sábado, 29 de mayo de 2010

Lección 10: Integridad: totalidad y santidad / Notas de Elena G. de White


Integridad: Totalidad y santidad
Sábado 29 de mayo

En la historia de José y Daniel y sus compañeros, advertimos cómo los jóvenes pueden ligarse al trono de Dios con la cadena áurea de la verdad. Nada consiguió apartar a aquéllos de su conducta íntegra. Para ellos el favor de Dios valía más que el favor y los halagos de los príncipes, y Dios los amó, y extendió su escudo sobre ellos. Debido a su fiel integridad y a su decisión de honrar a Dios más que a cualquier poder humano, el Señor los honró señaladamente ante los hombres. Esos jóvenes fueron honrados por el Señor Dios de los ejércitos, cuya potencia es sobre todas las obras de sus manos en el cielo y en la tierra. No tuvieron vergüenza de desplegar su propia enseña. En la corte del rey confesaron su fe en el Señor Dios del cielo por medio de sus palabras, hábitos y costumbres. Se negaron a obedecer cualquier orden terrenal que menoscabara la honra de Dios. Recibieron fuerza del cielo para confesarse fíeles a Dios...

Nunca os avergoncéis de vuestra enseña; levantadla bien en alto, desplegadla ante la mirada de los hombres y los ángeles... El mundo tiene derecho de saber lo que se puede esperar de cada ser humano inteligente. El que sea la personificación viviente de principios justos, firmes y decididos, tendrá poder vital sobre quienes lo rodean, y ejercerá influencia sobre los demás por medio de su cristianismo. Muchos no disciernen ni aprecian cuán grande es la influencia de cada uno para bien o para mal (Meditaciones matinales 1952, p. 123).

La integridad, la firmeza y la perseverancia, son cualidades que todos deben procurar cultivar fervorosamente; porque invisten a su poseedor con un poder irresistible, un poder que le hará fuerte para hacer el bien, fuerte para resistir el mal y para soportar la adversidad (Consejos para los maestros, padres y alumnos, p. 216).


Jesús en el desierto
Domingo 30 de mayo

Había llegado el tiempo en que el imperio satánico en el mundo fuera enfrentado y sus derechos sobre él, discutidos. Satanás temía que su poder fuera quebrantado. Sabía, a través de las profecías, que se había prometido un Salvador que establecería un reino que no dependería de los triunfos militares ni del honor mundano. Las profecías indicaban que el Príncipe del cielo establecería su reinado en la tierra que él reclamaba como suya, con lo que su poder y su gloria cesarían. Temía que había llegado el tiempo de su retribución por los pecados y la miseria que había producido en la raza humana. Sabía que todo dependía de su éxito o fracaso en vencer a Cristo con sus tentaciones, por lo tanto intentó usar cada artificio y estratagema para tratar de quebrar la integridad de Cristo (Signs of the Times, 4 de agosto, 1887).

Satanás se había esforzado una vez por hacer transigir a Cristo. Vino adonde estaba el Hijo de Dios en el desierto para tentarle, y mostrándole todos los reinos del mundo y su gloria, ofreció entregárselo todo con tal que reconociera la supremacía del príncipe de las tinieblas. Cristo reprendió al presuntuoso tentador y le obligó a marcharse. Pero al presentar las mismas tentaciones a los hombres, Satanás obtiene más éxito (El conflicto de los siglos, p. 54).

Esta última tentación fue la más seductora de las tres. Satanás sabía que la vida de Cristo debía ser de dolor, penalidades y conflictos. Y pensó que podría aprovecharse de este hecho para sobornar a Cristo para que claudicara en su integridad. Satanás actuó con todo su poder para dominar en esta última tentación, pues este último esfuerzo había de decidir su destino en cuanto a quién sería vencedor. Pretendía dominar el mundo, y era el príncipe de la potestad del aire. Llevó a Cristo a la cumbre de una muy alta montaña, y allí, en visión panorámica, presentó delante de él todos los reinos del mundo que habían estado por tanto tiempo bajo su dominio y se los ofreció a Cristo en un gran regalo. Le dijo a Cristo que poseería los reinos de este mundo sin sufrimiento ni peligro de su parte. Satanás promete rendir su cetro y dominio, y Cristo será el legítimo gobernante a cambio de un solo homenaje. Todo lo que requiere a cambio de entregarle los reinos del mundo que ese día presentó delante de Cristo, es que Cristo le rinda homenaje como a un superior.

