sábado, 15 de agosto de 2009

Lección 8: Amar a los hermanos / Para el 22 de agosto de 2009

Sábado 15 de agosto.

Lee Para el Estudio de esta Semana: Marcos 12:28-31; Juan 14:15; 1 Juan 3:11-24; 4:7-5:4; Santiago 2:15, 16.

Para Memorizar: “Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano” (1 Juan 4:21).

Un pastor recibió la visita de una mujer llena de odio hacia su esposo. Ella no solo quería el divorcio; quería causarle tanto dolor como le fuera posible. El pastor le sugirió que se fuera a casa y actuara como si realmente lo amara. Ella debía decirle cuánto significaba él para ella, y ser tan amable con él como pudiera. Después de haberlo convencido del amor imperecedero de ella, ella debía informarle que quería el divorcio. Eso le garantizaría herirlo todo lo que fuera posible.

Con la venganza brillando en sus ojos, ella dijo que haría precisamente eso: derramaría amor sobre él por unos pocos meses como nunca lo había hecho antes. Luego el pastor la llamó y le preguntó acerca del divorcio. “¡De ninguna manera!”, contestó ella, “he descubierto que realmente lo amo”.

El amor es capaz de cambiar nuestro mundo, nuestras iglesias, nuestras familias y nuestros matrimonios. Esta semana veremos un poco de lo que Juan dice acerca de este tema vital, y cómo aquellos que afirman seguir al Maestro han de manifestar el amor.
Un Vistazo a la Semana: ¿Qué enseña Juan acerca de la importancia del amor? ¿De qué modo se manifiesta el amor cristiano? ¿De qué manera revela el plan de salvación el verdadero significado del amor? ¿Cómo podemos nosotros, como pecadores, tener la certeza de la salvación? ¿Cómo deben manifestar amor los cristianos?

Los Dos Pasajes del Amor (1 Juan 3:11-24; 4:7-5:4).
Domingo 16

El pasaje que analizamos la semana pasada terminaba diciendo que los hijos de Dios se pueden reconocer porque hacen lo que es correcto, y aman a sus hermanos y sus hermanas en el Señor (1 Juan 3:10). Ese versículo establece un puente hacia la discusión del amor que aparece en el resto de la epístola.

¿Cuáles son algunas semejanzas entre 1 Juan 3:11 al 24 y 1 Juan 4:7 a 5:4?

Los dos pasajes son notablemente similares. Ambos contienen la frase amaos unos a otros repetidamente (1 Juan 3:11, 23; 4:7, 11, 12). Ambos enfatizan que los objetos del amor son primariamente otros creyentes, y ambos nos advierten contra el odiar a nuestros hermanos y nuestras hermanas. Ambos pasajes también enfatizan el amor de Dios por nosotros.

Primera de Juan 3:11 al 24 se concentra en el amarse unos a otros, y usa las variantes de la frase “amar” ocho veces; el segundo pasaje lo emplea más de treinta veces y amplía el tema: Somos llamados a amar no solo a los hijos de Dios sino también a Dios mismo. Por otro lado, Dios nos amó primero y todavía nos ama.

Primera de Juan 4:7 a 5:4 debe entenderse también en el contexto de los anticristos, que estaban equivocados en sus ideas acerca de Jesús. El pasaje dice que Jesús es el Hijo de Dios (1 Juan 4:15) y el Cristo (1 Juan 5:1), y que llegó a ser el sacrificio expiatorio por nuestros pecados y el Salvador del mundo. Solo mediante él y lo que él hizo por nosotros puede el amor de Dios ser comprendido en su sentido más profundo. Es decir, solo si comprendemos lo que sucedió en la Cruz y cómo Cristo llevó sobre sí mismo el castigo de nuestros pecados podemos llegar a amar a Dios como deberíamos hacerlo.
Lee de nuevo los pasajes para la sección de hoy. ¿Qué punto específico, o puntos, se destacan ante ti, te hablan, te convencen, más? ¿Cuán bien estás haciendo lo que Juan dice aquí? ¿Cuán bien reflejas hacia otros el amor que Dios tiene hacia ti? ¿Qué cambios necesitas hacer a fin de mostrar mejor ese amor?

La “Definición” del Amor (1 Juan 3:11-16; 4:7-16).
Lunes 17

Aunque Juan habla mucho acerca del amor en estos versículos, ¿cómo define y explica él el amor? 1 Juan 3:12-16; 4:7-10, 16.

