sábado, 21 de marzo de 2009

Lección 13: La confianza en el don profético / Edición para Maestros

El sábado enseñaré...

Texto Clave: 2 Crónicas 20:20.

Enseña a tu clase a:

Saber que se puede confiar en la Biblia para darnos entendimiento.
Sentir el deseo de estudiar con más intensidad y propósito la Palabra de Dios.
Hacer: Sostener y elevar la Biblia y los escritos de Elena de White.

Bosquejo de la Lección

I. Respuesta al chasco (Luc. 24:13-27)
A. ¿De qué manera este incidente es similar la experiencia de nuestros pioneros? ¿De qué manera la Biblia y la conducción profética ayudaron a la gente a avanzar en medio de la crisis?
B. ¿Qué papel desempeñaron las milagrosas apariciones de Jesús a los discípulos? ¿De qué modo esos milagros se relacionan con su exposición a las Escrituras?
C. ¿Por qué fueron tan importantes las Escrituras para los discípulos y nuestros pioneros? Lee Juan 5:39. ¿Cómo nos ayudó Elena de White a enfatizar a Jesús como el tema central de nuestra iglesia?

II. Respuesta a los críticos (Mat. 23:28-31)
A. ¿Cómo te sientes cuando la gente ataca la Biblia o los escritos de Elena de White? ¿Cómo deberíamos responder a los críticos?
B. ¿Cómo ha aumentado tu comprensión de la Biblia y los escritos de Elena de White? ¿Cómo fue ese camino? ¿De qué modo no podría beneficiar a otros?

III. Respuesta al futuro (Hech. 1:6)
A. ¿En qué áreas necesitas personalmente más comprensión? ¿De qué modo nuestra iglesia necesita crecer en comprensión?
B. ¿Por qué deberíamos ser como los bereanos (Hech. 17:11)? ¿Cómo podemos asegurarnos que la Biblia permanezca como el fundamento de nuestras doctrinas y prácticas?

Resumen

Siempre habrá críticos de la Biblia y de los escritos de Elena de White. Jesús mantuvo en alto las Escrituras, y las Escrituras lo señalan a él. Elena de White también dirige nuestra atención a Jesús. Podemos tener confianza en el futuro por causa de lo que la Biblia revela acerca de Dios.

CICLO DE APRENDIZAJE

PASO 1: ¡Motiva!

Concepto clave para el crecimiento espiritual: Dios nos asegura que podemos tener completa confianza y fe en las verdades proféticas de su Palabra.

El 20 de diciembre de 1995, 159 personas murieron cuando el vuelo de American Airlines 965 cayó cerca de Cali, Colombia. La causa fue una programación incorrecta de la computadora de manejo del vuelo. Es un pensamiento solemne saber que los instrumentos de un avión pueden conservar la vida o causar muerte. El piloto debe ser capaz de confiar en los instrumentos de su aeronave; de otro modo, puede resultar un desastre.

Cuando un avión entra en el centro de una tormenta, el piloto ya no ve el suelo ni el horizonte, y puede experimentar una “desorientación espacial”. Por cuanto los puntos de referencia que guían a nuestros sentidos ya no se pueden ver, la percepción se vuelve no confiable. Sin embargo, si el piloto confía plenamente en los instrumentos de su cabina de vuelo para revelar la ubicación del avión, estos pueden guiarlo con éxito a su destino. No sorprende que los instructores de vuelo enfaticen la importancia de confiar en los instrumentos y leerlos correctamente.

Considera: La vida es nuestro vehículo desde el nacimiento hasta la eternidad. Los escritos proféticos, registrados en las Escrituras, son nuestro instrumento de conducción. Al vivir, ¿ponemos más confianza en nuestros sentimientos o en nuestro instrumento guiador?

PASO 2: ¡Explora!

Comentario de la Biblia

I. La autoridad bíblica (Luc. 24:13-27, 45; Hech. 1:6; 10:9-16, 44-48)

Aunque los miembros de la iglesia primitiva recibieron los mensajes de los apóstoles como originados divinamente, no lo hicieron en forma incondicional. Los mensajes más nuevos eran fielmente comparados con los registros más antiguos de la revelación de Dios, las Escrituras que ahora llamamos el Antiguo Testamento. Había muchos falsos maestros que pretendían tener revelaciones nuevas por sueños. Si los primeros cristianos no hubieran probado esas pretensiones con la norma de la revelación aceptada (1 Juan 4:1), la iglesia probablemente se habría desintegrado antes del tercer siglo.

