Sábado 10 de octubre.
Lee Para el Estudio de esta Semana: Éxodo 25:22; Números 7, 8; Zacarías 4:1-6, 11-14; Apocalipsis 4:2, 5; 11:4.
Para Memorizar: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2 Cor. 9:7).
NO HAY DUDAS DE QUE LOS HIJOS DE ISRAEL estuvieron separados de nuestro mundo moderno por enormes brechas en el tiempo y la cultura. El mundo de ellos fue, de muchas maneras, tan incomprensible para nosotros como el nuestro lo sería para ellos.
No obstante, el factor unificador es Dios, aquel que los creó y los redimió a ellos así como a nosotros. Cualesquiera que sean las brechas en la cultura, el idioma y la historia, adoramos al mismo Dios, no importa las diferencias de nuestras formas y expresiones. De hecho, las verdades básicas que les fueron enseñadas por medio de sus ritos y sus ceremonias son, en principio, las mismas que nosotros aprendemos hoy.
Esta semana seguiremos a nuestros antepasados espirituales en su jornada de fe. Examinaremos más los ritos, las leyes y los mandatos que Dios le dio a su pueblo en ese tiempo. Entre ellos, consideraremos la consagración del altar del holocausto, la de la menorah (el candelabro) en el Santuario terrenal, así como la ordenación de los levitas a su sagrada vocación de trabajo con los sacerdotes, a su ministración en el Santuario del desierto.
La Consagración del Altar.
Domingo 11 de octubre
En el Santuario del desierto, los sacrificios se centraban en el altar de los holocaustos. Construido con madera de acacia recubierto con bronce, el altar estaba dentro del atrio, cerca de la entrada al Santuario de dos departamentos. El altar de oro ante el velo del Lugar Santísimo servía solamente para quemar incienso.
Lee Números 7. ¿Qué pensamientos vienen a tu mente al leer acerca de las ofrendas dadas durante este rito solemne? ¿Qué aspectos espirituales de este informe pueden aplicarse a nosotros mismos, hoy? Por ejemplo, ¿dónde ves una representación de la Cruz aquí?
El altar ya había sido consagrado durante siete días (Éxo. 29:37). Ahora los príncipes –representantes de toda la Nación– trajeron ofrendas para celebrar la dedicación del altar por un período de doce días. Cada príncipe y su tribu tenían su día especial. Todos los regalos eran iguales; tal vez era esta una manera de mostrar que, no importa quiénes somos o qué lugar ocupamos en la vida, todos estamos delante de Dios en la misma posición, la de pecadores que necesitan gracia.
“Algunos se preguntan por qué Dios deseaba tantos sacrificios y estableció la ofrenda de tantas víctimas sangrantes en el sistema judío.
“Cada víctima que moría era un símbolo de Cristo, cuya lección era impresa en la mente y el corazón de la solemnísima y sacratísima ceremonia, y era explicada claramente por los sacerdotes. Los sacrificios fueron explícitamente diseñados por Dios mismo para enseñar esta grande e importante verdad, que solo mediante la sangre de Cristo hay perdón de los pecados” (MS 1:125).
Es tan fácil enredarse con las cosas del mundo, ¿verdad? ¿Qué puedes hacer cada día para ayudar a mantener la realidad de la Cruz, y lo que fue hecho allí por ti, como lo primero y principal en tu mente?
Comunión con Dios.
Lunes 12 de octubre
Como símbolo, el arca estaba en el centro de la adoración de los israelitas. Simbolizaba el Trono celestial de Dios: “Jehová de los ejércitos, que mora entre los querubines” (2 Sam. 6:2). En el Lugar Santísimo, la gloria de la shekinah, ubicada entre los querubines, representaba la presencia de Dios. Los Diez Mandamientos debajo del trono de querubines testificaba de la voluntad divina, el fundamento del pacto entre Dios y su pueblo, y la base moral para su gobierno y su dominio universales. La Ley proporcionaba a los adoradores una vislumbre del carácter de Dios, además de estipular sus requerimientos justos.
Lee Éxodo 25:22 y Números 7:89. Trata de imaginarte qué clase de experiencia debió haber sido esta. ¿Cómo te gustaría tener esa clase de encuentro cercano con Dios? ¿Qué te hace pensar que no serías destruido completamente si te acercaras demasiado a él? Ver Éxodo 20:19. ¿En qué sentido puedes hoy llegar más cerca de la presencia de Dios? Ver Heb. 4:14-16. ¿De qué modo Jesús hizo posible este acercamiento?
