sábado, 12 de septiembre de 2009

Lección 12: La carta de Juan a la Señora elegida / Para el 19 de septiembre de 2009

Sábado 12 de septiembre.

Lee Para el Estudio de esta Semana: Éxodo 20:1-17; Romanos 6:17; 2 Tesalonicenses 2:10; Hebreos 13:2; 2 Juan; Apocalipsis 2:14, 15; 14:12.

Para Memorizar: “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo” (2 Juan 9).

LA SEGUNDA CARTA DE JUAN SE PARECE a la primera en muchos sentidos. Aunque es más breve, se usa el mismo vocabulario, aparecen los mismos temas y predomina la misma preocupación por los creyentes. También se encuentra un toque personal en ambas.

Sin embargo, en contraste con la primera epístola, la segunda tiene claramente la estructura de una carta, con una introducción formal y una conclusión. El cuerpo principal contiene alabanzas, una exhortación a amar y a caminar de acuerdo con los mandamientos, y una sección que trata acerca de los anticristos. La brevedad de 2 Juan, así como la de 3 Juan, pudieron haber sido causadas por el tamaño de la hoja de papiro. Si esto es cierto, el apóstol debió haber pesado cuidadosamente sus palabras mientras el Espíritu Santo actuaba sobre él al escribir.

Un Vistazo a la Semana: ¿Cuál es el mensaje básico de 2 Juan, y en qué se parece a su primera carta? ¿De qué modo relaciona el concepto de “amor” con el concepto de “verdad”? ¿Cuál es el vínculo entre el amor y el guardar los mandamientos? ¿Por qué Juan toma tan en serio el problema de las falsas enseñanzas? ¿Por qué Juan les dice a los miembros que no sean hospitalarios con los falsos maestros?

En amor y en verdad
Domingo 13 de septiembre

Lee 2 Juan. ¿Qué semejanzas encuentras con 1 Juan en ella? ¿Cuál es el mensaje esencial?

Tan solo una lectura superficial de 2 Juan sugiere que la carta está dirigida a un grupo de creyentes (y no a una sola mujer). Esto tiene sentido, porque en otros lugares del Nuevo Testamento la iglesia está descrita gráficamente como una mujer (Efe. 5:22-32; Apoc. 12:1-6). Estos creyentes, entonces, son cristianos maduros, no niños literales.

Lee 2 Juan 1 al 4. ¿Qué palabra aparece vez tras vez, y cómo la usa Juan? Ver también 2 Tes. 2:10.

Nota, además, que Juan usa la palabra verdad combinada con amor, en los versículos 1 y 4. Para comprender la naturaleza del verdadero amor entre los cristianos, se necesita un calificativo, específicamente, verdad. El amor puede ser interpretado en una forma puramente emocional, y aun sensual y superficial. El amor cristiano es “verdadero” amor, amor expresado en el contexto de la verdad.

Hablar acerca de la verdad nos recuerda a Dios; a Jesús, quien es la verdad (Juan 14:6); y al Espíritu Santo. Como el Espíritu Santo está con los creyentes para siempre (Juan 14:16), así la verdad está con ellos para siempre (2 Juan 2). Ambos, la verdad y el amor, en última instancia, señalan a Dios, y van juntos en la fe y la experiencia cristianas.

Al mismo tiempo, la verdad y el amor parecen formar el tema principal de 2 Juan. Se analiza algo más del amor en los versículos 5 y 6. La verdad es necesaria para discernir los engaños y sus resultados (vers. 7, 8), y para permanecer en las enseñanzas de Cristo (vers. 9, 10).

A menudo consideramos el concepto de “amor” como algo bueno en sí mismo y por sí mismo, sin tomar en cuenta el contexto. Sin embargo, ¿cuándo el amor puede ser muy destructivo? ¿Has experimentado alguna vez la realidad de cómo el amor, fuera de la verdad, puede ser muy terrible? ¿De qué modo esa experiencia te ayuda a comprender mejor la importancia del amor en el contexto de la verdad, a diferencia de hacerlo fuera de él?