Los ojos de Jesús se posaron por un momento sobre la gloria presentada delante de él, pero se apartó y rehusó contemplar el fascinador espectáculo. No estaba dispuesto a poner en peligro su f m e integridad entreteniéndose con el tentador. Cuando Satanás le requirió un homenaje, fue despertada la indignación divina de Cristo, y no pudo tolerar más la blasfema pretensión de Satanás, ni aun permitir que permaneciera en su presencia. Aquí Cristo usó de su autoridad divina y le ordenó a Satanás que desistiera. "Vete Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás" (Mateo 4:10). En su orgullo y arrogancia, Satanás había declarado que era el legítimo y permanente gobernante del mundo y el poseedor de todas sus riquezas y gloria, pretendiendo el homenaje de todos los que vivían en él, como si hubiera creado el mundo y todas las cosas que hay en él. Dijo a Cristo: "A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy" (Lucas 4:6). Se esforzó por hacer un pacto especial con Cristo, entregándole inmediatamente todo lo que pretendía como suyo, si él lo adoraba (Mensajes selectos, tomo 1, pp. 336, 337).

Muchos cristianos consideran esta experiencia en la vida de Cristo como si hubiera sido una batalla común entre dos reyes, y no consideran que tenga nada que ver con sus vidas y caracteres, por lo que esta maravillosa victoria les resulta de poco interés para ellos. Sus mentes están confundidas por los ardides del enemigo, y no se dan cuenta que ese mismo ser que afligió a Cristo en el desierto tratando de quebrantar su integridad, será su adversario hasta el fin del tiempo. Aunque no pudo vencer a Cristo, su poder no se ha debilitado con relación al ser humano y todos están expuestos personalmente a las mismas tentaciones a las que Cristo venció. Sin embargo todos pueden recibir la fortaleza necesaria para vencer si la solicitan en el nombre todopoderoso del gran Conquistador. El hecho de que Cristo ganó una extraordinaria victoria en beneficio del ser humano, no lo hace a cada individuo victorioso. Cada uno debe ganar personalmente una victoria sobre las tentaciones satánicas (Confrontation, pp. 63, 64).


Mantener la integridad
Lunes 31 de mayo

¿Cómo pudo José dar tal ejemplo de firmeza de carácter, rectitud y sabiduría? En sus primeros años había seguido el deber antes que su inclinación; y la integridad, la confianza sencilla y la disposición noble del joven fructificaron en las acciones del hombre. Una vida sencilla y pura había favorecido el desarrollo vigoroso de las facultades tanto físicas como intelectuales. La comunión con Dios mediante sus obras y la contemplación de las grandes verdades confiadas a los herederos de la fe habían elevado y ennoblecido su naturaleza espiritual al ampliar y fortalecer su mente como ningún otro estudio pudo haberlo hecho. La atención fiel al deber en toda posición, desde la más baja hasta la más elevada, había educado todas sus facultades para el más alto servicio. El que vive de acuerdo con la voluntad del Creador adquiere con ello el desarrollo más positivo y noble de su carácter (Conflicto y valor, p. 77).

...David solo tenía seiscientos hombres en su compañía, en tanto que Saúl avanzaba contra él con un ejército de tres mil. En una cueva retirada el hijo de Isaí y sus hombres esperaban la dirección de Dios acerca de lo que habían de hacer. Mientras Saúl se abría paso montaña arriba, se desvió, y entró solo en la caverna misma donde David y su grupo estaban escondidos. Cuando los hombres de David vieron esto, le instaron a que diera muerte a Saúl. Interpretaban ellos el hecho de que el rey estaba ahora en su poder, como una evidencia segura de que Dios mismo había entregado al enemigo en sus manos, para que lo mataran. David estuvo tentado a mirar así el asunto; pero la voz de la conciencia le habló, diciéndole: 'No toques al ungido de Jehová" (Patriarcas y profetas, pp. 717, 718).

La conducta de David puso de manifiesto que tenía un Soberano a quien obedecía. No podía permitir que sus pasiones naturales lo vencieran, pues sabía que el que se enseñorea de su espíritu, es más fuerte que el que toma una ciudad. Si hubiese sido guiado y controlado por sentimientos humanos, habría razonado que el Señor había colocado a su enemigo bajo su poder a fin de que pudiera matarlo y para que se apoderara del gobierno de Israel. La mente de Saúl estaba en tal condición que no se respetaba su autoridad, y el pueblo se estaba volviendo irreligioso y corrompido. Con todo, el hecho de que Saúl hubiese sido elegido divinamente como rey de Israel lo mantenía a salvo, pues David servía concienzudamente a Dios y en ninguna forma hubiera hecho daño al ungido de Jehová (Comentario bíblico adventista, tomo 2, p. 1015).