Nota, también, cómo Moisés había entrado en el Santuario para hablar con Dios. No obstante, de acuerdo con el texto, Dios le habló a Moisés. El punto es que la mayoría de nosotros sabemos cómo orar, la mayoría sabemos cómo hablar a Dios, cómo suplicar por nuestro caso, cómo pedir esto o aquello.
Pero, la comunión no existe en una sola dirección. En la mayoría de las relaciones, cada parte se comunica con la otra. ¿Debería ser diferente entre nosotros y nuestro Hacedor? Por supuesto que no.
La pregunta para nosotros, entonces, es: ¿Cuán abiertos estamos para escuchar la voz de Dios cuando él nos está hablando?
¿Cómo han sido tus experiencias de comunión con Dios? ¿De qué modo te comunicó Dios su voluntad para ti? ¿Cuán abierto estás para escuchar su voz? ¿Qué factores, en tu vida, podrían estar impidiéndote una comunión más plena con Dios?
Luz en el Santuario.
Martes 13 de octubre
Cuando Moisés entró en el santuario después de los doce días dedicados a la consagración del altar en el atrio, podemos suponer que estaba oscuro dentro del Lugar santo. En esa conversación, Dios indicó a Aarón que encendiera las siete lámparas del “candelero”, conocido en hebreo como menorah, basado en la palabra hebrea or, luz (Núm. 8:1-4).
La menorah (o candelero), con su tronco central y las seis ramas (tres a cada lado), fue hecha a martillo, de un solo trozo de oro, de un talento de peso. Su forma era como una rama de almendro estilizada (Éxo. 25:31-40). Las lámparas de aceite, en la parte alta de cada rama, eran atendidas por los sacerdotes dos veces por día: de mañana y de tarde (Éxo. 30:7, 8). “Sobre el candelero limpio [Aarón] pondrá siempre en orden las lámparas delante de Jehová” (Lev. 24:4).
¿Qué vislumbre nos brindan los siguientes textos en cuanto al significado de la menorah? Zac. 4:1-6, 11-14. Apoc. 4:2, 5; 11:4.
La visión de Zacarías implica que el aceite enviado por tubos a las lámparas de la menorah, permitiéndoles arder, es el Espíritu de Dios (vers. 5, 6). La palabra hebrea para “almendra” (Jer. 1:11, 12) significa “vigilar”, o “velar”. La almendra literalmente recibió el nombre de “árbol despierto”, o “árbol que vela”, porque era el árbol que “se despertaba” más temprano y florecía. Juan ve, en la representación del Santuario celestial, una menorah de siete lámparas de fuego que arden delante del Trono, las que se identifican como los “siete espíritus de Dios”, la forma en que Juan se refiere al Espíritu Santo en sus operaciones múltiples.
De este modo, Israel en el desierto recibió la seguridad de que, de noche y de día, la presencia de Dios estaba en el primer departamento del Santuario, así como en el segundo.
¿De qué modo te mostró Dios la realidad de su presencia en tu propia vida? Repasa esos momentos en los que claramente experimentaste la presencia de Dios de una manera notable. ¿De qué modo revivir estas experiencias te ayuda a mantenerte firme en ocasiones en que te sientes agitado de temor y oscuridad? Ver el Salmo 23.
Consagración de los Levitas: parte 1.
Miércoles 14 de octubre
Lee Números 8:6 al 26, que describe la dedicación de los levitas para su obra especial en el servicio de Dios. ¿Qué te impresionó más con respecto a esta consagración? ¿Qué nos enseña esto acerca de la santidad, acerca del pecado, acerca de la purificación y acerca de la consagración a Dios? ¿Qué principios puedes obtener de esto para tu vida hoy, sin tomar en cuenta el lugar que ocupas en el servicio de Dios?
Las familias de las tres divisiones de los levitas estaban acampadas alrededor del Santuario. Por cuanto eran más de veinte mil (Núm. 3:39), es obvio que algunas partes de su dedicación fueron hechas por medio de una representación simbólica. Es decir, solo algunos de ellos, como representantes, en vez de que fueran todos los levitas, estuvieron involucrados en forma directa e inmediata.