Andar de acuerdo con los mandamientos (2 Juan 4-6)
Lunes 14 de septiembre

El versículo 4 es un estímulo tanto para la iglesia como para Juan. Es estimulante y animador, para los feligreses, escuchar que su anciano se regocija grandemente porque ellos están “andando en la verdad”. Los motiva a seguir su vida cristiana “en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre”. El mandamiento de andar en la verdad puede encontrarse en 1 Juan 3:23, donde él nos llama a creer en Jesús y a amarnos unos a otros.

¿De qué modo el amor y los mandamientos se relacionan mutuamente? Ver 2 Juan 5 y 6. ¿Por qué esto es especialmente importante para nosotros como Adventistas del Séptimo Día? Ver también Apocalipsis 14:12.

Después del regocijo (vers. 4), viene un pedido que al mismo tiempo es una exhortación (vers. 5, 6). Juan otra vez habla acerca de un mandamiento (vers. 5). Es el mandamiento (singular) de amarse unos a otros. Así, avanza del concepto de “mandamiento” al concepto de “amor” y, de hecho, este mandamiento tiene el amor como su contenido.

En el versículo 6 continúa en la otra dirección, es decir, comienza con el amor y avanza hacia los mandamientos (plural). El amor se muestra guardando los mandamientos de Dios. En otras palabras, tenemos este mandamiento, y este mandamiento es amarse unos a otros, y revelamos este amor guardando los mandamientos.

¿De qué modo el guardar los Mandamientos (Éxo. 20:1-17) revela amor los unos por los otros?

Cuán interesante es que algo como el guardar la Ley, las reglas, y las indicaciones de lo que hay que hacer y qué no hacer esté muy íntimamente ligado con el amor. Y, no obstante, tiene mucho sentido. El amor no es solo lo que sentimos; el amor es lo que hacemos, es cómo actuamos; es cómo nos relacionamos con otros. Aunque es más que solo obedecer los Diez Mandamientos, el verdadero amor no puede separarse de los principios que se encuentran en ellos.

Piensa acerca de alguien a quien amas. ¿Cómo tratas a esa persona? ¿Qué cosas dices y haces que revelan tu amor? ¿De qué maneras podrías mostrar aún mejor tu amor a esa persona? ¿De qué modo tu propio egoísmo a veces aflora aun la manera en que muestras ese amor como sabes que deberías hacerlo?

Ir más allá de la enseñanza de Cristo (2 Juan 7-9)
Martes 15 de septiembre

Lee 2 Juan 7 al 9. ¿Acerca de qué cosa está advirtiendo Juan? ¿Cuáles pueden ser los resultados de caer en los engaños contra los cuales él está amonestando?

Con los versículos 7 al 9, volvemos a los engañadores y a la falsa comprensión que tenían de Jesús. Parece ser la misma situación que ya hemos encontrado en 1 Juan. Es muy triste que muchas personas hayan dejado la iglesia y aun hayan llegado a ser “engañadores” ellas mismas. Es cierto, están los que todavía andan en la verdad (vers. 4), pero un pastor se entristece por cada uno que ha dejado a Dios y a su iglesia.

Los conceptos que tienen los anticristos acerca de Jesús difieren de la enseñanza de los apóstoles. Los miembros de la iglesia deben vigilar a fin de no ser afectados por ellos y por sus conceptos falsos. Juan es muy claro aquí, al señalar que los creyentes pueden perder el camino, y que no hay tal cosa como “una vez salvo, siempre salvo”.

Lee 2 Juan 9. ¿Qué está enseñando Juan acerca de la importancia de tener una “doctrina” correcta? Ver también Mat. 16:12; Hech. 2:42; Rom. 6:17; Apoc. 2:14, 15.

Juan no está bajo la ilusión de que la doctrina no importa. Para él, las enseñanzas falsas pueden llevar a la pérdida de la vida eterna de una persona. Es decir, la doctrina importa.

En nuestro pasaje, es obviamente la enseñanza de los apóstoles acerca de Jesús lo que estaba en juego. Los que aceptan esta enseñanza bíblica, y fielmente permanecen en ella, tienen al Padre y al Hijo. Dios el Padre y Jesús están ubicados en el mismo nivel. El rechazo de la enseñanza acerca de Jesús conduce a una pérdida de la relación con el Padre.