Un carácter fuerte, simétrico, bien equilibrado, es el resultado de un fiel cumplimiento del deber. José tenía un carácter íntegro; fue fiel en lo poco y finalmente le fueron confiados los intereses de una nación. Daniel es otro ejemplo de integridad; era tan fiel que ni aun sus enemigos fueron capaces de encontrar una falta en el cumplimiento de sus deberes. Dijeron: "No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios" (Daniel 6:5). El secreto de la fortaleza de Daniel puede hallarse en su consciente atención de las cosas a las que el mundo considera sin importancia. Oraba y agradecía a su Dios tres veces al día, sin dejar de atender los deberes hacia su rey terrenal. Un carácter simétrico presta atención tanto a las cosas que parecen más importantes como a las que otros desprecian por considerarlas menores (Signs of the Times, 25 de mayo, 1891).


Integridad en nuestra vida espiritual
Martes 1 de junio

En la medida en que vaciamos el templo de nuestra alma de suficiencia propia, de independencia y de exaltación, llegamos a comprender lo que Dios debe hacer en nosotros para purificar el cuerpo, la mente y el espíritu. Entonces se revelará el poder divino; la verdad iluminará la mente y santificará el espíritu, produciendo conversiones genuinas a la verdad bíblica.

¿Quién tiene el valor de señalar con su propio dedo a sus ídolos acariciados y de abrir la puerta a Jesús para que purifique su templo expulsando a los compradores y vendedores? ¿Quién está preparado para permitirle a él limpiar su alma de todo lo que la corrompe y la mancha? El blanco es: "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto" (Mateo 5:48). Dios desea que hombres y mujeres vacíen sus corazones del yo a fin de que su Espíritu no tenga la entrada obstruida, sino que pueda trabajar en ellos hasta que cada uno pueda decir con las palabras del apóstol "ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí" (Gálatas 2:20).

Todo el ser debe tener hambre y sed de justicia y desear acercarse a Dios para estar en perfecta armonía con su voluntad. Entonces la dureza y la frialdad del corazón serán transformadas por la gracia, el amor y el poder divinos; el yo dejará de ser un obstáculo y Dios será glorificado (Bible Training School, 1ª de octubre, 1910).

"Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios" (Efesios 3:17-19). Es el privilegio y el deber de cada hijo de Dios obtener, día tras día, una experiencia viviente en las cosas de Dios. Al estar conectados con Cristo y tener su Espíritu y su mente, cooperaremos con él en llevar al mundo el mensaje del amor de Dios hacia la raza humana; en decirle a todos que Cristo es nuestro abogado, que está sentado en el trono rodeado del arco de la promesa, y que está esperando para manifestarles su gracia. No nos detendremos en esta obra a pesar de que requiera abnegación y sacrificios, porque al contemplar al autor y consumador de nuestra fe, seguiremos su ejemplo de negación de sí mismo por amor (Signs of the Times, 16 de enero, 1907).


Integridad sexual
Miércoles 2 de junio

Sostenemos una relación sumamente solemne unos con otros. Nuestra influencia se ejerce siempre ya sea en favor o en contra de la salvación de las almas. O juntamos con Cristo, o desparramamos. Debemos caminar con humildad y andar derechos, no sea que apartemos a otros de la senda recta.

Deberíamos mantener la más estricta castidad en pensamiento, palabra y conducta. Recordemos que Dios despliega nuestros pecados secretos a la luz de su rostro. Hay pensamientos y sentimientos sugeridos y fomentados por Satanás que molestan aun a los mejores hombres; pero si no se los alberga, si se los rechaza por odiosos, el alma no se contamina con la culpa y nadie recibe la mancha de su influencia. ¡Oh, si cada uno de nosotros fuera un sabor de vida para vida para los que nos rodean! (Mente, carácter y personalidad, tomo 2, p. 447).

Los peligros morales a los cuales están expuestos todos, tanto ancianos como jóvenes, están creciendo cada día. Satanás está haciendo esfuerzos soberanos para envolver personas casadas, niños y jóvenes, en prácticas impuras. Sus tentaciones hallan aceptación en muchos corazones porque no han sido elevados, purificados, refinados y ennoblecidos por la sagrada verdad que ellos profesan creer. No pocos han sido bajos y viles en pensamiento, y triviales en la manera de hablar y de conducirse, de modo que cuando vienen las tentaciones de Satanás no tienen poder moral para resistirlas y caen como fácil presa…

Debemos alarmarnos si no recordamos constantemente el temor de Dios. Necesitamos temer si hay quienes se apartan del Dios viviente, porque él solo es nuestra fuerza y fortaleza, a la cual podemos correr y ser salvos cuando el enemigo nos asalte con sus tentaciones (En lugares celestiales, p. 199).