Lo fascinante aquí, también, es la idea de que los levitas, después de que fueron limpiados y rasurados en todo el cuerpo, y después de que ofrecieron una ofrenda por el pecado (Núm. 8:7, 8), ellos mismos fueron llamados una “ofrenda” (vers. 11). Ciertamente esto no tenía nada que ver con un sacrificio humano. En cambio, daba la idea de dedicación, de consagración y de reconocimiento de que esos levitas tendrían una obra que hacer en favor de Israel, haciendo por ellos lo que ellos no podrían hacer por sí mismos.
Esto se ve aun mejor cuando Moisés dijo que “pondrán los hijos de Israel sus manos sobre los levitas” (vers. 10), reconociendo que estas responsabilidades habían pasado a los levitas. La tribu, como un todo, fue ofrecida como un sacrificio viviente a Dios, quien a su vez les daba como un regalo este ministerio especial en el Santuario en reemplazo de los primogénitos, a quien ellos ahora representaban.
Recordando los principios vistos en esta ceremonia, ¿cómo podemos comprender lo que Pablo dice en Romanos 12:1? ¿Cómo podemos ser un “sacrificio vivo”? ¿Qué significa eso en nuestra vida diaria?
Consagración de los Levitas: Parte 2.
Jueves 15 de octubre
“Porque enteramente me son dedicados a mí los levitas de entre los hijos de Israel, en lugar de todo primer nacido; los he tomado para mí en lugar de los primogénitos de todos los hijos de Israel” (Núm. 8:16).
Nota cuán enfático fue Dios con respecto a esta vocación especial de los levitas. Ellos fueron “enteramente [...] dedicados a mí”. En el hebreo dice más literalmente que ellos “fueron dados dados (sic) a mí”, enfatizando por repetición cuán serio era su llamamiento.
Lee Números 8:19. ¿Qué se quiere decir con la frase “para que [...] reconcilien a los hijos de Israel”? ¿Cómo hemos de comprender esto a la luz de la Cruz? Rom. 5:11; Heb. 9:25-28.
Los eruditos están divididos en cuanto al significado exacto de la frase aquí. Obviamente, no significa que ellos harían “expiación” en el sentido de morir por los pecados de otros, del mismo modo que el macho cabrío de Levítico 16 haría la reconciliación [propiciación, NVI] pero no la expiación (vers. 10), algo que este macho cabrío, que nunca era sacrificado (y era un símbolo de Satanás), no podría hacerlo si se entiende la expiación como un sacrificio sustitutivo.
Obviamente, el verbo traducido “reconciliación”, en este contexto, tiene un significado más amplio que la forma en que generalmente se lo usa. En este caso, la respuesta puede encontrarse en el mismo versículo, en el que dice que los levitas, al cumplir su ministerio en favor de Israel, evitarían la plaga. Es decir, en su trabajo de ministerio estaban ayudando a proteger a los hijos de Israel de la ira divina que afrontarían si fueran a acercarse al Santuario (Núm. 8:19).
De este modo los levitas, como los sacerdotes mismos, estaban haciendo en favor de la gente lo que ellos no podían hacer por sí mismos. En este sentido más amplio, entonces, se dice que los levitas harían “reconciliación” por el pueblo.
Aunque ciertamente nada de lo que hacemos puede realizar ninguna clase de expiación, ¿de qué modo podemos, al cumplir fielmente nuestros deberes, actuar como los levitas en favor de la gente? ¿Qué estás haciendo en tu iglesia local para mejorar la iglesia y su misión?
Para Estudiar y Meditar.
Viernes 16 de octubre
Analiza la antigua costumbre judía de “imponer las manos”. ¿Cuál parece ser su significado esencial? Gén. 48:8, 9, 13, 14, 17-20; Núm. 27:18-23; Mat. 19:13-15; Hech. 13:1-3.
“Para los judíos, esta ceremonia era significativa. Cuando un padre judío bendecía a sus hijos, ponía sus manos reverentemente sobre sus cabezas. Cuando se dedicaba un animal al sacrificio, alguien investido de autoridad sacerdotal ponía su mano sobre la cabeza de la víctima. Y, cuando los ministros de la iglesia de Antioquía pusieron sus manos sobre Pablo y Bernabé, pidieron a Dios, por medio de ese acto, que concediera su bendición a los apóstoles escogidos, al dedicarlos a la obra específica para la cual habían sido designados.
