sábado, 31 de octubre de 2009

Lección 6: Planes para el futuro / Edición para Maestros

El sábado enseñaré...

Texto Clave: Ezequiel 20:18, 19.

"...antes bien, dije en el desierto a sus hijos: "No andéis en los estatutos de vuestros padres ni guardéis sus leyes ni os contaminéis con sus ídolos. Yo soy Jehová, vuestro Dios: andad en mis estatutos, guardad mis preceptos y ponedlos por obra ".

Enseña a tu clase a:

Saber cómo Dios guió e instruyó a los israelitas durante su largo tiempo de disciplina en el desierto.
Sentir aprecio por la atención de Dios a las circunstancias individuales mientras nos guía y enseña.
Hacer que presentemos nuestras vidas como sacrificios vivos, en servicio agradecido y alegre, siguiendo el ejemplo de Cristo.

Bosquejo de la Lección

1. Saber: Dios prescribe la obediencia

A. Aunque Israel fue castigado por rebelión, Dios seguía dándole instrucción al bosquejar cuidadosamente cómo debía responder adecuadamente en adoración agradecida. ¿Qué otras instrucciones le dio Dios con respecto a los extranjeros, los pecados deliberados y los inadvertidos, y cómo vestir, como recordativos de su ley?
B. ¿Cómo ayudarían estas instrucciones específicas a un pueblo débil e ignorante, inclinado a dudar y a la rebeldía?

2. Sentir: La importancia de la experiencia individual

A. ¿Qué podemos aprender de la distinción que hace Dios de los pecados deliberados y los inadvertidos, y el cuadro chocante de una comunidad que apedrea a un hombre?
B. ¿De qué modo nos trata Dios como personas individuales?

3. Hacer: De nuestras vidas en Cristo, un aroma agradable

A. Pablo nos recuerda que, al vivir nuestras vidas en Cristo, el aroma de su sacrificio es el que asciende al Padre en nuestro favor. ¿Qué podemos hacer cada día para recordar el sacrificio que hizo Dios, por medio de su Hijo, por nosotros?
B. Siendo que no actuamos bajo el sistema de sacrificios, ¿qué espera Dios que hagamos con los pecados inadvertidos, así como con aquellos que hacemos conscientemente?

Resumen: Podemos estar agradecidos para siempre porque nuestro Dios es un Dios de orden y detalle, tanto en la misericordia como en la justicia.

CICLO DE APRENDIZAJE

PASO 1: ¡Motiva!

Concepto clave: A pesar de nuestra falta de fidelidad, Dios es misericordioso, y cumplirá las promesas que nos hizo.

Solo para los maestros: Después de leer la siguiente cita, analiza la naturaleza de la misericordia de Dios y ofrece, a los miembros de la clase, la oportunidad de presentar ejemplos personales de aquellos que les extendieron misericordia a ellos.

Jim Bakker, que una vez fue un televangelista, cuenta acerca de lo que ocurrió poco antes de que saliera de la prisión:

“Cuando fui transferido a mi última prisión, Franklin [Graham] dijo que quería ayudarme cuando saliera, con un trabajo, una casa en que vivir y un automóvil. Era mi quinta Navidad en la cárcel. Yo lo pensé, y dije: ‘Franklin, no puedes hacer esto. Te va a hacer daño. La familia Graham no necesita mi bagaje’. Él me miró y me dijo: ‘Jim, tu fuiste mi amigo en lo pasado, y eres mi amigo ahora. Si a alguien no le gusta, estará buscando pelea’.

“Así que, cuando salí de la cárcel, la familia Graham me patrocinó y pagó una casa en la que pudiera vivir, y me dio un auto para manejar. El primer domingo afuera, Ruth Graham llamó al centro de rehabilitación donde yo vivía, en el Ejército de Salvación, y pidió permiso para que yo fuera a la Iglesia Presbiteriana Montreat con ella el domingo de mañana. Cuando llegué allá, el pastor me dio la bienvenida y me sentó con la familia Graham. Había como unas dos filas de bancos llenos con ellos: yo pienso que todas las tías y los tíos Graham estaban allí con los primos. El órgano comenzó a tocar y el lugar estaba lleno, excepto por un asiento a mi lado. Entonces, se abrió la puerta y entró Ruth Graham. Ella caminó por el pasillo y se sentó junto al prisionero 07407-058. Apenas hacía 48 horas que había salido de la cárcel, pero ella le dijo al mundo esa mañana que Jim Bakker era su amigo”.–“The Re-education of Jim Bakker”, en Christianity Today, del 7 de diciembre de 1998, citado en Perfect Illustrations for Every Topic and Ocassion, pp. 182, 183.