La sensualidad es el pecado de la época. Pero la religión de Jesucristo ejercerá los límites del control sobre toda especie de libertad ilegal; las facultades morales frenarán todo mal pensamiento, palabra y acción. El engaño no se hallará en los labios de un verdadero cristiano. No le dará cabida ni a un solo pensamiento impuro, ni proferirá una palabra que se acerque a la sensualidad, ni una acción que tenga la mínima apariencia de mal.

Los sentidos deben custodiarse. El alma en la cual Jesús habita desarrollará una verdadera grandeza. El alma inteligente que tiene respeto hacia todos los mandamientos de Dios dirá a las pasiones del corazón, por medio de la gracia de Cristo, mientras señala a la gran norma moral de justicia de Dios: "Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante: y aquí parará el orgullo de tus olas". La gracia de Cristo será como una muralla de fuego alrededor del alma (El ministerio médico, pp. 186, 187).


Practiquemos lo que creemos
Jueves 3 de junio

El médico debe enseñar a sus pacientes que han de cooperar con Dios en la obra de restauración. El médico se da cuenta, cada vez más, que la enfermedad resulta del pecado. Sabe que las leyes de la naturaleza son tan ciertamente divinas como los preceptos del Decálogo, y que solo por la obediencia a ellas puede recuperarse o conservarse la salud. El ve que muchos sufren los resultados de sus hábitos perjudiciales cuando podrían recobrar la salud si hiciesen lo que está a su alcance para su restablecimiento. Es necesario enseñarles que todo hábito que destruye las energías físicas, mentales o espirituales, es pecado, y que la salud se consigue por la obediencia a las leyes que Dios estableció para bien del género humano (El ministerio de curación, pp. 76, 77).

La luz que Dios ha dado acerca de la reforma pro salud es para nuestra salvación y la salvación del mundo. Hombres y mujeres debieran ser informados respecto de la habitación humana, preparada por nuestro Creador como su lugar de morada, y de la cual quiere que seamos fieles mayordomos... Nuestros cuerpos están hechos maravillosamente, y el Señor requiere que los mantengamos en orden. Todos estamos bajo la obligación de mantener la estructura humana en una condición saludable e íntegra, para que cada músculo y cada órgano pueda utilizarse para el servicio de Dios... Dios, quien formó la maravillosa estructura del cuerpo, tomará especial cuidado para mantenerla en orden, si los hombres colaboran, en lugar de trabajar contra él (Nuestra elevada vocación, p. 269).

Al enseñar los principios que rigen la salud, téngase presente el gran objeto de la reforma, que es obtener el mayor desenvolvimiento del cuerpo, la mente y el espíritu. Demuéstrese que las leyes de la naturaleza, por ser leyes de Dios, fueron establecidas para nuestro bien; que la obediencia a ellas favorece la felicidad en esta vida, y contribuye a preparar para la vida futura.

Indúzcase a la gente a que estudie la manifestación del amor de Dios y de su sabiduría en las obras de la naturaleza. Indúzcasela a que estudie el maravilloso organismo del cuerpo humano y las leyes que lo rigen. Los que disciernen las pruebas del amor de Dios, que entienden algo de la sabiduría y el buen propósito de sus leyes, así como de los resultados de la obediencia, llegarán a considerar sus deberes y obligaciones desde un punto de vista muy diferente. En vez de ver en la observancia de las leyes de la salud un sacrificio y un renunciamiento, la tendrán por lo que es en realidad: un inapreciable beneficio (El ministerio de curación, p. 105).





Guía de Estudio de la Biblia: "SALUD y SANIDAD" / Notas de Elena G. de White.
Periodo: Trimestre 2 / abril-junio de 2010

Autor: Alian Handysides, Kathleen Kuntaraf, Peter Landless, Stoy Proctor y Thomas Zirkle (Departamento de Salud y Temperancia de la Asociación General).
Colaboradores: Cheryl Des Jarlais, Dan Solís, John C. Cress, Elizabeth Lechleitner.
Dirección general: Clifford Goldstein
Dirección editorial: Carlos A. Steger
Traducción: Rolando A. Itin

1 comentario:

  1. las ayudas para un mejor entendimiento de las lecciones de la escuela sabatica son muy buenas, soy maestro de escuela sabatica, sinceramente me sirven mucho, Dios los bendiga.
    soy de Juliaca Peru
    Iglesia Adventista del 7mo dia "La Clinica"

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