Es interesante notar que Juan no procura dar una definición semántica del amor. Más bien, comienza usando el ejemplo de Caín para mostrar lo que el amor no es.

¿De qué modo ese ejemplo destaca el punto que quiere presentar Juan?

El ejemplo negativo es seguido por uno positivo. Jesús entregó su vida por nosotros. El Padre envió a su Hijo como un sacrificio expiatorio. Él lo envió para ser el Salvador del mundo. Este es el significado más profundo del amor. El amor significa hacer todo lo que sea necesario para ayudar a otros, aun si incluye el sacrificio propio. Por ello, qué contraste establece con lo que Caín le hizo a su hermano. El amor significa también perdonar y olvidar el pasado. En el caso de Jesús, significó una negación propia completa por el bien de otros.

Pero el amor no es un mero espectáculo para ser contemplado. Debe tener un impacto sobre la vida de otros. Si alguien saltara al agua y se ahogara solamente para demostrar su amor, no significaría nada. Pero si la persona que saltó perdiera su vida a fin de salvar la de otro, eso es amor.

La mejor definición de amor es el carácter y la obra de la Deidad como se revelaron en el plan de salvación, en el que Jesús se dio a sí mismo por nosotros.

El amor cristiano tiene su fuente en el amor de Dios. Permanecer en amor significa gozar de una relación íntima con Dios. No hay amor, en el sentido bíblico que, en última instancia, no provenga de Dios (1 Juan 4:7). Sin embargo, la afirmación de que “todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios”, en el mismo versículo podría ser mal entendida. Tiene que ser interpretada en el contexto de 1 Juan. De acuerdo con 1 Juan 3:23, la fe (una creencia verdadera) y el amor van juntos; de acuerdo con 1 Juan 5:2, el amor y el guardar los mandamientos también van juntos. Cualquiera puede decir que ama a Dios; Juan nos muestra de qué manera ese amor ha de ser revelado.

¿Cuáles son algunos ejemplos de esta clase amor que tú has visto manifestado entre otros? ¿Quiénes manifestaron este amor, qué hicieron y qué aprendiste de ellos acerca del verdadero significado del amor?

Una Crisis de Certeza.
Martes 18

Lee 1 Juan 3:19 al 21. ¿Qué aspecto está destacando Juan? ¿Qué nos está queriendo enseñar? ¿Quién no ha experimentado, en algún momento, el sentimiento del que Juan está hablando aquí? Lee también 1 Juan 4:17 y 18. ¿De qué problema está ocupándose aquí Juan? Otra vez, ¿quién no ha experimentado esta preocupación?

¿Qué cristiano, en algún momento, mirándose a sí mismo, a sus debilidades, a su falta de amor, a sus limitaciones, no se ha sentido condenado, culpable, aun perdido? Cuán importante es recordar que Dios es mayor que nosotros, mayor que nuestra culpabilidad, mayor que nuestros corazones. Cuán vital es que nos demos cuenta, día tras día, que nuestra esperanza de salvación debe descansar en Jesús y su obra en nuestro favor. Solo si dependemos de él, de sus méritos, y no de los nuestros, podemos tener confianza y seguridad.

La confianza se enfatiza varias veces en 1 Juan. Juan quiere que los creyentes tengan confianza cuando se acercan a Dios en oración (1 Juan 3:21, 22), confianza ante la realidad de la venida de Cristo (1 Juan 2:28) y confianza acerca del Juicio divino (1 Juan 4:17). Dios quiere el bien de nosotros, sus hijos. Estar afirmados en su amor echa fuera todo temor.

“Satanás sabe que aquellos que buscan a Dios fervientemente para alcanzar perdón y gracia los obtendrán; por lo tanto, les recuerda sus pecados para desanimarlos. Constantemente busca motivos de queja contra los que procuran obedecer a Dios. Trata de hacer aparecer como corrompido aun su servicio mejor y más aceptable. Mediante estratagemas incontables, y de las más sutiles y crueles, intenta obtener su condenación.

“El hombre no puede, por sí mismo, hacer frente a estas acusaciones del enemigo. Con sus ropas manchadas de pecado, confiesa su culpabilidad delante de Dios. Pero Jesús, nuestro Abogado, presenta una súplica eficaz en favor de todos los que mediante el arrepentimiento y la fe le han confiado la guarda de sus almas. Intercede por su causa y vence a su acusador con los poderosos argumentos del Calvario. Su perfecta obediencia a la Ley de Dios le ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra, y él solicita a su Padre misericordia y reconciliación para el hombre culpable” (MGD 316).