“Con el correr del tiempo se desvirtuó en gran medida el rito de la ordenación por imposición de manos, atribuyéndosele, sin fundamento, una importancia que nunca tuvo; se afirmó que sobre los que recibían la ordenación descendía inmediatamente un poder que los calificaba para toda tarea ministerial. Pero, en el relato de la dedicación de esos apóstoles no hay indicios de que hubieran recibido facultad alguna por el mero hecho de que se les hubiera impuesto las manos” (HAp 133, 134)
Preguntas Para Dialogar:
1. ¿De qué modo el pastor local cumple hoy una función similar a la del levita? ¿Qué podemos hacer para sostener al pastor en esta función?
2. ¿De qué manera el acto de dar impacta nuestra relación con Dios? ¿De qué forma el dar de nuestros ingresos es un acto de adoración, de fe? ¿Por qué es tan importante dar generosamente?
3. ¿Cómo entendemos lo que Jesús hizo en la cruz por nosotros, ya que no podíamos hacerlo por nosotros mismos? ¿Por qué Jesús tuvo que morir? ¿No podría haber sido suficiente una reforma en nuestras vidas, y obedecer la Ley y amar a otros en forma incondicional, para reconciliarnos con Dios?
Resumen: Las formas de la adoración del antiguo Israel difieren de las de la iglesia moderna en el desierto del mundo, pero su sustancia es la misma. La dedicación de nuestros bienes materiales, la contemplación del significado de la Cruz, la oración, el reflejar la luz del Espíritu Santo que mora en nosotros y una consagración total a Dios, todo es una manifestación de la misma fe bíblica.
Guía de Estudio de la Biblia: Un pueblo en marcha: El libro de Números / Edición Adultos.
Periodo: Trimestre Octubre-Diciembre de 2009
Autor: Frank B. Holbrook. B.D., M.Th. Teólogo adventista ya desaparecido. De 1981 a 1990, fue director asociado del Instituto de Investigación Bíblica de la Conferencia General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Silver Spring, Maryland. También fue Profesor de Religión de la hoy Southern Adventist University.
Editor: Clifford Goldstein
Lee Para el Estudio de esta Semana: Éxodo 25:22; Números 7, 8; Zacarías 4:1-6, 11-14; Apocalipsis 4:2, 5; 11:4.
Para Memorizar: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2 Cor. 9:7).
NO HAY DUDAS DE QUE LOS HIJOS DE ISRAEL estuvieron separados de nuestro mundo moderno por enormes brechas en el tiempo y la cultura. El mundo de ellos fue, de muchas maneras, tan incomprensible para nosotros como el nuestro lo sería para ellos.
No obstante, el factor unificador es Dios, aquel que los creó y los redimió a ellos así como a nosotros. Cualesquiera que sean las brechas en la cultura, el idioma y la historia, adoramos al mismo Dios, no importa las diferencias de nuestras formas y expresiones. De hecho, las verdades básicas que les fueron enseñadas por medio de sus ritos y sus ceremonias son, en principio, las mismas que nosotros aprendemos hoy.
Esta semana seguiremos a nuestros antepasados espirituales en su jornada de fe. Examinaremos más los ritos, las leyes y los mandatos que Dios le dio a su pueblo en ese tiempo. Entre ellos, consideraremos la consagración del altar del holocausto, la de la menorah (el candelabro) en el Santuario terrenal, así como la ordenación de los levitas a su sagrada vocación de trabajo con los sacerdotes, a su ministración en el Santuario del desierto.
La Consagración del Altar.
Domingo 11 de octubre
En el Santuario del desierto, los sacrificios se centraban en el altar de los holocaustos. Construido con madera de acacia recubierto con bronce, el altar estaba dentro del atrio, cerca de la entrada al Santuario de dos departamentos. El altar de oro ante el velo del Lugar Santísimo servía solamente para quemar incienso.
Lee Números 7. ¿Qué pensamientos vienen a tu mente al leer acerca de las ofrendas dadas durante este rito solemne? ¿Qué aspectos espirituales de este informe pueden aplicarse a nosotros mismos, hoy? Por ejemplo, ¿dónde ves una representación de la Cruz aquí?