¿Cuál ha sido tu experiencia con los maestros y las doctrinas falsas? ¿Pudiste ver, especialmente al principio, adónde podrían haberte conducido esas enseñanzas? ¿Qué aprendiste de esas experiencias que podría ser de ayuda para otros que luchan con algo similar?

¿Abstenerse de ser hospitalario? (2 Juan 10, 11)
Miércoles 16 de septiembre

La Biblia da gran valor a la hospitalidad (Heb. 13:2; 1 Ped. 4:9). Jesús se mezcló con publicanos, fariseos y otros que no siempre tuvieron su teología o su estilo de vida correctos. ¿De qué manera esa indicación se compara con lo que Juan está diciendo en 2 Juan 10 y 11? (Ver también Mat. 10:14, 15; 18:15-17).

Aunque la hospitalidad es una virtud cristiana, tiene sus límites. Si la hospitalidad conduce a apoyar falsas doctrinas en forma directa o indirecta, debe ser abandonada. En el primer siglo después de Cristo, los maestros viajaban, predicaban en diferentes lugares, y se alojaban con los feligreses que les proporcionaban alimento y alojamiento.

Si uno de estos maestros propagaba falsas doctrinas, la hospitalidad se hubiera entendido como un apoyo a su posición y realmente hubiera sido una ayuda en su obra. Además, los feligreses que estaban vacilando entre la enseñanza apostólica y las falsas ideas podrían haberse confundido o hasta podrían haber hecho decisiones equivocadas si hubieran visto a un miembro prominente de la iglesia permitiendo que un engañador se alojara con él.

Juan no está proponiendo que se odie a esas personas, o se evite todo contacto con ellas, pero debemos ser conscientes de que nuestra conducta podría ser comprendida como un apoyo a ideas opuestas a la verdad. Si este es el caso, debemos ser muy cuidadosos.

Se ha sugerido que, en los versículos 10 y 11, Juan está preocupado no tanto por la conducta de un creyente individual sino por la iglesia entera, y que la “casa” mencionada en el versículo 10 no era una vivienda privada sino el lugar en el que la iglesia se reunía para adorar. La iglesia no debía animar a un maestro que predicaba herejías.

En suma, dar la bienvenida a un falso maestro se percibiría como un apoyo a lo que esa persona presentaba. Hoy podemos haber perdido el sentido de cuán problemáticas pueden ser las herejías. Algunos consideran que aun hablar de “herejías” es emitir juicios o ser arrogantes, aunque la Escritura se ocupa con frecuencia de este tema. Juan nos recuerda que hay una diferencia básica entre la verdad y el error.

Piensa acerca de cómo tus actos impactan a otros. Piensa en cuán fácilmente tu ejemplo puede influir sobre otros para bien o para mal. ¿Qué clase de ejemplo de Cristo presentas tú? ¿De qué modos podrías hacer lo mejor?

Comunicación mutua (2 Juan 12,13)
Jueves 17 de septiembre

Con los versículos 12 y 13 llegamos al fin de 2 Juan. Estos versículos constituyen la conclusión de la carta, y nos permiten ver el interés personal de Juan por sus oyentes y su deseo de encontrarse personalmente con estos creyentes.

Considera lo que Juan escribió en 2 Juan 12 y 13. ¿Qué ventajas hay en hablar cara a cara, a diferencia de una carta escrita? ¿Qué indicio puedes encontrar en esta expresión, “nuestro gozo sea cumplido” [“alegría sea completa”, NVI], acerca de por qué quería encontrarse con ellos? Ver también Hechos 2:42 al 47.

El mensaje que Juan comunica es muy fuerte. Cuando es acerca de los anticristos, Juan no deja lugar a negociación o componendas. Nos hace recordar la actitud de Pablo cuando escribió a los gálatas (Gál. 1:6-9).