PASO 2: ¡Explora!

Comentario de la Biblia

I. Gratitud (Repasa, con la clase, Núm. 15:1-21; Rom. 12:1; 2 Cor. 2:15, 16; Efe. 5:2).

Aunque algunas religiones consideran al cuerpo como algo desdeñable o del cual deberíamos escapar, el cristianismo considera al cuerpo y todos los aspectos físicos de la creación como dones de Dios, sobre los cuales nos ha puesto como administradores (mayordomos). Las promesas de Dios adquieren dimensiones físicas: tierras, riqueza material y salud física.

No debería sorprendernos, entonces, que las expresiones humanas de gratitud por los dones de Dios asumieran también dimensiones físicas. Los sacrificios que reconocían la gracia de Dios eran cosas que uno podía tocar, oler y degustar. Las leyes con respecto a las ofrendas de gratitud contenían una promesa latente de prosperidad y éxito futuros. Aunque en su peregrinación por el desierto no tenían acceso fácil al aceite, la harina y el jugo de uva (vino), que representaban la productividad de una población establecida, vendría un tiempo cuando Dios cumpliría sus promesas a pesar de su infidelidad.

Considera: Cuando escuchamos una apelación pidiendo una ofrenda, ¿estamos tentados a pensar: “Oh, ellos solo quieren mi dinero”? ¿Cómo cambiaría nuestra actitud si reconociéramos que nuestra salud física y nuestra riqueza material son dones inmerecidos confiados a nosotros por un Dios que misericordiosamente perdona nuestra falta de fidelidad?

II. El extranjero que está dentro de tus puertas (Repasa, con la clase, Núm. 15:14-16; 1 Rey. 8:41-43; Isa. 56:1-8; Luc. 10:25-37; Gál. 3:26-29; Efe. 2:11-18; Col. 3:11).

Cuando el corazón humano reconoce la profundidad de la misericordia de Dios y acepta el perdón que él ofrece libremente, la respuesta más inmediata es agradecer a Dios por todo lo que él ha hecho. La siguiente parte de nuestra respuesta a la gracia involucra a los demás seres humanos. Si Dios nos ha perdonado –y aun el pecado “más pequeño” es digno de la condenación eterna–, ¿qué derecho tenemos a elevarnos por sobre los demás seres humanos? ¿Podríamos hacerlo con derecho sobre la base del color de la piel, la extensión de las posesiones materiales, el idioma, las conexiones familiares, o cualquier otra característica superficial? ¿No es cierto que yo estoy naturalmente más cerca de una persona de una piel que contrasta con la mía pero que comparte mi compromiso con Jesús, de lo que estoy con respecto a alguien de piel idéntica a la mía pero que rechaza al Señor?

La base fundamental, entonces, para aceptar a otros es que todos estamos relacionados por igual con Dios; pero, hay también un propósito evangelizador. El mundo iguala la realización y el estatus con la aceptación. En la economía satánica basada en el pecado, este concepto disfuncional ha sido responsable por el dolor innecesario y los problemas psicológicos que vienen por la exclusión.

El evangelio ofrece incluir a todos los que quieran venir, no importa su pasado o su condición mundanal. En Cristo, ¡cada persona es alguien!

Considera: ¿Qué pasos puedo dar, en la vida real, para practicar la aceptación de aquellos que no son parecidos a mí, aun de aquellos que me han herido?

III. Pecados de ignorancia, pecados de provocación (Repasa, con la clase, Núm. 15:22-36; Luc. 12:42-48).

Aquí, como muestra Números 15:22 al 36, Dios establece un principio de la ley, que se refleja en las leyes de las naciones modernas hasta el día de hoy. Se consideran el motivo y la actitud cuando se establece el grado de culpabilidad.

Jesús enunció el mismo principio en la parábola de los siervos registrada en Lucas 12. Por ejemplo, si una persona ebria golpea y mata a una persona con su vehículo, sería convicto de homicidio impremeditado. Sin embargo, si el fiscal puede establecer que el conductor intencionalmente atropelló al muerto, el conductor es culpable de asesinato. Nota que, en cualquiera de los dos casos, se ha cometido un crimen. Sin embargo, el castigo en el segundo caso será mayor que en el primero. El pecado, sea intencional o no, siempre requiere expiación, pero ¡ay! de la persona que con arrogancia y provocación se opone a Dios.

