cosas pequeñas. Constantemente procurarán hacer felices a cuantos los rodeen, olvidándose de sí mismos mientras hacen a los demás objeto de sus bondadosas atenciones. Tal es el fruto que crece en el árbol cristiano” (HAd 383).

Considera: ¿Cómo te sientes al saber que el Juez de toda la tierra hace lo mejor que puede para hablar benignamente a cada uno de nosotros, y acerca de nosotros, excusando nuestra debilidad tanto como sea posible? ¿Cuán tiernos deberíamos ser con quienes están luchando, que son débiles o están tentados?

* ¿Qué oportunidades tenemos de ser benignos tanto en casa como fuera de ella?


PASO 3: ¡Aplica!

Se dice que la frase “Practica la bondad al azar y actos de belleza sin sentido”, fue creada por una activista de la paz llamada Anne Herbert, que aparentemente la escribió en una servilleta en un restaurante en 1982 ó 1983. Muchas películas, libros, y sitios en Internet usaron la frase o se basaron en su concepto, incluyendo una película del año 2000, “Pay it Forward” (“Cadena de favores”), y en el libro titulado Random Acts of Kindness publicado en 1983 por Conari Press.

Preguntas para reflexionar:

1. Jesús dijo que el acto benigno de María sería contado como un monumento a ella. Como grupo, recuerden actos de benignidad que ustedes experimentaron. ¿Qué hizo que aquellos actos fueran memorables?

2. Como grupo, repasen algunas cosas benignas, generosas, y reflexivas que Dios hizo por ustedes. ¿Qué clase de actos de Dios son más memorables para ustedes?


PASO 4: ¡Crea!

Solo para los maestros: Puedes elegir hacer copias de varias de las ideas que siguen y desafiar a los miembros de tu clase a probar algunas de las ideas durante la semana próxima. Sugiere que, si tienen alguna experiencia interesante, la compartan con la clase el sábado siguiente.

1. Hagan una caminata por la naturaleza y examinen los alrededores para encontrar actos fortuitos de benignidad que Dios no tenía necesidad de hacer, pero que de todos modos hizo.

2. Un sitio web de la Fundación de Actos Fortuitos de Bondad es http://www.actsofkindness.org, que ofrece sugerencias, historias y citas acerca de la bondad. Una historia, presentada por un autor anónimo, dice: “Yo tenía interés en hacer algo bueno para alguien. Así que salí y compré unas flores, y puse una en cada buzón para diarios del vecindario, hasta que se me terminaron las flores. Al día siguiente, mi vecino dijo: ‘Recibí una flor con mi diario’, y solamente le contesté: ‘Alguien se preocupa por usted’”. ¿Qué clase de cosas anónimas sería agradable hacer en favor de las personas de tu vecindario?

3. Cristo les pidió un acto de benignidad a sus discípulos en el Jardín del Getsemaní, que ellos no realizaron por ser demasiado débiles. Él se sentía solo, y anhelaba aprecio y reconocimiento, especialmente de aquellos por quienes estaba ofreciendo su máximo sacrificio. Sin embargo, seguramente recordó la bondad de María hacia él, aun mientras entraba en el período oscuro de su prueba y crucifixión. Ese acto debe haber sido una fuente de fortaleza y consuelo para él. Aunque no podemos recuperar oportunidades perdidas de servir a Cristo, examina Mateo 25:34 al 46. Cada cosa pequeña que hacemos en favor de otros, Cristo las cuenta como si hubieran sido hechas para él. “Cristo apreciaba los actos de cortesía que brotaban del corazón. Cuando alguien le hacía un favor, lo bendecía con cortesía celestial. No rechazaba la flor más sencilla arrancada por la mano de un niño que se la ofrecía con amor” (DTG 517). ¿Qué acto de benignidad puedes ofrecer a Cristo esta semana?



Guía de Estudio de la Biblia: El Fruto del Espíritu / Edición para Maestros.
Periodo: Trimestre Enero-Marzo de 2010

Autor: Richard O'Fill, es escritor (El Cristiano Victorioso, Un Fruto Divino entre otros libros) y orador del ministerio Revival Sermons, ha trabajado para la iglesia en tres continentes, incluyendo siete años en las oficinas centrales de la Asociación General. Reside actualmente en Orlando, Florida, EE.UU.

Editor: Clifford Goldstein

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