Considera: Lee los siguientes versículos y luego responde a las preguntas: Hechos 17:11; 1 Tesalonicenses 2:13; 2 Pedro 1:19-21; 3:15; Judas 8; Apocalipsis 1:1-3.

¿Quién originó los mensajes hablados por los profetas? ¿Cómo recibieron los primeros creyentes los mensajes entregados por los apóstoles? ¿Con qué compararon algunos cristianos los mensajes más nuevos presentados por los apóstoles? ¿Qué pretendían los falsos maestros del primer siglo acerca de cuál era la fuente de su mensaje y, con ello, de su autoridad?

II. En la Palabra (Prov. 2:1-6; Isa. 34:16; Mat. 4:4; Hech. 17:11; Apoc. 1:3)

El estudio bíblico adecuado es amplio, y toma en cuenta todo el consejo de Dios (Hech. 20:27). ¡Cuidado con el maestro que ama a Pablo, pero odia a Santiago! Dios no cometió errores en sus mensajes o en su elección de escritores. Jesús mismo fue un ejemplo en este enfoque de las Escrituras. Como Jesús, Timoteo fue educado en las Escrituras desde la infancia. Pablo, aprisionado y afrontando la muerte, todavía estudiaba. ¿Cuán importante es, entonces, un estudio sistemático de la Biblia a lo largo de toda la vida?

Considera: Lee también Luc. 24:27 y 32; Juan 5:39; 20:30 y 31; 2 Tim. 3:14 y 15; y 4:13. ¿Cuál es el mensaje central de las Escrituras? ¿Qué sugiere este mensaje acerca de la importancia de estudiar la Biblia? ¿Cuán temprano debería una persona comenzar a aprender el mensaje? ¿De qué modo la Biblia nos fortalece contra la tentación?

III. Señala a Jesús (Sal. 16:9, 10; 41:9; Isa. 53:4-6; Miq. 5:2; Mat. 1:21; 22:45; Luc. 4:18, 21; Juan 5:39, 46; 8:56; Apoc. 21:4)

Otros libros señalan cómo tener éxito en la vida. Algunos ofrecen paz y contentamiento. Algunos pretenden traer alivio de la culpa y la vergüenza. Otros aun prometen progreso personal y fama.

Considera: ¿Por qué supones que la Biblia sencillamente señala a Jesús?

IV. La sangre de los profetas (Mat. 23:28-31)

Considera: Mateo 21:33-39, 45. En la parábola, ¿a quién está representando el dueño del campo? ¿A quiénes representan los siervos? ¿A quién representa el hijo? ¿Qué revela el trato que le dieron a los siervos enviados por el dueño acerca de la actitud de los siervos inquilinos hacia el dueño del campo? ¿A qué condujo oportunamente el maltrato dado a los siervos del dueño? ¿Qué revela nuestro trato a los profetas con respecto a nuestra actitud hacia Dios y su Hijo?

V. El don y los milagros (Mat. 4:24; 14:14-21; Luc. 24:13-27; Juan 2:1-11; 11:1-45)

Lee también Éxodo 7:10 y 11; Isaías 8:20; y Hechos 12:21 al 24. El hacer milagros no es una evidencia segura de que se está hablando por Dios. El milagro de la vara de Aarón convertida en serpiente fue imitado con éxito por los magos del Faraón. Ni un discurso elocuente es el barómetro que mide la verdad. La elocuencia y el orgullo de Herodes lo llevaron a su muerte, pero la Palabra de Dios creció. Sin embargo, hay una vara de medir para las manifestaciones y las expresiones modernas: “A la ley y al testimonio”. Si una persona dice algo que contradice las Escrituras, es peor que un túnel sin salida.

Considera: ¿Qué pautas bíblicas nos ha dado Dios para interpretar las Escrituras? ¿Qué hacemos con los pasajes que son difíciles de comprender? ¿Qué conducción nos ofrece la Palabra de Dios en este caso?

PASO 3: ¡Practica!

Parábola dramatizada: Lee lo siguiente y luego analicen el párrafo.

Escéptico: ¡Ah! ¿Así que Ud. piensa que ha estado hablando con otro ser inteligente todo este tiempo?

Creyente: De hecho, sí.

Escéptico: ¿Así que Ud. habla, y mágicamente su voz se eleva a los cielos para ser enviada a alguien que ansiosamente está esperando su llamada?

Creyente: Exactamente.

Escéptico: Bien, su candidez es emocionante, pero, realmente, ¿no será tiempo de bajar a la realidad?