Juan pudo haber sido capaz de compartir su mensaje oralmente, pero también hay ventajas en una forma escrita de comunicación:

- Las cartas de los apóstoles eran consideradas como de especial importancia y autoridad, y se las tomaban con mucha seriedad.
- La carta pudo haber llegado a la audiencia antes de haber podido hacer una visita personal. La urgencia de la situación demandaba una reacción rápida.
- El mensaje fue conservado para otras iglesias y generaciones posteriores que se encontraran en situaciones similares. De hecho, Juan pidió que la carta fuera compartida con otra iglesia (vers. 13).
- Una carta puede ser redactada muy cuidadosamente y, a menudo, puede ser más precisa que una presentación oral.
El Espíritu Santo lo estimuló a registrar su mensaje por escrito.

A pesar de todo esto, Juan todavía quería encontrarse con ellos cara a cara.

¿Por qué el contacto cara a cara a menudo es tan importante para desarrollar buenas relaciones? ¿Cuáles son las ventajas de esta clase de contacto personal? ¿Qué clase de ejemplo de contacto personal nos dejó Jesús? ¿Cómo puedes mejorar tu trato cara a cara con otros?

Para Estudiar y Meditar.
Viernes 18 de septiembre

Lee los siguientes pasajes: Gálatas 2:11-16; 1 Timoteo 4:1-7; 2 Timoteo 2:14-19; Apocalipsis 2:1-3, 12-16, 18-25.

“El apóstol enseña que, aunque debemos manifestar cortesía cristiana, estamos autorizados a llamar al pecado y a los pecadores por sus nombres correctos, pues esto es consecuente con la verdadera caridad. Aunque debemos amar a las almas por las cuales Cristo murió, y trabajar por su salvación, no debemos transigir con el pecado. No hemos de unirnos con la rebelión, y llamar a esto caridad. Dios exige que su pueblo, en esta época del mundo, se mantenga firme, como Juan en su tiempo, en defensa de lo recto, en oposición a los errores destructores del alma” (ECFP 85).

“La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos” (Ed 57).

Preguntas Para Dialogar:

1. Analiza la idea de que la doctrina, o enseñanza, no es tan importante; que lo que importa es cuán bondadosos, amantes y dispuestos a aceptar a otros somos. ¿Qué debemos pensar de esta idea?

2. Repasa la idea de cómo la obediencia a los Diez Mandamientos es una expresión de amor. Trata de imaginar cómo sería expresar amor mientras violas los principios de los Diez Mandamientos. ¿Cuán bien funcionaría eso?

3. En la clase, pregunta: “¿Qué es la verdad?” Pide que los miembros no te den ejemplos de la verdad, sino que den una definición de ella, una expresión sencilla que cubra todo el concepto. ¿Qué puedes aprender de este ejercicio?

4. ¿Qué hacer con el asunto de “llamar al pecado por su nombre correcto”? ¿Cómo podemos tratar con miembros descarriados sin juzgar ni condenar? Al mismo tiempo, ¿no estamos evadiendo nuestro deber cristiano si no amonestamos a los hermanos o las hermanas de iglesia que están haciendo mal? ¿Cómo tratamos este tema difícil?

5. ¿Cuán bien actúa tu iglesia local en el área de la hospitalidad, en general? ¿Cómo puedes ayudar a la iglesia a mejorar en esta área, si es necesario?


Guía de Estudio de la Biblia: Amadas y llenas de amor: Las Epístolas de Juan / Edición Adultos.
Periodo: Trimestre Julio-Septiembre de 2009
Autor: Ekkehardt Mueller, nacido en Alemania, doctor en Teología y Ministerio. Es uno de los directores asociados del Instituto de Investigaciones Bíblica (Biblical Research Institute) de la Asociación General. Sus especialidades son Nuevo Testamento, el libro de Apocalipsis, hermenéutica y teología aplicada. Es casado y tiene dos hijos adultos.
Editor: Clifford Goldstein

2 comentarios:

  1. ¿Qué hacer con el asunto de “llamar al pecado por su nombre correcto”? ¿Cómo podemos tratar con miembros descarriados sin juzgar ni condenar? Al mismo tiempo, ¿no estamos evadiendo nuestro deber cristiano si no amonestamos a los hermanos o las hermanas de iglesia que están haciendo mal? ¿Cómo tratamos este tema difícil?