El altar ya había sido consagrado durante siete días (Éxo. 29:37). Ahora los príncipes –representantes de toda la Nación– trajeron ofrendas para celebrar la dedicación del altar por un período de doce días. Cada príncipe y su tribu tenían su día especial. Todos los regalos eran iguales; tal vez era esta una manera de mostrar que, no importa quiénes somos o qué lugar ocupamos en la vida, todos estamos delante de Dios en la misma posición, la de pecadores que necesitan gracia.
“Algunos se preguntan por qué Dios deseaba tantos sacrificios y estableció la ofrenda de tantas víctimas sangrantes en el sistema judío.
“Cada víctima que moría era un símbolo de Cristo, cuya lección era impresa en la mente y el corazón de la solemnísima y sacratísima ceremonia, y era explicada claramente por los sacerdotes. Los sacrificios fueron explícitamente diseñados por Dios mismo para enseñar esta grande e importante verdad, que solo mediante la sangre de Cristo hay perdón de los pecados” (MS 1:125).
Es tan fácil enredarse con las cosas del mundo, ¿verdad? ¿Qué puedes hacer cada día para ayudar a mantener la realidad de la Cruz, y lo que fue hecho allí por ti, como lo primero y principal en tu mente?
Comunión con Dios.
Lunes 12 de octubre
Como símbolo, el arca estaba en el centro de la adoración de los israelitas. Simbolizaba el Trono celestial de Dios: “Jehová de los ejércitos, que mora entre los querubines” (2 Sam. 6:2). En el Lugar Santísimo, la gloria de la shekinah, ubicada entre los querubines, representaba la presencia de Dios. Los Diez Mandamientos debajo del trono de querubines testificaba de la voluntad divina, el fundamento del pacto entre Dios y su pueblo, y la base moral para su gobierno y su dominio universales. La Ley proporcionaba a los adoradores una vislumbre del carácter de Dios, además de estipular sus requerimientos justos.
Lee Éxodo 25:22 y Números 7:89. Trata de imaginarte qué clase de experiencia debió haber sido esta. ¿Cómo te gustaría tener esa clase de encuentro cercano con Dios? ¿Qué te hace pensar que no serías destruido completamente si te acercaras demasiado a él? Ver Éxodo 20:19. ¿En qué sentido puedes hoy llegar más cerca de la presencia de Dios? Ver Heb. 4:14-16. ¿De qué modo Jesús hizo posible este acercamiento?
Nota, también, cómo Moisés había entrado en el Santuario para hablar con Dios. No obstante, de acuerdo con el texto, Dios le habló a Moisés. El punto es que la mayoría de nosotros sabemos cómo orar, la mayoría sabemos cómo hablar a Dios, cómo suplicar por nuestro caso, cómo pedir esto o aquello.
Pero, la comunión no existe en una sola dirección. En la mayoría de las relaciones, cada parte se comunica con la otra. ¿Debería ser diferente entre nosotros y nuestro Hacedor? Por supuesto que no.
La pregunta para nosotros, entonces, es: ¿Cuán abiertos estamos para escuchar la voz de Dios cuando él nos está hablando?
¿Cómo han sido tus experiencias de comunión con Dios? ¿De qué modo te comunicó Dios su voluntad para ti? ¿Cuán abierto estás para escuchar su voz? ¿Qué factores, en tu vida, podrían estar impidiéndote una comunión más plena con Dios?
Luz en el Santuario.
Martes 13 de octubre
Cuando Moisés entró en el santuario después de los doce días dedicados a la consagración del altar en el atrio, podemos suponer que estaba oscuro dentro del Lugar santo. En esa conversación, Dios indicó a Aarón que encendiera las siete lámparas del “candelero”, conocido en hebreo como menorah, basado en la palabra hebrea or, luz (Núm. 8:1-4).
La menorah (o candelero), con su tronco central y las seis ramas (tres a cada lado), fue hecha a martillo, de un solo trozo de oro, de un talento de peso. Su forma era como una rama de almendro estilizada (Éxo. 25:31-40). Las lámparas de aceite, en la parte alta de cada rama, eran atendidas por los sacerdotes dos veces por día: de mañana y de tarde (Éxo. 30:7, 8). “Sobre el candelero limpio [Aarón] pondrá siempre en orden las lámparas delante de Jehová” (Lev. 24:4).