¿Qué esperanza puedes obtener para ti de estas palabras inspiradas?

El Amor en Acción (1 Juan 3:17, 18; 4:19-21).
Miércoles 19

Juan no se contenta con teorizar acerca del amor. Él nos hace saber que Dios quiere que pongamos el amor en acción. Por lo tanto, afirma que el odio es incompatible con una actitud amante, y que aun es una forma de homicidio (1 Juan 3:15). Él dice, además, que no deberíamos amar solo de palabra, sino también con acciones (vers. 18).

Por supuesto, Juan no se opone a que hablemos palabras bondadosas y animadoras los unos a los otros. Las palabras son una parte importante de compartir el amor. ¿Cómo se sentirían los cónyuges, los hijos, los familiares y los amigos si nunca recibieran confirmaciones verbales de nosotros? Aun Juan mismo usó palabras para compartir el amor de Dios con los demás.

Sin embargo, Juan se opone a una declaración superficial de amor sin compromiso. En 1 Juan 3:17, describe una situación similar a la que encontramos en Santiago 2:15, 16. Un miembro de iglesia tiene una necesidad. Otros tienen los medios para ayudarlo, pero no hacen nada más que decir cosas lindas a esa persona. Eso no es suficiente. Dios no solo nos informó que él nos ama; él envió a su Hijo para morir en nuestro lugar. Las personas que aman mucho hacen mucho, porque el amor verdadero es activo.

Lee 1 Juan 3:16 y 17. ¿Qué mandamiento es el más difícil de seguir, y por qué?

No es probable que alguno de nosotros tenga que morir por otro creyente. Pero, lo más probable es que seamos llamados a demostrar amor por alguien que está en necesidad. Podemos tener los medios para proporcionar trabajo, alimento, ropa, una educación cristiana, un lugar de refugio; lo que sea. En lugar de eso, sin embargo, tal vez preferimos vivir nuestras vidas con comodidad. Los primeros cristianos compartieron sus medios financieros. Amar a otros es un desafío, especialmente porque demanda un sacrificio de nuestra parte.

El hogar es el lugar donde el amor debe manifestarse aunque a veces sea el más difícil). Hay incontables maneras en que podemos mostrar nuestro amor a los miembros de la familia. A veces, aun las cosas más pequeñas pueden enviar un mensaje poderoso de amor y aceptación: una ayuda extra en las tareas de la casa, una comida agradable, una salida especial de toda la familia junta; lo que sea. Hay muchas maneras en que podemos manifestar amor. El amor piensa primero en los demás; más aún, actuará sobre la base de esos pensamientos.

Imagínate cómo sería vivir en un hogar en el que se manifestara el verdadero amor. ¿Qué cambios debieras hacer tú que podrían ayudar a traer ese ideal más cerca de la realidad en tu hogar?

El Amor y los Mandamientos (1 Juan 3:22-24; 4:21-5:4).
Jueves 20

Ambos pasajes que estamos estudiando esta semana terminan con una referencia a los mandamientos. El término se usa cuatro veces en ambas secciones. En 1 Juan 5:2, se habla acerca de guardar los mandamientos, lo mismo que en 1 Juan 3:22 y 24 y 5:3, donde se enfatiza la obediencia, o el guardar los mandamientos.

¿Qué enseñan los dos pasajes acerca de los mandamientos además de que deben ser guardados? 1 Juan 3:22; 1 Juan 3:23; 1 Juan 3:24; 1 Juan 4:21; 1 Juan 5:2; 1 Juan 5:3.

Juan enseña que guardar los mandamientos de Dios y hacer lo que le agrada (1 Juan 3:22) les da confianza a los cristianos de que Dios escucha sus oraciones. El mandato de Dios es creer en Jesús y amarse unos a otros. Guardar los mandamientos permite el permanecer mutuo: nosotros en Dios y Dios en nosotros. Amar a Dios incluye guardar los mandamientos y, de hecho, podemos guardarlos porque no son una carga.

Cuando Juan habla acerca de mandamiento, en singular, menciona el mandamiento de creer en Jesús como el Mesías y amarse unos a otros. En el capítulo 4, el mandamiento es que nosotros, que amamos a Dios, debemos amar también a nuestros hermanos y nuestras hermanas.