    Pregunta 4 del dia viernes 18

    "La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos".

    Elena G. de White

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  2. ¿Cuán bien actúa tu iglesia local en el área de la hospitalidad, en general? ¿Cómo puedes ayudar a la iglesia a mejorar en esta área, si es necesario?

    Pregunta 5 del día viernes 18

    MINISTERIO DE LA HOSPITALIDAD

    Introducción

    La más valiosa posesión que una persona pueda tener es el gozo de una amistad sincera. Esta relación no se puede comprar, y los que carecen de ella son infortunados. Las relaciones que se desarrollan entre los seres humanos proceden de las más profundas necesidades basadas en la capacidad otorgada por Dios de amarse y apreciarse los unos a los otros. La iglesia que disfruta de salud espiritual se preocupará por
    establecer y mantener relaciones saludables entre los miembros.

    Sin importar el marco cultural, las amistades se desarrollan a través de la hospitalidad, y la verdadera hospitalidad es un ministerio espiritual. En el mundo apresurado de hoy, una hospitalidad simulada sólo debilita nuestro deseo de satisfacer esta necesidad fundamental humana. Muchos piensan: “Me gustaría realmente invitar a alguien a la casa pero. . . ” Muchas son las razones artificiales que se expresan:

    Falta de tiempo para los preparativos; falta de habilidad necesaria; que la casa es chica o no está adecuadamente amueblada, etc. Estos pensamientos son para muchos cristianos tropiezos para el ejercicio de la hospitalidad.
    Las congregaciones adventistas enfrentan ciertos desafíos reales en sus intentos de ser cordiales. Entre ellos está el miedo a exponerse demasiado a la amistad con personas seculares, de manera que a menudo no tienen amistad con los incrédulos. Las normas adventistas para las actividades recreativas pueden ser un obstáculo. Muchas esposas trabajan fuera de casa y disponen de poco tiempo para atender a las visitas.

    Sin embargo, para que la gran comisión se cumpla en su totalidad, la Iglesia Adventista necesita un reavivamiento del espíritu de la hospitalidad cristiana.

    La Biblia presenta varios atributos a los Ministerios de Hospitalidad. Un enfoque en las necesidades de los demás se ejemplifica en la historia de Abraham y los tres huéspedes (Génesis 18); la mujer sunamita (2 Reyes 4:8-37); y en la del buen samaritano (Lucas 10:25-37). La disposición de compartir lo que uno tiene, aunque sea poco, se demuestra en el ejemplo de la viuda de Sarepta (1 Reyes 17); el joven con su almuerzo (Juan 6:9); y de los discípulos de Emaús (Lucas 24:13-32).

    Un corazón cariñoso que busca relacionarse con los demás se ejemplifica con Maria (Lucas 10:38); la casa de Simón (Lucas 7:36-50). El valor de arriesgarse en las relaciones se ve en la experiencia de Abigail (1 Samuel 25); y en el caso de Rahab (Josué 2).

    La Biblia no dice mucho sobre las habilidades de cocinar, la posesión de casas bonitas, o de las habilidades de conversar. La verdad es que la única referencia directa de hospitalidad es la protesta suave de Jesús a Marta de que ella estaba “afanada y turbada con muchas cosas” sobre los detalles de prepararle una comida. En cambio, le indicó la prioridad de pasar más tiempo con Él. Así que la simplicidad y el servicio caracterizan el tipo de hospitalidad que encontramos en las Escrituras.

    Se confunde a menudo entre la manera fingida de hospitalidad y la verdadera hospitalidad cristiana.

    Una manera fingida de practicar la hospitalidad, es la egocéntrica que se basa en los conceptos materialistas de la publicidad agresiva de los vendedores de productos en los medios de comunicación. Estos conceptos insinúan que para ser un anfitrión “de buena calidad” debe tener habilidades culinarias extraordinarias; una casa nítida y chispeante, conversaciones ingeniosas y encantadoras, etc. Esta así llamada “hospitalidad” puede producir una especie de esclavitud mental, labores excesivas y preocupaciones en cuanto a las propias necesidades de uno. Como resultado, el deseo de ser espontáneamente generoso, se desvanece...

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