Creyente: Bueno, pero ¿cómo explica el hecho de que escucho una voz en el otro extremo cada vez que llamo?

Escéptico: ¿Cada vez?

Creyente: Bueno, frecuentemente, y en otros casos dejo el mensaje.

Escéptico: ¿Realmente? Bien, estoy seguro de que es consolador creer que hay realmente alguien allá afuera, que lo escucha y se interesa por usted, y le responde cuando llama; pero todo eso es una ilusión.

Creyente: ¡Ilusión!

Escéptico: No estoy diciendo que sea malo. Algunos de nosotros nunca hemos crecido lo suficiente para abandonar nuestros elementos preferidos de consuelo y seguridad. De modo que, si lo hace sentir mejor y más seguro, no tengo objeciones para su fantasía.

Creyente: Esto no es una fantasía.

Escéptico: Solo algo imaginario... Dígame, ¿ha visto, o tocado o sostenido...?

Creyente: ¿Tocado o sostenido? Usted sabe que la respuesta es no; pero allá, más allá de lo que nuestros ojos pueden ver, hay algo que es real. He leído acerca de esto por los que lo han visto y tocado realmente, por sí mismos, antes de perderlo de vista en su ascenso al cielo.

Escéptico: Cuentos de hadas, cuentos de hadas... ¿Dónde están las pruebas? Fuera de las afirmaciones de unos pocos soñadores visionarios, cuyas ideas no son dignas de confianza, usted no tiene nada. Su confianza está edificada sobre esperanzas falsas.

Creyente: Entonces, ¿cómo explica usted el libro? ¿Por qué tantas personas tienen sus nombres en el libro si, como usted dice, tal comunicación no existe?

Escéptico: Mentiras, mentiras, mentiras. Su mundo invisible desafía la razón. En cuanto a mí, si no lo puedo ver, tocar, sostener y explicar, no es real. Toda persona pensante está de acuerdo con esto. Usted ha estado haciendo descansar su cabeza en la pileta del lavado de cerebro por demasiado tiempo. ¡Tendría yo que ser un necio para creer en los teléfonos satelitales!

Analicen: Aunque no podamos ver los satélites, no vacilaríamos en usar un teléfono satelital. Así que, entonces, ¿por qué es tan difícil creer que existe un Dios invisible? Una vez se hizo visible en la persona de Jesús, quien ascendió al cielo. Él recibe nuestros mensajes y nos comunica esperanza. ¿No hay acaso evidencias abundantes, aunque sean invisibles?

PASO 4: ¡Aplica!

Actividad: Pide a la clase que haga una lista de los elementos de los que dependen regularmente. Las respuestas pueden incluir cosas como la familia, el banco, la compañía de teléfonos, el auto o el sistema de transportes, las fuentes de las noticias, la electricidad y otros servicios, las luces de tránsito, la predicción del tiempo, la salida y la puesta del sol. Pregunta a la clase por qué ponen su confianza en estas cosas. ¿Damos por sentadas algunas de ellas porque suceden con tal regularidad? ¿Cómo reaccionamos cuando algo falla, que ha sido normalmente confiable? Cuando hay una interrupción ocasional del servicio de nuestra electricidad o del teléfono, ¿nos enojamos y decidimos nunca más usar un teléfono o un aparato eléctrico? ¿Decimos, durante esas breves interrupciones: “Lo sabía. No hay tal cosa como la electricidad. Debería haberlo sabido mejor. Todo eso es simplemente fruto de mi imaginación”? Aplica estos principios a nuestra relación con Dios y con el don profético.

En conclusión: Si tienes una clase que gusta del canto, ¡termina con una nota alegre! Los siguientes himnos y estrofas destacados enfatizan el poner la confianza en la Palabra de Dios.

“Oh, cuán dulce es fiar en Cristo” (Himnario Adventista [HA], Nº 254), especialmente la primera estrofa.

“¡Cuán firme cimiento!” (HA, Nº 196), especialmente la primera estrofa.

“Castillo fuerte es nuestro Dios” (HA, Nº 255), especialmente las tercera y cuarta estrofas.

“La Biblia nos habla de Cristo” (HA, Nº 201), especialmente la primera estrofa.


Guía de Estudio de la Biblia: El don profético yla iglesia remanente de Dios. Edición de Maestros.
Periodo: Trimestre Enero-Marzo de 2009
Autor: Gerhard Pfandl, nacido en Austria, ha sido director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General desde 1999.
Editor: Clifford Goldstein

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