¿Qué vislumbre nos brindan los siguientes textos en cuanto al significado de la menorah? Zac. 4:1-6, 11-14. Apoc. 4:2, 5; 11:4.
La visión de Zacarías implica que el aceite enviado por tubos a las lámparas de la menorah, permitiéndoles arder, es el Espíritu de Dios (vers. 5, 6). La palabra hebrea para “almendra” (Jer. 1:11, 12) significa “vigilar”, o “velar”. La almendra literalmente recibió el nombre de “árbol despierto”, o “árbol que vela”, porque era el árbol que “se despertaba” más temprano y florecía. Juan ve, en la representación del Santuario celestial, una menorah de siete lámparas de fuego que arden delante del Trono, las que se identifican como los “siete espíritus de Dios”, la forma en que Juan se refiere al Espíritu Santo en sus operaciones múltiples.
De este modo, Israel en el desierto recibió la seguridad de que, de noche y de día, la presencia de Dios estaba en el primer departamento del Santuario, así como en el segundo.
¿De qué modo te mostró Dios la realidad de su presencia en tu propia vida? Repasa esos momentos en los que claramente experimentaste la presencia de Dios de una manera notable. ¿De qué modo revivir estas experiencias te ayuda a mantenerte firme en ocasiones en que te sientes agitado de temor y oscuridad? Ver el Salmo 23.
Consagración de los Levitas: parte 1.
Miércoles 14 de octubre
Lee Números 8:6 al 26, que describe la dedicación de los levitas para su obra especial en el servicio de Dios. ¿Qué te impresionó más con respecto a esta consagración? ¿Qué nos enseña esto acerca de la santidad, acerca del pecado, acerca de la purificación y acerca de la consagración a Dios? ¿Qué principios puedes obtener de esto para tu vida hoy, sin tomar en cuenta el lugar que ocupas en el servicio de Dios?
Las familias de las tres divisiones de los levitas estaban acampadas alrededor del Santuario. Por cuanto eran más de veinte mil (Núm. 3:39), es obvio que algunas partes de su dedicación fueron hechas por medio de una representación simbólica. Es decir, solo algunos de ellos, como representantes, en vez de que fueran todos los levitas, estuvieron involucrados en forma directa e inmediata.
Lo fascinante aquí, también, es la idea de que los levitas, después de que fueron limpiados y rasurados en todo el cuerpo, y después de que ofrecieron una ofrenda por el pecado (Núm. 8:7, 8), ellos mismos fueron llamados una “ofrenda” (vers. 11). Ciertamente esto no tenía nada que ver con un sacrificio humano. En cambio, daba la idea de dedicación, de consagración y de reconocimiento de que esos levitas tendrían una obra que hacer en favor de Israel, haciendo por ellos lo que ellos no podrían hacer por sí mismos.
Esto se ve aun mejor cuando Moisés dijo que “pondrán los hijos de Israel sus manos sobre los levitas” (vers. 10), reconociendo que estas responsabilidades habían pasado a los levitas. La tribu, como un todo, fue ofrecida como un sacrificio viviente a Dios, quien a su vez les daba como un regalo este ministerio especial en el Santuario en reemplazo de los primogénitos, a quien ellos ahora representaban.
Recordando los principios vistos en esta ceremonia, ¿cómo podemos comprender lo que Pablo dice en Romanos 12:1? ¿Cómo podemos ser un “sacrificio vivo”? ¿Qué significa eso en nuestra vida diaria?
Consagración de los Levitas: Parte 2.
Jueves 15 de octubre
“Porque enteramente me son dedicados a mí los levitas de entre los hijos de Israel, en lugar de todo primer nacido; los he tomado para mí en lugar de los primogénitos de todos los hijos de Israel” (Núm. 8:16).
Nota cuán enfático fue Dios con respecto a esta vocación especial de los levitas. Ellos fueron “enteramente [...] dedicados a mí”. En el hebreo dice más literalmente que ellos “fueron dados dados (sic) a mí”, enfatizando por repetición cuán serio era su llamamiento.
Lee Números 8:19. ¿Qué se quiere decir con la frase “para que [...] reconcilien a los hijos de Israel”? ¿Cómo hemos de comprender esto a la luz de la Cruz? Rom. 5:11; Heb. 9:25-28.