Considera: Cuando se distribuyen las facturas por el pecado, no solo el pecador recibe la factura sino también la familia y los amigos. ¿De qué manera debería esto afectarnos cuando estamos confrontados con la tentación?

PASO 3: ¡Aplica!

Solo para los maestros: A pesar de nuestras mejores intenciones, todos hemos pecado y no llegamos a la gloria de Dios, el ideal de Dios para sus hijos. La Biblia está llena de personas que han luchado con la tentación y han perdido. (Ver Rom. 7:14-25).

La historia de esta semana es otro ejemplo de la misericordia y la paciencia de Dios con la voluntad humana. A pesar de los muchos ejemplos bíblicos acerca de la misericordia de Dios, a menudo somos incapaces emocionalmente de sentir su gracia hacia nosotros. Lee Romanos 5:6 al 11, y 1 Juan 3:19 y 20, como preparación para la siguiente actividad.

Actividad: En la Biblia, Dios usa ilustraciones muy sencillas extraídas del mundo físico para enseñar conceptos y principios espirituales. Estas prevalecen en ciertos libros, tales como Jeremías, Ezequiel y Zacarías. Jesús hace mucho uso del mundo físico para hacer avanzar su Reino espiritual. Por ejemplo, meramente podría haber hablado y sanado al ciego; pero, en cambio, formó algo de barro y lo aplicó a los ojos del hombre. Dios sabe que hay una dimensión de la personalidad humana que comprende y siente mejor el ámbito espiritual cuando se usan elementos del mundo físico para enseñar conceptos espirituales, por sencillas que sean las ilustraciones.

Para esta actividad, necesitarás un buen trozo de plastilina (o plasticina, masa plástica para modelar), como para formar una bola grande, varias herramientas de mano, tales como cuchillos, martillos, destornilladores, etc., y una tablita de madera para hacer los cortes. Pon la bola sobre la tablita y pásala a varios miembros de la clase, que dañarán la bola con las herramientas. Después que ha sido “marcada”, el maestro debiera tomar la masa malograda, y volver a formar una bola lisa y simétrica.

Puntos por destacar: 1) Analicen si hay alguna cicatriz o marca que Dios no pueda sanar. Si Dios puede sanar o volver a dar forma después de que la hemos arruinado con malas elecciones o que haya sido abusada por otros, ¿por qué cuestionar la integridad de la vida que nos ha dado? 2) ¿Qué sucedería si permitiéramos que la plastilina se secara y se endureciera? Si la bola se pusiera dura, ¿cuán fácil o difícil sería eliminar las marcas y cicatrices de nuestras herramientas? ¿Qué podemos hacer a fin de que quedemos blandos y flexibles en las manos del Alfarero, en vez de volvernos espiritualmente secos?

PASO 4: ¡Crea!

Sólo para los maestros: Esta tarea puede ser la más difícil del trimestre, ya que requiere sacrificio personal. Es sencilla, en el sentido de que todos podemos entenderla. Es desafiante, porque es muy real. El desafío es elegir una acción por medio de la cual el miembro de la clase comparta con otra persona las misericordias que Dios le ha mostrado durante esta semana. Aquí van algunas sugerencias:

1. Acércate a alguien que te ha hecho daño, y ofrécele el mismo perdón que Dios te ha extendido a ti.

2. Visita a alguien que se ha alejado de la iglesia o está luchando espiritualmente, y anima a esa persona contándole cómo la gracia de Dios te ha ayudado a vencer en tu vida.

3. Si tú has hecho daño a alguien, pídele que te perdone.


Guía de Estudio de la Biblia: Un pueblo en marcha: El libro de Números / Edición para Maestros.

Periodo: Trimestre Octubre-Diciembre de 2009
Autor: Frank B. Holbrook. B.D., M.Th. Teólogo adventista ya desaparecido. De 1981 a 1990, fue director asociado del Instituto de Investigación Bíblica de la Conferencia General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Silver Spring, Maryland. También fue Profesor de Religión de la hoy Southern Adventist University.
Editor: Clifford Goldstein

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