Cuando le preguntaron a Jesús cuál de los mandamientos era el más importante o el principal de ellos, él respondió señalando al mandamiento de amar a Dios con todo el corazón, el alma, la mente y las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo (Mar. 12:28-31). No obstante, él enfatizó también que los que aman a Dios guardan sus mandamientos (Juan 14:15), y en el Sermón del Monte se refirió a varios mandamientos diferentes.

Cambiando de mandamiento (singular) a los mandamientos (plural), Juan pudo haber indicado que el mandamiento del amor se expresa en una multiplicidad de mandamientos.

¿De qué modo podemos nosotros, en nuestro andar con el Señor, experimentar la realidad de los mandamientos de Dios como algo más que solo un conjunto de reglas? ¿Es esto todo lo que son ellos? ¿O son ellos algo más? Si es así, ¿qué son?

Para Estudiar y Meditar.
Viernes 21

Lee 1 Corintios 13; y, en Los hechos de los apóstoles, “Un testigo fiel”, páginas 452 y 453.
“Nunca debemos pasar junto a un alma que sufre sin tratar de impartirle el consuelo con el cual somos nosotros consolados por Dios. Todo esto no es sino el cumplimiento del principio de la Ley: el principio ilustrado en la historia del buen samaritano y manifestado en la vida de Jesús. Su carácter revela el verdadero significado de la Ley, y muestra qué es amar al prójimo como a nosotros mismos. Y, cuando los hijos de Dios manifiestan misericordia, bondad y amor hacia todos los hombres, también atestiguan el carácter de los estatutos del Cielo.[...] El amor de Dios en el corazón es la única fuente de amor al prójimo” (DTG 466).

“Ustedes deberían eliminar la formalidad fría, congelada que tienen, tan pronto como sea posible. Necesitan cultivar sentimientos de ternura y amistad en su vida diaria. Deberían manifestar verdadera cortesía y urbanidad cristiana. El corazón que realmente ama a Jesús ama a aquellos por los cuales él murió. Tan ciertamente como la aguja apunta al polo, el verdadero seguidor de Cristo, con un espíritu de labor ferviente, procurará salvar almas por las cuales Cristo dio su vida. Trabajando por la salvación de los pecadores mantendrá el amor de Cristo con calidez en el corazón, y dará a ese amor un crecimiento y un desarrollo adecuados” (T 3:466).

Preguntas Para Dialogar:

1. Tendemos a pensar en todas las amonestaciones a amar como un asunto personal, entre Dios y nosotros mismos. Y, aunque eso es cierto, ciertamente no se limita a nosotros como individuos, ¿verdad? Es decir, ¿qué puede hacer tu iglesia local, como cuerpo de iglesia, para mostrar amor, de maneras que tú solo, como persona, no podrías lograr? ¿Cuán bien revela tu iglesia local el amor de Dios a la comunidad? ¿Qué puedes hacer para ayudar en esta área tan importante?

2. En la clase, conversen acerca de varias personas que han mostrado la clase de amor del que se habla esta semana. ¿Qué hicieron? ¿Qué clase de sacrificio propio estuvo involucrado? ¿Qué tuvieron en común sus acciones, que puede ayudarnos a comprender mejor lo que es el verdadero amor?

3. La Biblia dice que el amor es de Dios. ¿Por qué debe ser esto así? Piensa en ello: ¿de dónde más podría venir el amor? Es difícil imaginarse cómo la materia y la energía solas, es decir, la materia física y los átomos, pudieran crear por sí mismos algo como el amor. ¿De qué modo la realidad del amor nos ayuda a comprender mejor la realidad de Dios? ¿De qué modo tu expresión del amor revela a otros la existencia de Dios? ¿De qué maneras la manifestación del amor podría ser la mejor evidencia para la existencia de Dios?

Guía de Estudio de la Biblia: Amadas y llenas de amor: Las Epístolas de Juan / Edición Adultos.
Periodo: Trimestre Julio-Septiembre de 2009
Autor: Ekkehardt Mueller, nacido en Alemania, doctor en Teología y Ministerio. Es uno de los directores asociados del Instituto de Investigaciones Bíblica (Biblical Research Institute) de la Asociación General. Sus especialidades son Nuevo Testamento, el libro de Apocalipsis, hermenéutica y teología aplicada. Es casado y tiene dos hijos adultos.
Editor: Clifford Goldstein

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