Los eruditos están divididos en cuanto al significado exacto de la frase aquí. Obviamente, no significa que ellos harían “expiación” en el sentido de morir por los pecados de otros, del mismo modo que el macho cabrío de Levítico 16 haría la reconciliación [propiciación, NVI] pero no la expiación (vers. 10), algo que este macho cabrío, que nunca era sacrificado (y era un símbolo de Satanás), no podría hacerlo si se entiende la expiación como un sacrificio sustitutivo.
Obviamente, el verbo traducido “reconciliación”, en este contexto, tiene un significado más amplio que la forma en que generalmente se lo usa. En este caso, la respuesta puede encontrarse en el mismo versículo, en el que dice que los levitas, al cumplir su ministerio en favor de Israel, evitarían la plaga. Es decir, en su trabajo de ministerio estaban ayudando a proteger a los hijos de Israel de la ira divina que afrontarían si fueran a acercarse al Santuario (Núm. 8:19).
De este modo los levitas, como los sacerdotes mismos, estaban haciendo en favor de la gente lo que ellos no podían hacer por sí mismos. En este sentido más amplio, entonces, se dice que los levitas harían “reconciliación” por el pueblo.
Aunque ciertamente nada de lo que hacemos puede realizar ninguna clase de expiación, ¿de qué modo podemos, al cumplir fielmente nuestros deberes, actuar como los levitas en favor de la gente? ¿Qué estás haciendo en tu iglesia local para mejorar la iglesia y su misión?
Para Estudiar y Meditar.
Viernes 16 de octubre
Analiza la antigua costumbre judía de “imponer las manos”. ¿Cuál parece ser su significado esencial? Gén. 48:8, 9, 13, 14, 17-20; Núm. 27:18-23; Mat. 19:13-15; Hech. 13:1-3.
“Para los judíos, esta ceremonia era significativa. Cuando un padre judío bendecía a sus hijos, ponía sus manos reverentemente sobre sus cabezas. Cuando se dedicaba un animal al sacrificio, alguien investido de autoridad sacerdotal ponía su mano sobre la cabeza de la víctima. Y, cuando los ministros de la iglesia de Antioquía pusieron sus manos sobre Pablo y Bernabé, pidieron a Dios, por medio de ese acto, que concediera su bendición a los apóstoles escogidos, al dedicarlos a la obra específica para la cual habían sido designados.
“Con el correr del tiempo se desvirtuó en gran medida el rito de la ordenación por imposición de manos, atribuyéndosele, sin fundamento, una importancia que nunca tuvo; se afirmó que sobre los que recibían la ordenación descendía inmediatamente un poder que los calificaba para toda tarea ministerial. Pero, en el relato de la dedicación de esos apóstoles no hay indicios de que hubieran recibido facultad alguna por el mero hecho de que se les hubiera impuesto las manos” (HAp 133, 134)
Preguntas Para Dialogar:
1. ¿De qué modo el pastor local cumple hoy una función similar a la del levita? ¿Qué podemos hacer para sostener al pastor en esta función?
2. ¿De qué manera el acto de dar impacta nuestra relación con Dios? ¿De qué forma el dar de nuestros ingresos es un acto de adoración, de fe? ¿Por qué es tan importante dar generosamente?
3. ¿Cómo entendemos lo que Jesús hizo en la cruz por nosotros, ya que no podíamos hacerlo por nosotros mismos? ¿Por qué Jesús tuvo que morir? ¿No podría haber sido suficiente una reforma en nuestras vidas, y obedecer la Ley y amar a otros en forma incondicional, para reconciliarnos con Dios?
Resumen: Las formas de la adoración del antiguo Israel difieren de las de la iglesia moderna en el desierto del mundo, pero su sustancia es la misma. La dedicación de nuestros bienes materiales, la contemplación del significado de la Cruz, la oración, el reflejar la luz del Espíritu Santo que mora en nosotros y una consagración total a Dios, todo es una manifestación de la misma fe bíblica.
Guía de Estudio de la Biblia: Un pueblo en marcha: El libro de Números / Edición Adultos.
Periodo: Trimestre Octubre-Diciembre de 2009
Autor: Frank B. Holbrook. B.D., M.Th. Teólogo adventista ya desaparecido. De 1981 a 1990, fue director asociado del Instituto de Investigación Bíblica de la Conferencia General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Silver Spring, Maryland. También fue Profesor de Religión de la hoy Southern Adventist University.
Editor: Clifford Goldstein
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